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Islamismo

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Islamismo
El islamismo es una ideología que sostiene que la acción política de la sociedad debe estar sustentada en la doctrina del islam. Su principal objetivo es la creación de un Estado Islámico basado en la sharia (la ley musulmana) para transformar todos los aspectos de la sociedad (como economía, el derecho, la justicia social o la política exterior).
El islamismo es un movimiento muy heterogéneo y existen decenas de grupos políticos islamistas que se diferencian por sus programas, sus valores y la pertenencia a diferentes ramas del islam. Abarca desde grupos demócratas, conservadores, integristas o moderados hasta asociaciones radicalizadas y agrupaciones terroristas. 
A pesar de sus diferencias, todos los movimientos islamistas buscan transformar la sociedad a través de la formación islámica de las personas y de la acción política y social. La mayoría de ellos sostiene que la toma de poder debe hacerse por vía democrática. Defienden la vuelta a un “islam auténtico”, en contra de la occidentalización de su sociedad que se está generando como consecuencia de la globalización. 
Entre los grupos islamistas más importantes se puede destacar a la Hermandad Musulmana en Egipto, Siria, Jordania, Libia y Yemen, entre otros países; el Partido de la Justicia y el Desarrollo en Turquía (AKD, por sus siglas en turco) y el Partido de la Justicia y el Desarrollo en Marruecos (PJD por sus siglas en árabe). 
Debido a los atentados terroristas llevados a cabo durante la década del 2000 por grupos como Al-Qaeda (liderado por Osama Bin Laden), el islamismo se convirtió en un movimiento sumamente controvertido y, muchas veces, mal comprendido. Es común que los medios de comunicación occidentales unifiquen bajo el concepto de “islamismo” a los movimientos terroristas. 
Sin embargo, estos y otros grupos terroristas deben comprenderse como un fenómeno específico que no representa al conjunto del movimiento islamista. Actualmente, la mayoría de los grupos políticos que componen el islamismo actúan dentro del sistema político legal de sus países y no utilizan la violencia para alcanzar sus objetivos.
Los orígenes del islamismo
El primer antecedente del islamismo es el movimiento reformista musulmán que surgió a fines del siglo XIX en Irán. Ante la decadencia del Imperio otomano y la amenaza de la colonización europea, un grupo de pensadores planteó la necesidad de modernizar el orden político existente. 
Sus principales exponentes fueron Jamal-al-Din al-Afghani, Muhammad Abdón y Rashid Rida. Predicaban la unidad nacional y la lucha contra los gobiernos despóticos que pactaban con Occidente para mantenerse en el poder.
La Hermandad Musulmana
La Hermandad Musulmana es una de las organizaciones islamistas más importantes. A lo largo de su historia, según el contexto político y social, atravesó diferentes periodos de radicalización y moderación de sus acciones. 
Pasó de ser una organización que centraba sus actividades en el servicio social y la militancia anticolonialista, a la acción paramilitar de lucha armada en contra del gobierno, para volver a convertirse en una institución legítima volcada al trabajo político dentro de las vías democráticas. 
Los orígenes de la Hermandad Musulmana
Al finalizar la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la desintegración del Imperio otomano permitió la penetración del colonialismo europeo en los territorios de Asia Occidental y del norte de África. El principal régimen de gobierno de la cultura islámica era el califato (el régimen de gobierno del Imperio otomano), que fue abolido en 1924 y reemplazado por un régimen republicano al estilo occidental. 
Una de las principales organizaciones que nacieron en este contexto fue la Hermandad Musulmana, creada por Hasan al-Banna en Egipto, en 1928. Originalmente, su objetivo era oponerse al colonialismo británico y a la secularización de la sociedad. 
Durante la década de 1930, los Hermanos Musulmanes crearon un entramado social de asociaciones, escuelas, hospitales y gremios; a la vez, desarrollaron un brazo de acción de organizaciones paramilitares y semisecretas. 
Durante la década de 1940, crecieron las tensiones y su oposición al gobierno y en 1949 llevaron a cabo su primer atentado: el asesinato del primer ministro egipcio, Mahmoud an-Nukrashi Pasha. En respuesta, el gobierno inició una ola de represión que incluyó la muerte del líder de la Hermandad, Hasan al-Banna. 
Durante la década siguiente, la Hermandad Musulmana continuó funcionando de manera clandestina, se convirtió en un movimiento de masas y la principal oposición al gobierno por fuera del Parlamento. Se fundaron ramas de la Hermandad en diferentes países de la región, como Líbano, Siria, Jordania, Palestina y Sudán. 
La radicalización de la organización
En Egipto, la Hermandad Musulmana siguió experimentando la represión y radicalizó sus posturas al alinearse con las ideas de Sayyid Qutb. En 1954, hubo un atentado contra el presidente Nasser y el gobierno culpó a los Hermanos (miembros de la Hermandad Musulmana) y recrudeció su política de represión. 
En 1966, Sayyid Qutb fue acusado de haber participado en otro atentado contra el presidente y fue condenado a muerte por conspirar contra su gobierno.
Clandestinidad y crecimiento
Durante las décadas de 1970 y 1980, la Hermandad continuó su acción organizativa en la clandestinidad. Cuando el gobierno egipcio impuso una política estatal neoliberal como consecuencia de sus negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Hermandad Musulmana multiplicó su red de servicios sociales para hacer frente al aumento del desempleo y de la pobreza. 
