Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Lesiones obstétricas del plexo braquial 1011 y la raíz avulsionada –transferencia intraplexual–. (Figura 97.5 A, B, C, D) Se separan las raíces anteriores y posteriores y se reseca el ganglio de la raíz posterior antes de efectuar la coaptación directa o colocar el injerto. Cuando hay un número limitado de cabos nerviosos proximales, se recurre a la transferencia intraplexual o al injerto nervioso para reinervar la mano y a transferencias extra-intraplexuales para res- tituir la movilidad del hombro y la flexión del codo. En los casos en que se emplean como donantes los nervios intercostales, pectoral medial o el XI par, se realiza una coaptación directa sin injerto. La elección del cabo distal receptor se determina tomando como base los objetivos ya mencionados. Por ello, el primer objetivo, que consiste en restituir la movilidad de la mano, se realiza neurotizando C8, D1, el tronco inferior o el medio, para devolver el funcionamiento de los músculos inervados por los nervios mediano o cubital, o ambos. Por lo general, se prefiere efectuar una coaptación directa a C8 sin injerto. 60 (Figura 97.6) La segunda prioridad consiste en restituir la flexión del codo: para ello, el receptor debe ser la división an- terior del tronco superior, el tronco secundario externo o el nervio musculocutáneo. El tercer objetivo consiste en recuperar la movilidad del hombro, lo que implica neurotizar la división posterior del tronco superior, el nervio supraescapular o el nervio circunflejo, o ambos. De ser posible, se toma un injerto de C5 y se lo une con el nervio supraescapular para recuperar la rotación externa. Se realiza una transferencia desde el par XI hacia el supraescapular cuando los cabos disponibles fueron utilizados para reconstruir los nervios con el fin de reinervar la mano o el bíceps. En todos los casos, se procuran los dos nervios surales como injerto, lo que generalmente se realiza con la ayuda de un endoscopio. (Figura 97.7) Además, en algunos casos se utilizan el plexo cutáneo cervical o los nervios cutáneos de la mano o el antebrazo. Cuidados posoperatorios En el período posquirúrgico, se coloca el tronco del niño en un yeso prefabricado durante dos semanas para limitar el movimiento de la cabeza y el brazo afectado. El seguimiento debe realizarse en consultorios ex- ternos con intervalos de 6 meses. En estos controles, es preciso dejar asentada la amplitud del movimiento Figura 97.4 a: Fotografía intraoperatoria de un neuroma en continuidad del tronco superior. b: Fotografía intraoperatoria de la reconstrucción con injertos de nervio sural. c: Esquema de la lesión más comunmente hallada: neuroma en continuidad del tronco superior. d: Esquema de la reconstrucción con injerto de la lesión anterior a b c d
Compartir