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Los cambios socioculturales y la construcción de la identidad en personas mayores 
lesbianas y gays en Argentina 
Ricardo Iacub, Claudia J. Arias, Mariana Mansinho, Martín Winzeler y Rocio 
Vazquez Jofre 
Resumen 
Las personas mayores LGBT+ en la Argentina padecieron la discriminación y los malos 
tratos de una época signada por una lógica heteronormativa, así como homo y 
transfóbica, que las identificó con la enfermedad, la perversión y la delincuencia. Sin 
embargo, en las dos últimas décadas se produjeron transformaciones de gran magnitud 
con respecto a esta población, que se expresaron a través de políticas sociales y de 
leyes, así como en los medios de comunicación y en la opinión pública. Este artículo 
tiene por objetivo analizar los niveles de aceptación y expresión de la identidad (“salida 
del closet”) en las personas mayores lesbianas y gays a partir de los cambios 
socioculturales y políticos sucedidos en Argentina y en su relación con los marcos de la 
familia, los amigos, el trabajo y los profesionales de la salud. A tal fin, se desarrolló un 
estudio cualitativo en el que se implementaron grupos focales a personas mayores gays 
y lesbianas. El guion exploró los cambios que se produjeron en Argentina que brindaron 
mayor bienestar a las personas LGBT+ y que modificaron las formas de percibirse a sí 
mismo, así como la relación con otros y el significado de ser un adulto mayor LGBT en 
la actualidad. Los resultados indican que los cambios socioculturales son vistos como 
positivos, aunque plantean dudas acerca de su profundidad y autenticidad. Las 
influencias más relevantes aparecieron en ciertos personajes del arte, algunas políticas 
antidiscriminatorias y en buena medida en psicoterapias que apoyaron su nuevo 
posicionamiento. La familia, la escuela y el trabajo aparecen como los ámbitos de 
mayor ocultamiento. Las leyes del matrimonio igualitario y la de identidad de género no 
son considerados como determinantes de sus cambios, pero si como símbolo de una 
época de mayor tolerancia y diversidad en la que han logrado el ejercicio de sus 
derechos como ciudadanos. 
 
Palabras clave: gays – lesbianas – vejez – identidad – marco legal- cambios 
socioculturales 
Introducción 
El presente artículo tiene por objetivo analizar los niveles de aceptación y expresión de 
la identidad (“salida del closet”) en las personas mayores lesbianas y gays a partir de los 
cambios socioculturales y políticos sucedidos en Argentina y en su relación con los 
marcos de la familia, los amigos, el trabajo y los profesionales de la salud. 
Los cambios en los contextos culturales con respecto a la cuestión LGBT+ en este país 
han sido tan notorios que emergen como un eje desde donde investigar la relación que 
se establece entre las narrativas socioculturales, los cambios políticos y las narrativas de 
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grupos minoritarios. Particularmente desde donde se puedan considerar las 
facilitaciones o limitaciones que marcan las narrativas de una época en los sujetos de 
una cohorte específica. 
Desde el año 2003, en Argentina, se han generado, cambios tan trascendentes con 
respecto a esta temática que permiten analizar los efectos subjetivos de una generación 
que vivió tempranamente en un contexto que comprendía al colectivo LGBT+ desde la 
patología, la perversión y la delincuencia generando con ello situaciones de 
discriminación, malos tratos e invisibilización. 
La investigación se realizará desde la perspectiva del curso de la vida ya que articula los 
hechos sociales con los cambios subjetivos, y desde una lectura narrativa donde se 
comprenda el significado de la experiencia de vida a partir de una generación que 
comparte un contexto de desarrollo histórico, cultural y social (Cohler & Hammack, 
2006). Desde allí se explorará el interjuego entre los cambios sociales y la escritura de 
vida en la construcción de la identidad sexual gay y lesbiana en Argentina. 
 
