Vista previa del material en texto
Figura 37.1. Fasciolopsis buski adulto. 25 mm x 10 mm. Tremátodos de importancia médica menor Además de las infecciones por tremátodos ya identificadas como las principales causas de enfermedades humanas en todo el mundo, otras especies de tremátodos mantienen un impacto negativo en la condición humana, pero no en la extensión de la esquistosomia- sis, por ejemplo. Algunas de estas infecciones “raras” no son tan raras en algunas regiones geográficas, y merecen más que una alusión, ya que los casos de infecciones exóticas son cada vez más comunes en las clínicas occi- dentales debido al aumento de la inmigración desde esas regiones. Muchas de ellas son zoonóticas y se clasifican como infecciones emergentes en algunos lugares.1 Incluyen al menos 59 especies diferentes de gripe intesti- nal encontradas en el sudeste asiático.2 Fasciolopsis buski (Lankaster 1857) Los tres tremátodos que componen la familia Fasciolidae son; Fasciola hepatica, Fasciola gigantica y Fasciolopsis buski.3 El Fasciola hepatica se considera un tremátodo de la mayor importancia humana. (Véase el capítulo 35) El Fasciola gigantica es muy similar en biología y geografía al F. hepatica y no será discutido más adelante en esta sec- ción. El Fasciolopsis buski, el chinche intes- tinal gigante, es un tremátodo grande (Fig. 37.1), similar en morfología al F. hepatica. El F. buski es la infección intestinal de tremátodo más común en los seres humanos y vive unida al epitelio columnar del intestino delgado. La infección se presenta en China, Taiwán, Viet- nam, Tailandia, Bangladesh y la India (inclu- ido el Estado de Bihar).4,7 Los huéspedes del reservorio incluyen perros y conejos. Ciclo de vida La fase infecciosa para los mamíferos es la metacercaria, que se encuentra en las cás- caras de las semillas de plantas de agua dulce en los litorales (por ejemplo, lotos, castaños de agua, caltrops de agua y cultivos com- erciales donde se usan heces humanas como fertilizante). Una vez ingerido, el metacer- caria se desenquista en el intestino delgado y se adhiere a la superficie luminal. El adulto madura entre 2 y 4 meses, y mide 20-30 mm por 10 mm. En contraste con la vida más larga de otros tremátodos, el Fasciolopsis buski sólo vive un año. Después de la autofe- cundación comienza la puesta de huevos. Los óvulos grandes, ovoides, no-embrionados (Fig. 37.2) se descomponen con la masa fecal. Si alcanzan el agua dulce tibia (es decir, 25°- 30°C), inmediatamente se someten a embrio- génesis y eclosionan en 5-8 semanas. La mira- cidium que emerge penetra en un caracol (por ejemplo, Segmentina spp. o Heppentis spp.), y se desarrolla secuencialmente primero en esporocistos, luego en redias y finalmente en cercarias. Después de dejar el caracol, las cer- carias nadan y se posan sobre la vegetación litoral. La metaceracaria se desarrolla y luego se enquista allí, esperando su ingestión por un huésped desprevenido. Enfermedad Clínica El gusano se alimenta de células epitelia- les columnares, dañando el tejido. La infec- ción leve no causa enfermedad clínica, pero puede producir diarrea intermitente. La infec- ción aguda (es decir, cientos de gusanos) produce diarrea continua, náuseas, vómitos, fiebre, hemorragia intestinal, obstrucción de la ampolla de Vater, bloqueo del conducto biliar común y, en casos extremos, bloqueo del intestino delgado. El dolor abdominal es una queja común, que simula los signos y sín- tomas de la úlcera péptica. Se han reportado reacciones de tipo alérgico con hinchazón de piernas y cara. Se ha descrito hipoprotein- emia, vómitos, anemia y pérdida de peso en niños muy infectados.8 Un nivel elevado de eosinófilos circulantes es una característica común de la infección leve incluso con F. buski. Diagnóstico El diagnóstico definitivo se hace mediante la identificación microscópica del óvulo o de los tremátodos en las heces o en el vómito.9,10 Tratamiento La droga de elección es praziquantel.11,12 Prevención y control La eliminación adecuada de las heces humanas es el principal método de control. Los viajeros a las áreas endémicas deben cerciorarse que todas las plantas acuáticas que consuman estén bien cocinadas antes de la ingestión. Los huéspedes del reser- vorio desempeñan aparentemente un papel en el mantenimiento de este parásito en las regiones endémicas y, por consiguiente, no se recomienda alimentar los cerdos con plan- tas acuáticas crudas.13 El hábito de sacar las castañas de agua colocando la vaina en la boca y mordiendo la cáscara dura externa, lo expone a la infección. Esta actividad sigue siendo común en algunas áreas, pero los pro- gramas de educación en salud pública han ayudado a reducir la infección.6 Echinostoma spp. El género Echinostoma tiene al menos 24 especies de las cuales 15 son capaces de infectar a los humanos.1,14 Estos tremátodos se encuentran en todo el sudeste asiático con focos endémicos en Corea, China, India, Indonesia, Tailandia, Filipinas y Malasia.14,16 Su ciclos de vida son similares a los de la fasciola, excepto que las metacercarias se enquistan en varias especies de caracoles, renacuajos o peces de agua dulce.17 Los adul- tos viven en el intestino delgado y los sín- tomas que inducen dependen del grado de infección. Diarrea, náuseas, vómitos y dolor abdominal son comúnmente experimenta- dos, generalmente acompañados de fiebre. Figura 37.2. Huevo de F. buski. 