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58 59 PERSPECTIVAS EN SALUD PUBLICA Y SALUD MENTAL OPS. (2000). “La salud y el ambiente en el Desarrollo Sostenible”. Publicación Cien- tífica N° 572. PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo). (2005). Informe de De- sarrollo Humano 2005. Madrid: Ediciones Mundi-Prensa. Disponible en: http:// hdr.undp.org/sites/default/files/hdr05_sp_complete.pdf PNUD. (2010). Relatório de Desenvolvimiento Humano. Brasil 2009/2010. Valores e desenvolvimiento humano. Brasilia: PNUD - Ultra Digital Gráfica Editora Ltda. Disponible en: http://www.pnud.org.br/HDR/arquivos/rdh_Brasil_2009_2010. pdf PNUD. (2011a). Informe sobre Desarrollo Humano 2011. Sostenibilidad y equidad: un mejor futuro para todos. PNUD - Communications Development Incorporated: New York, PNUD. Disponible en http://hdr.undp.org/en/media/HDR_2011_ ES_Complete.pdf PNUD. (2011b). “¿Cómo se debe medir la pobreza?”, en Humanum. Boletín Revista de Desarrollo Humano. Nº 75 – Julio 2011. 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Disponible en: http://www.wwf.se/source.php/1199652/Living%20Planet%20 Report%202008.pdf CAPITULO 3 EL LEGADO DE LA ATENCION PRIMARIA DE LA SALUD Martín de Lellis Andrea Berra María Ester Morand INTRODUCCIÓN Mucho se ha escrito y debatido tras la histórica conferencia internacional convocada por la Organización Mundial de la Salud y realizada en Alma Ata (Unión Soviética) que dio nacimiento a la estrategia denominada Atención Primaria de la Salud (APS) cuyo objetivo declarado fue dar cumplimiento a la Meta de Salud para todos en el año 2000. A pesar de que la estrategia fue aprobada por más de ciento cuarenta países, la realidad es que pasadas ya casi cuatro décadas de su enunciación dicha meta no logró impactar de manera decisiva en las políticas de salud mundiales, y originó muy diferentes enfoques y aplicaciones en los distintos países que la suscribieron: en algunos casos contrariando el principio de universalidad que inspiró su formulación o bien, como en la propuesta de APS renovada, tratando de recuperar su legado esencial. Mientras la crítica de numerosos analistas han puesto el acento en el agravamiento de la crisis económica-social y su influencia en la salud de la población mundial, otros han destacado principalmente los problemas que afectaron la gestión y el desempeño de los sistemas de servicios de salud, y que se expresaron en crecientes problemas de accesibilidad a la atención. En este escenario vuelve a plantearse la discusión en torno a las reformas que son necesarias para reorientar el curso de las acciones y mejorar el 60 61 PERSPECTIVAS EN SALUD PUBLICA Y SALUD MENTAL desempeño del sistema repensando a la estrategia de APS y su implementación en el ámbito territorial. Basándonos en la distinción entre valores, principios y componentes de la APS renovada, desarrollaremos en el presente capítulo un esquema orientador para caracterizar los potenciales aportes técnicos de la psicología al campo de la salud sexual y reproductiva, considerando a las instituciones que integran los distintos niveles de atención. 1. ATENCIÓN PRIMARIA DE LA SALUD: CONTEXTO HISTORICO La presente sección plantea una aproximación al contexto político, social y sanitario que enmarca la histórica formulación de la APS. Hacia comienzos de los años `70 y en un mundo convulsionado por revueltas sociales y movimientos insurgentes que ponían en cuestión el régimen político y económico dominante en las sociedades centrales, se plantea entre los analistas y decisores del sector salud un extendido consenso en torno a la aguda crisis que involucraba a los sistemas sanitarios de todo el mundo y a la necesidad de adoptar profundas reformas estructurales, los cuales se inspiraron en los principios de mejora y accesibilidad a los servicios de atención. Más específicamente, los principales problemas sanitarios en el mundo eran los siguientes: a) Estancamiento en el descenso de las tasas de mortalidad c) Continuo incremento de la mortalidad por causas evitables y reemergencia de patologías que aumentaban su virulencia, en particular tuberculosis pulmonar y enfermedades venéreas. h) Atención fragmentada, basada en el desarrollo tecnológico y la especialización, pero con amplios sectores sociales excluidos de los beneficios del acceso a sistemas de servicios de salud. i) Incremento exponencial de los costos sanitarios, particularmente en equipamiento y tecnología médica para fines asistenciales. Considerando esta situación general, la Asamblea Mundial de la Salud de la OMS acordó en 1977 proponer a la comunidad internacional la Meta Salud Para Todos en el Año 2000 (SPT/2000) expresada en los siguientes términos: “Se pretende alcanzar para todos los ciudadanos del mundo en el año 2000 un grado de salud que les permita llevar una vida social y económicamente productiva” y convoca en 1978 a realizar una conferencia internacional en la ciudad de Alma Ata (ex U.R.S.S.); en la cual representantes de muy diversos países suscriben la Declaración de Alma Ata, que plantea a la Atención Primaria de la Salud como la principal estrategia para dar cumplimiento a la meta fijada. Comienza entonces una etapa en la que los Estados Nacionales, basándose en distintos acuerdos y tratados internacionales, han ido revisando sus políticas sanitarias a fin de reorientar los sistemas y servicios de salud. En esta Declaración ya se expresan de forma genérica todos los elementos que van a caracterizar y situar a la Atención Primaria de la Salud como el pilar fundamental del sistema sanitario, ya que es definida como “la asistencia esencial, basada en métodos y tecnologías prácticos, científicamente fundados y socialmente aceptable, puesta al alcance de todos los individuos y familias de la comunidad, mediante su plena participación, y a un coste que la comunidad y el país puedan soportar, en todas y cada una de las etapas de su desarrollo, con un espíritu de autorresponsabilidad u autodeterminación” (Declaración de Alma Ata, 1978). También destaca, en otro párrafo de la declaración, que la APS constituye el eje vertebrador del sistema “ (…..) es parte integrante tanto del sistema nacional de salud, del que constituye la función central y el núcleo principal, y destaca la importancia concedida a la accesibilidad, pues la APS representa el primer contacto de los individuos, la familia y la comunidad con el sistema nacional de salud; lleva lo más cerca posible la atención de salud al lugar donde residen y trabajan los individuos (…)” y que el proceso de atención debe plantearse como una puerta de entrada común y ejercerse de forma continuada, al señalar que “ (…….) constituye el primer elemento de un proceso permanente de asistencia sanitaria”. (Declaración de Alma Ata, 1978). No obstante la importancia trascendental que ha tenido la Declaración de Alma Ata en el pensamiento sanitario mundial, muchas son las críticas y observaciones respecto de los limitados alcances obtenidos, y cuán lejos se hallan en general los países del cumplimiento de la meta Salud para Todos en el Año 2000. Durante el período que media entre la fecha de la Conferencia de Alma Ata hasta la actualidad se han producido encendidas denuncias en torno al