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www.formacionsanitaria.com Editores: E. Ginestal Gómez J.M. Aguirre Urizar www.e-analgesia.com E N A -3 56 E N E 1 1 M E D IC IN A P E R IO P E R AT O O R IA E N E L P A C IE N T E D E E D A D A VA N Z A D ATodos los recursos para la Formación Continuada del Colectivo Médico MANUAL BÁSICO DEL DOLOR OROFACIAL EN ODONTOLOGÍA Portad:Layout 4 18/11/11 14:03 Página 1 MANUAL BÁSICO DEL DOLOR OROFACIAL EN ODONTOLOGÍA Editores: E. Ginestal Gómez J.M. Aguirre Urizar Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 1 http://booksmedicos.org Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Repro- gráficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra © 2012 Ergon C/ Arboleda, 1. 28221 Majadahonda (Madrid). Pza. Josep Pallach, 12. 08035 Barcelona. ISBN: ¿¿ Depósito Legal: ¿¿ Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 2 Dedicado a la memoria de nuestro amigo y compañero Fernando Magdaleno†, con quien hubiera sido un placer, personal y profesional, trabajar en este manual. Este Manual ha sido elaborado por el profesorado del Postgrado de Patología Oral de la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 3 Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 4 J.M. Aguirre Urizar Unidad de Medicina Bucal. Unidad de Patología Oral y Maxilofacial. Servicio Clínica Odontológica. Departamento de Estomatología. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. Z. Alonso Ganuza Servicio de Psiquiatría. Hospital de Basurto. Osakidetza/Servicio Vasco de Salud. E. Bilbao Uriarte Unidad de Dolor Orofacial y Trastornos Temporomandibulares. Servicio Clínica Odontológica. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. D.A. Cortés Ramírez Postgrado Master de Patología Oral. Unidad de Patología Oral y Maxilofacial. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. A. Eguia del Valle Unidad de Medicina Bucal. Unidad de Patología Oral y Maxilofacial. Servicio Clínica Odontológica. Departamento de Estomatología. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. P. García Vallejo Unidad de Dolor Orofacial y Trastornos Temporomandibulares. Servicio Clínica Odontológica. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. E. Ginestal Gómez Unidad de Dolor Orofacial y Trastornos Temporomandibulares. Servicio Clínica Odontológica. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. M. Ginestal Magdaleno Unidad de Dolor Orofacial y Trastornos Temporomandibulares. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. M.A. González-Torres Servicio de Psiquiatría. Hospital de Basurto. Osakidetza/Servicio Vasco de Salud. Departamento de Neurociencias. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. R. Martínez-Conde Llamosas Unidad de Medicina Oral y Unidad de Patología Oral y Maxilofacial. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. J.J. Meana Martínez Departamento de Farmacología, Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental CIBERSAM. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. C. Saiz García Postgrado Master de Patología Oral. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. Autores A Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 5 Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 6 1. INTRODUCCIÓN AL DOLOR OROFACIAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 Concepto de dolor. Epidemiología del dolor orofacial. Tipos de dolor orofacial según su origen. Características clínicas básicas de los diferentes tipos de dolor. Papel del odontólogo en el diagnóstico y tratamiento del dolor orofacial. 2. HISTORIA Y EXPLORACIÓN BÁSICAS EN EL DOLOR OROFACIAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 Historia clínica general y de dolor orofacial. Exploración habitual en dolor orofacial. Métodos complementarios de diagnóstico. Métodos comunes de medición del dolor. 3. DOLOR DE ORIGEN DENTARIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 Dolor de origen pulpar. Dolor periodontal. Combinación de lesiones pulpares y periodontales. Dolor heterotópico percibido en el diente, de origen no dentario. 4. TRASTORNOS TEMPOROMANDIBULARES I: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 DOLOR Y LIMITACIÓN FUNCIONAL DE ORIGEN ARTICULAR Alteraciones del complejo cóndilo-disco. Luxación de la articulación temporomandibular (luxación espontánea o bloqueo abierto). Procesos inflamatorios articulares. Osteoartritis. Anquilosis articular. 5. TRASTORNOS TEMPOROMANDIBULARES II: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 DOLOR Y LIMITACIÓN FUNCIONAL DE ORIGEN MUSCULAR Mialgia local. Dolor miofascial. Mialgia de mediación central. Mioespasmo. Miositis. Contractura miofibrótica. Dolor muscular masticatorio asociado a otros cuadros de dolor sistémico. Pautas de tratamiento del dolor muscular masticatorio. 6. DOLOR MUCOGINGIVAL Y LINGUAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 Aspectos generales. Procesos dolorosos mucogingivales. Lesiones reactivas. Enfermedades alérgicas. Reacciones a fármacos. Infecciones. Enfermedades inmunológicas de la mucosa. Aftas. Estomatitis aftosa recurrente. Desórdenes orales potencialmente malignos. Cáncer oral. 7. DOLOR NEUROPÁTICO: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47 DOLOR NEUROPÁTICO PAROXÍSTICO: Neuralgias del trigémino y glosofaríngeo. DOLOR NEUROPÁTICO CONTINUO: Neuropatías orofaciales traumáticas dolorosas. Síndrome de boca ardiente. Neuralgia postherpética. Causas centrales de dolor orofacial. Índice de capítulos I Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 7 8. CEFALEAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 Clasificación de las cefaleas. Cefalea tensional. Migraña. Cefaleas trigémino-autonómicas. Cefalea secundaria vascular: arteritis del temporal. 