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Los monocitos también poseen un período breve de tránsito, entre 10 y 12 h, antes de alcanzar los tejidos. Una vez que llegan a su destino, se hinchan hasta alcanzar un tamañomuy superior, convirtiéndose enmacrófagos tisulares, forma en la que pueden sobrevivir durante meses, salvo que sean destruidos en el cumplimiento de sus funciones fagocitarias. Los linfocitos penetran sin cesar en el sistema circulatorio junto con la linfa drenada de los ganglios linfáticos. Pasadas unas horas, regresan a los tejidos a través de diapédesis y vuelven a la linfa para retornar una y otra vez a la sangre; así, la circulación de los linfocitos por los tejidos no cesa. Los linfocitos poseen una vida de meses o incluso de años, depen- diendo de las necesidades del organismo. Los neutrófilos y los macrófagos defienden frente a la infección (p. 425) Son sobre todo los neutrófilos y losmonocitos los que atacan y destruyen las bacterias y los virus y otros agentes nocivos. Los neutrófilos son célulasmaduras con capacidad para el ataque y la destrucción de las bacterias y virus de la sangre circulante. Los monocitos de la sangre son células inmaduras con una capacidad de lucha contra los gérmenes muy reducida. Sin embargo, en cuanto entran en un tejido, maduran hacia macrófagos tisulares, que están extraordinariamente capaci- tados para combatir a los agentes patógenos. Tanto los neutrófilos como los macrófagos se desplazan por los tejidos con movimientos ameboides, una vez estimulados por los productos que se forman en los focos de inflamación. Esta atracción de los neutrófilos y de los macrófagos hacia el foco inflamatorio se conoce como quimiotaxia. La fagocitosis es una de las funciones primordiales de los neutrófilos y los macrófagos. Por razones obvias, la fagocitosis es extraordinariamente selectiva. Ciertas carac- terísticas físicas aumentan la probabilidad de su aparición. Casi todas las estructuras naturales de los tejidos poseen una superficie lisa que se opone a la fagocitosis; si la super- ficie es rugosa, la probabilidad de fagocitosis se acentúa. Casi todas las sustancias naturales del organismo disponen de envolturas proteínicas protectoras que repelen los fagocitos. En cambio, los tejidos muertos y la mayoría de las partículas extrañas carecen, a menudo, de dicha envoltura protectora y son objeto de fagocitosis. Además, el organismo cuenta con medios específicos para detectar ciertas partículas extrañas a las que se adhieren los anticuerpos; esta unión de los anti- cuerpos a las partículas extrañas refuerza la fagocitosis. 266 UNIDAD VI Células sanguíneas, inmunidad y coagulación sanguínea 266.pdf
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