Los cambios socioculturales 
Los acontecimientos más importantes que situaron la ampliación de los derechos en la 
Argentina se asocian con medidas específicas a este sector. 
En primer término, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el 
Racismo (INADI) creado en el año 1995 tiene por objeto elaborar políticas nacionales 
para combatir toda forma de discriminación, xenofobia y racismo. El mismo impulsa y 
lleva a cabo políticas públicas federales y transversales orientadas a lograr una sociedad 
diversa e igualitaria. Hacia el año 2003 toma un eje central relativo a la defensa de los 
derechos LGBT+ con un alto nivel de inserción social y de reconocimiento público. 
En segundo término, la ley del Matrimonio Igualitario en el año 2010 convierte a la 
Argentina en el primer país de América Latina en reconocer el derecho a matrimonio 
entre personas del mismo sexo. A partir de un significativo nivel de debate que aparece 
desde las organizaciones LGBT, se fueron librando batallas judiciales hasta llegar a un 
consenso tanto de las fuerzas gobernantes, como de los medios de comunicación y 
finalmente de la mayoría de los sectores políticos. 
En tercer término, la ley de Identidad de Género fue sancionada en el año 2012. La 
misma no considera la condición trans como patológica y permite que sean inscriptas en 
sus documentos personales con el nombre y el género de elección, sin requerir un 
cambio de sexo. Adicionalmente, la mencionada ley ordena que todos los tratamientos 
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médicos de adecuación a la expresión de género sean incluidos de manera gratuita. Los 
debates que se originaron a partir de la misma mejoró notoriamente la mirada social 
sobre este grupo. 
Partimos del presupuesto teórico que la identidad se construye en contextos 
psicosociales complejos y en base a las narrativas disponibles sobre la vida (Rosenwald 
& Ochberg, 1992; Shotter & Gergen, 1989; Thorne, 2000). De esta manera, la historia y 
la biografía entran en diálogos permanentes y donde los argumentos se conforman en 
base a recursos narrativos propios de una época. 
La construcción de la identidad personal, como todos los aspectos del desarrollo 
humano, suceden dentro de un contexto histórico, social y cultural (Elder, 1974; Elder 
& Caspi, 1990; Elder, Johnson & Crosnoe, 2003). Las comprensiones compartidas del 
significado de la experiencia de vida emergen entre los miembros de una generación- 
cohorte que comparten un contexto de desarrollo histórico, cultural y social (Cohler & 
Hammack, 2006). 
La identidad se conforma como una estructura narrativa, desde donde emergen y se 
construyen los significados. Esta posibilidad de narrar permite dar coherencia y sentido 
a los diferentes hechos y situaciones del recorrido vital de las personas (Laceulle & 
Baars, 2014). 
El interjuego entre los cambios sociales y la escritura de vida en la construcción de la 
identidad sexual gay y lesbiana permite conocer la relación entre los procesos sociales y 
la capacidad del sujeto de narrativizar los cambios. Uniendo las perspectivas 
psicológicas y sociales de la identidad, el marco narrativo enfatiza el significado del 
contexto social en el proceso de agenciamiento de la auto construcción narrativa desde 
la adolescencia hasta la vejez (Bruner, 1990; Gergen, 1994). 
Las narrativas de la identidad sexual representan las historias compartidas de las 
interacciones del sí mismo. Una de estas son las historias del coming out (Savin-
Williams 1998, 2001), las que suelen ser representadas como una elección o una 
realización de procesos intrínsecos o de momentos históricos de transformación social. 
Las historias gays y lesbianas reflejan narrativas cambiantes de la identidad que se 
encuentran enraizadas en procesos culturales y se organizan en marcos identitarios. 
La importancia de analizar las narrativas de los protagonistas radica en detectar, por 
ejemplo, las marcas y heridas que produce el lenguaje discriminatorio. Giribuela(2014), 
en una investigación realizada en Argentina con adultos mayores detectó 3 tipos de 
heridas de lenguaje: discursos no verbalizados (silencios para no ser discriminados o dar 
Analia Zarate
I
Analia Zarate
I
Analia Zarate
Importante
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por sobre entendida cierta información), discursos insinuados (dar por sentado que la 
otra persona conoce la orientación sexual del interlocutor) y discursos insultivos 
(adjetivar y tratar de manera negativa). 
Barrientos y Cárdenas (2013) en un estudio realizado en Chile, consideraron que la 
homofobia tiene un impacto significativo en la calidad de vida de las personas 
pertenecientes a minorías sexuales. 
Otras investigaciones recientes resaltan el papel de las leyes en el desarrollo de la 
calidad de vida. Por ejemplo, Daniel y Butkus (2015) señalan que las leyes estatales o 
federales pueden afectar la calidad de vida de las personas LGBT+. Es así que las 
políticas discriminatorias hacia este colectivo, refuerzan los factores ambientales y 
sociales que afectan negativamente el bienestar mental y físico de las personas LGBT+. 
Hammack, Frost y Meyer (2017) muestran la relación entre los contextos históricos y 
las trayectorias vitales de varones gays en EEUU. Se destacaron 5 generaciones, que 
actualmente conviven y cuyas prácticas a nivel de la salud se diferencian, evidenciando 
la importancia de los eventos que propician cambios sociales y que pueden marcar 
diferencias en las trayectorias vitales. Esto indicaría la posibilidad de recortar dos 
principios rectores para la investigación: el tiempo y el lugar histórico; y la relevancia 
de un hecho según la etapa de desarrollo del individuo (Hammack, Frost & Meyer, 
2017). 
De esta manera la identidad gay puede ser comprendida como una narrativa articulada 
tanto histórica cómo culturalmente, a prácticas sociales (McLean, Lilgendhal, Fordham, 
Alpert, Marsden, Szymanowski y McAdams; 2017) asociadas, en este caso, con los 
cambios políticos y sociales capaces de transformar las actitudes y prácticas hacia esta 
temática. 
 