9. OTRAS CAUSAS DE DOLOR OROFACIAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 Cuadros cervicogénicos. Otras causas extracraneales de dolor orofacial. Causas sistémicas de dolor orofacial. 10. FACTORES PSICOLÓGICOS Y DOLOR OROFACIAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71 Aspectos psicológicos del dolor. Consideraciones del dolor orofacial. Aspectos psicológicos y trastornos temporomandibulares. Psicopatología y trastornos temporomandibulares. Recomendaciones en Odontología. 11. FARMACOLOGÍA DEL DOLOR OROFACIAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79 Grupos de fármacos analgésicos. Criterios de selección de los fármacos analgésicos. Paracetamol y antiinflamatorios no esteroideos. Opiáceos menores y mayores. Fármacos coadyuvantes. Glucocorticoides. Relajantes musculares. Tratamiento farmacológico de las cefaleas. Índice de capítulos Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 8 La región orofacial es una de las más complejas del organismo debido a la gran variedad de estructu- ras y sistemas que contiene. De hecho, el dolor origi- nado y/o sentido en las estructuras orofaciales puede ser competencia de neurólogos, otorrinolaringólogos, oftalmólogos, cirujanos, traumatólogos, rehabilitado- res, psiquiatras y, por supuesto, odontólogos. Además, el área corporal inervada por el nervio tri- gémino es una de las que más densidad de termina- cionesnerviosas contiene y con una mayor superficie de representación topográfica en el córtex cerebral sen- sorial. Si a esto le añadimos la importancia de la cara y de la boca en la imagen del individuo, la repercusión del dolor orofacial puede considerarse, en todos los sentidos, mucho mayor que la del dolor originado en otras regiones corporales. CONCEPTO DE DOLOR El dolor es una experiencia que ha acompañado al hombre a lo largo de su historia y cuyo concepto ha ido modificándose con el transcurso del tiempo. De considerarse un castigo divino y relacionarse con el pecado, la evolución de los conocimientos médicos a lo largo de los últimos siglos aportó las bases para una concepción orgánica del dolor, dando paso a la acep- tación del dolor como una forma de información sen- sorial, cuya principal función sería la de avisar del peli- gro de una lesión corporal. La definición de dolor reco- gida en el Diccionario Enciclopédico Ilustrado de Medi- cina Dorland (2005) como una “sensación más o menos localizada de malestar, molestia o aflicción, que resulta de la estimulación de terminaciones nervio- sas especializadas. Actúa como mecanismo protector, en la medida que induce al que lo sufre a retirarse de la fuente”, expresa muy bien este concepto meramen- te sensitivo del dolor entendido, únicamente, como un mecanismo para el mantenimiento de la integridad corporal. Ya en el siglo XX, comenzó a estudiarse el dolor desde una perspectiva diferente, valorándolo desde un punto de vista multidimensional. Los autores que más contribuyeron al nuevo concepto del dolor fue- ron Melzack y Casey, que establecieron tres dimensio- nes básicas, de forma que la sensación dolorosa tal y como la percibimos estaría conformada por la interac- tuación de tres componentes: • Sensorial-discriminativo, que hace referencia a los términos con que habitualmente caracterizamos el dolor, como la intensidad, la calidad y las cuali- dades espaciales y temporales. Es el componente más valorado por los profesionales de la salud. • Afectivo-emocional, que representa el aspecto subjetivo y que hace referencia al miedo que expe- rimenta el ser humano ante el dolor, así como al impacto emocional y a las reacciones que provo- ca, como ansiedad, depresión, fobias, etc. • Cognitivo-evaluativo, vinculado a la respuesta que el propio paciente da a la experiencia doloro- sa y que está condicionado por las experiencias previas y la forma en la que se ha afrontado ante- riormente el dolor. En esta dimensión tienen gran influencia los valores culturales y las creencias reli- giosas del individuo. Tomando como referencia este concepto, la Inter- national Association for the Study of Pain (IASP), en el año 1979, definió el dolor como una “experiencia sen- sorial y emocional desagradable asociada con daño tisular real o potencial, o descrita en términos de este daño”, definición que se mantiene en la actualidad y que resalta su carácter multidimensional, la interrelación con los aspectos afectivo-emocionales y vincula la exis- INTRODUCCIÓN AL DOLOR OROFACIAL E. Ginestal Gómez1, J.M. Aguirre Urizar2 1Unidad de Dolor Orofacial y Trastornos Temporomandibulares. 2Unidad de Medicina Bucal. Unidad de Patología Oral y Maxilofacial. Servicio Clínica Odontológica. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. 1 Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 1 tencia de dolor a la referencia subjetiva por parte del paciente, independientemente de que el clínico pueda encontrar una causa que lo justifique. Es decir, es el paciente y no el clínico quien determina la existencia del proceso doloroso. La característica que mayor impacto tiene sobre las diferentes dimensiones del dolor es la duración del mis- mo. En los procesos que cursan con dolor agudo, el componente más importante es el sensorial-discrimina- tivo, mientras que en los procesos crónicos de dolor, los aspectos afectivo-emocionales y cognitivo-evaluativos adquieren una mayor relevancia. De hecho, el dolor, especialmente el crónico, puede ser un factor precipi- tante de alteraciones psiquiátricas como la depresión y, viceversa, determinadas alteraciones de los perfiles psi- copatológicos y enfermedades psiquiátricas se conside- ran posibles factores causales de la aparición de dolor crónico. Aunque se ha establecido un límite arbitrario de seis meses para catalogar un dolor como crónico, el impacto del dolor va a depender en gran medida