140 mm x 80 mm. Heterophyes heterophyes (Siebold 1852) Metagonimus yokogawai (Katsurada 1912) El Heterophyes heterophyes (Fig. 37.3) y el Metagonimus yokogawai (Fig. 37.4) son pequeños tremátodos que viven princi- palmente en el intestino delgado, causando poco daño. El H. heterophyes se encuentra en Asia, Oriente Medio y África. El M. yokoga- wai también es común en Asia, pero se han reportado focos de infecciones en España y Rusia. Se han reportado algunas infecciones humanas con H. nocens, una especie relacio- nada, de Corea.18 Ciclos de vida La infección comienza con la ingestión de metacercarias enquistadas que viven justo debajo de la piel de ciertos peces de agua dulce (por ejemplo, la carpa forrajera).19 Las metacercarias se desenquistan en el intestino delgado y se convierten en gusanos adultos. Aunque un evento raro, en lugar de per- manecer en el intestino delgado, los gusa- nos adultos pueden migrar a otros órganos, como el corazón o el cerebro, donde causan granulomas focales, con consecuencias clíni- cas variables. Ambas especies de tremátodos se autofertilizan, y la producción de huevos comienza poco después. Los huevos comple- tamente embrionados pasan con la masa fecal al agua salobre o dulce. El H. heterophyes infecta principalmente caracoles del género Cerithidia, mientras que los de M. yokogawai infectan caracoles en los géneros Semisulcospira y Thiara. Los huevos embrionados son ingeridos por sus respectivos caracoles huéspedes, y eclo- sionan dentro, liberando las miracidia. Esta etapa sufre un desarrollo secuencial en el car- acol, primero a esporocistos, luego a redias, y finalmente a las cercarias. Las cercarias salen del caracol y, al igual que las del Clo- norchis sinensis, se enquista bajo la piel de peces de agua dulce, o en ranas, renacuajos e incluso otro caracol.14 Las especies de hués- pedes intermedios para ambos parásitos varía ampliamente con la geografía local. En Asia, los huéspedes intermedios son los ciproides y los salmónidos, y en el Oriente Medio, el salmonete y la tilapia están principalmente Figura 37.3. Heterophyes heterophyes. adulto 2 mm x 0,5 mm. Figura 37.4. Huevo de H. heterophyes. 25 mm x 13 mm. involucrados en el ciclo de vida. Enfermedad Clínica Al igual que otras infecciones por tremáto- dos, se ha determinado que la presentación clínica está determinada en gran parte por la carga de los gusanos.20 Se han notificado casos de dolor epigástrico, fatiga, diarrea, pérdida de peso y malestar en infecciones intensas,además de eructos, cefaleas, náuseas, vómi- tos, e incluso incontinencia urinaria.18,21 Diagnóstico El diagnóstico se basa generalmente en la recuperación e identificación de los huevos en las heces. Los huevos (Fig. 37.5, 37.6) de H. heterophyes y M. yokogawai se parecen mucho a los de C. sinensis. Deben ser cui- dadosamente diferenciados por la ausencia de una perilla terminal y un collar en el opérculo. En la endoscopia se han recuperado huevos e incluso adultos. 22,24 Tratamiento La droga de elección es praziquantel. El mebendazol puede ser una opción alternativa, pero menos eficaz.25 Prevención y control La echinostomiasis puede evitarse comiendo sólo pescado cocido y controlando el uso indiscriminado de heces humanas no tratadas como fertilizante.1,17,19 La protec- ción de los estanques de peces de la contami- nación con heces humanas y el control de las poblaciones de caracoles son potencialmente útiles.14 Figura 37.5. Metagonimus yokogawai. adulto 2,5 mm x 0,6 mm. Figura 37.6. Huevo de M. yokogawai. 25 mm x 15 mm. Nanophyetus salmincola (Chapin 1927) Aunque el Nanophyetus salmincola puede ser el tremátodo más común en los Estados Unidos, tiende a infectar principalmente a los animales y rara vez a los humanos.26 El Nano- phyetus salmincola infecta a los perros, zorros y coyotes en el este de Siberia y en el noroeste del Pacífico de los Estados Unidos, donde se produce una la “intoxicación por salmón” o la “fiebre del cabo Elokomin” como resultado de una rickettsia, Neorickettsia helmintheca, que se co-transmite con el parásito.27 Tam- bién se ha descrito infección humana, que produce diarrea, náuseas, vómitos, anorexia y niveles elevados de eosinófilos circulantes.28 La infección por N. salmincola se diagnostica por la presencia de huevos característicos en las