Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
INTRODUCCIÓN Todo organismo posee un genoma que contiene la información biológica necesaria para construir y mantener un ejemplo de ese individuo. La mayor parte de los genomas está constituida por ácido desoxirribonucleico (DNA), con excepción de algunos genomas virales en los que la información genética está contenida en moléculas de ácido ribonucleico (RNA). Este capítulo se enfoca en el genoma de los organismos eucariontes y en particular en el humano. En las células eucariontes, las moléculas individuales de DNA se encuentran en los cromosomas del núcleo y cada mitocondria posee varias copias de una molécula pequeña de DNA (mtDNA); además, los cloroplastos también poseen su genoma propio en las células vegetales. Las principales funciones de un genoma son almacenar la información genética, duplicarla (replicación) para transmitirla de una generación a otra, permitir su expresión (mediante los procesos de transcripción y traducción), y experimentar cambios (mutación) o variaciones que hagan posible la selección natural y la evolución. Una mutación es un cambio en la secuencia de nucleótidos del genoma que es permanente y heredable. La información biológica contenida en un genoma está codificada en la secuencia de nucleótidos de sus moléculas de DNA o RNA y está dividida en unidades discretas denominadas genes. La información incluida en un gen se decodifica en posiciones adecuadas que inician una serie de reacciones bioquímicas que se conocen como expresión génica. Este proceso comprende dos etapas: transcripción y traducción. En la primera se produce una copia de RNA del gen y la segunda da lugar a la síntesis de una cadena polipeptídica cuya secuencia de aminoácidos está determinada, a través del código genético, por la secuencia de nucleótidos del RNA mensajero (mRNA). El Dogma Central de la Biología Molecular, que propuso F. Crick en 1958 , establece el flujo de la información genética de DNA a DNA, de DNA a RNA y de RNA a proteínas. Sin embargo, el descubrimiento en 1970 de que la información genética fluye de RNA a DNA en los retrovirus (virus con genomas de RNA) durante la conversión de los genomas virales en sus progenomas celulares de DNA, hizo posible agregar el flujo de RNA a DNA. Este proceso, conocido como transcripción inversa, lo cataliza la enzima transcriptasa reversa. Otro flujo posible de la información genética es de RNA a RNA, un proceso que permite replicar los genomas en la mayor parte de los virus de RNA (figura 2-1). FIGURA 2-1 Dogma Central de la Biología Molecular: flujo de la información genética en una célula eucarionte. La transcripción produce tipos diferentes de moléculas de RNA, clasificadas en dos grupos principales: RNA codificante y RNA no codificante (ncRNA). Los mRNA son los únicos que contienen una secuencia que puede decodificarse para generar una molécula polipeptídica. Los ncRNA no actúan como molde para sintetizar polipéptidos e intervienen tanto en el proceso de la expresión génica como en su regulación. Los genomas de todos los seres vivos están conformados por moléculas de DNA de doble cadena. La cadena de DNA que tiene la misma secuencia que la molécula de RNA se conoce como cadena sentido, en tanto que la que sirve como molde o templado para la transcripción se denomina antisentido. Para que una secuencia de DNA pueda transcribirse requiere una secuencia específica de nucleótidos, llamada promotor. Cuando se transcriben ambas cadenas de una molécula de DNA, al transcrito resultante de la cadena sentido se le conoce como RNA antisentido. Para que una molécula de RNA pueda traducirse debe tener un marco de lectura abierto u ORF (open reading frame), esto es, contener un codón de inicio para la síntesis proteica y continuar con codones para al menos 100 aminoácidos antes de la presencia de un codón de paro. Debido a que no existe puntuación en el código genético, toda molécula de DNA puede tener seis marcos de lectura diferentes, tres para cada molécula de RNA, sentido y antisentido. Los mRNA incluyen en su parte central un ORF y en sus extremos se hallan secuencias que no se traducen y que se conocen como UTR 5’ y 3’ (untranslated regions). Estas regiones son importantes en la estabilidad y la unión de los mRNA a los ribosomas para su traducción. En casi todos los genes eucariontes, para polipéptidos y para moléculas de ncRNA, las regiones funcionales de los RNA, conocidas como exones, están interrumpidas por secuencias de intervención o intrones. Ambos tipos de secuencias se transcriben a partir del gen y después los transcritos primarios se procesan en el núcleo para obtener las moléculas de RNA maduras o funcionales compuestas sólo de exones. Los transcritos primarios de los genes que codifican para polipéptidos se procesan en el núcleo para remover a los intrones y empalmar a los exones, y los mRNA maduros se transportan al citoplasma en donde se unen a los ribosomas para traducirse a polipéptidos. A lo largo del tiempo ha cambiado el concepto de gen. Una definición lo consideró una unidad hereditaria constituida por una secuencia nucleotídica (DNA o RNA) que codifica para una molécula de RNA o para un polipéptido e incluye a las regiones que regulan su transcripción y traducción. Sin embargo, en una región genómica pueden transcribirse ambas cadenas de la molécula del DNA, lo que implica la existencia de genes superpuestos con direcciones opuestas de transcripción. Por otra parte, debido a que en una misma cadena de DNA pueden emplearse varios ORF y crear diferentes productos y al uso alternativo de exones, entre otros mecanismos, los genes humanos codifican con frecuencia para varios productos funcionales, que pueden ser polipéptidos o ncRNA. Por ello, una definición operativa más actual considera al gen como una región genómica discreta cuya transcripción está controlada por uno o más promotores y elementos reguladores distales y que contiene la información para la síntesis de polipéptidos o ncRNA funcionales. Pese a ello, esta definición debe permanecer como un concepto flexible y adaptarse a los nuevos hallazgos científicos. En los últimos años, la comprensión de la función del genoma y los procesos celulares ha avanzado en grado considerable, lo que ha producido descubrimientos radicales que no estaban previstos en el Dogma Central. Esto ha sido resultado en particular del análisis simultáneo del conjunto completo de los diferentes transcritos (transcriptoma) o de las diferentes proteínas (proteoma) expresados en una célula particular, un individuo o una especie. Entre los principales hallazgos deben considerarse la presencia de exones e intrones en los genes eucariontes, el procesamiento postranscripcional de los diferentes tipos de moléculas de RNA, el uso alternativo de exones, la actividad catalítica del RNA, las modificaciones postraduccionales de las proteínas y el mecanismo de formación de los priones, entre otros más. Este conocimiento ha vuelto más complejo el flujo de la información genética del DNA al RNA y a las proteínas y supone un gran reto para el enunciado original.
Compartir