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1 Nefrología y urología (140)

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OSCAR SEGURADO TOSTÓN
sustituido por otras variables clínicas o de labora-
torio. Las biopsias renales repetidas se recomien-
dan en algunas circunstancias: pacientes con re-
caída, discordancia entre la clínica y los hallazgos 
histológicos o para evaluar pacientes en los que 
se pueda retirar el tratamiento inmunosupresor, 
para demostrar la posible transición de clase his-
tológica o cambio en los índices de cronicidad 
y actividad; para proporcionar información pro-
nóstica; y detectar otras patologías [21].
La mayoría de las biopsias se repiten ante sos-
pecha de un brote de LN, proteinuria persistente 
o disminución de la función renal. Las biopsias 
por indicación clínica pueden apoyar cambios en 
el tratamiento [21].
La repetición de una biopsia renal para el 
brote es más beneficiosa para los pacientes con 
LN de clase 2 o 5 previa porque existe una pro-
babilidad razonable de que la terapia pueda in-
tensificarse. En NL clase 2 puede encontrarse un 
patrón más agresivo. El diagnóstico de lesiones 
crónicas o enfermedad inactiva puede permitir 
reducir o suspender la inmunosupresión. Si tras 
el tratamiento no se obtiene respuesta y persiste 
proteinuria nefrótica rebiopsiar puede no ser ne-
cesario, se podría intensificar el tratamiento. Si 
se produce deterioro de función renal rebiopsiar 
puede mostrar la presencia de lesiones cicatricia-
les que no responderán a tratamiento por lo que 
se podría suspender inmunosupresión evitando 
sus efectos adversos, igualmente en pacientes con 
respuesta mantenida la biopsia repetida puede 
verificar la remisión histológica permitiendo pa-
rar el tratamiento [21].
Las visitas deben programarse cada 2 a 4 se-
manas durante los primeros 2 a 4 meses después 
del diagnóstico o brote. Posteriormente las revi-
siones se realizarán de acuerdo con la respuesta al 
tratamiento. En cada visita, se evaluará corporal, 
presión arterial, se debe evaluar la TFG estima-
da, la albúmina sérica, la proteinuria, el recuento 
de glóbulos rojos, el sedimento en orina. Entre 
los marcadores serológicos actualmente dispo-
nibles, los que con mayor frecuencia se utilizan 
en el seguimiento de la NL son los anticuerpos 
anti-ADN nativo y los niveles de fracciones del 
complemento, C3 y C4, recomendándose su de-
terminación al menos cada tres meses. Los an-
ti-C1q son muy específicos de actividad renal, 
pero estos no suelen estar disponibles para la 
práctica clínica diaria en la mayoría de los cen-
tros hospitalarios. Otros marcadores inmuno-
lógicos como los anticuerpos anti-Ro, anti-La, 
anti- RNP, anti-Sm, factor reumatoide, anticar-
diolipina, anticoagulante lúpico, anti-β2 GPI e 
inmunoglobulinas, deben ser determinados en 
el momento del diagnóstico pero no existe la re-
comendación clínica de su repetición en todas 
las revisiones del paciente. Su monitorización se 
puede espaciar con una menor frecuencia que los 
primeros descritos. La monitorización de la acti-
vidad de las enfermedades renales, extrarrenales y 
las comorbilidades es de por vida [21].
Los pacientes con alto riesgo de desarrollar 
afectación renal (hombres, aparición de lupus 
juvenil, serológicamente activos, incluida la po-
sitividad para anticuerpos anti-C1q) deben es-
tar bajo vigilancia (al menos cada 3 meses) para 
detectar signos tempranos de enfermedad renal 
[21].
7. PRONÓSTICO DE LA NEFROPATÍA LÚ-
PICA
La evolución y el pronóstico de la nefritis lú-
pica son variables. El porcentaje de los pacien-
tes que desarrollan insuficiencia renal progresiva 
oscila entre el 5 y el 60%. Una mayor actividad 
de la enfermedad condicionará peor pronóstico. 
Un 10% de los pacientes con nefropatía lúpica 
desarrollarán enfermedad renal crónica terminal, 
lo que da lugar a un aumento en mortalidad y 
disminución en la calidad de vida [22]. Las re-
caídas (brotes) ocurren en hasta el 50% de los 
pacientes y suele conllevar un cambio en el tra-
tamiento. En diferentes estudios se ha objetivado 
que solamente la mitad de los pacientes logran 
remisión completa al año de tratamiento [23]. 
Lograr la remisión de la nefritis lúpica se asocia 
con mejores resultados a nivel renal y de morta-
lidad, por ello la prevención de los brotes es uno 
de los objetivos del tratamiento. La no utilización 
de antipalúdicos en el tratamiento se ha asociado 
con mayor tasa de brotes [24].
En la actualidad importantes avances en el 
tratamiento han producido mejoras en el pro-
nóstico, incluso en las formas más graves de pre-
sentación. Atendiendo a la clasificación histopa-
tológica, los casos en que las lesiones se limitan al 
	NEFROLOGÍA
	CAPÍTULO 09. NEFROPATÍA LÚPICA
	7. PRONÓSTICO DE LA NEFROPATÍA LÚPICA

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