impacto de las desigualdades sociales en el acceso diferencial a losservicios de salud, ya que existe consenso en que a pesar de las enormes inversiones efectuadas los resultados han sido limitados, contradictorios o incluso negativos en lo que se refiere a la mejora de la salud y de la equidad (Wilkinson, R.1996); (Starfield, B. 2004). Existe un cúmulo de evidencias en torno a que, incluso en los países que disponen de sistemas sanitarios más desarrollados, las desigualdades se han CAPÍTULO III - de Lellis, Martín; Berra, Andrea; Morand, María 62 63 PERSPECTIVAS EN SALUD PUBLICA Y SALUD MENTAL agudizado, ya que la proliferación de nuevas tecnologías asistenciales y de la información contribuyó al incremento de la brecha en el acceso a los servicios básicos de salud (OPS/OMS, 2007). Un caso emblemático en tal sentido son los Estados Unidos que, a pesar de tener el gasto en salud más elevado del mundo, manifiesta muy altos niveles de desigualdad (Kawachi, I. 1999), y otro caso se halla representado por un país como Cuba, cuyos indicadores sanitarios se cuentan entre los más positivos de América Latina aún cuando su producto bruto interno sea uno de los más bajos de la región (Domínguez-Alonso, E, Zacca, E.2011). Entre las estrategias adoptadas por este país debe señalarse que ha podido reorganizar su sistema sanitario de acuerdo a los principios y métodos de la Atención Primaria logrando, por ejemplo, que los médicos de familia sean especialistas en medicina general integral y residan en el lugar donde trabajan, teniendo de esta forma la oportunidad de actuar como “agentes sanitarios” cuando se enfrentan a circunstancias ambientales y/o sociales que afectan la salud de la población y por lo tanto demandan un cambio para su reducción o erradicación. 2. ENFOQUES SOBRE LA ATENCIÓN PRIMARIA DE LA SALUD Analizaremos algunos aspectos que nos permitirán interpretar ciertas vicisitudes que ha seguido el concepto de Atención Primaria de la Salud desde su formulación hasta la fecha. La estrategia de Atención primaria de la Salud planteada a principios de los años ́ 70 proponía diversos componentes estratégicos, tales como la articulación interdisciplinaria e intersectorial, la generación de modelos participativos de gestión, la organización comunitaria, la tecnología apropiada, la reorientación del financiamiento según necesidades y la propuesta de cobertura total, así como la focalización programática en torno a algunas temáticas consideradas prioritarias o esenciales (ej: salud materno-infantil, salud bucal, salud mental, inmunizaciones). Si bien la lógica programática es uno de los componentes centrales de la estrategia de APS, por oposición al modelo de atención centrado en la demanda espontánea e individual por patología, la observación que corresponde realizar es que la mayoría de los programas han sido diseñados desde los niveles centrales en forma vertical y fragmentada, y, por otra parte, no han considerado suficientemente las aspiraciones e intereses de los actores participantes. Durante los años ´80 y ´90 el discurso sanitario fue notoriamente influido por los organismos multilaterales de crédito que financiaban los programas sociales destinados a remediar la situación de las poblaciones más carecientes, y que a través de su prédica ideológica fue acentuando una interpretación de la Atención Primaria de la Salud como la organización de un conjunto de actividades focalizadas en los grupos considerados como de más alto riesgo (Saforcada, E; de Lellis, M; Mozobancyk, S. 2010). Esta concepción recibió la denominación de Atención Primaria Selectiva, ya que tendía hacia la clasificación, selección y organización de las acciones en torno a aquellos grupos considerados como más vulnerables. Ello implicaba, como consecuencia no prevista, que dichas poblaciones terminaran estigmatizadas por el peso de una rotulación que se concebía como requisito para ser destinatarios de la ayuda. De esta forma, toda propuesta de cambio que implicara una reconfiguración del sistema de servicios de salud era desalentada en función de dar preferencia a una estrategia de atención focalizada sobre los más necesitados. Lentamente, la estrategia de Atención Primaria, que conllevaba la idea de definir claramente lo prioritario, fue desplazándose hacia una concepción que vinculaba lo primario a lo primitivo (Testa, M. 1985). Así fue cómo hacia mediados de los años ´80 la discusión se había organizado alrededor del debate en torno a la Atención Primaria de la Salud como estrategia universal o selectiva, el cual conllevaba además otro aspecto de importancia: bien considerar a la APS como un sistema de atención de calidad accesible al conjunto de la ciudadanía o más bien como la atención pobre para personas pobres, lo que en definitiva terminaría convirtiéndose en una pobre atención (Grodos, D y de Bethune, X. 1988). Paralelamente a esta distorsión en el enunciado que originalmente portaba la estrategia de APS cabe mencionar el derrotero que siguieron los sistemas de atención en países históricamente regidos por la hegemonía del libre mercado (ej: EEUU) o bien en aquellos países tales como Inglaterra que, habiendo sido pioneros en el desarrollo de la medicina social habían encarado, durante el gobierno conservador de Margaret Thatcher, un profundo proceso de ajuste en los servicios de salud. El enfoque de la APS selectiva se caracterizó por focalizar recursos limitados en problemas específicos de salud, y centró las actividades de los servicios sanitarios dirigidos específicamente a las poblaciones vulnerables. Se ha implementado en muchos países de América Latina como consecuencia de una doble circunstancia: por un lado la existencia de servicios diferenciados para distintos grupos sociales y, por otro lado, las consideraciones de corte economicista cuyo objetivo central era lograr la disminución de costos, aunque ello generara dificultades en la calidad y eficacia del sistema de salud en su conjunto. CAPÍTULO III - de Lellis, Martín; Berra, Andrea; Morand, María 64 65 PERSPECTIVAS EN SALUD PUBLICA Y SALUD MENTAL Esta corriente de pensamiento tuvo una sorprendente hegemonía, recibió apoyo financiero de organismos internacionales y se plasmó en diversos documentos programáticos con influencia sobre los decisores de políticas públicas de salud. Como ejemplo ilustrativo cabe citar el Informe Invertir en Salud (Banco Mundial, 1993) que, inspirado en una concepción selectiva de la atención en salud, proponía estrategias tales como la focalización y la definición de servicios clínicos esenciales que contradecían los principios de universalidad y ampliación de cobertura y proponía estimular el subsidio a la demanda en sustitución al financiamiento de la oferta de servicios existentes. Tras un balance de más de una década de implementación, la APS selectiva ha sido fuertemente criticada, porque los servicios y prestaciones se restringieron a determinados problemas específicos de salud y a una determinada población (en su mayoría niños, niñas y mujeres de estratos sociales bajos), no jerarquizaron los procesos de participación y organización comunitaria ni los aspectos vinculados a la coordinación intersectorial y vaciaron de fuerza transformadora los lineamientos