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22 ANA ISABEL MARTINEZ DÍAZ • Depleción verdadera de volumen: pérdidas gastrointestinales (vómitos, diarrea); renales (uso de diuréticos, diuresis osmótica); sudora- ción profusa; quemaduras, hemorragias. • Disminución del volumen circulante efectivo: hepatopatías, síndrome nefrótico (SN), mal- nutrición, peritonitis, taponamiento o derra- me severo. • Disminución del gasto cardíaco: (ICC, IAM, arritmias). • Vasodilatación sistémica severa: (shock sépti- co, anafilaxia, AINES, IECAS, ARA-II). Fisiopatología La disminución de la perfusión renal provoca los siguientes mecanismos de compensación [1, 4]: • Aumento de angiotensina II: se produce la va- soconstricción de la arteriola eferente y un au- mento de la reabsorción proximal de solutos, incluyendo urea y agua. • Aumento de hormona antidiurética (ADH): induce la retención de agua libre a nivel del túbulo colector que provoca la disminución del volumen de diuresis (oliguria) y una ori- na concentrada con concentraciones de urea y osmolaridad urinaria mayores que en el plas- ma. Pueden aparecer también la presencia de cilindros hialinos (precipitación de proteína de Tamm-Horsfal). • Aumento de aldosterona: provoca reabsorción distal de sodio. 4.2. Insuficiencia renal aguda renal o pa- renquimatosa: En la insuficiencia renal aguda parenquima- tosa se produce lesión histológica de la estructu- ra renal como son túbulos, componente inters- ticial y la microvasculatura renal. Las áreas más susceptibles a este daño son los túbulos renales, especialmente las células del túbulo proximal y túbulo colector [10]. Se caracteriza por la necrosis tubular aguda (NTA), es decir, lesión/muerte de las células tu- bulares, que además se puede acompañar de afec- tación de otras estructuras renales. Estas lesiones tubulares pueden ser reversibles si se elimina la causa que lo provoca y si se produce la elimina- ción de las células necróticas junto a la regenera- ción de las células renales [10]. Etiología [1, 10]: • Alteración glomerular: Glomerulonefritis. • Alteración vascular: trombosis o estenosis de arteria renal, infarto renal, vasculitis, ateroem- bolismo de colesterol. • Alteración intersticial: fármacos, infecciones, infiltración tumoral. • NTA: es la causa más frecuente de IR parenqui- matosa. Son múltiples las causas responsables: • Secundaria a sepsis. • Isquémica. • Evolución de la IRA Prerrenal. • Tóxicas: antibióticos, contrastes yodados, drogas de abuso, AINES, inmunosupreso- res, quimioterápicos. • Pigmentos orgánicos: mioglobina por rab- domiólisis o trastornos hidroelectrolíticos. Hemoglobinuria por enfermedades hema- tológicas o hemólisis. • Depósito intratubular. Fisiopatología: La forma más severa de FRA es la necrosis tu- bular aguda (NTA) y se caracteriza por la lesión de las células tubulares. En la fisiopatología de la NTA están implicados factores hemodinámicos y procesos inflamatorios [4]. Necrosis tubular aguda isquémica: Los estadios del curso del desarrollo de la NTA son los siguientes [4]: Agresión hemodinámica o tóxica: diminución del flujo renal con mantenimiento de la integri- dad celular. 1. Fase de iniciación: se produce la lesión tubular como consecuencia de la diminución del flujo renal. 2. Fase de extensión: se producen fenómenos inflamatorios que conducen a alteración de la permeabilidad tubular con la consecuente necrosis y apoptosis de células tubulares, que conlleva a la disminución de la diuresis efecti- va (oliguria). 3. Fase de mantenimiento: se inicia la diferen- ciación celular para mantener la integridad celular y tubular. 4. Fase de recuperación: gracias a la diferencia- ción celular se restablece la polaridad epitelial. Estas fases tienen como resultado una amplia variedad de cambios histológicos en las células
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