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del tipo de puentes de hidrógeno, dipolo-dipolo o interacciones de dispersión (de Van der Waals). En algunos casos se ha mostrado un mecanismo de transferencia de carga, mediante la cesión par- cial de un electrón por parte de un xenobiótico a la biomolécula. De esta manera se altera la activi- dad biológica de la misma o se modifica el com- portamiento químico de las moléculas implica- das, lo que puede dar lugar al establecimiento de otros tipos de enlaces. Parece que mecanismos de esta clase intervienen en la acción de compuestos alucinógenos, como la LSD, hidrocarburos carci- nógenos, anestésicos locales, antipsicóticos tipo fenotiazinas, etc. Pero las modificaciones más importantes de los receptores se producen cuando el xenobiótico esta- blece con ellos uniones químicas mediante enlaces covalentes. Entonces, mediante el sistema de com- partir dos electrones, que proporciona máxima energía a la unión, ésta adquiere un carácter gene- ralmente irreversible; supone todos aquellos casos en los que las biomoléculas experimentan reaccio- nes de alquilación o arilación, según que el reacti- vo sea lineal o cíclico, muy frecuentes en procesos tóxicos en los que homólogos naturales son susti- tuidos por xenobióticos que se fijan fuertemente. Los compuestos reactivos pueden ser los propios xenobióticos procedentes del exterior, pero general- mente se originan dentro del organismo en los pro- cesos de biotransformación, que se desarrollan en el retículo endoplásmico, fundamentalmente, o en los orgánulos subcelulares o incluso en las membranas plasmáticas, en procesos de óxido-reducción en que participa el citocromo P-450 y la flavoproteína NADPH- citocromo c reductasa, normalmente con intervención del sistema microsómico oxidante de función mixta (MFO) y, en algunos casos, de enzi- mas citosólicas. De esta forma se originan com- puestos con estructura electrófila (deficiente de electrones) de gran reactividad con los compuestos nucleófilos (ricos en electrones) como por ejemplo los aminoácidos, en sus átomos de S, N y O, o las bases de ADN y ARN, en sus átomos de N y O. Se constituyen así los aductos, productos (gene- ralmente macromoléculas), de gran interés en Toxicología, formados por la unión de dos sustan- cias (por ejemplo, un compuesto activo y una molécula biológica) sin que ninguna de ellas sufra pérdidas de trozos moleculares. Los reactivos alquilantes son capaces de actuar sobre cualquiera de los componentes químicos celu- lares. Así, establecen enlaces covalentes con los ami- noácidos proteicos, del hem (sobre la lisina) y sobre las bases de los ácidos nucleicos (ADN y ARN) con los que forman aductos, y sobre los componentes del esqueleto celular (miofibrillas). Al incidir sobre los lípidos de la membrana (fosfatidilcolina), especial- mente a través de reacciones radicalarias de peroxi- dación, se forman óxidos y peróxidos de los ácidos grasos insaturados (sobre todo de los poliinsatura- dos, PUFA), con liberación de alcanos, alquenos, hidroxialdehídos, productos de polimerización, etc. En estas reacciones (al igual que realiza la enzima fosfolipasa A, presente en algunas biotoxinas) por hidrólisis de la fosfatidilcolina se libera lisofosfati- dilcolina fuertemente citotóxica. Los metabolitos reactivos han sido clasificados (Castro, 1988) según su tiempo de existencia libre, que es inverso a su reactividad en: a) De vida ultra corta: reaccionan con la propia enzima que los forman en lo que se ha denominado «suicidio enzimático», Y normalmente tienen fun- ciones autorreguladoras. b) De vida corta: tienen tiempo para reaccionar con otros constituyentes de la misma célula en que se originan. c) De vida larga: pueden alcanzar la vía sisté- mica, distribuirse y actuar sobre otros tejidos. Reactivos electrófilos y nucleófilos Las moléculas electrófilas poseen centros con baja densidad electrónica, por lo que preferente- mente se unen a otras moléculas con centros de alta densidad electrónica, que son las nucleófilas. El tipo de éstas es determinado por el tamaño molecular, la densidad de carga y el grado de polarización del electrófilo. Un electrófilo con elevada carga positiva, como los iones de alquil- carbonio, se denomina «duro», mientras que los que tienen una carga positiva baja, como las qui- nonas o la acrilamida, se denominan «blandos». De la misma manera, un nucleófilo duro posee alta electronegatividad, como el oxígeno de las bases de ADN, mientras que un nucleófilo blando tiene baja electronegatividad, como los grupos - SH. De esta forma, un electrófilo duro reacciona 174 TOXICOLOGÍA FUNDAMENTAL 06 toxicologia alim 24/11/08 13:45 Página 174
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