Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
320 Biotecnología los cambios de comportamiento, son también factores determinantes para la dispersión de agentes infecciosos. Por otro lado, los microorganismos adquieren resistencia a los medicamentos. La gripe española, la hepatitis B, las fiebres hemorrágicas (Junín, Lassa, Marburg, Ébola, etc.), la enfermedad de Lyme, la enfermedad de los Legio- narios, el VIH/sida, la Escherichia coli 0157:H7 contaminante de los alimen- tos, el virus del Nilo occidental, la BSE (encefalopatía espongiforme bovina), el dengue, son algunos de los ejemplos de enfermedades emergentes. Varias cuentan con pruebas de diagnóstico, pero muy pocas con vacunas (hepatitis B, enfermedad de Lyme). En este sentido hay que considerar que transcurre bastante tiempo entre la descripción e identificación del patógeno y la pro- ducción de una vacuna. De estas enfermedades, la más insidiosa tal vez sea el sida, porque debi- lita al sistema inmune dejándolo sin armas para hacerle frente a infecciones oportunistas (virus, hongos, bacterias, cáncer). Los primeros casos aparecie- ron en 1981 y se extendieron rápidamente en la población. Se estima que en un único año (2002), murieron 3,1 millones de personas y se contaminaron 5 millones. Aproximadamente el 90% de las nuevas contaminaciones ocu- rren en los países en desarrollo, especialmente en el sur de África y en Asia. A la sombra del sida y de la adicción a drogas inyectables reaparece la tuber- culosis, ahora causada por gérmenes multirresistentes a los medicamentos. A pesar de las medidas preventivas y de los grandes progresos alcanzados en el tratamiento del sida, sería ideal encontrar una vacuna. Las dificultades son enormes, porque tendría que activar a las células T auxiliadoras, regu- ladoras de la respuesta inmune, que son las células que el virus destruye. Como generalmente el virus penetra en el organismo por vía anal o vaginal, permaneciendo un tiempo en la corriente sanguínea antes de invadir las células, la vacuna debería estimular ambas vías, humoral y celular, y llegar a las mucosas. En la lucha contra el sida hay varias estrategias posibles. Una de ellas es impedir que el virus invada al organismo. La otra, ayudar al organismo a impedir la progresión y la transmisión de la enfermedad. La falta de un modelo animal adecuado y las frecuentes mutaciones del virus complican la tarea. Aunque los resultados obtenidos hasta ahora hayan sido decepcio- nantes, se están haciendo ensayos clínicos con vacunas de subunidades, de vectores virales recombinantes y de ADN. Tal vez nos encontremos un poco más cerca del control de la enfermedad. El SARS (del inglés, severe acute respiratory syndrome) es una enfermedad viral que se transmite por el aire. Emergió en China en 2003, y se diseminó
Compartir