Metodología 
En este estudio se implementó una metodología cualitativa. La elección fue debido a la 
necesidad de obtener relatos espontáneos, así como a propiciar la emergencia de 
significados desde la percepción de los propios participantes. Asimismo, se pretendió 
captar las diversas perspectivas existentes en lo referido a los ejes explorados. A tal fin, 
se seleccionó como técnica de recolección de datos el grupo focal ya que además de las 
opiniones de cada uno de los participantes se obtiene información acerca de la 
interacción entre ellos. Se decidió realizar dos grupos focales: uno de lesbianas y otro de 
gays. 
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A tal fin, el equipo de investigadores elaboró un guion que incluyó los siguientes ejes: 
1) cambios que se produjeron en Argentina que brindaron mayor bienestar a las 
personas LGBT+, 2) incidencia de las leyes de matrimonio igualitario e identidad de 
género, 3) percepción de cambios en la sociedad y en los medios masivos de 
comunicación, 4) cambios en la posibilidad de expresar la identidad como personas 
LGBT, 5) incidencia de dichos cambios a nivel de las relaciones con la pareja, la 
familia, los amigos, los vecinos, la escuela y el trabajo, 6) cambios en las formas de 
percibirse a sí mismo, en su autoestima y en su bienestar y 7) significado de ser un 
adulto mayor LGBT+ en la actualidad. 
Para la conformación de los grupos focales se consideraron personas gays y lesbianas 
que fueran adultos mayores (de 60 años o más) y que residieran de manera permanente 
en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Argentina). Los mismos fueron convocados 
tanto a través de organizaciones que reúnen a personas gays y lesbianas como a partir de 
conocidos que facilitan el contacto –técnica bola de nieve-. De este modo se consiguió 
que ambos grupos quedaran conformados tanto por personas que participan activamente 
en dichas organizaciones como por las que no forman parte de ellas. Ambos grupos 
quedaron integrados por 10 personas. En el grupo de lesbianas el promedio de edad fue 
de 68,7 (DS: 4,5) La mitad de ellas vivía sola y las demás con su pareja. Solo dos de 
ellas vivían con pareja e hijos. Las dos terceras partes tenían formación educativa de 
nivel terciario o universitario. 
En el grupo de gays el promedio de edad fue de 72 años (DS: 3,6). Solo uno de ellos no 
estaba jubilado. La mitad tenía formación universitaria. Cinco de ellos vivían con su 
pareja, uno con pareja e hijos, tres vivían solos y uno con su madre. 
Una vez realizadas las gestiones para contactar a las personas, así como para brindarles 
la información necesaria que les permitiera decidir su participación, se concretaron los 
grupos focales. Los mismos fueron coordinados por uno de los investigadores quien, 
antes de su inicio, solicitó el consentimiento informado por escrito de cada uno de los 
participantes. A continuación, el coordinador, fue introduciendo uno a uno los ejes de 
exploración en forma de pregunta. Al finalizar, se agradeció la colaboración y el aporte 
de datos relevantes para el desarrollo del trabajo de investigación. Los grupos focales 
tuvieron una duración aproximada de una hora y media cada uno. El registro de los 
mismos fue realizado mediante grabación de audio. 
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Los datos relevados fueron analizados de manera cualitativa, generando categorías que 
permitieran lograr conceptualizaciones y abstracciones comprensivas de los mismos. 
Resultados 
A continuación, se detallan las conceptualizaciones logradas a partir del análisis de las 
narrativas aportadas en los grupos focales. En primer lugar, se exponen las 
correspondientes al de personas mayores lesbianas y luego al de gays. 
 
Un dudoso clima de época: El grupo de las mujeres lesbianas adultas mayores 
encuentran que hubo cambios positivos en la sociedad con respecto a la cuestión 
LGBT+, pero la creencia que sostienen es que éstos no son tan profundos. Suelen 
asociarlo a un clima de época caracterizado por mostrarse abiertos ante la diversidad, 
aunque internamente las creencias no se modificaron tanto y se continúa discriminando. 
Hay dudas respecto a la continuidad de los cambios. De allí que el uso del término 
parecer, apariencia, moderno o antiguo remiten a situaciones poco creíbles o sostenibles 
en el tiempo como puede notarse en las siguientes narrativas: 
 
“Parece que uno es antiguo si habla en contra de la homosexualidad y eso no es 
bueno. Nada más que por ser moderno, no es la cosa. Porque por ahí hay gente que 
en el discurso dice "para mí es lo mismo, para mí es lo mismo" y después se les 
escapa un chiste terrible.” 
 