fundantes de la APS. Al alba de un nuevo milenio, y conforme se pusieron de manifiesto las graves consecuencias que la pobreza y la desigualdad tenían sobre la organización de los sistemas sanitarios mundiales, volvió a recentrarse la discusión en torno a los alcances y potencialidades de la APS como vector transformador de los sistemas sanitarios, pero redefiniendo algunos aspectos centrales de la estrategia. Una de las cuestiones fundamentales fue reconsiderar el rol del Estado en este proceso de reformas en el cual el sector privado y/o de la sociedad civil sin fines de lucro cobraba cada vez mayor impulso y gravitación. Entre otras iniciativas de importancia, cabe mencionar la importancia que tuvo por entoncesel Documento producido por la OPS en el que se caracterizaban las Funciones Esenciales de la Salud Pública (Muñoz y cols. 2000) y, paralelamente a ello, la necesidad de fortalecer el rol de la autoridad sanitaria nacional. Sintetizaremos los elementos fundamentales que a nuestro juicio marcan una clara diferencia entre la fecha de surgimiento de la APS y el momento actual, en el cual se han puesto de relieve la emergencia de cuestiones de alta trascendencia en el plano social y sanitario. a. La problemática ambiental emergió como una de las cuestiones más urgentes, cuyo tratamiento requería una acción concertada de los gobiernos y, al mismo tiempo, acuerdos internacionales que permitieran mitigar el impacto negativo que la explotación industrial sin control generaba sobre la degradación de los ecosistemas humanos. b. La emergencia de nuevos movimientos sociales que adoptaban como propias demandas sectoriales (defensa del medio ambiente, derechos de la mujer y las minorías) los cuales expresaban de hecho la defensa de valores tales como la convivencia, el respeto a la diversidad y la pluralidad democrática. c. La participación de la sociedad civil, que alentó la configuración de alianzas con diversos actores sociales e institucionales y produjo un descentramiento en torno al papel que le cupo tradicionalmente al Estado. d. Los nuevos desafíos epidemiológicos, entre los cuales cabe reconocer la incidencia de la mortalidad por lesiones (intencionales y no intencionales) y problemáticas complejas que, altamente dependientes de los contextos socio-culturales, tienen una fuerte incidencia en los servicios de atención (ej: violencias, trastornos alimentarios, consumo problemático de sustancias). e. El modelo de trabajo en redes de servicios de salud sectoriales e intersectoriales, apoyados en los trascendentales avances en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. f. El reconocimiento creciente de la APS como estrategia para fortalecer la capacidad de la sociedad para reducir las desigualdades en salud (OPS/ OMS, 2007), pero también la revisión crítica de los magros resultados obtenidos en relación a las metas fijadas. Es a la luz de este nuevo escenario que cobran sentido propuestas superadoras de la tradicional y limitada concepción acerca de la Atención Primaria de la Salud, que se sucedieron desde la formulación de la estrategia hasta la fecha, y que se reseñan en el siguente cuadro: Cuadro Nº 1: Enfoques de la Atención Primaria de la Salud Enfoque Definición o Concepto de la Atención Primaria Priorización APS Selectiva Se centra en un número limitado de actividades y servicios, conoci- dos como GOBI: control de creci- miento, técnicas de rehidratación oral, lactancia materna e inmuni- zación. Conjunto específi- co de actividades focalizado en las poblaciones más carecientes CAPÍTULO III - de Lellis, Martín; Berra, Andrea; Morand, María 66 67 PERSPECTIVAS EN SALUD PUBLICA Y SALUD MENTAL APS Nivel de Atención Se refiere a que la APS es sólo la puerta de entrada de la población al sistema de salud. Se relaciona directamente con los efectores y profesionales del primer nivel de atención, sin alcanzar la interrela- ción con los otros niveles del sis- tema de salud. Primer nivel de atención del sis- tema de salud, re- presentada por la labor de institucio- nes tales como los Centros o Unidades de Atención Prima- ria, Dispensarios o Puestos Sanitarios. APS Estrategia de Salud Integral Es la asistencia sanitaria basada en una estrategia de Salud Inte- gral (abordaje de la salud tanto fí- sica, psicológica y social) próxima a todas las personas y familias de una comunidad, promoviendo su plena participación y acercando la atención de salud al lugar donde residen y trabajan las personas, y constituyendo el primer paso de un proceso permanente de asis- tencia de salud. Estrategia de la or- ganización de los servicios de salud para promover sa- lud integral APS Enfoque de Derechos Concibe la salud como un dere- cho humano y destaca la necesi- dad de afrontar los determinantes sociales y políticos de la salud de modo de alcanzar mayor equidad de la población en el acceso a la salud y en los indicadores sanita- rios. Filosofía que im- pregna el sector de salud como sector social y político APS Renovada La APS renovada exige prestar más atención a las necesidades estructurales y operativas de los sistemas de salud tales como el acceso, la justicia económica, la adecuación y sostenibilidad de los recursos, el compromiso po- lítico y el desarrollo de sistemas que garanticen la calidad de la atención (OPS/OMS, 2007). Se centra en el sis- tema de salud en su conjunto; incluye a los sectores pú- blico, privado y sin fines de lucro y es aplicable para to- dos los países 3. ATENCIÓN PRIMARIA DE LA SALUD RENOVADA A partir de lo anteriormente expuesto, se confirma con mayor claridad las razones que justifican el desarrollo de un concepto renovado de la APS que promueva la atención universal, integral e integrada de toda la población. La estrategia de APS renovada se constituye entonces en una condición esencial para que la población tenga la oportunidad de construir ciudadanía al ejercer el derecho a la salud y se basa en principios, componentes y valores que aplicaremos al campo de la salud sexual y reproductiva desde una perspectiva de integralidad. Grafico N° 1: Ejes de la APS renovada 3.1. Valores: la equidad en salud Dado que toda política de salud depende del contexto social, histórico, político y económico en el cual se desarrolla, y debe responder a las necesidades, creencias, preferencias y expectativas de la población los valores son esenciales para establecer las prioridades sanitarias. Así lo reconoce la Declaración de Alma Ata al afirmar que “La atención primaria de salud es la clave para alcanzar esa meta [... que todos los pueblos del mundo alcancen en el año 2000 un nivel de salud que les permita llevar una vida social y económicamente productiva como parte del desarrollo conforme al espíritu de la justicia social” (Declaración de Alma Ata, 1978, punto V), Cuando se aborda el tema de los valores es necesario considerar la cuestión de la equidad como una piedra angular del enfoque de derechos, pues la forma en que una sociedad trata las diferentes necesidades de sus integrantes refleja el valor que le confiere a la vida humana (OPS/OMS, 2007). La equidad se refiere aquí a la ausencia de diferencias injustas en el acceso a la atención de la salud y en el comportamiento de aquellos indicadores que