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1 Nefrología y urología (306)

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BÁRBARA YOLANDA PADILLA FERNÁNDEZ Y GERARDO ALFONSO MÁRQUEZ SÁNCHEZ
2) Lesiones ulceradas: se debe constatar en 
la historia si son únicas o múltiples, dolorosas o 
indoloras si asocia o no adenopatías regionales y 
caracterizar las mismas [3].
3) Lesiones exofíticas papilomatosas: lo más 
común son los condilomas acuminados, locali-
zados en prepucio, glande, fosa navicular o piel 
del pene [3].
4) Lesiones eritematosas: común en bala-
nopostitis candidiásica, inflamación de la muco-
sa con lesiones puntiformes pequeñas de borde 
descamativo y blanquecino, la eritroplasia de 
Queyrat que consiste en un área delimitada rojo 
brillante y textura aterciopelada o la enfermedad 
de Bowen que se observa con lesiones múltiples, 
rojas, bien delimitadas y aterciopeladas [3].
5) Lesiones vesiculares: en relación con el co-
mienzo de un herpes genital [3].
6) Melanomas [3].
Exploración del escroto
Se debe inspeccionar la piel la cual al igual que 
el pene está más pigmentado que el resto de la 
piel. Se debe describir tamaño, color, presencia 
de componente inflamatorio, crepitaciones, der-
matitis, tumoraciones cutáneas, adherencia. Para 
palpar los testículos se los debe coger suavemente 
entre pulgar y los dedos índice y medio y a su 
vez valorando tamaño, consistencia y movilidad. 
Normalmente son firmes y móviles. A continua-
ción, se debe explorar el epidídimo cogiéndolo 
entre el pulgar y el índice. Normalmente es blan-
do, sin nódulos, con la cabeza de mayor calibre 
que la cola situado posterior al testículo [3, 20].
Luego, palpando el cordón espermático, con-
ducto deferente y plexo venoso para detectar la 
presencia de nódulos o tumoraciones. Se finaliza 
descartando la presencia de varicocele [3].
Escroto agudo
Alteración en escroto y su contenido que apa-
rece de forma aguda [3]. En la edad pediátrica e 
incluso hasta la adolescencia suele deberse a tor-
sión testicular [21]. El cuadro inicia con dolor 
brusco en el testículo relacionado a un traumatis-
mo previo. El testículo está ascendido en relación 
con el contralateral y aumentado de tamaño. El 
epidídimo pasa a ser anterior con respecto al tes-
tículo o con la cabeza en el polo inferior. Se pue-
de palpar una tumoración supratesticular en el 
cordón espermático de consistencia tensa, límites 
claros y dolorosa cuando la torsión es extrava-
ginal. El signo de Prehn consiste en la ausencia 
de alivio al elevar el escroto y el testículo con la 
mano [3].
El escroto agudo en el adulto lo primero que 
se debe descartar son los procesos infecciosos. El 
escroto se encuentra aumentado de volumen con 
la piel inflamada, adherida al testículo. También 
están aumentados de tamaño el epidídimo y el 
cordón espermático el cual además está rígido y 
doloroso [3].
La gangrena de Fournier, más frecuente en los 
hombres que en las mujeres con una relación de 
10:1, se caracteriza por una fascitis necrotizante 
rápidamente progresiva del área perianal y geni-
tourinaria, asociada a diversos factores de riesgo. 
Tiene una incidencia de 1,6/100 000. Se ha re-
lacionado con enfermedades como diabetes me-
llitus, obesidad, déficit neurológico, alcoholismo 
crónico, neoplasias malignas, consumo crónico 
de corticoesteroides, desnutrición, infección por 
el VIH, enfermedad vascular periférica e hiper-
tensión arterial esencial [22].
Los síntomas iniciales son dolor perianal o 
perineal, que no se correlaciona con la propor-
ción de lo hallado al examen físico, acompañado 
de inflamación, eritema, edema o prurito en el 
área afectada. En un inicio se puede observar una 
mancha negra, llamada signo de Brodie. Poste-
riormente, la inflamación necrótica se propaga 
rápidamente, extendiéndose a lo largo de los pla-
nos fasciales [22].
Patología crónica del escroto
Entre las más frecuentes se encuentran el hi-
drocele, el varocicele, los quistes de epidídimo 
o de cordón espermático. Se pueden encontrar 
fístulas, en cuyo cayo se observaría un orificio fis-
tuloso. En el caso de hidrocele es clásica la tran-
siluminación positiva. Tanto en hidroceles como 
en los quistes, la prueba complementaria diag-
nóstica fundamental es la ecografía (figura 4), 
que permitirá hacer diagnóstico diferencias con 
masas sólidas (hernias inguino-escrotales, tumo-
raciones, varicoceles, entre otros procesos. (figura 
5). Si el nódulo se ubica hacia la cola del epidí-
dimo y es doloroso, se sospecha de un proceso 
granulomatoso. Se trata de un tumor testicular 
cuando se palpa un nódulo duro que resalta so-
bre la superficie lisa del testículo, en ausencia de 
otros datos [3].

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