de su intensidad, de la continuidad del mismo y de los rasgos psicológicos del individuo. De hecho, es relati- vamente frecuente que cuadros dolorosos de escasa duración presenten características de dolor crónico mientras que, en otros pacientes, el dolor intenso de larga duración no parece provocar alteraciones sustan- ciales en los componentes afectivo-emocional y cog- nitivo-evaluativo. Este es el motivo por el que muchos autores prefieren referirse al dolor crónico como aquél que tiene una duración mayor a la requerida para la reparación de la lesión tisular que lo inició. Además de los efectos psicológicos que puede des- encadenar el dolor crónico, los estímulos nociceptivos mantenidos, en especial cuando son muy intensos y pro- ceden de estructuras profundas, alteran en mayor o menor grado la forma en la que el sistema nervioso modula el dolor. Por regla general, el dolor provoca una reducción de las influencias inhibitorias que constantemente gene- ra el sistema nervioso central, contribuyendo a un incre- mento de la sensación dolorosa, la aparición de otras alteraciones sensoriales e, incluso, en la extensión a nue- vas localizaciones de dolor. Son lo que denominamos genéricamente “respuestas de mediación central”. Cuando evaluamos la situación clínica de un paciente que sufre un proceso crónico, el dolor no aporta ningún beneficio en cuanto a que constituya una señal de aviso, o por ser indicativo de un proce- so inflamatorio involucrado en la reparación tisular. El propio dolor se convierte en un problema, hasta el punto de representar el centro del sufrimiento del paciente. Es entonces cuando nos enfrentamos al dolor como enfermedad, no sólo como un síntoma, y en muchas ocasiones está iniciado o perpetuado por modi- ficaciones o alteraciones en los mecanismos sistémi- cos que lo modulan. EPIDEMIOLOGÍA DEL DOLOR OROFACIAL En nuestro país no se han efectuado trabajos epi- demiológicos amplios y la mayoría de las referencias que utilizamos están tomadas de estudios americanos. Uno de los más referidos en los manuales sobre dolor orofacial es el publicado en el año 1993 por Lipton y cols., sobre una muestra de algo más de 45.000 indi- viduos, mediante encuesta telefónica dirigida especí- ficamente a la detección de dolor orofacial. Los resul- tados de este estudio arrojan una prevalencia total superior al 22%, en referencia a los seis meses ante- riores al momento de la encuesta. El mayor porcenta- je se correspondía con dolor dentario y en segundo lugar figuraban los problemas músculo-esqueléticos (12,3% y 5,3% de la muestra, respectivamente). Los pocos datos epidemiológicos que manejamos en relación con el dolor orofacial crónico indican que, aproximadamente, un 7% de la población refiere haber padecido un dolor orofacial de tipo crónico en el últi- mo año, apuntando una prevalencia muy alta para estos procesos. Además, según los datos aportados por Portenoy (2000) en población estadounidense, 4 de cada 10 pacientes diagnosticados de cuadros que cursan con dolor orofacial crónico no reciben un trata- miento eficaz para aliviar su dolor, que mantienen durante bastantes años. TIPOS DE DOLOR OROFACIAL SEGÚN SU ORIGEN El dolor en la región orofacial puede tener su ori- gen en una gran variedad de tejidos como los vasos san- guíneos, los nervios, los componentes músculo-esque- léticos, las glándulas, los tejidos cutáneo y mucoso, etc. En cuanto a su localización orgánica, puede estar origi- nado en el aparato masticatorio o presentarse como Manual de Dolor Orofacial2 Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 2 dolor orofacialrelacionado con los aparatos digestivo y respiratorio o con las estructuras nasales, oftálmicas o auditivas, cuyo tratamiento corresponde a diferentes especialidades médicas (Tabla I). Cuando el dolor se siente en las mismas estructu- ras en que se origina hablamos de dolor primario y su diagnóstico no suele resultar excesivamente complica- do. Cuando está originado en localizaciones diferentes a la zona en que se siente se denomina dolor secunda- rio o heterotópico, correspondiendo en la mayoría de las ocasiones a un dolor originado en tejidos profundos, en especial en la musculatura estriada. Las alteraciones orofaciales pueden generar la apa- rición de dolor en otras localizaciones, pero como el dolor heterotópico se proyecta con frecuencia hacia zonas más rostrales del cuerpo, cuando se origina en la región orofacial suele sentirse en el cráneo. El dolor secundario que aparece en la región craneofacial en muchas ocasiones está originado en el cuello y cin- tura escapular. La frecuente aparición de dolor hetero- tópico en la región orofacial es motivo habitual de erro- res diagnósticos. CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS BÁSICAS DE LOS DIFERENTES TIPOS DE DOLOR El dolor es un síntoma inespecífico que puede ori- ginarse en estructuras diversas, iniciarse mediante mecanismos etiopatogénicos diferentes y clasificarse en función de criterios muy dispares. Clásicamente se han agrupado los cuadros de dolor en función de su origen y características (Tabla II) en: Dolor somático. En referencia al dolor provocado en piel, mucosa, articulaciones, músculos, ligamentos o huesos tras estimulación nociceptiva. Este estímulo es transmitido y modulado por un sistema nervioso sin alte- raciones. En la mayoría de los casos, el dolor somático está relacionado con la inflamación tisular. Este grupo incluye cuadros muy frecuentes de dolor odontológico y comprende el dolor somático superficial mucoso y cutáneo (Cap. 6) y el dolor somático profun- do de tipo músculo-esquelético (periodontal, óseo, mus- cular y articular; caps. 3, 4, 5 y 9). Dolor visceral. Hace referencia al dolor originado en los órganos internos que se caracterizan por su esca- sa