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345 MALFORMACIONES CONGÉNITAS DEL APARATO URINARIO INFERIOR – Otras anomalías de los deferentes: Ectopia, duplicación, divertículo, aplasia segmentaria, etc. [35]. Anomalías epididimarias – Agenesia de epidídimo: Se asocia a la age- nesia deferencial [35]. – Quistes epididimarios: Se producen por la dilatación de un conducto eferente. Es difícil sa- ber si son congénitos o adquiridos [35]. – Defectos de la unión epidídimo-testicular: Aparecen en el 23% de las criptorquidias. Lo más frecuente es que exista separación del testículo y del epidídimo por la presencia de un mesorquio demasiado largo (favorece las torsiones) [35]. – Los vestigios aberrantes del conducto de Wolff pueden aparecer en el epidídimo como una hidátide sobre la cabeza del epidídimo (no confundir con la hidátide pediculada de Morgag- ni que aparece en la parte superior del testículo y es un resto del conducto de Müller, figura 3). El paradídimo u órgano de Giraldés es otro resto del conducto de Wolff que se fija en la cola del epidídimo [35]. Figura 3. Ecografía escrotal: hidátide de Morgagni en testículo izquierdo en varón de 60 años (Fuente: archivo personal de la Dra. María Fernanda Lorenzo Gómez. Uróloga en el Complejo Asistencial Universitario de Sala- manca. Salamanca 37007, España). Anomalías de las vesículas seminales – Agenesia: Se asocia a la agenesia del defe- rente [35]. – Hipoplasia: Se asocia a otras alteraciones del conducto de Wolff (en especial la agenesia deferencial) [35]. – Fusión de las vesículas seminales [35]. – Quistes: Generalmente son un hallazgo casual, pero en ocasiones por su tamaño pueden comprimir la vejiga o desplazar el cuello vesical [35]. Quistes genitales – Quistes del utrículo prostático: El utrícu- lo resulta de la fusión en la línea media de los
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