“Es un contexto machista y patriarcal, aunque ahora quieran parecer más abiertos, 
yo creo que es por el espíritu de época y no porque les haya cambiado la cabeza. 
Entonces, en ese sentido en lo personal no me cambió nada, pero porque el contexto 
yo no lo veo tan cambiado.” 
 
La protección de los derechos y las transformaciones culturales: Los mecanismos 
que se establecieron para la protección de derechos aparecen destacados como sistemas 
de cuidado y apoyo. Entre ellos se enfatiza un organismo nacional anti discriminatorio, 
que tuvo un fuerte impacto social, y las leyes de matrimonio igualitario (u homosexual) 
y de identidad de género. Nuevamente se suscitan controversias en relación a la 
importancia y fundamentalmente a la magnitud de los cambios que introdujeron. Están 
aquellas que lo valoran como un cambio cultural y político que permitió visibilizarse y 
sentirse reconocidas como “ciudadanas”, con los mismos derechos que los demás, así 
como haber asistido a un debate público que las apoyó y valorizó. 
 
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“La ley de matrimonio igualitario fue un antes y un después”. 
 
“Y, de hecho, por lo menos en nosotras, pasa esto que decía S, esto de sentirse 
ciudadano, ciudadanas como los demás, y eso lo produjo, en el caso nuestro,la Ley 
de matrimonio igualitario, y también la de identidad de género”. 
 
Otro grupo de lesbianos ven las leyes mencionadas como un hecho que mejoró 
“cuestiones prácticas”, como garantizar el seguro médico o la herencia, pero que no 
cambió sustancialmente la hostilidad del entorno. 
 
“El matrimonio igualitario tuvo como un viento de esperanza en cuanto a lo legal. 
Yo tengo una obra social y mi pareja ahora puede tenerla, y si yo me muero ella 
tendría una pensión económica, y por lo menos ante el dolor podría sobrevivir. 
Netamente legal. Socialmente, lo que te dije antes, yo me cuido mucho, será 
homofobia personal, no creo, seguramente algo debe haber, siempre varios 
factores.” 
 
La desconfianza en los otros: La falta de confianza sobre los cambios que suceden a 
nivel social genera temor a la visibilización. Este temor se funda en ser calificada como 
un bicho raro o de otro planeta, con la consecuencia de ser no queridas, sentirse 
rechazadas o heridas. 
 
“Te miran como si fueras de otro planeta. Y te cuidás, yo me cuido y cuido a mi 
pareja actual de no pasar un momento desagradable.” 
 
“Pasan los gobiernos. Unos más, otros menos. Coincido en que la ley hizo mucho y 
admiro a los que visibilizan. Yo con mi experiencia ni loca voy a una conferencia, ni 
loca me expongo del miedo que me da y más en pareja, del arañazo que puedo 
sentir de la sociedad.” 
 
La homofobia internalizada: hay un registro de sus propias dificultades para 
reconocerse o habilitarse adjudicada a cuestiones familiares, laborales o de la edad. 
 
“Si vos me preguntas si la sociedad está preparada (...) Entre la homofobia 
personal, que es cultural a los 60 y pico, experiencias personales, más las cosas 
buenas o no tan buenas que hace el Estado, todavía no llegamos, para mi gusto. 
 
“Y la traumada era yo, por vivencias maternas, y por una vivencia que tuve en la 
escuela y por lo que la sociedad me condenó” 
 
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Los jóvenes como posibilidad y diferencia: La aceptación de la diversidad sexual por 
parte de los jóvenes genera un sentimiento de alegría y generatividad. Aparece 
admiración en cuanto a la actitud de mayor apertura en las nuevas generaciones. 
 
“Yo tengo sobrinos que son más jóvenes, y me aceptaron a mí y a mi pareja, tengo 
una pareja mujer”. 
 
“Sí veo la libertad de las chicas más jóvenes. Yo creo que uno se reprime, yo me 
reprimía. Pero voy a llegar a mi vejez con o sin pareja, pero feliz porque pude 
elegir”. 
 
