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Actualizaciones en Anestesiología (126)

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Tema 7. Reanimación cardiopulmonar
situación: una vez que se ha establecido 
la RCE y la saturación de oxígeno en 
sangre arterial (SatO2) se puede monito-
rizar de forma fi able (por pulsioximetría 
y/o gasometría arterial), la concentración 
de oxígeno inspirado se debe ajustar para 
lograr una SatO2 de 94 - 98%.
- C (circulación): se debe continuar con 
las compresiones cardiacas alternadas 
con las ventilaciones, con una cadencia 
de 30:2 hasta intubar al paciente; desde 
ese momento, se continuará con el masa-
je cardiaco a un ritmo de 100 comp/min 
y la frecuencia respiratoria del respirador 
(6-10 rpm). No se deben interrumpir las 
compresiones cardiacas, excepto y siem-
pre de manera breve para comprobar el 
ritmo, desfi brilar, comprobar pulso si se 
detecta actividad organizada o para colo-
car dispositivo de vía aérea avanzada. 
 Se debe obtener un ACCESO VENOSO: 
si hasta el momento no se ha obtenido la 
vía venosa, se canalizará una vía perifé-
rica para la administración de fármacos. 
Es importante chequear la posición y el 
contacto de los electrodos, para asegu-
rarse de que el ritmo que se observa en 
el monitor o el desfi brilador es real. Tal 
y como se describe en las guías ameri-
canas AHA 2010, durante las maniobras 
de reanimación, un objetivo razonable 
es intentar mantener una presión arterial 
diastólica por encima de 20 mmHg y una 
saturación de oxígeno venosa central por 
encima del 30%. 
 Cabe recordar, que desde las guías ERC 
2010 no existe recomendación de admi-
nistrar medicación por vía intratraqueal, 
siendo de elección la vía intraósea en los 
casos en los que no es posible canalizar 
una vía venosa.
- D (diagnóstico diferencial): se debe reali-
zar un diagnóstico diferencial para inten-
tar corregir causas reversibles (4H/4T), 
que más adelante se describen.
En la mayoría de los casos, los pasos 
se llevan a cabo de manera simultánea (ej. 
mientras un reanimador intuba al paciente 
-A-, otro obtiene una vía venosa periférica 
-C-); sin embargo, desde el punto de vista 
didáctico, los pasos se agrupan en el ABCD. 
En las guías ERC 2010, se insiste en la 
necesidad de una mayor atención y énfasis 
en el tratamiento del síndrome post-parada 
cardiaca, dado que la implementación de un 
protocolo de tratamiento post-resucitación 
detallado y estructurado puede mejorar la su-
pervivencia de las víctimas de parada cardia-
ca tras la RCE. Tal y como se ha mencionado 
anteriormente, las guías americanas AHA 
2010 incluso añaden el 5º eslabón a la Cade-
na de Supervivencia: “cuidados post-PCR”. 
Por tanto, siendo el ABCD primario y se-
cundario común para los 2 grupos de ritmos, 
a continuación se explican las diferencias en 
la actuación ante los 2 grupos de ritmo (cho-
cables y no chocables):

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