reflejan el estado de salud observable en las poblaciones humanas (ej: mortalidad y/o morbilidad, diferencias en la expectativa de vida por grupo social). A modo ilustrativo, la política de salud sexual y reproductiva en nuestro país parte de un marco normativo y legal que comprende valores esenciales APS Renovada SALUD como DERECHO Acceso a los Servicios de Salud Construcción de Ciudadanía CAPÍTULO III - de Lellis, Martín; Berra, Andrea; Morand, María 68 69 PERSPECTIVAS EN SALUD PUBLICA Y SALUD MENTAL para la postulación de todos los derechos sexuales y reproductivos como derechos de salud, que comprende a la Ley Nacional Nro. 26.673/2002 que crea el Programa Nacional de Salud Sexual y Reproductiva; en el cual se señala expresamente que las mujeres y los varones pueden acceder a información y recursos que le permitan mejorar su salud sexual y reproductiva, conocer las distintas modalidades de anticoncepción y reflexionar sobre diferentes modelos de familia para promover vínculos cada vez más democráticos y libres de cualquier forma de violencia. Otros antecedentes relevantes son la Ley Nacional Nro. 26.130/2006 de Anticoncepción Quirúrgica, la Ley Nacional Nro. 25.150/2006 de Educación Sexual Integral, la Ley Nacional Nro. 26.618/2010 de Matrimonio Igualitario, la Ley Nacional 26.743/2012 de identidad de género,las cuales bregan por valores que promueven el derecho de la población al mayor nivel de salud sexual y reproductiva sin distinción de género, etnia, religión, orientación sexual y/o política o situación económica y/o social. No obstante la relevancia que en la actualidad presentan tales normativas y las consecuentes medidas de política pública, diversos estudios alertan acerca de cómo el nivel de conocimiento de los/as adolescentes sobre salud sexual y reproductiva no resultan acordes a lo que se prevé para su cumplimiento a través de las nuevas normativas, e indican que este grupo poblacional tiene una baja propensión a concurrir a los servicios de salud y demandar el acceso a la información y a las prestaciones. Una investigación reciente realizada en escuelas técnicas de gestión estatal dependientes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (Carpintera, M; y cols. 2013) indica que los/as adolescentes no están lo suficientemente informados/as sobre sus derechos como menores de edad al momento de recibir información o prestaciones sobre sus derechos sexuales y reproductivos. Si bien el 81% manifiesta saber que pueden ir solos/as a los servicios de salud para pedir preservativos, a la hora de solicitar información sobre métodos anticonceptivos ese porcentaje baja a 66%. Respecto de solicitar pastillas anticonceptivas y/o de emergencia (AHE) y realizarse el test de embarazo, dos de cada tres entrevistadas/os desconoce su derecho a acceder a esas prestaciones sin la compañía de un adulto. Asimismo, los/as adolescentes que cursan los años superiores y quienes ya se iniciaron sexualmente son los que tienen mayor conocimiento acerca del derecho al acceso a prestaciones de salud como menores de edad. También es importante resaltar que las adolescentes mujeres disponen de más y mejor información sobre este tema que los varones, lo que debe ser adecuadamente interpretado desde una perspectiva de género. La respuesta equitativa, que se apoya en teorías de la justicia social (Peter, F; Evans, T. 2002), debe basarse en el principio de asignar servicios o recursos equivalentes para igual necesidad o bien la asignación de servicios y recursos diferentes para los grados de necesidad, lo que significa en este caso no sólo entregar el método anticonceptivo sino asimismo desarrollar la capacidad de interactuar según las diferentes necesidades de los/as adolescentes respondiendo de una manera satisfactoria en todos los casos: cuando un/una adolescente se acerca al Centro de Salud y demanda un método anticonceptivo, o bien cuando se acerca a la guardia de un efector de salud y demanda la pastilla de emergencia. Todas estas situaciones requieren de los/as profesionales actuantes consideraciones específicas sobre las particulares vivencias de desconocimiento incertidumbre, descontrol y angustia que pueden sentir los adolescentes en relación con su sexualidad, y que son específicas de este grupo etario. El acceso de las mujeres al aborto seguro es otro claro ejemplo de inequidad social que interpela el poder de las instituciones del sector salud y del sector judicial, de los profesionales y funcionarios gubernamentales, pues coexiste el problema del acceso a abortos seguros para los sectores medios o altos con la práctica de abortos inseguros en los sectores bajos que presentan mayores carencias y necesidades de atención. Por su carácter ilegal, en nuestro país el aborto es un fenómeno que estigmatiza socialmente tanto a las mujeres como a aquellos profesionales que las realizan, y muchas veces la respuesta social termina siendo la segregación y la marginación (Erviti, J. 2005). Por ello, desde una perspectiva basada en la equidad las intervenciones de política pública deben priorizar la situación de aquellas mujeres que padecen mayor grado de vulneración (mujeres con discapacidad, analfabetas o con bajo grado de escolaridad, migrantes, residentes en zonas de conflicto armado y desplazadas, en situación de prisión, en situación de crisis humanitarias) y son susceptibles de requerir un acceso equitativo al aborto no punible (Bergallo, P.; González Velez, A. 2012) tal como lo prevén fallos y normativas precedentes en Argentina. Esta propuesta enfrenta en la actualidad serias resistencias a su implementación, entre las que cabe mencionar la incidencia que tienen las prácticas de los profesionales, cuyo rol se halla sobredimensionado como guardianes morales de las conductas de los sujetos (especialmente las mujeres) en materia reproductiva (Bergallo, P. 2011). 3.2. Principios En los sistemas de salud basados en la APS los principios sirven de puentes entre los valores sociales y los componentes elementales, y pueden caracterizarse como: CAPÍTULO III - de Lellis, Martín; Berra, Andrea; Morand, María 70 71 PERSPECTIVAS EN SALUD PUBLICA Y SALUD MENTAL a) Dar respuesta integral a las necesidades de salud de la población: Las necesidades pueden ser clasificadas como “objetivas” si son definidas de acuerdo al criterio de expertos y/o de acuerdo a normas técnicas preestablecidas, como puede ser la necesidad que diagnostica un profesional de la salud de que una persona que tiene el virus del VIH comience con un tratamiento antiretroviral, porque se identifica una pauta funcional anómala en el organismo de acuerdo a indicadores o parámetros bioquímicos; o bien como necesidades subjetivas que comprenden aquellas situaciones a resolver que son directamente percibidas por la población y que suelen expresarse en algún tipo de demanda a los servicios especializados de salud. La detección de necesidades subjetivas es un aspecto muy relevante para un sistema basado en la APS, pues permite atender las necesidades y demandas de la población, reconociendo de forma integral las distintas dimensiones involucradas (éticas, políticas, jurídicas, económicas) y respetando la diversidad según género, etnia, situación socioeconómica, política y/o