“Los jóvenes vienen con otra cabeza (…). En ellos se produjo una cosa cercana a lo 
que puede ser menos discriminación, más aceptación, todo fue más… 
 
Asegurarse con los cercanos: frente a la percepción generalizada de desconfianza del 
espacio público, aparece una fuerte necesidad de legitimación en otros que estén en 
similares condiciones, dentro de espacios seguros y donde no se señale la diferencia. Al 
respecto, adquieren importancia los grupos de apoyo o los espacios de reconocimiento. 
 
“Parece que tengo toda la libertad que uno quisiera, y el grupo me ayuda, las 
chicas (refiriéndose al grupo de lesbianas) me hacen reflexionar, me hacen sentir 
más segura.” 
 
Los modelos en los medios: pueden funcionar dando legitimidad cuando las formas de 
representación coinciden con figuras femeninas clásicas y valiosas o convertirse en 
factores de rechazo cuando se alejan de dichos estereotipos lo que provoca un retorno a 
una posición anterior. 
 
“Yo recuerdo que en los 90 en televisión yo tuve 2 experiencias: 1 positiva y la otra 
tremendamente negativa. Hubo dos programas: uno en donde las que se presentaba 
como lesbiana lo hizo diciendo "yo soy la presidenta de las lesbianas" y se presentó 
de un modo muy masculino y yo la vi y dije "Yo no soy eso" como que me chocó, me 
alejó de mi duda que en ese momento yo no sabía si era o no era, me dio para atrás 
y dije "Yo no soy" y ahí empecé a incursionar por otro lado. Y en cambio, después 
vi en el programa de televisión de Mirtha Legrand a Ilse Fuskova donde ella decía 
yo soy abuela, pero me enamoré de una mujer y soy normal y quiero mis derechos y 
era una señora realmente una abuela como cualquier otra y eso me pareció 
altamente positivo y a partir de ahí empecé a buscar algo de diversidad sexual. 
Pero con los modelos que a veces te presentan en televisión podés identificarte o 
no.” 
 
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Los íconos y su identificación: La aparición de artistas reconocidas que mostraron su 
lesbianismo en 1990, en particular dos cantantes que se presentan como pareja, 
representan uno de los hitos centrales en su aceptación y valoración de su orientación 
sexual. 
 
“A mí lo que me vino fue Sandra- Celeste en ese afiche “mujer contra y mujer”. Eso 
para mí fue muy sanador.” 
 
Los personajes en la ficción: La aparición en la ficción de personajes LGBT+ son 
considerados de modos diferenciales. Si bien sostienen que sirven para visibilizarlos y 
naturalizarlos, parecen dudar más sobre la posibilidad de incidir efectivamente y por 
otro lado los incluyen dentro del denominado “clima de época” lo que refuerza una 
percepción de algo exagerado y forzado. 
 
“Nosotras vemos los lunes una serie, un reality, una familia, donde la adolescente 
es transgénero… Si eso pasa en la tele, en el cine, en la realidad más naturalmente, 
pienso que eso contribuye a que se haga más natural…” 
 
“Pareciera que es un movimiento pendular (en relación a los personajes LGBT+ en 
novelas de la TV) antes no se podía hablar y ahora se habla todo el tiempo. Cuando 
sea realmente natural, cuando sea lo mismo va a ser también lo mismo en los 
medios de comunicación”. 
 
Los espacios del ocultamiento: Las familias, fundamentalmente las madres, el colegio 
y el trabajo son nombrados como los espacios de mayor ocultamiento y temor. Este 
ocultamiento está dado por el no mostrarse –invisibilización- y el no hablar. Por su 
parte, el temor tiene que ver con diversos daños que se pueden sufrir, tales como ser 
expulsadas, sancionadas, rechazadas, señaladas o juzgadas. Por ello, entre los hitos 
liberadores más señalados se encuentran la muerte de algunos familiares cercanos y la 
propia jubilación. 
 
“Cuando se murieron todos (risas) ¡Sí! Cuando fallecieron todos, ahí hablé con 
amigas, con primos. Y ellos dijeron "nosotros nos dábamos cuenta" y yo "puta 
madre, por qué no me ahorraron... por qué no me dieron el pie para hablarlo...". 
 
“Yo comparto la opinión de X y hago una vivencia personal mía como docente, que 
trabajé hace muchos años bajo el silencio. Y eso me frustró a mi como persona, 
porque lo tuve que llevar a mi terapia porque no podía ser feliz como yo quería 
porque era discriminada totalmente, así fue en la escuela municipal y no te digo lo 
que era en la escuela religiosa.” 
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Las figuras de la liberación: La propia aceptación supone un riesgo al cual deben 
animarse y donde resultan necesarias las figuras que ayudan a transitar estos procesos 
como las parejas. 
 
