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206 MIGUEL SÁNCHEZ-JAUREGUI Y JUAN FLORENCIO MACÍAS NÚÑEZ por la intensidad de exposición al fármaco, así como por otros factores individuales del pacien- te. Pueden suponer de entre un 18 y 40% de las causas de FRA en el paciente hospitalizado [2]. En líneas generales, los mecanismos de la to- xicidad por fármacos los podemos distinguir en tres grandes grupos: – Toxicidad directa: daño sobre las células vas- culares, glomerulares, tubulares o intersticia- les. Es el mecanismo típico de la nefropatía por contraste iodado, y algunos fármacos como aminoglucósidos, vancomicina, cispla- tino, metotrexato, antivirales o anfetaminas, entre otros [2]. – Toxicidad por mecanismos inmunoalérgicos: son reacciones de hipersensibilidad a nivel renal, conocidas como Nefropatías o Ne- fritis Intersticiales, que pueden ser agudas o crónicas. Es la forma de daño producida por fármacos como los inhibidores de la bomba de protones, antiinflamatorios no esteroideos (AINE), acetaminofén, alopurinol, y también cualquier antibiótico [1-3]. – Toxicidad por trastornos funcionales renales: interferencias en el sistema de autorregula- do del flujo glomerular, o en la capacidad de concentrar o diluir la orina. El autorregulado del flujo glomerular es un mecanismo fisio- lógico destinado a mantener la presión intra- glomerular en situaciones de disminución del flujo renal, como puede ser una situación de hipovolemia. Depende de sustancias vasoacti- vas, como la angiotensina, las prostaglandinas y el óxido nítrico. Algunos fármacos pueden interferir en el sistema, inhibiendo alguno de sus componentes. En situación de hipovole- mia, la Angiotensina II induce vasoconstric- ción en la arteriola eferente, aumentando la fracción de filtración glomerular. Si se ad- ministra un fármaco inhibidor de la enzima convertidora de Angiotensina (IECA) o un antagonista del receptor de la Angiotensina II (ARA-II) se inhibe o antagoniza el efecto de la Angiotensina II, impidiendo la vasoconstric- ción de la arteriola eferente, que precipitará un empeoramiento analítico de la función re- nal [4]. Las prostaglandinas actúan con efecto vasodilatador. Si administramos un AINE, inhibidor de la prostaglandina, en esta misma situación, se impedirá un adecuado equilibrio, con predominio vasoconstrictor, llevando a su colapso y empeoramiento de la función renal [2]. Otras formas de daño renal mediado por fár- macos pueden ser la precipitación tubular, por ejemplo el producido por Metotrexate, Aciclovir o Etilenglicol; la Rabdomiólisis, favorecida por grupos como las estatinas; las vasculitis sistémicas inducidas por fármacos, favorecidas por Penici- linas o Quinolonas; las microangiopatías trom- bóticas inducidas por fármacos, por ejemplo por Tacrólimus, Ciclosporina o quimioterápicos [2]. Algunos de los factores de riesgo más preva- lentes para el desarrollo de daño renal mediado por fármacos se resumen en la siguiente tabla (Tabla 1). Factores de riesgo para el desarrollo de nefrotoxicidad mediada por fármacos Edad. Pluripatología. Enfermedad Renal Crónica. Depleción de volumen: deshidratación, hipotensión, hipoperfusión, bajo volumen circulante. Combinación de drogas nefrotóxicas. Tabla 1. Factores de riesgos para la predisposición a nefrotoxicidad por fármacos (Fuente: Dr. D. Juan Florencio Macías Núñez, Director de la Cátedra Hipertensión y Riesgo Cardiovascular. Geriatría. Facultad de Medicina. Universidad de Salamanca. Salamanca 37007, España).
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