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25 INSUFICIENCIA RENAL AGUDA Los índices de insuficiencia renal son una he- rramienta de gran utilidad para establecer el diag- nóstico diferencial entre la insuficiencia prerrenal y la parenquimatosa. Así en el FRA prerrenal se ponen en marcha mecanismos reguladores rena- les que contribuyen al ahorro de sodio y agua, dando lugar a una orina concentrada, con una eliminación reducida de sodio (osmolaridad uri- naria > 400, Na en orina < 20 mEq/l), mientras que en el FRA parenquimatoso la afectación a nivel tubular impide el ahorro de agua y sodio (osmolaridad urinaria < 350, Na en orina > 40 mEq/l) [1]. La excreción fraccional de sodio (EfNa) es el parámetro con mayor sensibilidad para discernir entre IRA prerrenal o parenquimatosa. La EfNa < 1% orienta a etiología prerrenal y una EfNa >3% a la IRA parenquimatosa [1]. Análisis de orina El análisis microscópico de la orina nos puede orientar al diagnóstico etiológico [1, 8]: • Proteinuria: la presencia de proteinuria es propia de la IRA parenquimatosa secundaria a GN, vasculitis, enfermedades sistémicas y en ocasiones a NIA. • Hematuria: los cilindros hemáticos o hema- tíes dismórficos son frecuentes en la patología glomerular o vasculitis. • Cilindros: los granulosos son característicos de la NTA o patología glomerular; los hialinos son sugerentes de prerrenalidad. Los cilindros eosinofílicos están presentes en la ateroembo- lia de colesterol o en las nefritis inmunoalér- gicas, así como los cilindros leucocitarios que también pueden esperarse en las pielonefritis. • Pigmentos: en los casos de rabdomiólisis pue- de detectarse mioglobina. Los pigmentos de hemoglobina se dan en los casos de hemólisis. • Generalmente cuando el fallo es prerrenal el sedimento urinario suele ser inactivo y es pro- bable la presencia de cilindros hialinos. En las entidades parenquimatosas es frecuente encon- trar actividad del sedimento y en los casos obs- tructivos el sedimento suele ser inactivo. Pruebas de laboratorio complementarias [1, 8]: • Análisis hematológicos. • Análisis de proteínas y del complemento: para el diagnóstico de enfermedades hematológicas. • Pruebas serológicas: detección de anticuerpos anticitoplasma de neutrófilo (ANCA), anti- cuerpos antinucleares o anticuerpos antimem- brana basal glomerular que se relacionan con enfermedades sistémicas. • Estudios microbiológicos: • Cálculo del gap osmolar, sugestivo de intoxi- caciones si > 20. Pruebas de imagen [8]: • Radiografía de tórax. • Radiografía simple de abdomen. • Ecografía abdomino-pélvica y Doppler renal: se considera la prueba de imagen más impor- tante ya que aporta gran cantidad de informa- ción: permite visualizar el tamaño y estructura renal, descartar la existencia de obstrucción de la vía urinaria, valorar imágenes o masas. Se trata de una prueba universal, barata y no invasiva. En su caso la ecografía Doppler per- mite valorar el flujo y resistencias vasculares que resultan de gran utilidad en la patología vascular renal. • TC abdominal, UroRMN, Arteriografía. Pie- lografía ascendente o descendente: se utiliza en aquellos casos en los que no se ha descarta- do la obstrucción mediante la realización de la ecografía. Realización de biopsia renal: La biopsia renal confirma el diagnóstico etio- lógico y además aporta información pronóstica y sobre las posibilidades terapéuticas, sin embargo no es una prueba exenta de riesgos por lo que ante una IRA se reserva su realización para los siguientes casos [1, 8]. • NTA atípica o prolongada. • IRA parenquimatoso: NTIA, vasculitis.
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