“Siempre lo oculté, eran mis "amigas" para mi familia, una amiga muy pegota no, 
pero que estaba en todo. Pero la palabra de S. me impactó, me modificó tanto la 
conducta que lo llevé a mi terapia y a mi amiga.” 
 
Las psicoterapias como formas de apoyo y represión: aparecen descritas como 
espacios de exclusión y de interpretaciones negativas sobre su orientación sexual, 
particularmente cuando eran más jóvenes. Al mismo tiempo se convierten en uno de los 
lugares privilegiados para la comprensión de sí mismas y para la salida del closet. 
Aunque también aparece la propia dificultad de haber ido para cambiar su orientación 
sexual lo que pareciera haber obstaculizado su trabajo terapéutico. 
 
“Yo cuando era jovencita estaba obviamente mal por este tema, pero yo no me daba 
cuenta ni siquiera. Tuve un terapeuta que no me entendía, que me decía que yo no 
era lesbiana.” 
 
“Fui al psicoanalista que era psiquiatra, y yo fui con laidea de que iba a cambiar, 
yo quería cambiar, yo quería ser igual a los demás, no podía ser distinta, era muy 
duro para mí, tuve que hacer mucho tratamiento, muchos años y después bueno, en 
lo fundamental no me ayudó.” 
 
“Me ayudó que después del 90 ya no fue una enfermedad y ahí empezó la cosa a 
cambiar entonces imagínate, yo no puedo, no puedo, todavía no puedo (aceptarme). 
Y venir al grupo de terapia, que hace un año que voy, para mí, ha sido un paso 
extraordinario, poder compartir con mis pares un montón de actividades. Para mí 
fue un paso impresionante y eso que hice dos terapias”. 
 
Un clima de posibilidad y recursos: El reverso de ese temible clima de época aparece 
como un contexto que va posibilitando que otras de su misma edad puedan salir del 
closet. 
“Por lo menos voy a llegar, a los 80 si llego, diciendo que pude hablar y expresar, 
pero no te puedo decir con libertad, de adentro como yo quisiera, si soy libre de 
expresar”. 
 
“El haberme enamorado así con toda la libertad creo que fue beneficioso y te digo 
que me emociona porque yo tuve otras parejas, pero viví censurada. Estaba 
totalmente limitada a ser feliz, ¡terrible es eso!” 
 
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A partir del análisis de las narrativas del grupo focal de gays se hallaron las siguientes 
conceptualizaciones: 
 
La construcción de los derechos: El grupo presenta una historización de los cambios 
que se produjeron en la sociedad y en las prácticas que van desde la llegada de la 
democracia hasta la actualidad. En estas incluye el INADI, edictos policiales, leyes y el 
cambio de criterio de la OMS sobre la homosexualidad. Dichas transformaciones 
generan un impacto que remite a estar en un pie de igualdad y, por otro lado, a poder 
construir y defender sus derechos. Se contrapone un antes “sin derechos” a un hoy 
donde se reconoce a la persona gay como un ciudadano con derechos que es protegido 
del abuso y maltrato (incluyendo la violencia institucional). 
 
“Yo creo que lo primero es la ley de matrimonio igualitario porque la sociedad 
estaba preparada para ese cambio, ¿no? Y ese fue un cambio muy importante en mi 
vida, digamos, fundamentalmente estar dentro del Estado de derecho. Nosotros no 
teníamos ningún derecho.” 
 
“(…) la derogación de los edictos policiales. No te olvides que antes veían a dos 
varones juntos y era una contravención municipal. Te metían adentro, te golpeaban, 
intentaban abusar de vos, etc. 
 
“Yo creo que lo importante, lo fundamental de INADI es el conocimiento que le dio 
a toda la gente conocimiento acerca de las denuncias de discriminación, cualquiera 
te decía "voy a ir al INADI, voy a hacer una denuncia". 
 
“Te digo que dentro de esta línea que estás desarrollando, tendrías que marcar a la 
Organización Mundial de la Salud, un cambio de criterio, eso es fundamental, 
porque antes éramos enfermos y a partir de determinado momento no fuimos más 
enfermos. 
 
Tensiones entre el discurso jurídico y social: A pesar de los cambios que se 
encuentran y valoran, particularmente asociados a la ley, siguen hallando dificultades en 
el cambio cultural ubicado en “la gente”, en “los profesionales de la salud” y en la 
familia. Es decir, la existencia de la ley garantiza la protección, pero no el cambio de 
postura de pensamiento. 
 
