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Doctorado en Ciencias Sociales, Universidad de Colima. 
Curso: Metodología cualitativa de investigación social. 
Fecha de entrega del reporte: 08 de noviembre de 2014. 
Autor del reporte: Apolo Daniel Sánchez Lizárraga. 
Documento: 
Bolívar, A., Domingo, J., & Fernández, M. (2001). Capítulo 5. Recogida de datos 
biográficos: instrumentos. En A. Bolívar, J. Domingo, & M. Fernández, La investigación 
biográfica- narrativa en educación. Enfoque y metodología (págs. 156-191). Madrid: La 
Murallla. 
Reporte de lectura 
En el enfoque biográfico- narrativo interesa que el sujeto investigado narre su vida 
mediante una reconstrucción retrospectiva, aunque generalmente se narran también 
expectativas y perspectivas futuras. Para lograr esta reconstrucción retrospectiva, el sujeto 
investigado debe reflexionar y rememorar episodios de la vida, descubriendo los 
significados que han tenido ciertos acontecimientos y experiencias que le han sido 
importantes. Normalmente combina el enunciado de “hechos” externos, con tomas de 
posiciones internas acerca de dichos hechos. 
Para realizar este tipo de investigación se pueden utilizar diversas técnicas de 
recogida de datos (algunos ejemplos son cuestionarios, autoinformes, carpeta de 
aprendizaje, observación o análisis de documentos), sin embargo, la entrevista es 
considerada la base de la metodología biográfica aunque se usen otro tipo de técnicas pero 
con el fin de complementar la información recabada. 
La entrevista biográfica tiene el reto de lograr una doble fidelidad: debe lograr que 
la narración del entrevistado se mantenga fiel a su experiencia, valoraciones, lógica y 
subjetividad y, al mismo tiempo, debe ser suficientemente clara de tal modo que permita al 
investigador una aproximación científica a dicha narración. Podemos lograr un buen 
equilibrio entre intromisión necesaria del entrevistador y respeto de la narración del 
entrevistado si estudiamos la técnica, aprendemos de las experiencias de otros 
investigadores, preparamos nuestra propia entrevista y ejercitamos nuestras habilidades 
prácticas y reflexivas como entrevistadores. 
 El desarrollo de la entrevista biográfica puede ser descrito en tres grandes 
momentos (Atkinson, 1998; citado en Bolívar, Domingo, y Fernández, 2001). El primer 
momento es el referido a la planeación de la entrevista que implica decidir con criterios 
justificados a quién se va a entrevistar, quién va a ser el entrevistador, establecer la primera 
relación con el entrevistado para explicar los propósitos, usos, tiempos que abarcará la 
entrevista, la elaboración de una guía de entrevista que debe tener un amplio grado de 
apertura, la planeación y creación de un contexto temporal y afectivo adecuado para la 
entrevista, y, minutos antes de iniciar la entrevista, dar a conocer claramente al entrevistado 
los principios éticos bajo los que se regirá el investigador en el uso, manejo y presentación 
de la información proporcionada por el entrevistado. 
Respecto a la elaboración de la guía de entrevista, los señalan que pueden usarse dos 
estrategias para facilitarle al entrevistado que dé una narración ordenada, puede ser que se 
le pida seguir un orden cronológico en su narración, lo que le facilitará la ordenación de su 
vida y recuerdo; o solicitarle que cubra la evolución de un tema a lo largo del tiempo. La 
elección entre una de estas alternativas la tendrá que hacer el investigador en función de los 
objetivos del estudio y el estilo que desea manejar para redactar el informe. 
El segundo gran momento corresponde a la realización de la entrevista en sí. Se 
trata de generar una situación en la que la persona pueda abiertamente reflexionar y narrar 
su vida, interviniendo el entrevistador en aquellos momentos en que puedan contribuir a 
explicitar datos y significados. Importa mucho saber escuchar, dejar que construya su relato 
y solo interrumpir cuando sea muy necesario para no provocar pérdidas de memoria o 
conexiones significativas de partida. Sucesivamente se puede pasar a cuestiones más 
focalizadas, puntos oscuros, centros de interés, aspectos concretos, contenidos difusos, o de 
especial atención. Durante la entrevista, el entrevistador debe mantenerse atento a las 
actitudes, formas de ser, las reacciones de la interacción y puesta en palabra. El último gran 
momento es el de la transcripción, análisis y elaboración de informe pero de esto se hablará 
en otro reporte de lectura. 
Para construir su narración biográfica, el entrevistado siempre hace referencia a 
ciertos incidentes críticos que ha sido como anclas de memoria en algunos momentos de su 
vida porque de alguna manera marcaron particulares direcciones o rumbos. Denzin (1989; 
citado en la fuente que se reporta) propone nombrar a estos “epifanías” en el sentido de 
“manifestación” de una transformación. Las posibles relaciones causales son establecidas 
por el investigador, aunque pueden/deben ser inducidas a que las determine el propio 
informante. 
Estos incidentes críticos o puntos de inflexión permiten delimitar fases y momentos 
de cambio, identificar personas importantes, relaciones causales, valoraciones y sentido, 
delimitar fases críticas, identificar impactos y cambios de rumbo, y enriquecer la narración 
con información contextual cultural. 
DIARIOS AUTOBIOGRÁFICOS. 
Es un registro reflexivo de experiencias y observaciones a lo largo de un periodo de tiempo. 
Incluye opiniones, sentimientos, interpretaciones, pueden adoptar formato descriptivo, 
evaluativo o reflexivo. 
El diario contribuye a reflexionar sobre lo que sucede en la vida cotidiana, 
sentimientos, preocupaciones, afectos, frustraciones, interacción con el ambiente. En los 
estudios biográficos nos interesa que contribuya a iluminar las intenciones, interacciones y 
efectos o vivencias positivas e insatisfactorias o negativas. 
Este instrumento requiere cierto entrenamiento. En un primer momento hay 
tendencia natural a reflejar los elementos negativos o frustrantes. Con el tiempo se va 
redirigiendo a autorevisar la propia acción. Debe escribirse regularmente, indicar fecha y 
contexto de secuencia, reflejar hechos, percepciones, vivencias e interpretaciones. Para que 
el diario no se convierta en un texto privado e intimista, es importante que el investigador 
haga un análisis, reflexión y diálogo continuo con el entrevistado sobre este. 
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