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61 GLOMERULONEFRITIS QUE CURSAN CON SÍNDROME NEFRÓTICO depósitos inmunes, excepto una unión inespecí- fica de Ig M y complemento (C3 y variablemente C1) en las lesiones escleróticas. También pueden observarse depósitos mesangiales muy débiles de Ig M. El microscopio electrónico muestra una fusión difusa de los pies de los podocitos (pedice- los), similar a la de la E.M.C [6]. Variante colapsante: Puede ser inducida por el virus de la inmunodeficiencia humana u otros trastornos. Se distingue de la G.E.F.S. clásica por el colapso y la esclerosis del penacho glomerular completo, no por el daño segmentario. Se presen- ta con un síndrome nefrótico más severo que la forma clásica. Los pacientes suelen ser resistentes al tratamiento y, a menudo, tienen una evolución más rápida hacia la insuficiencia renal terminal. Se ve con mayor frecuencia en la raza negra. La combinación de síndrome nefrótico grave y fra- caso renal agudo sugiere una G.E.F.S colapsante [6]. Variante tip: Se caracteriza por el daño celular epitelial y la acumulación de células espumosas en el extremo glomerular cerca del origen del tú- bulo proximal. El microscopio de inmunofluo- rescencia muestra positividad para IgM y C3. Esta variante suele cursar con síndrome nefrótico y responder a los corticoides [6]. Variante perihiliar: Consiste en una esclero- sis y hialinosis perihiliar en más del 50 % de los glomérulos escleróticos de forma segmentaria. Los hallazgos de la inmunofluorescencia y de la microscopía electrónica son similares a los obser- vados en la G.E.F.S. clásica [6]. Variante celular: Se caracteriza por la presen- cia de al menos un glomérulo con hipercelula- ridad endocapilar segmentaria que ocluye la luz capilar. Al microscopio electrónico se ve un bo- rramiento difuso de los pies de los podocitos [6]. De todas estas variantes, se puede decir que la variante tip se asocia con un pronóstico más favorable, ya que se comporta como una E.M.C., y que el peor pronóstico es el de la variante co- lapsante. Las variantes clásica, celular y perihiliar tienen un pronóstico intermedio [6]. 3.4. Patogenia En la mayoría de los casos de G.E.F.S. prima- rias, el daño a las células glomerulares puede ocu- rrir como consecuencia de un factor circulante. Las observaciones clínicas apoyan el papel clave que desempeña el receptor del activador del plas- minógeno urokinasa soluble (suPAR). El daño sobre las células epiteliales viscerales o podocitos parece el problema primario en la mayoría de las formas de G.E.F.S. Se ha visto que los pacientes tratados con inmunosupresores tienen unos nive- les más bajos de suPAR, lo que se asocia con una reducción de la proteinuria y una mayor probabi- lidad de lograr la remisión completa [7]. 3.5. Clínica El 60-75 % de los pacientes se presentan con proteinuria en rango nefrótico. Entre un 30 y un 50 % debutan con hematuria microscópica aso- ciada a grados variables de proteinuria. La hiper- tensión arterial aparece en el 20 % de los pacien- tes. Por último, la insuficiencia renal se presenta en el 25-50 % de los casos al diagnóstico [7]. G.E.F.S. secundaria: En estos casos, la glo- meruloesclerosis es consecuencia habitualmente de una respuesta adaptativa a la hipertrofia glo- merular y a la hiperfiltración, desde una cicatriz debida a un daño previo (lesiones curadas de lupus o vasculitis, por ejemplo), hasta el daño tóxico directo sobre los podocitos. En este con- texto, la hiperfiltración se refiere a un incremento adaptativo pero anormal de la tasa de filtración glomerular total por encima del nivel esperado para el número reducido de glomérulos. Los es- cenarios en los cuales la hipertrofia glomerular adaptativa y la hiperfiltración ocurren, incluyen múltiples patologías asociadas bien con la pérdi- da en el número de nefronas o bien con la vasodi- latación renal con un número inicialmente nor- mal de nefronas. Los mecanismos por los cuales puede producirse la G.E.F.S. secundaria incluyen [8]: a) Daño podocitario: puede ser debido, entre otras causas, a inflamación, angiotensina II, toxinas e infecciones virales. b) Pérdida nefronal previa: debida, por ejemplo, a nefropatía del reflujo, isquemia en la ne- froesclerosis hipertensiva benigna, y ausencia congénita o por nefrectomía quirúrgica de un riñón. En estos casos, la hipertensión intra- glomerular compensatoria y la hipertrofia en los glomérulos restantes pueden conducir a la G.E.F.S.
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