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CAPÍTULO 33 Resistencia del organismo a la infección: I. Leucocitos, granulocitos, sistema monocitomacrofágico e inflamación El organismo cuenta con un sistema especial de lucha contra las infecciones y los tóxicos, a los que se expone en todo momento. Los leucocitos (glóbulos blancos) son las unidades móviles de este sistema protector y se forman en la médula ósea y en los tejidos linfáticos, desde donde son transporta- dos por la sangre hasta el foco inflamatorio; allí instauran una defensa rápida y poderosa frente a cualquier agente infec- cioso que se presente. La sangre contiene de forma habitual cinco tipos de leucocitos, cuyo porcentaje normal es el siguiente: . Neutrófilos polimorfonucleares: 62% . Eosinófilos polimorfonucleares: 2,3% . Basófilos polimorfonucleares: 0,4% . Monocitos: 5,3% . Linfocitos: 30% Los tres tipos de polimorfonucleares presentan un aspecto granular y se denominan granulocitos o «polis». Los granulocitos y los monocitos protegen al organismo de los microorganismos invasores, a los que ingieren a través de un proceso de fagocitosis. Los linfocitos actúan principal- mente colaborando con el sistema inmunitario y adhi- riéndose a los microorganismos invasores específicos para luego destruirlos. Génesis de los leucocitos. Hay dos líneas de leucocitos que se forman a partir de las células precursoras hematopoyéticas pluripotenciales: la línea mielocítica y la línea linfocítica. La línea mielocítica genera los granulocitos y los monocitos, mientras la linfocítica da origen a los linfo- citos. Los granulocitos y los monocitos solo se forman en la médula ósea, pero los linfocitos se generan, principalmente, en los distintos órganos linfoides, a saber, ganglios linfáticos, bazo y timo. La vida de un leucocito varía. El motivo principal de la presencia de leucocitos en la sangre es su transporte desde la médula ósea o los tejidos linfáticos hasta las regiones corpo- rales que lo reclaman. La vida de los granulocitos liberados por la médula ósea suele ser de 4 a 5 h en la sangre circulante y de 4 a 5 días más en los tejidos. Cuando ocurre una infección tisular muy grave, la vida total suele acortarse a unas horas, puesto que los granulocitos acuden en seguida al foco infeccioso, ejercen su función y son destruidos en este proceso. © 2012. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 265 265.pdf
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