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FIGURA 13-60 Carcinoma de endometrio, vista microscópica El adenocarcinoma que se ve a la izquierda está moderadamente diferenciado, ya que aún puede discernirse una arquitectura glandular. Obsérvese la atipia arquitectural de las glándulas, el apilamiento celular, la hipercromasia y el pleomorfismo del adenocarcinoma, y compárense con el endometrio subyacente (zona derecha de la imagen), que presenta hiperplasia quística. Más del 85% de los carcinomas de endometrio tienen este patrón de adenocarcinoma. El diagnóstico se hace con más frecuencia mediante biopsia endometrial, ya que es raro que haya células exfoliadas diagnósticas en la citología vaginal. La mayoría de estos cánceres se detectan cuando aún se encuentran confinados al útero (estadio I), por lo que la tasa de supervivencia a los 5 años es aproximadamente del 90%. FIGURA 13-61 Carcinosarcoma (tumor mülleriano mixto maligno), vista macroscópica Esta neoplasia irregular e infiltrante afecta tanto al endometrio como al miometrio. Los carcinosarcomas forman masas voluminosas polipoideas que tienen una superficie de corte carnosa. Pueden ser tan grandes que sobresalgan a través del orificio cervical. La presentación clínica habitual es similar a la del carcinoma de endometrio, con hemorragia posmenopáusica. Algunos pacientes tienen una historia de radioterapia pélvica. * FIGURA 13-62 Carcinosarcoma (tumor mülleriano mixto maligno), vista microscópica Hay elementos carcinomatosos junto con elementos sarcomatosos «heterólogos» (en este caso recuerdan al condrosarcoma [*]). Los componentes mesodérmicos malignos pueden tener diferenciación muscular, ósea, adiposa y cartilaginosa. La mayoría de estas neoplasias actúan de forma agresiva. Las metástasis suelen tener el aspecto microscópico de un adenocarcinoma. 311