religiosa. Asimismo, este principio incrementa el poder que tiene toda población de visualizar sus propias necesidades y de promover la formulación e implementación de los programas y proyectos de salud en las cuales se involucra mediante la participación, pero como señala una reconocida referente en salud comunitaria: “No se trata de determinar con criterios externos a la comunidad, con los parámetros de los expertos en un campo específico (ej: salud, política, cultura) qué es lo que hace falta en una comunidad. Y no porque tales apreciaciones no sean correctas o dejen de responder a carencias reales, sino porque aún cuando objetivamente esas carencias existan, mientras no sean percibidas psicológicamente, mientras no exista un sentimiento de falta, de ausencia negativa que produzca el concomitante deseo de satisfacerlas en las personas de la comunidad, la necesidad así determinada no tiene existencia para ellas. O bien es atribuida a causas que forman parte de la naturaleza del mundo en que se vive y que, por lo tanto, nada puede hacerse desde la comunidad” (Montero, M. 2006, pág. 93). De allí que el enfoque a adoptar en torno al problema de las necesidades en salud debe conjugar las dimensiones objetivas y subjetivas a fin de que las respuestas gocen de aceptación, integralidad y eficacia tanto para los equipos técnicos como para las poblaciones destinatarias. b) Participación La participación contribuye a que los sujetos se posicionen como protagonistas activos en la toma de decisiones, lo cual se expresa a través de distintos grados de involucramiento o compromiso: estar informado, dar una opinión ante una consulta, evaluar un servicio o prestación, participar en la asignación de prioridades y la toma de decisiones. En relación con el sector salud, la participación de los ciudadanos puede contribuir a que el sistema de salud exprese los valores sociales y proporciona un modo de seguimiento y evaluación de las acciones públicas. Por ejemplo, para un proyecto cuyo objetivo esimpulsar el ejercicio de ciudadanía de los/as adolescentes en relación a sus derechos sexuales y reproductivos es crucial la creación de espacios participativos mediante la realización de asambleas o talleres en instituciones de pertenencia (escuelas, clubs, parroquias o templos, centros culturales y/o deportivos, comedores, etc.) en la cual se pueda habilitar una reflexión crítica sobre actitudes y comportamientos naturalizados que puedan poner en riesgo la salud y desarrollar a partir de allí acciones consensuadas para incrementar el acceso a la información cuyo objetivo sea garantizar el cumplimiento de sus derechos sexuales y reproductivos. En lo que respecta específicamente a los adolescentes, resta profundizar el reconocimiento por parte del equipo de salud de que los/as jóvenes puedan constituirse en sujetos ciudadanos y ciudadanas con capacidad de decidir y ejercer sus derechos plenamente, lo que está reglamentado ya hace más diez años en la Ley Básica de Salud Nº. 153 y la Ley de Protección de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes Nº. 114, ambas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. c) Intersectorialidad En torno a este trascendental principio cabe señalar que para el desarrollo de estrategias de promoción de la salud sexual y reproductiva destinados a la población adolescente es altamente recomendable el trabajo con diferentes sectores, cuya cooperación es necesaria para actuar sobre los determinantes que inciden sobre la salud (educación, vivienda, producción, agricultura, medio ambiente, protección social, planificación urbana). En el caso específico del trabajo intersectorial con el sector educativo este se expresa a través del cumplimiento de la Ley Nacional de Educación Sexual Integral que promueve la promoción de los derechos sexuales y reproductivos en todos los establecimientos educativos, en todos sus niveles y en los contenidos curriculares de las diferentes materias en forma transversal, y que se constituyen además en una oportunidad para estimular el acceso de parte de los adolescentes a los servicios de salud. En el marco de la Ley Nacional de Educación Sexual Integral podemos mencionar también el trabajo intersectorial realizado entre el Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (CDNNyA) con la Secretaría de Educación (actual Ministerio de Educación) para la implementación del Programa “Nuestros Derechos Nuestras Vidas” (2001- 2007) en el ámbito CAPÍTULO III - de Lellis, Martín; Berra, Andrea; Morand, María 72 73 PERSPECTIVAS EN SALUD PUBLICA Y SALUD MENTAL de la CABA uno de cuyos ejes era el de “Sexualidad, Género y Derechos” (Brener y Ramos, 2008). Dicho programa impulsó la realización de talleres de reflexión sobre conductas de género y sexualidad con el objetivo de promover una actitud libre y responsable en los/las adolescentes con relación a su salud, teniendo en cuenta estereotipos de género y conductas de riesgo, generando un espacio permanente de reflexión y prevención para los/las adolescentes, sus familias y los docentes de las escuelas intervinientes. Los talleres fueron llevados a cabo por ONG´s en el marco del trabajo intersectorial con el CDNNyA como conducción en el nivel gubernamental, e intentaron dar respuesta a la demanda surgida desde las escuelas, especialmente desde el área de nivel medio. Entre los principales logros alcanzados se pueden destacar la consolidación de un espacio de construcción colectiva en cada región que ha permitido fortalecer la articulación de los organismos especializados en infancia con el sistema público de salud, las defensorías de niños, niñas y adolescentes y las instituciones especializadas del sistema educativo (Brener, A. y Ramos, G. 2008, op.cit). 3.3. Componentes Los sistemas de salud basados en la APS están conformados por diversos componentes, que se interrelacionan entre sí y están presentes en todos los momentos del proceso de atención. a) Cobertura y Acceso universal La cobertura universal implica que las pautas de financiación y organización de la prestación de servicios son suficientes para cubrir a toda la población, eliminando la capacidad de pago por parte de las personas como barrera de acceso al sistema de salud. Asimismo, el enfoque debe orientar estrategias que impliquen suprimir o mitigar las restantes barreras que limitan la accesibilidad a la atención de salud, ya sean geográficas, económicas, socioculturales, administrativas, de género o etnia. Según la Encuesta Nacional de Salud Sexual y Reproductiva del Ministerio de Salud de la Nación (Ministerio de Salud de la Nación, 2014) es interesante observar que los/as adolescentes presentan una edad de inicio promedio de las relaciones sexuales que se ubica alrededor de los 15 años. Es destacable que más del 80% de las adolescentes mujeres, y más del 89% de los varones usaron preservativos en su primera relación sexual o algún tipo de método anticonceptivo, pero a pesar de esto se observa un aumento en la fecundidad de todas las niñas y adolescentes, registrándose un ascenso desde la década del ´80 que se mantiene estable durante 20 años hasta el 2003, y a partir de ese año comienza a aumentar nuevamente hasta llegar al 2010 a 1,9 hijos por cada 1000 