A su vez, sus filas se vieron renovadas por el movimiento estudiantil universitario, y su enfoque revolucionario se alejó de la vía violenta. Con el tiempo, se fue convirtiendo una organización de base más heterogénea, con el apoyo de sectores cada vez más amplios de la población.
La Revolución Egipcia
En 2011, se desataron una serie de protestas espontáneas en diversas partes de Egipto, en contra del gobierno de Hosni Mubarak (que estaba en el poder hace treinta años, desde 1981). Las manifestaciones se extendieron hasta convertirse en la Revolución egipcia, que terminó derrocando al presidente y llamando a unas nuevas elecciones. 
La Hermandad Musulmana se presentó a estas elecciones a través de la creación del Partido Libertad y Justicia, con Mohammed Morsi como principal candidato y las ganó con un 70% de los votos. 
Sin embargo, el gobierno de Morsi fue breve. Al asumir, tomó una serie de medidas antidemocráticas y de centralización del poder en manos de la presidencia. Su objetivo era instalar un gobierno basado en los principios de la ley musulmana. Disolvió el Parlamento y lo sustituyó por una Asamblea Legislativa con mayoría de representación afín a su gobierno y sometió al poder judicial bajo su autoridad. En 2012, promulgó un decreto en el que se concedía autoinmunidad. 
Estas acciones generaron un gran rechazo popular y la oposición en diversos sectores de la población. Al año siguiente, un golpe militar liderado por Al Fattah al-Sisi derrocó al gobierno de los Hermanos Musulmanes. Las nuevas autoridades reprimieron a la Hermandad, decretaron su disolución y la de sus organizaciones satélites y confiscaron todos sus bienes. 
El islamismo yihadista
Se conoce como “islamismo yihadista” a los movimientos del islamismo radical que utilizan la violencia como medio para lograr sus objetivos políticos. El término yihad es un concepto de la religión islámica que legitima la guerra para defender a la comunidad islámica. Sin embargo, esto es interpretado de diferentes maneras entre los diferentes grupos islámicos. 
Dentro de la lógica de los movimientos que usan la violencia se sostiene que Occidente (sus regímenes políticos, sus ideas y sus formas de vida) constituye una amenaza contra la sociedad musulmana y se justifica la yihad como una guerra de legítima defensa y una obligación de todo musulmán. 
Los yihadistas consideran que para lograr la implementación universal de laley islámica, es necesario derrotar a los enemigos occidentales; y esto solo puede lograrse a través de la violencia armada.
La mayoría de las organizaciones yihadistas son consideradas terroristas por los poderes de Occidente. Entre ellas, se encuentran:
· Al-Qaeda: es una organización yihadista que aglutinó diferentes movimientos radicales. Bajo el liderazgo de Osama Bin Laden, durante la década de 1990 se consolidó como uno de los organismos terroristas más importantes del mundo. Sus miembros son responsables de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas y el Pentágono, y de los atentados contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia, Tanzania y otros países. 
· Talibán: los talibanes son un movimiento político, religioso y militar islamista de Afganistán. En 1994 iniciaron una revuelta militar y una guerra civil contra el gobierno afgano hasta que lograron imponerse en 1996. Con una interpretación ortodoxa y fundamentalista de la ley islámica, impusieron un gobierno autoritario que limitó severamente las libertades civiles. En 2001 Estados Unidos invadió el país y derrotó a los talibanes. Sus líderes se refugiaron en Pakistán, estrecharon sus vínculos con Al-Qaeda y mantuvieron la lucha armada en diferentes regiones del país. 
· Estado Islámico: también conocido como “Daesh”, es un grupo islamista radical liderado por Abu Bakr al-Baghdadi, que se desprendió de Al-Qaeda. Su aspiración es conquistar o controlar políticamente a los países habitados por mayoría de población musulmana. En 2014 logró tomar una serie de territorios en Siria e Irak y proclamó la creación de un nuevo califato. El gobierno de Siria y las fuerzas militares occidentales (de Estados Unidos, Inglaterra y otras potencias europeas) entraron en guerra para impedir su avance. Desde entonces, el Daesh publicó videos con el asesinato de periodistas norteamericanos y británicos y otros presos políticos. Bajo su gobierno, se instituyó la ley fundamentalista musulmana. 
Islamismo moderado del siglo XXI
De manera paralela a los movimientos islamistas radicales, otras ramas del islamismo desarrollaron discursos más moderados y en convivencia con las ideas democratizadoras y los sistemas republicanos. Durante la década del 2000, diversos grupos islamistas fueron sustituyendo su discurso revolucionario de resistencia a los regímenes no islamistas por un discurso de pragmatismo y reforma. 
La mayoría de ellos volcó su acción política a la actividad partidaria, involucrándose en la competencia en elecciones democráticas y en el sistema parlamentario. 
Por otro lado, los militantes islamistas vieron la dificultad de imponer regímenes de gobierno fundamentalistas basados únicamente en la ley musulmana. En su lugar, muchos promueven una estrategia de “islamización” de las leyes existentes y de la sociedad, a través de la actividad parlamentaria y de organizaciones comunitarias de servicio social. 
Entre los grupos islamistas moderados más importantes se encuentran el Partido de la Justicia y el Desarrollo (conocido como AKP) en Turquía, los Hermanos Musulmanes en Egipto, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (conocido como PJD) en Marruecos y el partido Ennahda en Túnez.

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