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34 CRISTINA LUCAS ÁLVAREZ diferentes grados dependiendo de la patología de base. En algunas patologías alcanzará el rango ne- frótico). En el sedimento urinario también pue- den aparecer cilindros y/o hematíes dismórficos. En la ecografía los riñones pueden presentar un aspecto normal o datos de cronicidad dependien- do del tiempo de evolución de la enfermedad [6]. 5.5. Glomerulopatías secundarias (excep- tuando la nefropatía diabética previamente descrita): enfermedades autoinmunes (nefropa- tía lúpica, síndrome de Sjögren, Artritis Reuma- toide, etc.), vasculitis sistémicas (las que frecuen- temente afectan al riñón son las de pequeño vaso: pueden estar mediadas por anticuerpos anticito- plasma de neutrófilos –ANCA– o mediadas por inmunocomplejos), enfermedades hematológicas (p.e. Riñón del mieloma, amiloidosis, linfomas, etc.), enfermedades infecciosas (p.e VHB, VHC, VIH, postestreptocócicas). Cada una de ellas tendrá unas características particulares y mere- cen un capítulo aparte. Cuando se sospecha una glomerulopatía secundaria se debe hacer un diag- nóstico diferencial mediante la solicitud dirigida de pruebas complementarias: estudio de autoin- munidad, estudio del complemento, marcadores tumorales, proteinograma en sangre y orina, crio- globulinas, serología vírica, cadenas ligeras libres en sangre y orina, etc., todo dependiendo de la orientación diagnóstica inicial. Los hallazgos en la analítica tanto de sangre como de orina, en las pruebas de imagen y en la biopsia renal (en los casos en los que esté indicado realizarla) variarán en función de la patología de base [6]. 5.6. Enfermedades hereditarias: La prime- ra sospecha diagnóstica puede obtenerse de la historia clínica inicial, ante un cuadro clínico compatible y al interrogar al paciente sobre sus antecedentes familiares. La exploración física, los hallazgos analíticos y los hallazgos en las diferen- tes pruebas complementarias variarán en función de la enfermedad de base. Cada una tendrá unas características específicas y merece un capítulo específico. Algunos ejemplos de enfermedades hereditarias son la poliquistosis renal, la enfer- medad de Alport y la enfermedad de Fabry entre otras [6]. 5.7. Enfermedad por hiperfiltración: las ne- fronas indemnes producen una respuesta adap- tativa que hace que, en un inicio, el FGR per- manezca estable. Esta condición que en principio puede parecer beneficiosa se traduce, a la larga, en un estado de hiperfiltración que se manifiesta por la aparición de proteinuria y deterioro progresi- vo de la función renal. Se produce en situaciones como la obesidad, la glomeruloesclerosis, la arte- riosclerosis y en pacientes con antecedentes fami- liares de enfermedad renal crónica terminal [7]. 6. PROGRESIÓN La progresión de la ERC se debe a una dismi- nución más o menos rápida del número de ne- fronas funcionantes. En los estadios iniciales, se produce una hiperfiltración compensadora que, como se ha dicho anteriormente, hace que el pa- ciente pueda permanecer asintomático. A largo plazo, esta hiperfiltración produce un daño en los glomérulos que se puede manifestar median- te la aparición de proteinuria, que es uno de los principales marcadores de progresión de la enfer- medad renal. A medida que se van perdiendo ne- fronas funcionantes, disminuye la capacidad de concentración de la orina y aumenta la diuresis como mecanismo compensador para la elimina- ción de la misma cantidad de solutos. Así, los pri- meros síntomas de la ERC suelen ser la poliuria y la nicturia. Cuando el FGR cae por debajo de 30 ml/min/1,73 m2, pueden empezar a aparecer una serie de síntomas que conforman el llamado síndrome urémico: anorexia, náuseas y vómitos, astenia, dificultad de concentración, edema, pa- restesias, insomnio, prurito, pericarditis, etc. To- das ellas son diferentes complicaciones de la ERC a las que, si la evolución es lenta, el organismo se adapta pudiendo permanecer asintomático el paciente hasta alcanzar filtrados menores de 10 ml/min/1,73m2 [3, 4]. No existe una correlación entre las cifras de urea y creatinina y la sintomatología. A medida que avanza la enfermedad se van manifestando di- ferentes complicaciones relacionadas con la ERC. Se describen a continuación las más relevantes: 6.1. Sobrecarga de volumen Las alteraciones de la homeostasis del agua van paralelas a las alteraciones en la homeosta- sis del sodio. Normalmente, el balance hídrico se mantiene estable en los estadios iniciales, hasta NEFROLOGÍA CAPÍTULO 02. ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA 6. PROGRESIÓN
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