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44 ATLAS DE ANATOMÍA PATOLÓGICA FIGURA 2-56 Endocarditis infecciosa, vista macroscópica La cicatrización en la endocarditis infecciosa puede dejar daño valvular residual. Aquí se muestra una fenestración pequeña y otra fenestración más grande (▲) de una valva aórtica, consecuencia de una endocarditis infecciosa cicatrizada, y la destrucción parcial de otra valva. El resultado de esta lesión valvular es la insuficiencia aórtica y una lesión por impacto del chorro sobre el endocardio adyacente, que sufre fibrosis focal. Puede que se ausculte un soplo. Las fenestraciones mayores pueden causar insuficiencia valvular. FIGURA 2-57 Endocarditis infecciosa, vista microscópica Esta válvula pone de manifiesto vegetaciones friables compuestas de fibrina y plaquetas (color rosa) mezcladas con células inflamatorias y colonias bacterianas (color azul). La friabilidad de la vegetación explica cómo porciones de la vegetación pueden desprenderse y embolizar. La endocarditis del lado izquierdo puede complicarse por embolización a la circulación sistémica, mientras que la embolización desde el lado derecho afecta a los pulmones. Las válvulas cardíacas son relativamente avasculares, de manera que se necesita una terapia antibiótica prolongada y a grandes dosis para erradicar la infección. FIGURA 2-58 Aneurisma micótico, vistas macroscópica y microscópica La embolización desde la endocarditis infecciosa propaga la infección a otras partes del cuerpo. Las lesiones valvulares izquierdas lanzan una ducha de émbolos a la circulación sistémica y los émbolos pueden enclavarse en órganos como el cerebro, el bazo y los riñones. Aquí se muestra un infarto embólico que afecta a un hemisferio cerebral (ilustración izquierda), y en el estudio microscópico (ilustración derecha) se observa un aneurisma micótico, con destrucción de una pared arterial por la inflamación y áreas azules borrosas que representan colonias bacterianas proliferantes.