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EL PENSAMIENTO POLÍTICO EN LA EDAD MEDIA

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EL PENSAMIENTO POLÍTICO EN LA EDAD MEDIA: SANTO TOMÁS DE AQUINO, CONTINUIDADES Y DISCONTINUIDADES CON LA TRADICIÓN ARISTOTÉLICA
En el tiempo que finaliza la época feudal y comienza la época burguesa, “Tomás de Aquino toma el pensamiento de Aristóteles, matiza los postulados con su contexto para producir nuevo conocimiento, tanto para la época en la que vive como para el aristotelismo” (Almeyda, 2020, p. 52). Su filosofía política está dirigida a una sociedad basada en la justicia y guarda cierta relación con la filosofía política de Aristóteles, principalmente en su ideal de que una sociedad debía ser lo más natural posible y en su concepto del bien común y la felicidad del ser humano, que debe ser la finalidad del Estado y del Gobierno. Para ambos, el hombre es social por naturaleza, se une a otros para subsistir y lo hace por la felicidad, pero la sociedad es natural al gobierno porque lo necesita para mantener el orden y lograr este bien común. Para Santo Tomás de Aquino, el hecho de que cada uno aspira a la felicidad, puede conducir al conflicto, por lo que es necesaria la existencia de un gobierno que los dirija y los lleve hacia el orden del bien común.
Tanto Santo Tomás de Aquino como Aristóteles creían en la importancia de la virtud y la moral en la política, y ambos defendían la idea de que el bien común es el objetivo principal del estado. Sin embargo, Santo Tomás de Aquino incorporó principios religiosos y teológicos en su filosofía política, mientras que Aristóteles se centró más en la razón y la observación empírica. Además, Santo Tomás de Aquino defendía la existencia de un poder divino y un orden natural superior a cualquier autoridad política, mientras que Aristóteles creía en la idea de que los seres humanos son seres políticos por naturaleza y necesitan de la sociedad para alcanzar su pleno potencial. 
Así pues, se encuentra la diferencia principal entre estos dos conceptos. La forma en la que Tomás de Aquino aporta una finalidad por encima de la vida virtuosa, la consecución de Dios, es la diferencia entre su pensamiento y el de Aristóteles puesto que, con esta interpretación propia, articula al cuerpo político de la res publica con la búsqueda de dicho fin supremo dado por Dios para ser alcanzado por el hombre y así lograr la eternidad; distanciándose del estagirita, quien consideró la vida virtuosa como el fin último de la polis sin buscar una vida más allá de la muerte. (Almeyda, 2020, p. 53)
El principio defendido por Santo Tomás de Aquino es alcanzar la virtud y la obediencia a Dios antes que la gloria. Esto significa que un gobernante antes de obtener ganancias terrenales para sí mismo, debe actuar con total convicción en los intereses de sus gobernados, para servir a Dios. De esta manera, Santo Tomás de Aquino menciona el papel supremo que tiene el poder eclesiástico al que se subordinan los poderes terrenales. Bien cabe aclarar, que a pesar de esto no descarta la posibilidad de sistemas políticos distintos al cristianismo siempre que estos garanticen el bienestar común de la sociedad.
Ambos filósofos también sostienen que la justicia es esencial para una buena política, pero difieren en sus ideas sobre la mejor forma de gobierno. Aristóteles defiende la democracia, mientras que Santo Tomás de Aquino considera que la monarquía es la mejor forma de gobierno. Esto último es, según Santo Tomás de Aquino, porque al ser la monarquía la forma de gobierno en la cual el poder reside en una persona, es más fácil conseguir el bien común; en cambio en la democracia, al haber varios gobernantes puede llegar un momento en que al buscar cada uno su interés particular se termina en un conflicto y es algo más difícil de controlar. El hecho de que el poder resida en una sola persona permite, según Santo Tomás de Aquino, tener un mayor orden y control social dirigido a obtener el bien común. Si bien es cierto que resulta un poco contradictorio dado que la monarquía es la forma de gobierno en que más rápido se puede llegar a convertir la forma de gobernar en una tiranía, el filósofo menciona que para evitar esto el gobernante debe ser ante todo un hombre de virtud. Otra forma de evitarlo es mediante la constitución de un poder político mixto: Monarquía, Aristocracia y Democracia.
Así, mientras Aristóteles se enfocaba en la búsqueda del equilibrio entre los extremos; Santo Tomás de Aquino consideraba que la virtud moral debía estar basada en la ley divina y la fe religiosa. En este caso, se separa de la teoría de Aristóteles en cuanto a la perspectiva desde la cual se aborda la ética y la moral. Para Santo Tomás de Aquino, la virtud moral es una disposición habitual y firme a hacer el bien. Se adquiere mediante la repetición de actos buenos y se perfecciona con la práctica constante. Las virtudes morales se dividen en cuatro grupos: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Cada una de ellas tiene un papel importante en la formación del carácter de una persona y en su capacidad para actuar de manera ética y moralmente correcta en la vida diaria. Contrario a esto, para Aristóteles la virtud moral es un hábito adquirido a través de la práctica que permite a una persona actuar de manera ética y encontrar el equilibrio entre los extremos del exceso y la deficiencia. Esto implica encontrar el justo medio en cada situación y actuar de acuerdo con la razón práctica. Algunos ejemplos de virtudes morales son la valentía, la prudencia, la justicia y la templanza.
