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La intensidad de dicho efecto depende del número de receptores afectados, que es función tanto de su abundancia como de la cantidad de sus- tancia, en forma activa, que llegue hasta ellos. En los distintos tejidos del organismo hay diferente densidad de cada tipo de receptor, lo que explica que un mismo ligando produzca mayor efecto en unos tejidos que en otros. Los receptores más importantes son proteí- nas, en forma de enzimas, porciones de mem- brana muy especializadas, constituyentes de canales iónicos, etc. Desde la década de 1970, el conocimiento sobre los receptores ha crecido extraordinariamente sobre todo por la aplicación de los nuevos métodos de biología molecular y, especialmente por la clonación (Rang et al ., 2004). A veces los investigadores se han encon- trado con «receptores inesperados» (como lo fue el de los cannabinoides), o los que recibieron el nombre de «receptores huérfanos» cuya función fisiológica se desconoce. Algunos receptores están acoplados a las proteínas G (estas proteí- nas, así llamadas por su interacción con los nucleótidos de guanina, están ancladas por el interior de la membrana y son capaces de inte- ractuar sobre diferentes receptores, principal- mente las enzimas adenilatociclasa y fosfolipasa C y los canales de sodio y potasio; realizan un importante papel en la transducción de señales) y participan en numerosos procesos hormonales y de transmisión nerviosa; otros están ligados a determinadas enzimas, como las quinasas. Los llamados receptores nucleares se encuentran realmente en el citosol, pero influyen sobre el ADN del núcleo a través de proteínas transloca- doras que se unen a los llamados fragmentos sensibles del ADN lo que conduce a una altera- ción en la síntesis de proteínas; ejemplos de receptores nucleares los tenemos en los recepto- res Ahr de los hidrocarburos aromáticos, que se verán inmediatamente, y los PPAR, receptores activados por los proliferadores de peroxisomas (véase Hepatopatías tóxicas). Transmisión de señales celulares. Clases de receptores Lo anteriormente expuesto es la base del siste- ma de relaciones existente entre los estímulos exteriores, incluidos los xenobióticos, y las célu- las, y entre las propias células. Para este sistema de señales se precisan de tres componentes básicos. Un estímulo que, para ser percibido, requiere un sensor o receptor, acoplado a un efector, en lo que se llama sistema de transduc- ción de señales o cascadas, que ordinariamente no son lineares sino ramificados o interconectados en diferentes direcciones (Boelsterli, 2007). Los xeno- bióticos pueden activar o inhibir los sistemas fisio- lógicos de señales, causando trastornos o toxicidad. Por otra parte, un receptor recibe continuamente numerosas señales, pero debe elegir las convenien- tes e ignorar las inconvenientes. La alteración de las señales fisiológicas conduce a efectos tóxicos como interrupción del ciclo celular, apoptosis, dis- regulación de la proliferación celular o neoplasia. Como se ha indicado, hay receptores unidos a las membranas celulares y receptores solubles, presentes en el citosol o en el núcleo. Receptores de membrana Entre ellos citaremos a los siguientes: 1. Receptor acoplado a la proteína G (así lla- mada por la participación en la interacción de nucleótidos de guanina, GPT y GDP); constituyen una superfamilia que puede activar numerosos canales o enzimas. 2. Receptores unidos a quinasas. Las quinasas son enzimas que unen covalentemente restos de fosfato a serina, treonina o tirosina de proteínas específicas. Estos receptores desencadenan cas- cadas de quinasas, que terminan alterando la transcripción de genes, tras su iniciación por fac- tores de crecimiento, citoquinas, hormonas, lipoli- polisacáridos bacterianos, especies reactivas de oxígeno (ROS), etc. que, en conjunto, reciben el nombre de factores de estrés, que incluye a nume- rosos xenobióticos. 3. Ligandos de canales iónicos, que modifican la permeabilidad al correspondiente ion. Receptores solubles o nucleares Hay unos receptores intracelulares de gran afi- nidad, disueltos en el citosol en una forma inacti- va, que, a través de una serie de pasos de transmi- sión de señales, llegan a actuar sobre el ADN. Son MECANISMOS DE TOXICIDAD 205 06 toxicologia alim 24/11/08 13:46 Página 205
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