inervación. Por este motivo, el dolor de tipo visce- ral se localiza con dificultad. Los cuadros de dolor visceral incluyen el proce- dente de la pulpa, glándulas y los vasos sanguíneos (Caps. 3, 8 y 9). Dolor neuropático. Es aquél que se percibe en áreas corporales concretas, sin que se produzca nin- gún estímulo nociceptivo externo. El origen del dolor es una anomalía de las estructuras nerviosas encarga- das de la transmisión y/o modulación dolorosa. En este grupo se incluyen cuadros de dolor con- tinuo y paroxístico, tal y como se recoge en el capítu- lo 7 de este manual. Dolor relacionado con trastornos mentales. Como ya comentamos anteriormente, existe una estrecha rela- ción entre el dolor y determinadas alteraciones psiquiá- tricas, en especial en aquellos procesos que cursan con dolor crónico. Además, existe un grupo de trastornos mentales caracterizados por la presencia de síntomas físicos sin ninguna alteración orgánica que los justifique. Son los denominados trastornos somatomorfos. Uno de los sín- tomas más comunes que presentan estos pacientes es E. Ginestal Gómez, J.M. Aguirre Urizar 3 Dolor orofacial Dolor orofacial secundario Dolor originado por alteraciones de origen primario (heterotópico o irradiado) regionales, sistémicas o a distancia • Visceral (pulpar, sinusal) • Visceral (pulpar, sinusal) • Cuadros sistémicos de dolor (fibromialgia) • Mucoso • Muscular • Polineuropatías • Cutáneo • Articular • Poliartropatías • Periodontal • Óseo • Polimiositis • Muscular • Periodontal (cordales) • Dolor mantenido simpáticamente • Articular • Vascular, meníngeo • Dolor cardíaco • Óseo • Neuropático paroxístico • Vascular • Neuropático • Glandular Tipos de dolor orofacial según su origenTABLA I Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 3 el dolor en diversas localizaciones, siendo una de las más frecuentes la región orofacial (Cap. 10). En las clasificaciones más recientes comienza a caracterizarse como apartado independiente el dolor neurovascular, que hasta hace poco se situaba a caba- llo entre el dolor vascular y el dolor de origen neuro- pático. Se trata de un grupo de cuadros clínicos en los que el dolor depende de una alteración de meca- nismos fisiológicos en los que interactúan el sistema nervioso y el vascular y que tienen en común unas características clínicas y etiopatogénicas diferencia- das (Cap. 8). Cada uno de estos tipos de dolor presenta unas manifestaciones clínicas características que nos ayu- dan a diferenciarlos entre sí con relativa facilidad (Tabla II), por lo que el clínico debe conocer bien la forma en que se manifiestan para poder efectuar un diagnósti- co diferencial adecuado. Como iremos tratando en los diferentes capítulos del manual, también los diferen- tes subgrupos de la clasificación presentan unas carac- terísticas clínicas propias, que serán de gran utilidad para su identificación. PAPEL DEL ODONTÓLOGO EN EL DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DEL DOLOR OROFACIAL Tradicionalmente, el profesional de la Odontolo- gía se ha dedicado a estudiar, diagnosticar y tratar el dolor de origen dentario, prestando poca atención al dolor originado en otras estructuras orofaciales. Esta excesiva concreción en las actuaciones profesionales no ha sido fruto del capricho, sino de la falta de capa- citación resultante de los planes de estudios diseña- dos para su formación, claramente insuficientes en este aspecto. Desde hace ya bastantes años, muchos odontó- logos y estomatólogos venimos reclamando una mayor preparación en temas básicos y clínicos relacionados con el dolor, en nuestro caso el dolor orofacial. Esta Manual de Dolor Orofacial4 Dolor somático • Dolor sordo, opresivo, localizado. • Relacionado con la función o estímulos físicos. • Intensidad proporcional al estímulo. • No suele haber síntomas neurológicos acompañantes. • La historia suele relacionar el proceso con antecedentes etiopatogénicos. • Las pruebas de provocación (funcionales o físicas) suelen ser positivas. • El dolor no desaparece con el sueño. • El dolor se interrumpe por bloqueo anestésico. • Suele generar respuestas de mediación central. Dolor neuropático • Dolor ardiente, eléctrico, quemante, frío, hormigueo... • Generalmente unilateral. • Espontáneo o provocado por puntos gatillo. • Desproporcionado al estímulo aplicado. • Frecuentes síntomas neurológicos: hiperalgesia, disestesia, anestesia. • Historia clínica poco orientativa. • Exploración clínica anodina (sin origen evidente). • Suele ceder con el sueño. • Puede iniciarse o acentuarse por actividad simpática. • El bloqueo anestésico mitiga o elimina el dolor. Dolor somatomorfo • Sin causa médica que lo justifique. • En más de un lugar o más de un tipo de dolor. • Interés del paciente en mostrar la realidad de su dolor. • Negación de cualquier alteración emocional. • Refiere armonía o equilibrio psíquico exagerados. • Varía en función de las relaciones personales. • Singularidad u originalidad exagerada. • Idealización del médico como único capaz de curar el dolor. • A pesar del tratamiento el dolor permanece estable de manera antinatural. Dolor visceral • Dolor sordo, mal localizado y descrito como difuso. Puede ser pulsátil. • Suele referirse a la superficie corporal, casi siempre siguiendo las metámeras. • Suele acompañarse de manifestaciones autonómicas locales y/o generales. • No se relaciona con la función. • Tiene un umbral alto y la respuesta al estímulo no es gradual. • Suele generar respuestas de mediación central. Dolor neurovascular • Preferentemente unilateral. • Episódico, intenso y pulsátil. • Frecuente aparición nocturna. • Suele acompañarse de manifestaciones autonómicas (lagrimeo, conjuntivitis, tumefacción, etc.). • Frecuentes síntomas sistémicos (náuseas, vómitos, fotofobia, fonofobia). • Confrecuencia