“Pero no hay nadie, ninguna ley que obligue a aceptar lo que vos no aceptás, lo 
que sí te protege”. 
“(…) fue fundamental el hito que dio la OMS para algunos profesionales, no todos 
lo tomaron. Porque hay algunos psicólogos que nos siguen tratando como 
enfermos”. 
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“Yo creo que las leyes no modifican la formación personal de la familia. Si tu 
familia es homofóbica por más leyes que existan, va a seguir siendo homofóbica y 
las familias que no eran homofóbicas los aceptaban a los gays sin ley”. 
 
Los medios y los cambios culturales: La opinión en relación a los medios de 
comunicación ha sido muy positiva tanto en el apoyo que se brindó a las leyes como en 
el cambio ante los estereotipos que ubicaban al gay como alguien afeminado y 
ridiculizado. Se valora la asiduidad con la que se presentan los personajes LGBT+ y la 
posición de igualdad con las personas heterosexuales. 
 
“Los medios nos han ayudado mucho a la Ley de matrimonio igualitario. 
Abiertamente estaban a favor, digamos ¿no? Algunos pocos, pero en general 
estaban a favor, yo creo que los medios de los que era antes a ahora, tuvieron un 
gran cambio”. 
 
“En las novelas en televisión, aparece el tema gay tratado y no por estereotipos 
gay, mostrando el famoso mariconcito, el tipo afeminado, sino un varón común que 
tenía por objeto sexual otros varones, sin ningún tipo de actividad o actitud 
estereotipada” 
 
Los efectos de la protección derechos y la incidencia subjetiva: En esta categoría lo 
que se observó es la percepción de los cambios resultantes del estado de derecho y su 
relación con poder mostrarse públicamente ellos mismos o en el elogio a los más 
jóvenes. Esto resulta interesante, dado que, en una de las categorías anteriores, se 
marcaba que, aun existiendo la ley, muchas personas no cambiaban su manera de 
pensar. Quizás podría pensarse como otra arista en la tensión de los discursos jurídico - 
social, si bien aquí se hace hincapié en la percepción que tienen sobre sí mismos. 
 
“La sociedad ha cambiado de toda esa homofobia, esa discriminación que nosotros 
teníamos antes en la escuela”. 
 
“Poder decir "mi esposo", ya sea acá o en España, es maravilloso”. 
 
“Entonces, ayudó a generar este cambio en la sociedad, poder ir con tu pareja del 
brazo o de la mano y que ya nadie te mire, y luego esto fue consagrado a través de 
la Ley de matrimonio igualitario y la de libertad de género, elección de género”. 
 
“ahora pleno 2018 (…) me ha pasado en el Colegio Nacional ver chicos que se 
están besando, yo pasé, lo vi y volví, retrocedí para decirles, che los felicito, porque 
yo me pasé años tratando de que mi madre y que mis padres no supieran cual era 
mi situación y mi realidad”. 
 
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Las vivencias de discriminación y sus efectos: La desprotección de los derechos 
conducía a ocultarse, cuidarse del otro, defenderse, rechazarse o tener que destacarse. 
Las vivencias de bullying en el colegio primario y secundario aparecen entre las peores 
referencias asociadas con la indefensión, el miedo y la vivencia de marginalidad. La 
vergüenza de sí y la incapacidad de expresión aparecen como rasgos centrales. Incluye 
también la construcción interna de la homofobia. 
 
“Antes tu voz era minoría, no existías y si te animabas a expresar tu pensamiento 
tenías muchas veces el boicot de la sociedad o profesional”. 
 
“Cuando vos tenías un nivel de excelencia era como que eras respetado, si eras un 
mediocre, además eras puto”. 
 
“en un colegio industrial (…) modificaba mi amaneramiento para pasarla bien”. 
 
“Uno desde muy chiquito empieza a esconderse en defensa de uno mismo” 
 
La vivencia de aceptación social y personal: La propia aceptación parece depender de 
muchas causas, desde aquellos que no vieron nunca su identidad sexual como un 
obstáculo, particularmente cuando el medio familiar fue más tolerante, hasta los que 
hacen referencia a un proceso de construcción constante entre el medio y sí mismo. En 
este punto el contexto pueden ser la familia, los amigos, el trabajo u otros que 
interactúan con lo que haya podido desarrollar el sujeto. A nivel personal el trabajo 
psicoterapéutico fue muy valorado como medio para la auto aceptación. Finalmente, la 
vejez como límite cierto aparece como un posibilitador de asunciones. 
 
“Yo tengo 68 años, y la homosexualidad no la recuerdo, no la puedo ver como un 
gran obstáculo social, en el trato, ni con mi familia, ni con mis amigos”. 
 
“Para mí fue una construcción interna-externa. Yo no puedo prescindir del que 
tengo al lado. Necesito relacionarme y aceptarme primero yo y revalorizarme a mí 
mismo.Pero si no convivo con el otro, no me sirve”. 
 
