Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
45 ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA El tratamiento dependerá de la gravedad del cuadro y siempre debe ir acompañado de un es- tudio de la causa subyacente para tratarla parale- lamente (deterioro de la función renal, corrección de la acidosis metabólica, suspensión de fármacos que inducen hiperpotasemia) [22]. Acidosis metabólica: El objetivo es mante- ner un bicarbonato sérico > 20 mEq/L. Para su tratamiento se pueden administrar suplementos orales de entre 1,5-3 g/día. En acidosis más seve- ras se puede administrar bicarbonato intravenoso [22]. Hipertensión arterial (HTA): de acuerdo con las nuevas guías de HTA, el objetivo de pre- sión arterial para los pacientes con ERC es: PAS 130-139 mmHg e intentar alcanzar un objetivo < 130 mmHg, si se tolera bien, pues puede redu- cir el riesgo de ictus, aunque no el de otras pato- logías vasculares. El objetivo de PAD óptimo está menos definido, pero se recomienda que sea < 80 mmHg. En cualquier caso, parece que cifras de PAS < 120 mmHg no han mostrado beneficios. En cualquiera de los casos, se debe considerar el tratamiento individualizado según la tolerancia y el impacto en la función renal y los electrolito [20]. El tema de la HTA se detalla en el otro ca- pítulo de manera específica. Control glucémico: en la actualidad se consi- dera que un control demasiado estricto de la glu- cemia no supone mejoría en la supervivencia a largo plazo de los pacientes y además el riesgo de hipoglucemias aumenta y son las que realmente ponen en peligro inminente la vida del pacien- te. Con todo ello, se desaconsejan objetivos de HbA1c<7%. Tal y como se ha descrito al inicio de este apartado, la dieta y el ejercicio físico son fundamentales para alcanzar un control glucé- mico adecuado. El tratamiento farmacológico se tratará en detalle en el capítulo correspondien- te a la nefropatía diabética. A continuación, se describen, a grandes rasgos, las peculiaridades del tratamiento farmacológico de la diabetes en la ERC [16]: Metformina: es el fármaco de elección con FGRe > 45 ml/min/1,73 m2, con FGRe entre 30-45 ml/min/1,73 m2 hay que reducir un 50% la dosis y con FGRe < 30 ml/min/1,73 m2 hay que suspenderlo [16]. Secretagogos (sulfanilureas, glipizida y re- paglinida): la repaglinida tiene metabolismo hepático fundamentalmente por lo que puede usarse en ERC, incluso en estadio 5. El resto de los secretagogos pueden producir hipoglucemias frecuentes y conviene evitarlos [16]. Glitazonas (pioglitazona, rosiglitazona): son de metabolismo hepático pero su uso aumenta el riesgo de edema, insuficiencia cardiaca y de os- teoporosis. Están contraindicadas si FGRe < 30 ml/min/1,73 m2 [16]. Inhibidores de la α-glucosidasa (acarbosa y miglitol): se acumulan en la ERC por lo que no se recomiendan [16]. Inhibidores de la dipeptidil peptidasa-4 (iDPP4: Sitagliptina, vildagliptina, saxagliptina, linagliptina): con FGRe > 50 ml/min/1,73 m2 no precisan ajuste de dosis. La Linagliptina no requiere ajuste en ningún estadio de la ERC [16]. Análogos del péptido similar al glucagon-1 (GLP-1: exenatida, lixisenatida, liraglutida): in- crementan la secreción de insulina glucosa-de- pendiente por la célula beta del páncreas. Tam- bién inhiben la secreción de glucagón por las células alfa del páncreas. Con FGRe 30-60 ml/ min/1,73 m2 requieren reducción del 50% de la dosis [16]. Inhibidores del cotransportador sodio-glu- cosa tipo 2 (iSGLT-2: empaglifozina, dapaglifo- cina y canaglifocina): inhiben el cotransportador sodio-glucosa tipo 2 aumentando la excreción re- nal de glucosa y reducen así moderadamente los niveles elevados de la glucemia en pacientes con diabetes tipo 2. Están contraindicados con FGRe < 45 ml/min/1,73 m2 (empaglifozina, dapaglifo- cina) y < 30 ml/min/1,73 m2 canaglifocina [16]. Insulina: la ERC se asocia a resistencia a la insulina pudiendo llegar a alcanzarse estados de hiperinsulinismo. Los pacientes diabéticos, a me- dida que avanza la ERC, podrían llegar a necesi- tar dosis decrecientes de insulina, excepto en los pacientes que se encuentran en programa de diá- lisis peritoneal dado que los líquidos de diálisis contienen un alto contenido en glucosa y no sólo los diabéticos pueden requerir dosis crecientes de insulina, sino que los no diabéticos pueden desa- rrollar una intolerancia a los hidratos de carbono e incluso hacerse diabéticos [16]. Dislipemias: Una vez descartadas y tratadas (cuando sea posible) las causas secundarias de dislipemia (hepatopatías, alcoholismo, síndro- me nefrótico, hipotiroidismo, diabetes) conviene
Compartir