refieren dolor intraoral. • Más frecuentes en el tercio superior del cráneo. Características clínicas básicas que nos orientan en el diagnóstico de los cuadros de dolor orofacialTABLA II Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 4 falta de preparación no es fruto de un mal diseño de los planes de estudios de nuestras universidades, sino que se trata de una situación generada por el concep- to restrictivo con que, en todo el mundo, se han plan- teado los estudio de Odontología. Hace más de 25 años que muchas universidades incorporaron a sus programas de postgrado una for- mación específica en dolor orofacial y trastornos tem- poromandibulares de un nivel alto. Por el contrario, no se han tenido en cuenta, en los estudios de pregra- do de nuestras facultades, los contenidos necesarios para conseguir una capacitación adecuada en este cam- po. En este mismo sentido se manifestaron los miem- bros más destacados de la Asociación Americana de Dolor Orofacial (AAOP), en reunión celebrada en Was- hington en el año 2000. También en el Libro Blanco publicado sobre el Título de Grado de Odontología por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acre- ditación (2004) se hace hincapié en la necesidad de incorporar a los nuevos planes de estudio estos con- tenidos. Entre los requisitos establecidos para la formación de la “profesión de dentista”, en ORDEN CIN/2136/ 2008, de 3 de Julio, en la que se establecen las com- petencias que deben adquirirse en el Grado de Odon- tología, figuran en lugar destacado las relacionadas con la formación odontológica en dolor orofacial y tras- tornos temporomandibulares. Aunque de una forma todavía tímida, en los estu- dios de grado de muchas universidades españolas se han diseñado asignaturas que recogen contenidos específicos de estas materias y que, paulatinamente, contribuirán a mejorar la formación del odontólogo en este campo. El dolor orofacial es un área multidisciplinar en la que el odontólogo debe jugar un papel mucho más rele- vante que en la actualidad y es labor de todos, en espe- cial de las personas que nos dedicamos a la docencia, conseguir que así sea. Con este pequeño manual, pre- tendemos aportar nuestro granito de arena a esta tarea y hemos intentado presentar de una forma resumida, práctica y muy sencilla los cuadros más frecuentes de dolor orofacial que el odontólogo debe conocer. BIBLIOGRAFÍA 1. de Leeuw R. Orofacial Pain: Guidelines for Assess- ment, Diagnosis, and Manegement. 4ª ed. Chica- go: Quintessence; 2008. 2. Fricton JR. Development of orofacial pain programs in dental schools. J Orofacial Pain. 2002;16:191-97. 3. Libro Blanco. Título de Grado en Odontología. Madrid: Agencia Nacional de Evaluación de la Cali- dad y Acreditación; 2004. 4. Lipton JA, Ship JA, Larach-Robinson D. Estimated prevalence and distribution of reported orofacial pain in the United States. J Am Dent Assoc. 1993; 124:115-121. 5. McMahon SB, Koltzenburg M. Wall y Melzack. Tra- tado del dolor. 5ª ed. Madrid: Elsevier; 2007. 6. Orden CIN/2136/2008, de 3 de Julio, por la que se establecen los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de Dentista. Madrid: BOE 19-7-2008. 7. Portenoy RK. Survey of chronic pain in the gene- ral population. Am Pain Soc Newslett. 2000;10(1). 8. Sternbach RA. Pain and “hassles” in the United Sta- tes: Findings of the Nuprin pain report. Pain. 1986;27:69-80. E. Ginestal Gómez, J.M. Aguirre Urizar 5 Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 5 Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 6 A pesar de las continuas innovaciones técnicas y las aportaciones al diagnóstico de los medios comple- mentarios, la historia clínica sigue siendo la herramien- ta diagnóstica más importante en medicina y, en espe- cial, en las enfermedades cuyo síntoma principal es el dolor. Los aspectos que se valoran en la historia clínica del dolor orofacial (DOF) son muy similares a los valo- rados en otras especialidades y buscan recoger, de la forma más detallada posible, las características clínicas del dolor y los posibles síntomas acompañantes. Cuan- do el clínico termina la entrevista con el paciente, debe haber llegado a un diagnóstico de presunción, que será corroborado, o no, mediante la exploración física y los medios complementarios de diagnóstico. En caso con- trario, deberá volver a efectuar la historia clínica reco- giendo los datos necesarios para establecer un diag- nóstico inicial (Fig. 3). Cuando el clínico no es capaz de llegar a un diag- nóstico probable tras analizar los datos que figuran en la historia, debe plantearse remitir al paciente a otro profesional, ya que las conclusiones que efectúe basán- dose sólo en los datos de la exploración probablemen- te sean erróneas y suelen ser causa de retraso de un diagnóstico certero, con lo que se incrementa el sufri- miento del paciente. HISTORIA CLÍNICA GENERAL Y DE DOLOR OROFACIAL Historia clínica general Es recomendable que al inicio de la entrevista escu- chemos al paciente los motivos de la consulta y esta- blezcamos un primer contacto personal, antes de inte- rrogarle sobre sus antecedentes personales y médi- cos, historia familiar, toma de medicamentos, etc. Tam- bién hemos de preguntar al paciente sobre sus ante- cedentes odontológicos y, en especial, sobre las inter- venciones recientes que estén relacionadas con pro- cesos previos de dolor, actos quirúrgicos o tratamien- tos odontológicos extensos (Fig. 1). Recoger la información no siempre es sencillo, sobre todo en aquellos pacientes que no se expre- san con claridad, ya sea por motivos de edad, niños y ancianos, por el empleo de descriptores del dolor poco comunes y confusos, o bien por la propia natu- raleza del cuadro doloroso, sobre todo cuando se detecta un elevado componente afectivo y/o