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13Programa ACTION • Patologías y problemas prevalentes en el niño lo que ante un traumatismo indirecto siempre hay mayor probabilidad de que se produzca una epifisiólisis que una lesión ligamentosa, especialmente en niños más pequeños. Esta tendencia va disminuyendo con el tiempo según madura la placa de crecimiento, por lo que las lesiones ligamentosas son más típicas de niños mayores. En edades más avanzadas esta tendencia también se alterará, aumentando la incidencia de fracturas por la fragilidad ósea. El mismo mecanismo que produce una luxación traumática del hombro en el joven y sujetos de edad media produce una epifisiólisis humeral proximal en el niño y una fractura en el anciano. aRTRiTiS POSTRauMÁTiCa En esta lesión, tras un traumatismo articular indirecto en el que una articulación ha sido forzada más allá de sus límites fisiológicos, se produce una distensión sin ruptura ni lesión macroscópica tanto de la cápsula articular como de los liga- mentos colaterales(3). Como resultado de esta agresión sobre la cápsula articular se produce una reacción inflamatoria y con ello un derrame articular de mayor o menor cuantía que produce dolor, tumefacción e impotencia articular. Tanto mayor será la impotencia funcional cuanto menor sea la capacidad articular de distenderse (interfalángicas) y cuanto mayor sea la cantidad de derrame. Una vez descartadas lesiones ligamentosas asociadas, la movilidad precoz facilita una recuperación funcional íntegra, para ello se debe proteger la movilidad mediante analgesia tópica o sistémica suficiente no restringiendo el movimiento. A pesar de ello, la artritis aún puede durar más allá de las 3 semanas, manifestándose en forma de rigidez articular tras periodos de inmovilización (matutinas) o dolor en maniobras concretas por la gran capacidad propioceptiva de la cápsula articular. ESGuinCE Es el traumatismo más frecuente en el ser humano y es provocado por una pérdida de contacto no permanente de las superficies articulares(4), con lesión de los ligamentos colaterales estabilizadores al haberse sobrepasado los límites de amplitud fisiológica. Se puede asentar en la mayoría de las articulaciones (codo, muñeca, dedos y columna vertebral), si bien afecta más a menudo al tobillo (ligamento lateral externo –LLE– en su fascículo peroneo astragalino anterior) y a la rodilla (ligamento lateral interno –LLI–); también son frecuentes las lesiones ligamentosas de las articulaciones interfalángicas de los dedos (ligamentos co- laterales) y carpo (cápsula articular y ligamentos dorsales).
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