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125 Tema 7. Reanimación cardiopulmonar situación: una vez que se ha establecido la RCE y la saturación de oxígeno en sangre arterial (SatO2) se puede monito- rizar de forma fi able (por pulsioximetría y/o gasometría arterial), la concentración de oxígeno inspirado se debe ajustar para lograr una SatO2 de 94 - 98%. - C (circulación): se debe continuar con las compresiones cardiacas alternadas con las ventilaciones, con una cadencia de 30:2 hasta intubar al paciente; desde ese momento, se continuará con el masa- je cardiaco a un ritmo de 100 comp/min y la frecuencia respiratoria del respirador (6-10 rpm). No se deben interrumpir las compresiones cardiacas, excepto y siem- pre de manera breve para comprobar el ritmo, desfi brilar, comprobar pulso si se detecta actividad organizada o para colo- car dispositivo de vía aérea avanzada. Se debe obtener un ACCESO VENOSO: si hasta el momento no se ha obtenido la vía venosa, se canalizará una vía perifé- rica para la administración de fármacos. Es importante chequear la posición y el contacto de los electrodos, para asegu- rarse de que el ritmo que se observa en el monitor o el desfi brilador es real. Tal y como se describe en las guías ameri- canas AHA 2010, durante las maniobras de reanimación, un objetivo razonable es intentar mantener una presión arterial diastólica por encima de 20 mmHg y una saturación de oxígeno venosa central por encima del 30%. Cabe recordar, que desde las guías ERC 2010 no existe recomendación de admi- nistrar medicación por vía intratraqueal, siendo de elección la vía intraósea en los casos en los que no es posible canalizar una vía venosa. - D (diagnóstico diferencial): se debe reali- zar un diagnóstico diferencial para inten- tar corregir causas reversibles (4H/4T), que más adelante se describen. En la mayoría de los casos, los pasos se llevan a cabo de manera simultánea (ej. mientras un reanimador intuba al paciente -A-, otro obtiene una vía venosa periférica -C-); sin embargo, desde el punto de vista didáctico, los pasos se agrupan en el ABCD. En las guías ERC 2010, se insiste en la necesidad de una mayor atención y énfasis en el tratamiento del síndrome post-parada cardiaca, dado que la implementación de un protocolo de tratamiento post-resucitación detallado y estructurado puede mejorar la su- pervivencia de las víctimas de parada cardia- ca tras la RCE. Tal y como se ha mencionado anteriormente, las guías americanas AHA 2010 incluso añaden el 5º eslabón a la Cade- na de Supervivencia: “cuidados post-PCR”. Por tanto, siendo el ABCD primario y se- cundario común para los 2 grupos de ritmos, a continuación se explican las diferencias en la actuación ante los 2 grupos de ritmo (cho- cables y no chocables):
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