niñas. También se ha desplazado ascendentemente la tasa de fecundidad precoz de 10 a 14 años, lo que incide en el aumento de la tasa de fecundidad general de las adolescentes. Estos datos permiten formular hipótesis en torno a que la creciente incidencia de embarazos no planificados en los adolescentes puede estar reflejando la existencia de barreras de accesibilidad entre los/as adolescentes (por ej: a servicios de asesoría o consejería sobre salud sexual y salud reproductiva) que deberían ser incorporadas como una cuestión relevante en la orientación de las políticas públicas. En tal sentido, la encuesta indica que más del 90% de los adolescentes tuvieron acceso a la información, pero cabría evaluar si resulta adecuada a sus inquietudes e intereses para lograr adherencia al uso del preservativo y/u otros métodos anticonceptivos, ya que suelen hallar dicha información a través de canales informales (internet, amigos/as, miembros del entorno familiar) que no aseguran necesariamente la veracidad de los datos provistos. b) Énfasis en la promoción y en la prevención Este tipo de intervenciones son de vital importancia para un sistema basado en la APS porque permiten a las comunidades y a las personas recursos indispensables para ejercer un mayor control sobre sus propias condiciones de vida y, por otro lado, porque resultan esenciales para abordar los determinantes sociales de la salud, tal como ha sido expresado en la Carta de Ottawa para la Promoción de la Salud (1986) y en la Declaración de Yakarta (1997). Particularmente en el área de la salud sexual y reproductiva se puede mencionar como ejemplo a las intervenciones individuales, familiares, grupales e institucionales orientadas a la promoción de estilos de vida y/o ambientes saludables, el desarrollo de acciones destinados a fortalecer las redes de apoyo y sostén, la participación en actividades que impliquen el uso apropiado del tiempo libre y/o la implementación de consejerías individuales y/o grupales para el asesoramiento sobre salud sexual y reproductiva dirigidos a los diferentes géneros y grupos etáreos. Por otra parte, entre las actividades de prevención específica se pueden señalar, por ejemplo, la realización de estudios y pesquisas para identificar comportamientos nocivos para la salud, la disponibilidad de servicios de atención psicológica para la atención de los problemas y/o trastornos más frecuentes en las personas que acuden en busca de asistencia; la disponibilidad e integración de recursos de asistencia psicológica para el tratamiento de CAPÍTULO III - de Lellis, Martín; Berra, Andrea; Morand, María 74 75 PERSPECTIVAS EN SALUD PUBLICA Y SALUD MENTAL enfermedades crónicas; el diseñoe implementación de acciones destinadas a grupos específicos de la población para el abordaje de los problemas de salud prevalentes tales como el cáncer de útero y cuello uterino a través del papanicolau, las infecciones de transmisión sexual mediante acceso al testeo, la prevención del HPV (virus papiloma humano) a través de la vacunación de las niñas de 11 años. c) Atención integral y cuidados apropiados La integralidad en la atención es un desafío que convoca al sistema de salud en su conjunto y supone considerar la multiplicidad de factores determinantes del proceso salud- enfermedad, y la necesidad de una respuesta acorde a dicha complejidad. Exige asimismo la coordinación entre los distintos efectores que componen el sistema para garantizar la satisfacción de las necesidades de salud a través de los diferentes niveles y escenarios de atención mediante la coordinación de una red de referencia y contrarreferencia que permita conectar todos los niveles del sistema de salud. Los servicios de atención primaria son fundamentales para garantizar el acceso equitativo de la población a los servicios básicos de salud, y deben por ello constituirse en la puerta de entrada al sistema de atención de salud emplazándose lo más cerca posible de donde las personas viven, trabajan y/o estudian. Íntimamente vinculada con la atención integral, los cuidados apropiados suponen que el sistema de servicios de salud concibe las necesidades de salud adecuando las respuestas a la comunidad local y a las necesidades específicas de diversos grupos de población, entre otros los niños, niñas y adolescentes, las mujeres, los adultos mayores, las personas con discapacidad, las poblaciones de migrantes y de pueblos originarios. En el área de la salud reproductiva podemos identificar el relevante rol que tienen las instituciones que integran la red de servicios de salud para garantizar los cuidados y controles obstétricos durante el embarazo en el primer nivel y para la realización del parto en el segundo nivel de atención, así como facilitar nuevamente el acceso de la mujer y su pareja al primer nivel de atención para la instancia de postparto, la prevención de embarazos no deseados y/o el acceso a métodos anticonceptivos y a los cuidados y controles en salud del bebé en los primeros días de vida. Como ha sido ya sistematizado en anteriores trabajos, la coordinación entre distintos niveles también resulta necesaria para el diagnóstico temprano e intervención oportuna relacionada con la transmisión vertical del HIV SIDA, pues allí tienen un rol definido y diferenciado las instituciones que corresponden al primer y segundo nivel de atención (Saforcada, E; de Lellis, M; Mozobancyk, S. 2010). 4. CRITERIOS DE REGIONALIZACIÓN La implementación efectiva de la APS requiere un sistema regionalizado de organización de los servicios sanitarios concebido para responder a los diversos niveles de necesidad de la población (Starfield, B. 2004) que habita un determinado territorio. En nuestro país, una de las primeras formas de organización del sistema de salud basada en el criterio de regionalización son las denominadas áreas programáticas, ya que el término fue acuñado por primera vez en la década del 60 y sus primeras aplicaciones prácticas datan de los años 70 (Lemus, J. 1993). Ha sido definida como el ámbito geográfico de cobertura asignado a un establecimiento de salud (hospital general, hospital especializado, o Centro de Atención Primaria de la Salud), para poner en práctica el programa de atención sanitaria, a su vez determinado por la posibilidad de acceso geográfico de la población y/o la relación con otros centros asistenciales. Si bien este enfoque ha tenido creciente importancia como medio para que los efectores de salud puedan delimitar acciones y responsabilidades adminis- trativas y sanitarias en una determinada zona geográfica, una de sus mayores críticas es que centraliza todas las decisiones políticas y técnico-administrati- vas en la institución hospitalaria. Cabe distinguir el concepto área programática del concepto área de influencia, definido como el ámbito geográfico de donde proceden con cierta regularidad pacientes que concurren al establecimiento sanitario o a alguno de sus servicios espontáneamente. El área de influencia, habitualmente más extensa territorialmente que el área programática, debe ser también considerada en la programación de las actividades hospitalarias y en la coordinación con efectores ubicados en otras regiones geográficas. En la actualidad el proceso de regionalización