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314 ATLAS DE ANATOMÍA PATOLÓGICA FIGURA 13-70 Absceso tuboovárico, vista macroscópica Este proceso se asoció a una infección por Neisseria gonorrhoeae, aunque otros organismos, como Chlamydia trachomatis, también pueden causar esta enfermedad. La gonorrea produce varias complicaciones en el aparato genital femenino, como son la inflamación aguda con formación de absceso, la inflamación crónica con cicatrización tubárica (y mayor probabilidad de embarazo ectópico) y la enfermedad inflamatoria pélvica. En este caso no hay un límite claro entre la trompa (�) y el ovario (�), y el corte del ovario dilatado permite ver que está ocupado por material purulento. FIGURA 13-71 Salpingitis aguda, vista microscópica Aquí se ve un resto de epitelio tubárico rodeado e infiltrado por numerosos neutrófilos. Se cultivó Neisseria gonorrhoeae. El siguiente organismo en frecuencia que se asocia a estos hallazgos es Chlamydia trachomatis. Sin embargo, puede haber múltiples especies de bacterias piógenas en la salpingitis aguda que evoluciona a enfermedad inflamatoria pélvica, como bacterias entéricas, estafilococos, estreptococos y clostridia. Las manifestaciones clínicas son dolor pélvico y fiebre. El proceso puede producir infertilidad. Un hallazgo de laboratorio es la leucocitosis con desviación a la izquierda. FIGURA 13-72 Quiste paratubárico, vista macroscópica Se trata de un hallazgo incidental frecuente: un quiste paratubárico benigno (�), que es un resto embriológico del conducto de Müller. A veces estos quistes simples se encuentran adyacentes al ovario y se denominan quistes paraováricos. Están llenos de líquido seroso claro y están revestidos por epitelio cuboideo aplanado. En cuanto al tamaño, van desde los apenas visibles hasta los que miden unos 2 cm. Éste, en el extremo fímbrico de la trompa, se puede designar también como hidátide de Morgagni.