cogni- tivo del dolor. Otro motivo que dificulta la recogida de datos es la cronicidad del dolor, porque resulta difícil resumir una experiencia dolorosa prolongada en pocas palabras. Se han propuesto dos formas básicas para efec- tuar la historia clínica: la más cómoda es el cuestiona- rio autopase al paciente y la más larga, el interrogato- rio directo sobre todas las cuestiones relacionadas con su salud. Nosotros utilizamos cuestionarios autopase, aunque al final es obligatorio interrogar directamente al paciente sobre muchos de los aspectos recogidos en la historia. Es imprescindible invertir un tiempo con- siderable en la historia clínica del paciente con dolor; de otra forma, no podremos contar con los datos nece- sarios para efectuar un diagnóstico razonable. Historia clínica del dolor orofacial En cualquier cuadro patológico que curse con dolor es necesario recoger el mayor número de datos posi- bles sobre este síntoma. En la tabla II, del capítulo 1, hemos descrito las características generales de cada HISTORIA Y EXPLORACIÓN BÁSICAS EN EL DOLOR OROFACIAL D.A. Cortés Ramírez1, E. Ginestal Gómez2 1Postgrado Master de Patología Oral. Unidad de Patología Oral y Maxilofacial. 2Unidad de Dolor Orofacial y Trastornos Temporomandibulares. Servicio Clínica Odontoló- gica. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. 2 Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 7 tipo de dolor estableciendo unos patrones diferen- ciados. Esto mismo es lo que buscamos al efectuar la historia del proceso doloroso y para ello es imprescin- dible recoger datos acerca de la localización, inicio, fre- cuencia y duración, intensidad, cualidad, síntomas aso- ciados, factores mitigantes, agravantes o desencade- nantes, etc. Tipificación del dolor Localización. La capacidad del paciente para indi- car con precisión la localización del dolor tiene gran importancia diagnóstica. Tendremos en cuenta que el sitio en el que se percibe el dolor no siempre se corres- ponde con su origen y que resulta imprescindible iden- tificar su localización primaria, que puede estar cer- cana al dolor o situarse alejada del mismo. Es importante pedirleal paciente que indique físi- camente con un dedo y/o la mano el área dolorosa, ya que este simple gesto puede aportar valiosa infor- mación. El dolor puede ser localizado (como el articu- lar), difuso (como el visceral y muscular), irradiado (como el de la pulpitis y pericoronaritis de cordales inferiores) o migratorio (como en la fibromialgia), carac- terísticas que conviene representar de forma gráfica en un esquema topográfico del dolor. Por otro lado, el hecho de que el paciente dibuje la topografía del dolor corporal nos ayuda a saber si se trata de un proceso local, regional o generalizado, evi- tando tratamientos locales insuficientes en procesos amplios, que no reducen el dolor y conllevan retraso en el establecimiento de un diagnóstico y tratamiento adecuados. Inicio. La forma de comienzo del dolor puede orientarnos acerca de su origen. Aunque en muchos casos resulta difícil establecer una relación causa-efec- to, en otros esta relación puede deducirse con facili- dad, ayudándonos a establecer el diagnóstico y orien- tándonos sobre los posibles factores etiológicos. De hecho, todos conocemos la relación que existe entre el dolor de aparición nocturna y los hábitos parafun- cionales, entre las situaciones de estrés y el dolor de origen muscular, la aparición brusca del dolor en la neuralgia paroxística tras la estimulación de puntos gati- llo o el inicio del dolor de una migraña clásica tras el período de pródromos. Frecuencia y duración. Debemos conocer si el dolor aparece con un patrón característico en crisis paroxísticas, continuo, crisis agrupadas, si aparece de manera intermitente o episódica, etc., o bien si es cons- tante en el tiempo o presenta períodos de remisión. En los cuadros episódicos la duración del dolor y su frecuencia pueden ser de gran utilidad en el diag- nóstico diferencial, como es el caso de las cefaleas autonómicas trigeminales (Cap. 8) que presentan patro- nes repetitivos y diferenciables. También es caracterís- tica la aparición recidivante del dolor en cuadros mus- culares que aparecen en épocas de mayor tensión emocional. Manual de Dolor Orofacial8 Datos filiación: Edad, Sexo, Profesión, Estatus Social, etc. HC Odontológica Antecedentes Personales: Traumatismos o hábitos traumáticos, Tabaco, Alcohol, Drogas, etc. Antecedentes Médicos: Enf. Genéticas, Degenerativas, Reumáticas, Neoplásicas, Intervenciones quirúrgicas, Alergias, etc. Alteraciones Psíquicas: Depresión, Ansiedad, Somatización, etc. Medicaciones previas y actuales: Motivo de la prescripción, Dosis, Tiempo de uso, Reacciones adversas o intolerancias. Antecedentes Odontológicos: Traumatismos locales, Cirugía oral o maxilofacial, Manipulaciones forzadas, Restauraciones oclusales amplias, pulpectomías, etc. Otros cuadros de DOF: Antecedentes de DOF, Procesos concomitantes de dolor, Dolor previo a intervenciones quirúrgicas locorregionales. HC General Apartados de la historia clínica general y odontológica.FIGURA 1 Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 8 El aspecto de mayor relevancia en cuanto a estos parámetros del dolor es la duración por encima de los 3-6 meses de un dolor constante, ya que, casi de for- ma inexorable, se acompaña de alteraciones relacio- nadas con el dolor crónico, como un incremento en las dimensiones afectivo-emocional y evaluativa del dolor, mayor frecuencia de alteraciones psicológicas concomitantes –especialmente la depresión–, altera- ciones del sueño, etc. Intensidad. La intensidad del dolor es un pará- metro subjetivo y dependiente del estado emocional del paciente, lo que hace que este dato por sí mismo, y tomado de forma aislada, tenga