“Si a vos no te aceptan como vos sos, sobre todo a esta altura de la vida (…) ¡Te 
vas! (…) Si vos encontrás una pared la cual no podés pasar, te vas. Ya no voy a 
estar pensando porque me queda poco”. 
 
Conclusiones 
Si bien el estudio es de tipo exploratorio y de alcance limitado, los resultados permiten 
identificar líneas temáticas a seguir profundizando en futuras investigaciones. 
14 
 
Los dos grupos de entrevistados destacan la importancia de los cambios en materia de 
protección de derechos que se sucedieron en la Argentina a partir de las leyes de 
matrimonio igualitario e identidad de género y de un organismo nacional 
antidiscriminatorio. 
El resultado a nivel personal ha sido un incremento en la percepción de ciudadanía, que 
se asocia con ser iguales a los otros y sentir que serán defendidos por las autoridades, 
especialmente en el grupo de varones. Estos resultados son consistentes con los 
hallazgos de McLean y cols. (2017) quienes sostienen que la identidad gay puede ser 
comprendida como una narrativa articulada, tanto histórica cómo culturalmente, a 
prácticas sociales vinculadas en este caso, con los cambios socioculturales. Asimismo, 
se observa el papel de las leyes en el desarrollo de la calidad de vida de las personas 
LGBT+ como han señalado Daniel y Butkus (2015). 
Sin embargo, persiste la duda acerca de la profundidad de los cambios y la confiabilidad 
de las personas. Se considera que es un clima de época que lleva a asumir posiciones de 
apertura, ante las que prefieren ser cautelosos para no resultar lastimados. Lo anterior 
pone en cuestión la propia homofobia internalizada que lleva a descreer de los cambios, 
particularmente en las mujeres. 
Los más jóvenes son admirados por su capacidad de visibilizar sus deseos en los 
espacios públicos, lo que aparece como algo temido en esta generación de adultos 
mayores, aunque resaltaron que, gracias a los cambios legales, sienten que pueden 
expresarse más. 
Estos relatos indican los condicionamientos generacionales basados en las 
comprensiones compartidas del significado de la experiencia de vida (Cohler & 
Hammack, 2006) y que dejan como resultado heridas en el lenguaje, tanto en discursos 
no verbalizados o insinuados (Giribuela; 2014) y su efecto más temido la visibilización. 
El otro cambio que se presenta es el de los medios de comunicación a partir de lo cual 
aparecen tanto las figuras positivas con las que se identifican en un relato de 
homosexualidad aceptable socialmente como aquellas que representan los estereotipos 
de la homosexualidad. 
Las posiciones acerca de la mayor representación de la temática en los medios producen 
resultados ambivalentes que van desde la alegría de tomar seriamente la temática hasta 
el miedo de aparecer demasiado y que ello les genere futuros problemas. 
De esta manera los medios de comunicación aparecen como espacios de exposición que 
implican una posibilidad de identificarse, en la medida que la presentación se encuentre 
15 
 
en los márgenes de las representaciones de género estándar, o lo que cierta generación 
encuentre como aceptable, lo que facilitaría narrar y dar coherencia y sentido al sujeto 
(Laceulle & Baars, 2014); o, por lo contrario, como una exposición humillante que 
empeore la mirada social y vuelva incoherente la narrativa de sí. 
El impacto de la construcción de la identidad aparece situado en contextos específicos a 
partir de los cuales emergen las posibilidades de cambio. En el grupo de mujeres, la 
familia y el trabajo fueron los obstáculos centrales, mientras que en los varones los 
ámbitos escolares. 
Los espacios psicoterapéuticos aparecen situados con frecuencia tanto por experiencias 
negativas asociadas con la figura de los profesionales como por su propia dificultad de 
aceptarse. Sin embargo, de manera más recurrente el transitar por una psicoterapia se 
reconoce como una experiencia liberadora y de verdadera aceptación. 
El interjuego entre los cambios sociales y la escritura de vida en la construcción de la 
identidad gay y lesbiana en personas mayores ofrece diversas perspectivas acerca de lo 
aceptables o creíbles que pueden resultar los cambios sociales en la historia de una vida. 
Así como incluir la influencia que tienen otros relatos y prácticas sociales que llevan a 
que el género, como se insinúa en este caso, incida en las identidades conformadas. 
El coming out (Savin-Williams 1998, 2001), o sus modos plurales, deja de ser la mera 
realización de procesos intrínsecos sino las elaboraciones narrativas en las que un sujeto 
en un marco socio histórico determinado, encuentra relatos disponibles para ir narrando 
de maneras novedosas la relación con su deseo e identidad sexual. 
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