heces, junto con la ingestión de salmón crudo o mal cocido.28 Los Artrópodos Los artrópodos influyen directamente en el bienestar de los seres humanos, no sólo porque son huéspedes de organismos para- sitarios y vectores de una amplia variedad de patógenos, sino también por causar daño a los tejidos y enfermedades. También afectan a la salud humana al reducir la disponibilidad de alimentos. Los insectos destruyen un 20% estimado de todos los cultivos alimenticios, y esta destrucción continúa a pesar del uso creciente de pesticidas en campos y áreas de almacenamiento. El ganado también se ve afectado por las infecciones transmitidas por artrópodos. Las vastas áreas de África son escasas de alimentos proteínicos porque el ganado sufre una serie de enfermedades transmitidas por vectores, incluyendo la tri- panosomiasis transmitida por la mosca tse-tsé y una variedad de enfermedades transmitidas por garrapatas. Aunque los efectos patógenos de los artrópodos son más pronunciados en los trópicos, no son en modo alguno despre- ciable en los Estados Unidos y otras zonas templadas. La enfermedad de Lyme y la anaplasmosis, transmitidas por garrapatas, se han propagado rápidamente a través de los Estados Unidos. El Aedes albopictus, el mosquito tigre asiático, se ha introducido en los embarques de neumáticos de automóviles usados en el sur de los Estados Unidos y se ha extendido hacia el norte hasta el centro de Ohio, Indiana e Illinois; además, la cepa introducida del mosquito es aparentemente capaz de sobrevivir el invierno en la etapa del huevo en climas templados. La misma espe- cie se ha introducido en Europa y Suramérica. El Ae. Albopictus puede ser un vector eficaz del dengue, del chikungunya y del virus Zika. En 1999, surgieron informes sobre la intro- ducción y propagación rápida en el este de los Estados Unidos de otra plaga de mosquito, el Ochlerotatus japonicus. Las introducciones de nuevas especies no deben ser sorpresa y enfatizar lo fácil con que tales introducciones pueden ocurrir. La aparición inesperada en 1999 de las infecciones humanas transmitidas por mosquitos del virus del Nilo Occidental, y su propagación posterior en los Estados Unidos, debería reforzar nuestra conciencia de la vulnerabilidad a la invasión por patóge- nos y vectores. Aunque se ha expresado el temor que los artrópodos alimentadores de sangre, espe- cialmente los mosquitos, puedan transmitir el virus del SIDA, un gran conjunto de evi- dencias epidemiológicas y experimentales no apoya esta hipótesis. No obstante que los artrópodos causan problemas en los seres humanos y el ganado, también son beneficiosos como poliniza- dores, productores de miel, reguladores natu- rales de insectos dañinos y miembros esen- ciales de las cadenas alimentarias. El filo Arthropoda contiene una enorme diversidad de miembros, con el número de especies que supera el de todos los otros filos combinados. Los artrópodos comparten una serie de características que los distinguen de todos los demás grupos de animales, aunque algunas de estas características están ausen- tes en una especie o grupo particular en algún período de desarrollo. Sin embargo, todas las especies en el filo son identificables. Entre las características morfológi- cas se encuentran la simetría bilateral, un exoesqueleto duro, un cuerpo segmentado y apéndices articulados y emparejados. El término artrópodo, derivado del griego, sig- nifica “pie articulado”. El crecimiento por metamorfosis es otra característica de los artrópodos. En algu- nos grupos, el crecimiento es gradual; Cada cambio de una etapa a otra se conoce como muda y da lugar a una etapa algo mayor pero morfológicamente similar a su predecesor (metamorfosis incompleta). Entre las arañas, ocho o nueve fases inmaduras pueden pre- ceder a la muda final al adulto sexualmente maduro. Otra estrategia de desarrollo consiste en el huevo, la larva, la pupa y el adulto. En este caso, cada etapa es morfológicamente distinta (metamorfosis completa). Los ejem- plos incluyen las moscas y las pulgas. La aplicación de las herramientas de biología molecular al estudio de los artrópo- dos es omnipresente. Los más dramáticos son los diversos proyectos del genoma. El genoma de Anopheles gambiae, el más importante de los vectores africanos de la malaria, está com- pleto y se trabaja en el del An. Funestus que está a punto de finalizar. Se han completado los genomas del Aedes aegypti, el mosquito de la Fiebre Amarilla, el del Culex pipiens el vector del Virus del Nilo Occidental y el del Ixodes scapularis, el vector primario de la enfermedad de Lyme en los Estados Unidos. Se han descrito genomas mitocondriales para las moscas de arena Phlebotomus papatasi y del P. chinesis. Queda por determinar el valor de estos programas y su uso en el eventual control de las enfermedades transmitidas por estos vectores.