Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
77 GLOMERULONEFRITIS QUE CURSAN CON SÍNDROME NEFRÍTICO. GLOMERULONEFRITIS RÁPIDAMENTE PROGRESIVAS. GLOMERULONEFRITIS QUE CURSAN CON ALTERACIONES URINARIAS PERMANENTES 1.2. Nefropatía IgA Definición Fue descrita por primera vez por el patólogo francés Berger en 1968 por lo que también se co- noce como «Enfermedad de Berger». Es la glo- merulonefritis crónica más frecuente en todo el mundo. La nefropatía IgA se define por el depó- sito de IgA en el mesangio glomerular. La presen- tación clínica y la histología pueden variar según los distintos patrones de daño histológico que se pueden ver en esta entidad [6]. Epidemiología Afecta mayoritariamente a varones con un pico de incidencia entre la segunda y tercera dé- cadas de la vida. Existe una amplia variedad en cuanto a la presentación clínica, así como, un tiempo de evolución muy variable desde el diag- nóstico. Las diferencias geográficas que existen son todavía un motivo de debate. La variabili- dad en cuanto a la incidencia depende más de las diferencias entre distintos grupos raciales que de factores ambientales [6]. Presentación clínica y diagnóstico El diagnóstico de la Nefropatía IgA requiere siempre de una biopsia renal donde se encuen- tran depósitos que contienen predominantemen- te IgA en el mesangio. Esto es principalmente por la gran variabilidad clínica de esta entidad [6]. Ninguna presentación clínica es patognomó- nica, ni siquiera la que se da en el varón joven con episodios de hematuria macroscópica tras una infección de vías respiratorias altas que es la presentación en el 30-40 % de los casos. En la mayoría de las series el 30-40% de los casos diag- nosticados presentaban hematuria asintomática. Es raro que se detecte proteinuria sin hematuria microscópica, así como es infrecuente la presen- cia de síndrome nefrótico, sólo existente en un 5%. El fracaso renal agudo se da en menos de un 5% de los casos y se produce por dos mecanis- mos distintos: daño inmunológico e inflamatorio agudo que da lugar a la formación de semilunas o también se puede provocar por la hematuria ma- croscópica dando lugar a obstrucción y/o daño tubular. Éste último es un fenómeno reversible tras realizar medidas de soporte. Los pacientes restantes, típicamente mayores, se presentan con proteinuria, insuficiencia renal e hipertensión. Raramente la Nefropatía IgA se presenta con HTA maligna. Se piensa que son casos de ne- fropatía IgA que no se detectaron antes por no presentar hematuria franca ni haberse realizado ningún estudio rutinario [6]. Patogenia No se ha encontrado ningún mecanismo uná- nime que explique el desarrollo de la Nefropatía IgA. Existe gran disparidad entre la presentación, la evolución clínica y los hallazgos patológicos lo que sugiere la existencia de una interacción entre dos o más factores predisponentes. Tal es la di- versidad de la presentación clínica, los hallazgos histológicos y de laboratorio que debe haber di- ferentes mecanismos patogénicos que conduzcan al depósito histológico característico de la nefro- patía IgA y al daño glomerular [7, 8]. Pronóstico En menos del 10% de los pacientes con nefro- patía IgA se resuelven por completo las alteracio- nes urinarias. La nefropatía IgA puede evolucionar lentamente a enfermedad renal crónica y en un 40 % de los casos a insuficiencia renal crónica termi- nal. Entre un 20 y un 30 % de las cohortes publi- cadas necesitarán terapia renal sustitutiva a los 20 o 25 años de la presentación. Numerosos estudios han determinado una serie de características que determinan un peor pronóstico, entre ella están: la edad, la duración de los síntomas, el grado de proteinuria, la hipertensión, la insuficiencia renal y cambios histopatológicos como la presencia de semilunas o los cambios crónicos. La relación en- tre el grado de proteinuria y el pronóstico es más intensa que en otras glomerulonefritis [9]. Se han propuesto una serie de fórmulas con valor pronóstico teniendo en cuenta las carac- terísticas clínicas y anatomopatológicas, pero no está claro que dichas fórmulas añadan valor predictivo a la progresión de la enfermedad en cada paciente. La clasificación más extendida es la de Oxford (Tabla 2) donde se valoran diferen- tes grados de afectación en relación con infiltra- do intersticial, daño tubular y [10] Aunque no está incluido en la actual clasificación de Oxford se propone la presencia de semilunas celulares o fibrocelulares como un factor pronóstico inde- pendiente a tener en cuenta [11]. Su presencia no implica necesariamente iniciar tratamiento, pero sí peor pronóstico independientemente de la extensión.
Compartir