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132 Actualizaciones en anestesiología para enfermería un ritmo de perfusión mantenido, ritmo ini- cial de asistolia en ECG, tiempo prolongado entre el momento estimado de la PCR y el inicio de las maniobras de resucitación, edad del paciente y severidad de las enfermeda- des que presenta, ausencia de respuesta tron- coencefálica, normotermia. Se han propuesto diferentes datos indi- cadores de pronóstico valorables durante la resucitación. Uno de los mejores datos que ayuden a predecir el pronóstico puede ser la concentración de CO2 en el aire espirado (ETCO2) tras 20 minutos de maniobras de reanimación. El valor de ETCO2 depende de la producción de CO2 y del retorno ve- noso al corazón derecho y a la circulación pulmonar. Una concentración baja de ETCO2 (<10mmHg) tras una resucitación prolonga- da (>20min) es un signo de ausencia de cir- culación y un importante indicador de mor- talidad aguda (se debe tener en cuenta que valores bajos de ETCO2 pueden estar asocia- dos a la introducción de manera errónea del tubo endotraqueal en el esófago, por lo que habrá que comprobar la adecuada colocación del tubo antes de tomar alguna decisión). Una revisión sistemática de los estudios sobre indicadores pronóstico ante una PCR sugirió que, aunque no debe ser la única técni- ca que se emplee para tomar la decisión de fi - nalizar la resucitación, la ecocardiografía pue- de ayudar en la valoración clínica para tomar esta decisión, siempre y cuando su realización no interfi ere en las maniobras de reanimación o retrase el reinicio de la RCP, excepto en el caso de que se emplee estrictamente para con- fi rmar la ausencia de movimiento de la pared cardiaca ante el planteamiento de la posibili- dad de terminar las maniobras. CUIDADOS POST-PCR La recuperación del ritmo cardiaco es- pontáneo, de la circulación espontánea (RCE) es sólo el primer paso para conseguir la recuperación completa tras una PCR. De- pendiendo de la duración y la etiología de la PCR, tras la RCE se inicia un periodo de gra- vedad y duración variable en el que paciente puede sufrir daño neurológico, inestabilidad hemodinámica, alteraciones metabólicas y existe riesgo de fracaso multiorgánico aparte del posible daño miocárdico. Los objetivos de los cuidados post-RCP son optimizar la perfusión sistémica, corre- gir las alteraciones metabólicas y proporcio- nar medidas de soporte precoz para aumentar la posibilidad de una recuperación sin secue- las neurológicas. El diagnóstico y tratamiento de la isque- mia y disfunción miocárdica pueden aumen- tar la supervivencia. Medidas que reduzcan el daño cerebral secundario como la hipoter- mia terapéutica pueden mejorar la supervi- vencia y el pronóstico neurológico. El manejo de estos pacientes debe reali- zarse en unidades de cuidados críticos, con un enfoque multidisciplinar que incluya as- pectos cardiológicos y neurológicos. Los cuidados post-RCP se consideran recomen- dación de primer grado. Ya que es la AHA la que dedica un capí- tulo más extenso, resumiremos lo publicado por esta sociedad añadiendo las considera- ciones que pueda aportar el ERC. Soporte respiratorio Debe ajustarse la FiO2 para conseguir una saturación de O2 ≥94%. Las guías euro- peas ERC 2010 da un intervalo entre el 94- 98%. No ha demostrado benefi cio mantener FiO2 elevadas y sí puede ser perjudicial por la generación de radicales libres en la fase de reperfusión. Debe ajustarse la frecuencia respiratoria y el volumen minuto para mantener la nor- mocapnia (PaCO2 40-45 ó ETCO2 35-40). La hiperventilación con hipocapnia es perjudi- cial tras la RCE por su efecto en la circula- ción cerebral. Isquemia miocárdica Debe realizarse un ECG de doce deriva- ciones lo antes posible para descartar síndro- me coronario agudo con elevación del ST. En caso de presentarse debe tratarse inme-
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