Logo Studenta

FISIOLOGÍA MÉDICA-382

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

los nervios periféricos con velocidades de 6 a 30 m/s. En
cambio, las señales lentas de dolor de tipo crónico se vehiculan
a través de las fibras de tipo C con velocidades de 0,5 a 2 m/s.
Cuando estos dos tipos de fibras entran en la médula espinal a
través de las raíces dorsales, se segregan, de tal suerte que las
fibras Ad excitan fundamentalmente las neuronas de la lámina
I del asta dorsal y las fibras C establecen sinapsis con neuronas
de la sustancia gelatinosa. Estas últimas se proyectan en la
profundidad de la sustancia gris y activan fundamentalmente
neuronas de la lámina V, pero también de las láminas VI y VII.
Las neuronas que reciben aferencias de las fibras Ad (dolor
rápido) originan el fascículo neoespinotalámico, mientras que
las que reciben aferencias de las fibras C crean el fascículo
paleoespinotalámico.
El fascículo neoespinotalámico sirve para localizar el
dolor. Los axones de las neuronas de la lámina I, que for-
man el fascículo neoespinotalámico, cruzan la línea media
cerca de su origen y ascienden por la sustancia blanca de la
médula como parte del sistema anterolateral. Algunas de
estas fibras terminan en la formación reticular del tronco
encefálico, pero la mayoría acaban proyectándose en el
núcleo ventral posterolateral (VPL) del tálamo (tálamo ven-
trobasal). Desde aquí, las neuronas talámicas se proyectan
hasta la corteza somatosensitiva primaria (área I). Este sis-
tema se utiliza, principalmente, para localizar los estímulos
dolorosos.
La actividad del sistema paleoespinotalámico puede
impartir una percepción desagradable del dolor. La vía
paleoespinotalámica es la más antigua de las dos vías del
dolor, en un sentido filogenético. Los axones de las células
de la lámina V, como los de la lámina I, cruzan la línea media
cerca de su origen y ascienden por el sistema anterolateral.
Los axones de las células de la lámina V terminan casi exclu-
sivamente en el tronco encefálico, y no en el tálamo. En
el tronco, estas fibras alcanzan la formación reticular, el
colículo superior y la sustancia gris periacueductal. El sis-
tema de fibras ascendentes, sobre todo de la formación reticu-
lar, prosigue rostralmente hasta los núcleos intralaminares
y los núcleos posteriores del tálamo, y hasta porciones del
hipotálamo. Las señales de dolor transmitidas por esta vía se
localizan, de forma característica, en una región amplia del
organismo. Por ejemplo, si el estímulo procede de la mano,
se puede localizar «en cualquier lugar» del miembro
superior.
. La importancia del área somatosensitiva I en la percepción
del dolor no está totalmente clara; si se extirpa por completo
esta área, no desaparece la percepción del dolor, aunque
estas lesiones dificulten la capacidad para interpretar la cali-
dad del dolor y determinar su localización precisa.
367Sensibilidades somáticas: II. Dolor, cefalea
y sensibilidad térmica
©
EL
SE
V
IE
R
.F
ot
oc
op
ia
r
si
n
au
to
ri
za
ci
ón
es
un
de
lit
o.
	367.pdf

Continuar navegando

Materiales relacionados

74 pag.
Fisiología II

User badge image

Karla Magaly Martínez

159 pag.
Neuroanatomia-Esencial-2017

UNINTER

User badge image

Barbara Suelen Catani

11 pag.
2 CEREBELO

User badge image

brunno araujo