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1 Nefrología y urología (393)

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CÁNCER DE VEJIGA
someterse a cistectomía o una técnica multimo-
dal con conservación de la vejiga. También puede 
utilizarse para la hemorragia de origen tumoral 
cuando no se logra el control local mediante 
RTU debido al crecimiento extenso del tumor. 
La dosis de radioterapia curativa en el cáncer de 
vejiga es de 60-66 Gy con un refuerzo posterior 
mediante radioterapia externa o braquiterapia in-
tersticial [11].
10.4. Quimioterapia
Instilaciones endovesicales
Se realizan con Mitomicina C en los casos de 
tumores de bajo riesgo y con inmunoterapia Ba-
cilo de Calmette Guérin (BCG) en los casos de 
tumores de alto riesgo [2].
Se utilizan en tumores superficiales como tra-
tamiento complementario a RTU para disminuir 
las recidivas o con el fin de eliminar la enferme-
dad en el caso de tumores voluminosos o múl-
tiples que no se han podido eliminar completa-
mente y también en caso de CIS. El fármaco que 
ha demostrado mayor eficacia es la BCG aunque 
la tolerancia no es buena porque da lugar a cistitis 
prácticamente en el 100% de los pacientes [2].
Quimioterapia sistémica
Se utiliza en el tratamiento de los tumores ve-
sicales infiltrantes. Se han comunicado respuestas 
locales completas y parciales con quimioterapia 
a base de cisplatino como tratamiento primario 
de tumores localmente avanzados en pacientes 
muy seleccionados. Otros fármacos con actividad 
son los taxanos y la gemcitabina. Hoy en día los 
esquemas más utilizados son: Metotrexate, vin-
blastina, adriamicina y cisplatino. Se han logrado 
respuestas anatomopatológicas de tumores pri-
marios de vejiga en un 12-50% pero a expensas 
de una toxicidad importante. En el año 2000 se 
comparó el régimen anterior M-VAC con cispla-
tino más gemcitabina y demostró no ser inferior 
y con menor toxicidad [2, 18].
Quimioterapia adyuvante
La quimioterapia adyuvante es objeto de de-
bate. Ningún ensayo aleatorizado, ni metaanáli-
sis ha deparado datos suficientes que respalden 
el uso sistemático de quimioterapia adyuvante. 
Se recomienda en el contexto de ensayos clínicos 
pero no el uso sistemático. Hay algún estudio 
que sugiere que los pacientes con extensión extra-
vesical, con afectación ganglionar o con invasión 
vascular pueden beneficiarse de un tratamiento 
de quimioterapia adyuvante [2, 11].
Quimioterapia neoadyuvante
En el tratamiento de los tumores localmente 
avanzados T4b y N+, es práctica habitual reali-
zar tratamiento con quimioterapia neoadyuvante 
para facilitar el tratamiento local posterior [11].
Quimioterapia en enfermedad metastásica
El carcinoma urotelial es un tumor 
quimiosensible.
El estado funcional y la presencia o ausencia 
de metástasis viscerales son factores pronósticos 
independientes de la supervivencia. Estos facto-
res son al menos tan importantes como el tipo de 
quimioterapia administrada [11].
La poliquimioterapia con cisplatino puede lo-
grar una mediana de supervivencia de hasta 14 
meses, con supervivencia sin enfermedad a largo 
plazo en aproximadamente el 15% de los pacien-
tes con enfermedad ganglionar y un buen estado 
funcional [11].
La monoquimioterapia depara tasas bajas de 
respuesta. La poliquimioterapia con carboplatino 
es menos eficaz que la quimioterapia a base de 
cisplatino en cuanto a respuesta completa y su-
pervivencia. Habitualmente se utilizan dobletes 
con cisplatino y gemcitabina, pero si el aclara-
miento de creatinina es inferior a 60ml/min se 
sustituirá por carboplatino [11].
Pemborlizumab y atezolizumab (inmunote-
rapia ) han sido aprobador por la FDA y EMA 
como primer tratamiento cuando el cisplatino no 
se podía administrar [11].
El ácido zoledrónico es el único bifosfonato 
estudiado y aprobado en todos los tipos de cáncer, 
incluido el cáncer urotelial que ha demostrado 
reducir y retrasar los episodios relacionado con el 
esqueleto en caso de metástasis óseas. Denosu-
mab, un anticuerpo monoclonal no es inferior 
al ácido zolendrónico para prevenir o retrasas los 
episodios relacionados con el esqueleto. En am-
bos casos se debe informar a los pacientes de las 
posibles osteonecrosis de la mandíbula e hipocal-
cemia. La suplementación con calcio y vitamina 
D es obligatoria. Debe hacerse un seguimiento

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