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Anatomia y Fisiologia (192)

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ceduras y dislocaciones son otros tipos de problemas articu-
lares que producen hinchazones y dolor. En una torcedura,
los ligamentos o tendones que refuerzan una articulación se
dañan por un estiramiento excesivo, o se separan del hueso.
Tanto los tendones como los ligamentos son cordones de
denso tejido conectivo fibroso con un escaso suministro san-
guíneo; así, las torceduras se curan lentamente y son extre-
madamente dolorosas.
Pocos trastornos articulares inflamatorios causan más do-
lor y sufrimiento que la artritis. El término artritis (art = arti-
culación; itis = inflamación) describe más de 100 enfermeda-
des inflamatorias o degenerativas diferentes que dañan las
articulaciones. En todas sus formas, la artritis es la enfer-
medad más grave y extendida de Estados Unidos. Todas las
formas de artritis presentan los mismos síntomas iniciales: 
dolor, entumecimiento e hinchazón de la articulación. A con-
tinuación, según la forma específica, se producen determi-
nados cambios en la estructura articular.
Las formas agudas de artritis suelen ser consecuencia de
una invasión bacteriana y se tratan con antibióticos. La mem-
brana sinovial se espesa y se reduce la producción de lí-
quido, lo que produce más fricción y más dolor. Las formas
crónicas de artritis incluyen la osteoartritis, la artritis reuma-
toide y la artritis gotosa, que difiere sustancialmente en sus
últimos síntomas y en sus consecuencias. Aquí nos centra-
remos en estas formas.
Osteoartritis (OA), la forma más común de artritis, es
una enfermedad crónica degenerativa que afecta habitual-
mente a las personas mayores. El 85% de los estadouniden-
ses desarrollan esta enfermedad. La OA, también denomi-
nada “osteoartritis hipertrófica”, afecta a los cartílagos
articulares. A lo largo de los años, el cartílago se ablanda, se
desgasta y acaba rompiéndose. A medida que evoluciona la
enfermedad, el hueso expuesto se engrosa y crece tejido
óseo adicional, denominado espolón, alrededor de los bor-
des del cartílago mermado y limita el movimiento articular.
Los pacientes refieren entumecimiento que se alivia con ac-
tividad, y puede que las articulaciones afectadas crujan (cre-
pitación) al moverse. Las articulaciones que suelen verse
afectadas con mayor frecuencia son las de los dedos, las ar-
ticulaciones cervicales y lumbares de la espina dorsal y las
grandes articulaciones que soportan peso de los miembros
inferiores (rodillas y caderas).
La evolución de la osteoartritis suele ser lenta e irreversi-
ble, pero en raras ocasiones resulta grave. En la mayoría de
los casos, sus síntomas son controlables con un analgésico
medio como el ácido acetilsalicílico, una actividad moderada
para mantener la movilidad articular y reposo cuando los do-
lores articulares sean muy intensos. Algunas personas con
OA afirman que frotar la piel con capsaícina (un extracto de
pimiento picante) en la zona de dolor articular proporciona ali-
vio. Otros utilizan la capacidad reductora del dolor del sulfato
de glucosamina, un complemento nutricional.
La artritis reumatoide (RA) es un trastorno inflamatorio
crónico. Su brote es insidioso y suele producirse en indivi-
duos de entre 40 y 50 años, pero puede aparecer a cualquier
edad. Afecta al triple de mujeres que de varones. Muchas ar-
ticulaciones, especialmente las de los dedos, las muñecas,
los tobillos y los pies, se ven afectadas al mismo tiempo y
normalmente de forma asimétrica. Por ejemplo, si se ve
afectado el codo derecho, lo más probable es que también
se vea afectado el codo izquierdo. La evolución de la RA va-
ría y está marcada por remisiones y nuevos brotes (reumat =
susceptible de cambiar o desestabilizarse).
La RA es una enfermedad autoinmune, un trastorno en
que el sistema inmunológico del cuerpo intenta destruir sus
propios tejidos. Se desconoce el desencadenante inicial de
esta reacción, pero algunos expertos sospechan que es
consecuencia de determinadas infecciones bacterianas o
víricas.
La RA comienza con la inflamación de las membranas si-
noviales. Las membranas se espesan y las articulaciones se
hinchan a medida que se acumula el líquido sinovial. Las cé-
lulas inflamatorias (glóbulos blancos y otras) acceden a la ca-
vidad articular desde la sangre y liberan un cargamento de
sustancias químicas inflamatorias que destruyen los tejidos
corporales cuando se liberan de forma inadecuada como en
la RA. En poco tiempo, la membrana sinovial inflamada se
engrosa hasta convertirse en un pannus (“paño”), un tejido
anormal que se aferra a los cartílagos articulares y los corroe.
Puesto que se destruye el cartílago, se forma tejido cicatri-
zante que conecta las terminaciones óseas. El tejido cicatri-
zante acaba osificándose, y las terminaciones óseas se que-
dan más fuertemente fusionadas (anquilosis) y a menudo
se deforman (véase la Figura 5.31). No todos los casos de la
RA progresan hasta la grave fase de la anquilosis, pero en to-
dos los pacientes implica la restricción del movimiento
articular y un dolor extremo.
Capítulo 5: El sistema esquelético 173
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F I G U R A 5 . 3 1 Radiografía de una mano 
deformada por la artritis reumatoide.

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