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281 FIBROSIS RENAL 4.1. Principales tipos celulares implicados en la fibrosis 4.1.1. Fibroblastos y miofibroblastos Los fibroblastos son células de origen mesen- quimal, que se encuentran embebidas en la MEC de los diferentes órganos y tejido conectivo. A ni- vel estructural, presentan forma alongada o estre- llada, con un núcleo ovalado o redondeado que resalta sobre un citoplasma pálido. Ultraestructu- ral mente presenta abundante retículo endoplas- mático, gránulos secretores de colágeno y largos procesos que sirven para establecer contactos con otras células, como células endoteliales, tubula- res y dendríticas. Debido a que sus característi- cas difieren dependiendo de su localización, no se trata de una población celular homogénea. En el riñón humano y de roedores, sus precursores se encuentran próximos a los capilares peritubu- lares, siendo denominados por muchos autores como «pericitos», diferenciándolos de aquellos fibroblastos que se encuentran anatómicamente más separados de los capilares, si bien debido a los largos procesos que presentan, muy pocas de estas células parecen realmente embebidas en la MEC. A pesar de que no existen marcadores es- pecíficos que nos permitan distinguir entre estos tipos celulares, el receptor beta del factor de cre- cimiento derivado de plaquetas (PDGFR-B) es el marcador más fuerte de los pericitos en el riñón sano [11][22]. Durante los procesos de fibrosis, debido a factores como el estrés mecánico y la acción de diferentes citocinas, la mayoría de los fibroblas- tos adquieren carácter de miofibroblasto, viéndo- se reflejado en la expresión de actina de músculo liso vascular (α-SMA). Otras características dife- renciales de los miofibroblastos serían los miofi- lamentos que poseen en su superficie y numero- sas fibras de estrés citoplasmáticas. Existen otros marcadores además de α-SMA, como vimentina, fibronectina, proteína marcadora de fibroblastos o miofibroblastos S100A4 o FSP-1 (fibroblast specific protein), si bien numerosos estudios han demostrado que estos marcadores se encuentran expresados en muchas otras células de origen me- senquimal. [11][22]. El origen de estos miofibroblastos ha sido un importante objetivo de estudio y debate du- rante los últimos años, dado su acúmulo en el intersticio renal que demuestra un papel funda- mental en la fibrosis renal. Las investigaciones más recientes respaldan su origen en las células mesenquimales residentes en el tejido renal, es decir fibroblastos y pericitos en el intersticio re- nal y células mesangiales en el glomérulo. Otros autores proponen un origen en las propias células endoteliales y en leucocitos circulantes, si bien esto es muy controvertido, debido a la falta de marcadores específicos y fiables que permitan de- linear este origen de manera adecuada [23][24]. Hasta hace pocos años se ha defendido la hipó- tesis de que las células epiteliales renales suponían la principal fuente de miofibroblastos por medio del proceso denominado Transición Epitelio-Me- sénquima (TEM). La TEM era definido como el proceso mediante el cual las células epiteliales, debido a la acción de citocinas inflamatorias, su- frían una serie de cambios morfológicos como la pérdida de moléculas de adhesión (E-cadherina y zónula ocludens-1 [ZO-1]), adquiriendo un fenotipo mesenquimal y expresando marcadores de miofibroblastos. Este fenómeno tiene lugar en algunos procesos fisiológicos como el desarrollo embrionario y otros procesos patológicos como el proceso de metástasis tumoral. Sin embargo, en modelos animales recientes se ha demostrado que las células epiteliales dañadas no se convierten en miofibroblastos, si bien se establece una interre- lación entre células epiteliales y mesenquimales que favorecen la diferenciación de estas últimas en miofibroblastos [25]. A lo largo de los años se han descrito nume- rosos estímulos responsables de la activación de los fibroblastos y pericitos y por lo tanto su di- ferenciación a miofibroblastos. Generalmente se trata de estímulos asociados a daño tisular, el fac- tor más ampliamente descrito es el TGFβ al que habría que añadir otros factores también impor- tantes como el factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGF), el factor de crecimiento de fi- broblastos (FGF-2), y el factor de crecimiento de tejido conectivo (CTGF). Recientemente se han descrito vías de activación adicionales desencade- nadas por citocinas y quimiocinas inflamatorias como Oncostatina M, el inductor de apoptosis similar a TNF (TWEAK), la proteína quimioa- trayente de monocitos-1 (MCP-1) y la interleu- cina 18 (IL-18), así como por patrones molecu- lares asociados a daño (DAMP) procedentes del epitelio y el endotelio [2].
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