La virtud en la vida social es la justicia, que al conservar la paz y la alegría lleva a la felicidad (el bien común). Es deber del gobernante trabajar en pro de conseguir este bien común para sus gobernados como si fuese el suyo propio, ejerciendo la política de manera responsable. Así mismo, según Santo Tomás de Aquino, el gobierno debe estar basado en la Ley Natural, que es un concepto clave del pensamiento de este filósofo, al ser un conjunto de leyes dispuesto de manera natural para el ser humano por el simple hecho de nacer y que pueden ser comprendidas de manera sencilla. Entender aspectos como el bien, el mal y cómo es la organización del ser humano en la tierra para desarrollar una buena vida, pero que no son estipuladas por un poder político sino que son leyes divinas. Sumado a esto Santo Tomás de Aquino habla de la Ley Humana donde se plasma la importancia de un poder político que pueda interpretar y tenga autonomía para determinar las leyes humanas en las que se puedan legislar las acciones a tomar en caso de que una persona actúe contrario a lo que dicta la ley natural que Dios ha dispuesto para los seres humanos (por ejemplo, los mandamientos). Eso hace entonces que se creen organismos o instituciones políticas que puedan juzgar estas acciones y que están obviamente alejadas de Dios y del poder religioso. 
En esta forma de gobierno, Santo Tomás de Aquino expresa que el gobierno debe estar basado en la ley natural y en la razón. El poder político debe ser aplicado racionalmente y de la mejor manera posible, “el rey debe imitar a Dios en la medida de sus capacidades”. Para cumplir con esto, el filósofo plantea que el gobernante debe: garantizar bienes materiales que posibiliten el bien común o lograr una buena distribución de los recursos naturales, preocuparse por sus gobernados aplicando medidas que castiguen o recompensen a la sociedad como una garantía del orden y la paz para que la búsqueda del bien común no se vea afectada por los propios intereses del individuo, y asegurar la defensa frente al peligro externo como un acto de seguridad que generaría una confianza total de la sociedad en quien los gobierna. Es la autoridad para él, el principio del orden y de todo el dinamismo social. El mandato del monarca está subordinado a las leyes naturales y a la iglesia.
Para estos filósofos, más que un Estado legítimo debe existir un Estado justo que promueve el bien común y protege los derechos de sus ciudadanos. Para lograr esto, el Estado debe estar gobernado por leyes justas y por gobernantes virtuosos que busquen el bienestarde todos, no solo de unos pocos asegurando así que cada uno tenga la oportunidad de desarrollar su potencial y contribuir al bien común. 
Finalmente, las relaciones entre ambos autores se encuentran en la medida en que la polis de Aristóteles, con todos sus postulados y fundamentos, son el punto de partida para Tomás de Aquino, quien expande dichos principios y conceptos en la búsqueda de pensar su realidad. Así, la macroestructura que existe entre ambos autores se articula de forma directa, dando una dialéctica de tesis, antítesis y síntesis que permite la expansión de Aristóteles y el aristotelismo que se evidencia, en el caso de la perspectiva ético-política que se encuentra en la res publica, de manera innegable y constante en el pensamiento que postula Tomás. (Almeyda, 2020, p. 55)
Puede verse como en toda la obra política de Santo Tomas de Aquino se encuentra la influencia de Aristóteles pero ampliada por este bajo conceptos teológicos. Hay en él una fuerte preocupación por la dimensión social del ser humano, por la justicia, por el bien común y por las formas de gobierno que pueden conseguirlas. Santo Tomás de Aquino sigue en momentos las ideas de Aristóteles armonizando su pensamiento con su concepción religiosa de la existencia humana, busca dar respuesta al problema de las relaciones entre el Estado y la Iglesia especificando las funciones propias de cada uno de ellos, además de justificar el papel principal de la Iglesia y el poder religioso en los asuntos que conciernen al hombre, y a la organización de la vida en sociedad, más allá de la vida terrenal, en Dios.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Almeyda, J. (2020). Aristóteles y Tomás de Aquino: un análisis en torno a la polis y la res publica. Revista Filosofía UI, (19) 1, 36-58. https://revistas.uis.edu.co/index.php/revistafilosofiauis/article/view/9115/9987
Beuchot, M. (2005). Santo Tomás de Aquino: Del gobierno de los príncipes. Revista Española de Filosofía Medieval, 12, 101-108. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1427113
Castañeda, D. & Mejía, A. (2012). La obra política de Tomás de Aquino. https://www.ambitojuridico.com/noticias/educacion-y-cultura/la-obra-politica-de-tomas-de-aquino#:~:text=El%20principio%20que%20Tom%C3%A1s%20propone,beneficios%20terrenales%20para%20s%C3%AD%20mismo.
Fortín, E. (s.f.). Santo Tomás de Aquino. https://d1wqtxts1xzle7.cloudfront.net/54473964/texto-sobre-santo-tomas-de-aquino_1-libre.pdf?1505832020=&response-content-disposition=inline%3B+filename%3DSanto_Tomas_de_Aquino.pdf&Expires=1680644415&Signature=Rud7xt24eV1fI1oJLWLV6Yy13KnK99G7HdOWdJD62ye~aWj0isIair40MQ~iGNz0qdoLI7ncMxYjddeyy6F0Yh48JwYZJ915sAgasSdVAmujkVim5LNv5USVj3FNd~nPuNRIrjGuWQ3HJqS8G2l-t6WO9lK~dPim3B44GXUbC7dBTE6dOxAVNblrTlxrvze-KaR~dsKEemYtn6VC8gUhjuwZ9DnHGsJbHE0KqGrNdXBNJi0SEDpgnu1KQov6jXKQ10qTw0Wd0kCAnl2yu3crt29l4a6sq5o32A7WGkOBQ9twVZx0Mc2annw7H8avfp0blI~WuS7~i-~3teHb9rqcaQ__&Key-Pair-Id=APKAJLOHF5GGSLRBV4ZA

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