escaso valor cuan- titativo. Sin embargo, cuando se evalúa de forma estan- darizada, utilizando cuestionarios validados, supone un registro importante a la hora de valorar la evolución del dolor y el efecto de las medidas terapéuticas apli- cadas a los pacientes. Aunque la cuantificación del dolor es muy subje- tiva, también puede servirnos como referencia gene- ral para el diagnóstico del DOF. De hecho, todos sabe- mos que existen cuadros como la neuralgia del trigé- mino o la cefalea en racimos que se caracterizan por un dolor extremo, mientras que otros cuadros como el dolor muscular por sobrecarga se suelen referir con una intensidad leve-moderada. Existen diversas escalas para cuantificar el dolor y sus efectos, la más conocida y utilizada es la escala visual analógica (EVA), en sus distintas variantes, aun- que cada día existe una tendencia mayor a utilizar esca- las de tipo multidimensional (Cap. 1). Cualidad o descriptor. Las cualidades del DOF proporcionan información valiosa para su diagnós- tico y, en ocasiones, perfilan con bastante precisión el cuadro clínico. De hecho, la mayoría de nosotros entenderemos como correcta la definición de un dolor muscular descrito como sordo, opresivo, con- tinuo, difuso, como tensión, etc., o de un dolor neu- ropático descrito como ardiente, frialdad, como calambre, sensación de hormigueo y de carácter diurno. Esta interpretación no resulta tan evidente en los cuadros de dolor crónico en los que, inde- pendientemente del perfil inicial, aparecen síntomas de características neuropáticas, sobre todo pareste- sias, debido a la sensibilización que se produce en el sistema nervioso central ante una estimulación nociceptiva mantenida. Uno de los cuestionarios más utilizados para carac- terizar los cuadros de dolor es el de McGill, compues- to por diferentes descriptores del dolor agrupados por categorías, entre los que el paciente elige aquellos que se corresponden con su enfermedad. Se han efectua- do bastantes trabajos con este cuestionario en los que se establece el perfil de cada tipo de dolor de acuer- do con los descriptores utilizados con mayor frecuen- cia, proponiéndose su uso como una herramienta de aproximación diagnóstica inicial. Factores mitigantes, desencadenantes y agra- vantes. Debemos registrar las actividades diarias, fár- macos, alimentos o situaciones que favorecen la apa- rición o agravamiento del dolor, así como aquellos que lo reducen o lo eliminan. Estos datos son de gran ayu- da para el diagnóstico, ya que nos proporcionan infor- mación acerca de las estructuras involucradas en el proceso doloroso. Así, por ejemplo: • El dolor inflamatorio, en general, y el dolor mus- cular suelen ceder bien con la administración de AINE. • El dolor de origen muscular suele empeorar con el frío. • El dolor músculo-esquelético empeora con la fun- ción. • Estímulos leves sobre puntos gatillo pueden des- encadenar crisis paroxísticas neurálgicas muy inten- sas. • La termoterapia puede aliviar el dolor de origen muscular y precipitar o agravar el dolor pulpar, etc. Aunque se ha descrito que determinados tipos de dolor se agravan con el estrés, por regla general, todos los dolores empeoran en situaciones de estrés/ansiedad y con las alteraciones del sueño. Síntomas asociados Cualquier síntoma que refiera el paciente con DOF deber ser recogido en la historia para su posterior estu- dio, ya que puede estar relacionado con el proceso doloroso o formar parte de otros cuadros concomitan- tes, puesto que es frecuente la aparición simultánea de diferentes cuadros de DOF. En especial habrá que interrogar al paciente sobre la presencia de: • Síntomas sistémicos, sobre todo los relaciona- dos con cuadros de dolor generalizado y enfer- medades reumáticas como poliartritis o polimio- sitis. D.A. Cortés Ramírez, E. Ginestal Gómez 9 Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 9 • Síntomas neurológicos asociados a procesos cen- trales o periféricos, que pueden asociarse con el DOF (tumores, alteraciones vasculares, etc.) e, incluso, tratarse de una respuesta del sistema ner- vioso central al propio dolor. • Alteraciones psíquicas y/o alteraciones del sueño, que pueden tener un papel relevante en la géne- sis y/o en la perpetuación del dolor. • Síntomas inflamatorios que pudieran relacionarse con el DOF. • Síntomas autonómicos, como enrojecimiento e hinchazóncutáneos y el incremento de tempera- tura local. • Síntomas otológicos, frecuentemente asociados a los trastornos temporomandibulares (TTM). Diagnósticos y tratamientos previos Es frecuente que el paciente que acude a nues- tra consulta con un cuadro de DOF ya haya sido tra- tado previamente. En ese caso, debemos conocer los diagnósticos y tratamientos efectuados con el fin de evitar repetir terapias que ya han demostrado no haber tenido buenos resultados o de implementar aquellas que fueron beneficiosas. Es importante esta- blecer contacto con los profesionales que hayan tra- tado al paciente con anterioridad para obtener el máximo de información posible de una fuente fia- ble. Además, esta información puede ayudarnos a entender la evolución de la enfermedad en el tiem- po. EXPLORACIÓN HABITUAL EN EL DOLOR OROFACIAL Como hemos explicado en el apartado anterior, tras recoger los datos de la historia clínica y estable- cer un diagnóstico de presunción, la exploración nos va a servir para corroborar o desechar este diagnós- tico inicial (Fig. 3). Esto vamos a efectuarlo, sobre todo, mediante el uso de pruebas específicas dirigi- das a provocar o bloquear el dolor, tomando como referencia las estructuras a las que, inicialmente, res- ponsabilizamos del mismo. Además, en todos los protocolos de exploración se incluyen la inspección y el examen clínico rutinario de las estructuras orofa- ciales, que requieren