no se concibe solo como una simple división geográfica sino que debe inscribirse en un proceso de descentralización política y administrativa mucho más amplio, cuyo fin es la mejora de la accesibilidad de la población a los servicios de salud. Así es como el concepto de áreas programáticas ha dado paso a la definición de Áreas de Salud, acorde al proceso de transformación del modelo de atención que concibe la APS renovada. Las Áreas de Salud responden a la combinación de los procesos de descentralización política y administrativa (o funcional) que promueve la participación de la población como un elemento clave para la gestión de los problemas de salud, para la identificación de sus necesidades y la priorización en la asignación de los recursos existentes. CAPÍTULO III - de Lellis, Martín; Berra, Andrea; Morand, María 76 77 PERSPECTIVAS EN SALUD PUBLICA Y SALUD MENTAL En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires las Areas de Salud se encuentran establecidas en la Ley Básica de Salud, Nro. 153/1999 y su existencia corresponde a un proceso de descentralización funcional, es decir, que ciertas facultades que se ejercían centralizadamente desde los Ministerios de Salud pueden ser efectuadas actualmente por los funcionarios y equipos de salud a nivel local. Esta descentralización, que es básicamente administrativa, se correlaciona con la descentralización política o territorial que se ha establecido en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a partir de la Ley de Descentralización Nro. 1777/2005 y con la transformación del modelo de atención acorde a la estrategia renovada de la APS, a través de la cual se han creado las Comunas definidas como unidades de gestión política y administrativa descentralizadas con competencia territorial, patrimonio y personería jurídica. Las comunas potencian a los gobiernos locales devolviendo a los niveles locales competencias y facultades de diversas índoles que promueven mayor autonomía decisional (Secretaría de Salud de GCBA, 2002). 5. LA RED DE SERVICIOS EN EL TERRITORIO La provisión de servicios de salud cumple un rol importante en la implementación de los valores, principios y elementos esenciales de un sistema de salud basado en la APS, y debe procurar que “ las personas reciban un continuo de servicios de promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento, gestión de enfermedades, rehabilitación y cuidados paliativos a través de los diferentes niveles y sitios de atención del sistema de salud y de acuerdo a sus necesidades a lo largo del curso de vida” (WHO, 2008) En el caso del subsistema de atención en salud en Argentina, los servicios son brindados a través de una amplia red de instituciones agrupadas en tres subsectores: público, de la seguridad social y/o privados. Deteniéndonos específicamente en el Subsector Público, que se halla financiado por el presupuesto estatal, cabe señalar que presta servicios personales de atención a la salud mediante la acción coordinada de diversas instituciones asistenciales, tales como Centros de Atención Primaria y Hospitales (generales y/o especializados) dotados de diferentes niveles de complejidad y resolución. El concepto de niveles de atención se basa en el principio fundamental de lograr que exista una correcta adecuación entre la demanda de asistencia originada en una situación o problema de salud específicos, y el grado de complejidadnecesario para lograr su resolución y satisfacer dicha demanda. De allí que se plantee como propuesta programática que los problemas más frecuentes requieren tecnologías simples que pueden hallarse disponibles en unidades que dispongan de menor capacidad resolutiva, mientras que si las respuestas a una determinada necesidad en salud rebasan la capacidad tecnológica de un nivel de atención la asistencia debe quedar bajo la responsabilidad de un nivel de mayor complejidad resolutiva. De ese modo, se presupone la existencia de una relación de eficacia y eficiencia entre la complejidad de un problema de salud y los métodos y técnicas requeridos para atenderlos. Esta forma de adecuar progresivamente los recursos y la tecnología a la resolución de las necesidades implica que las tecnologías relativamente más simples deben hallarse cercanas a los lugares de residencia de la población a fin de promover una mayor accesibilidad geográfica y cultural; mientras que los recursos más complejos y costosos deben concentrarse en los establecimientos hospitalarios de mayor escala, procurando mayor eficiencia en su uso. La integración entre niveles asistenciales bajo el modelo de red coordinada de servicios que proporciona continuidad asistencial a una población definida presenta múltiples ventajas sanitarias (Ortún V. 1998), y ha sido recogida como propuesta de mejora en los principales documentos programáticos formulados en Argentina durante la última década. El Plan Federal señala, por ejemplo, lo siguiente: “(...) El modelo que se persi- gue es el de un sistema en el cual las personas pueden acceder a una red y no a servi- cios aislados, en función de la estrategia de atención primaria, en la que los distintos componentes actúen en función de las necesidades de los destinatarios”. Por otro lado, en Argentina, el Consejo Federal de Salud en conjunto con el Ministerio de Salud de la Nación realizaron un documento en el año 2004 titulado “Bases del Plan de Salud 2004 - 2007” en el que propone como uno de los objetivos primordiales el diseño de un nuevo modelo sanitario basado en la construcción de redes de atención y reconociendo su base principal en la estrategia de Aten- ción Primaria de la Salud (Ministerio de Salud de la Nación, 2004). Sin embargo, la sola organización del sistema en niveles de complejidad creciente no garantiza la integridad e integralidad en el proceso de atención. Esta se logra mediante la coordinación en red de las instituciones para adecuar la oferta de servicios según el nivel de atención y el grado de complejidad resolutiva (Bello, J; de Lellis, M; Mozobancyk, S. 2007) y mediante acciones de promoción de la salud en escenarios tales como clubes, escuelas o lugares de trabajo emplazados territorialmente (Capote Mir, R. 1992) a los que tienen frecuente y habitual acceso los sujetos en el devenir de la vida cotidiana. CAPÍTULO III - de Lellis, Martín; Berra, Andrea; Morand, María 78 79 PERSPECTIVAS EN SALUD PUBLICA Y SALUD MENTAL 6. PSICOLOGIA Y ATENCION PRIMARIA DE LA SALUD Resta considerar cuáles son las contribuciones potenciales de la psicología a las estrategias de Atención Primaria de la Salud orientadas según una perspectiva integral y tomando en cuenta los distintos niveles de atención. El primer nivel de atención constituye el nivel local más cercano a la población con atención de bajo riesgo. Allí se implementan acciones de inmunización, educación para la salud, promoción de la salud y prevención primaria mediante pautas de coordinación y trabajo en red con organizaciones barriales, instituciones educativas y otros actores sociales de la comunidad que contribuyen a implementar acciones de detección de las necesidades de la comunidad que reside en el área geográfica lindante. En el marco de la APS Renovada este nivel requiere de un especial fortalecimiento ya que presta atención integral, integrada y apropiada a lo largo del tiempo, hace énfasis en la prevención y en la promoción, garantiza el primer contacto del usuario con el sistema y debe resolver la mayoría de las necesidades y demandas de atención que la población presenta a lo largo de la vida. De acuerdo a Morales Calatayud (1999), quien recoge la experiencia desarrollada en Cuba incluso antes de la formulación de Alma Ata, la participación de la psicología halla plena justificación en el nivel primario de atención, en una muy variada gama de problemáticas y escenarios que se vinculan con circunstancias frecuentes y esperables en el ámbito de la vida cotidiana y durante el curso de vida de los sujetos. Ello puede ilustrarse mediante ejemplos aplicables al campo de la salud materno-infantil, sexual y reproductiva tales como los siguientes: • Prácticas sexuales sin protección que pueden ser la causa de un embarazo no planificado y/o de infecciones de transmisión sexual. • Dificultades de la pareja para el seguimiento y controles prenatal durante el embarazo. • Violencia contra la mujer (incluye maltrato de los servicios de salud). • Inadecuada preparación de la pareja y los demás familiares para el acontecimiento del parto y para brindar cuidados físicos y emocionales al recién nacido. • Inclusión del enfoque de género en la paternidad/maternidad. b) Salud infantil • Comportamientos y ambientes domésticos propiciadores de accidentes. • Inadecuados patrones de crianza infantil e insuficientes respuestas y/o estimulación a las necesidades intelectuales y afectivas del niño. • Maltrato sobre los niños, incluyendo el abuso físico. • Uso inadecuado de los recursos disponibles para la atención y seguimiento de la salud del niño. • Trastornos de aprendizaje y dificultades de adaptación del niño al ámbito escolar. c) Adolescencia • Iniciación en prácticas nocivas para la salud a mediano y largo plazo (ej: abuso de sustancias psicoactivas). • Mayor riesgo de accidentalidad, al ampliarse el espacio de desplazamiento físico o por la práctica de deportes de riesgo. • Dificultades de adaptación al medio familiar, la escuela y el ambiente social. • Afrontamiento de situaciones y problemas novedosos vinculados con la toma de decisiones en el ámbito de los estudios, el trabajo y la vida social. El Segundo Nivel de atención, representado por los hospitales generales y/o especializados atienden a la población de mediano riesgo por demanda espontánea o bien por procedimientos de derivación efectuado por otros efectores del sistema como los Centros de Atención Primaria de la Salud. Estas instituciones, que suelen disponer de recursos técnicos y humanos más especializados, se encuentran dotadas de mayor capacidad resolutiva para atender aquellos casos de mediano o alto riesgo que en los anteriores niveles no han podido ser eficazmente resueltos. Por la índole de las problemáticas que más a menudo llegan a consulta en los servicios hospitalarios especializados en pediatría y/o en ginecología u obstetricia resulta también relevante considerar el desempeño potencial del psicólogo (Morales Calatayud, F. 1999) en un conjunto de intervenciones tales como: a) Servicios hospitalarios para niños • Problemas frecuentes asociados a las condiciones de la enfermedad en niños, que pueden conllevar posibles limitaciones y/o discapacidades. CAPÍTULO III - de Lellis, Martín; Berra, Andrea; Morand, María 80 81 PERSPECTIVAS EN SALUD PUBLICA Y SALUD MENTAL • Participación de los padres en el proceso de atención y/o recuperación de forma previa, durante y/o con posterioridad al proceso de hospitalización. • Trastornos ocasionados por la enfermedad y/o el proceso de hospitalización en el ciclo de aprendizaje escolar, con la afectación que produce en los vínculos con el grupo de pares. • Limitaciones en la esfera del juego y la recreación, que obligan a readaptar y enriquecer el empleo del tiempo libre. b) Servicios de ginecología y obstetricia: • Preparación psicológica (de ambos cónyuges) para el proceso departo. • Atención psicológica ante posibles duelos (pérdida del feto y/o del neonato durante el proceso de gestación). • Problemas y/o dificultades durante la lactancia materna. • Problemas emocionales resultantes de prácticas de aborto. • Dificultades de adherencia al tratamiento de infecciones de transmisión sexual, en particular en relación al VIH-sida. 7. COMENTARIO FINAL En el transcurso de las casi cuatro décadas que nos separan de la Conferencia de Alma Ata se han planteado muy distintos enfoques interpretativos de la Atención Primaria de la Salud, que reflejan mayor o menor nivel de alineación con los postulados centrales que caracterizan dicha estrategia. Resulta necesario entonces recuperar una perspectiva integral que, basándose en los valores, componentes y principios de la una APS renovada, promueva mayores oportunidades para ejercer el derecho a la atención en salud. Dado que las políticas adoptadas recientemente en nuestro país abre un cúmulo muy importante de oportunidades para implementar la estrategia de APS resulta necesario avanzar en el desarrollo y la adopción de herramientas que, alineada con las actuales procesos transformadores, permita desplazar el eje del discurso políticamente correcto a una acción que transforme efectivamente la realidad sanitaria. Para cumplir con dicho objetivo se debe incentivar un modelo de trabajo que integre los aspectos formales e informales de las redes de atención y la coordinación de servicios según su mayor o menor capacidad resolutiva y desde una concepción que reconozca la importancia de los actores, procesos y realidades que se expresan en el ámbito territorial. En relación al rol específico de la psicología, esta disciplina plantea enormes potencialidades para integrarse a los equipos generales de salud desde la perspectiva de APS, pero es necesario revisar los actuales procesos de formación y orientación de las prácticas, a fin de jerarquizar y fortalecer aquellas respuestas orientadas hacia la promoción de la salud, la interdisciplina, la intersectorialidad y el trabajo en red. La APS continúa planteando trascendentales desafíos, que es hora de recuperar críticamente para seguir inspirando y fortaleciendo la acción. CAPÍTULO III - de Lellis, Martín; Berra, Andrea; Morand, María 82 83 PERSPECTIVAS EN SALUD PUBLICA Y SALUD MENTAL BIBLIOGRAFIA Banco Mundial. (1993). Invertir en salud. Washington D.C. Brener, A; Ramos, G. (2008) La Adolescencia: sus derechos y sus prácticas de sexualidad saludable. CoNDeRS. Argentina Bello, J; de Lellis, M; Mozobancyk, S; (2009). Cumplimiento de la referencia y contrarreferencia en el nivel local. Medicina y Sociedad. Revista Medicina y Sociedad.. Vol. 29. Nº 3. Bergallo, P.; (2011): “Aborto y justicia reproductiva: una mirada sobre el derecho comparado”. Revista Cuestión de Derechos, Nro. 1, julio 2011. www. cuestióndederechos.org.ar Bergallo, P.; González Vélez, A.; (2012): Interrupción Legal del Embarazo por la Causal Violación: enfoques de salud y jurídico, Colombia. Editado por La Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres. Carpintera, M; Volz, F; Pagés, L; Luro, V; Vásquez, E. 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