unos conocimientos anatómi- cos básicos. Mucosa Debemos explorar minuciosamente la mucosa y recoger cualquier alteración de color, textura, volumen, pérdida de continuidad, irritaciones o traumas que pudieran explicar o relacionarse con el dolor en cues- tión. Si se trata de un dolor mucoso, la aplicación de anestesia tópica generalmente es suficiente para eli- minarlo o aminorarlo de manera importante, hecho que contribuirá considerablemente al diagnóstico. Dientes, periodonto y estructuras óseas El DOF derivado de estructuras dentales es el más frecuente, por lo que en muchos casos debemos des- cartar, inicialmente, que el dolor tenga este origen. Esto es más importante con el dolor de origen pulpar ya que puede mimetizar prácticamente cualquier patrón de DOF. El dolor periodontal pocas veces plantea pro- blemas para el diagnóstico ya que el dolor es localiza- do y se asocia con la función mecánica del diente en cuestión. Ante la más mínima duda hay que recurrir al empleo de técnicas diagnósticas de provocación mediante estímulos térmicos o eléctricos, percusión y anestesia selectiva que anulará el dolor si el origen es dentario. En la exploración dental es necesario regis- trar cualquier proceso patológico y evaluar las restau- raciones existentes en boca, generalmente con la ayu- da una sonda dental y la radiología (Cap. 3). Articular La exploración de la articulación temporomandi- bular (ATM) pretende evidenciar el posible origen del dolor articular inflamatorio y también las limitaciones funcionales, aunque las alteraciones que encontremos en el estudio de la capacidad funcional pueden tener un origen diferente al articular. El movimiento mandi- bular que más información nos aporta sobre la capa- cidad funcional es el de apertura, en el que estudia- mos limitaciones o reducciones del rango de movi- miento y desviaciones en su trayectoria, con o sin recu- peración de la línea media. Recogeremos información sobre los ruidos articu- lares, que valoraremos mediante palpación de los cón- dilos durante el movimiento. También sobre los cón- dilos efectuaremos la palpación de los polos lateral y posterior para averiguar si el dolor está relacionado con procesos inflamatorios de capsulitis/sinovitis. Manual de Dolor Orofacial10 Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 10 Puesto que el dolor articular es de tipo múscu- loesquelético se relaciona con la función, en espe- cial con las manipulaciones que incrementan la pre- sión intracapsular. Aquellas maniobras que aumen- ten la presión, como el apretamiento dentario, aper- tura forzada e, incluso, la manipulación pasiva con retrusión mandibular, aumentarán el dolor. Por el con- trario, las maniobras que reduzcan la presión, como morder sobre un depresor lingual ubicado en mola- res y premolares ipsilaterales al dolor, reducirán el mismo. Muscular Los músculos son uno de los orígenes más fre- cuentes de DOF por lo que su exploración es obliga- da en todos los protocolos clínicos. De hecho, además de la musculatura masticatoria se deben explorar otros músculos craneocervicales y escapulares, debido a la comorbilidad descrita para los procesos dolorosos en estas localizaciones. Recogeremos información sobre hipertonías, hipertrofias y asimetrías que pudieran tener este ori- gen y efectuaremos una palpación estandarizada de las localizaciones musculares que elijamos, de forma simétrica y bilateral, valorando la sensibilidad/dolor por palpación de 0 a 3, donde 0 es no dolor y 3 es dolor con intensidad suficiente para provocar la reti- rada del paciente, alejándose del estímulo doloroso. Si sospechamos la existencia de puntos gatillo mus- culares (Cap. 5), efectuaremos una palpación más minuciosa de la masa muscular buscando nódulos y bandas tensas. Al igual que en el dolor de origen articular, recu- rriremos a su provocación mediante manipulación funcional. Un músculo sano no duele cuando se contrae y tampoco cuando se estiran sus fibras, al contrario de lo que ocurre cuando existe dolor mus- cular. Así, por ejemplo, si el responsable del dolor es el músculo masetero, deberá incrementarse el dolor con el apretamiento dentario, porque se con- trae, y con la apertura bucal forzada, porque se dis- tiende. Estas maniobras de manipulación funcional son aconsejables, sobre todo, para el estudio de los mús- culos de difícil acceso mediante palpación directa, como son los pterigoideos laterales o externos cuya palpa- ción, además, resulta dolorosa en un porcentaje ele- vado de los individuos sanos. Evaluación sensitiva y motora En este apartado realizaremos una exploración bre- ve de los pares craneales para valorar la participación D.A. Cortés Ramírez, E. Ginestal Gómez 11 Par craneal Examen I Olfatorio Dar a oler café, vainilla, alcanfor. No se explora de forma rutinaria. II Óptico Agudeza visual. Estudio del campo visual. Fondo de ojo. III Motor ocular común Tamaño y alineación de las pupilas. Reflejo pupilar fotomotor. Reflejo corneal. IV Patético Movimientos oculares y convergencia. VI Motor ocular externo V Trigémino Reflejo corneal. Sensibilidad táctil, dolorosa y térmica de la cara, cavidad oral (incluyendo los dientes, encía y 2/3 anteriores de la lengua). Función motora de los músculos masticatorios. VII Facial Expresión facial (movimientos voluntarios de la cara) y gusto en los dos tercios anteriores de la lengua. VIII Auditivo Exploración auditiva. IX Glosofaríngeo Reflejo nauseoso y función motora de la deglución. Sensibilidad tercio posterior lingual. X Vago/neumogástrico Elevación del velo del paladar y movilidad de la faringe al decir “ah”. Reflejo nauseoso. XI Accesorio espinal Contracción contrarresistencia de los músculos esternocleidomastoideo y trapecio mediante elevación de hombros y rotación cefálica. XII Hipogloso Fonética del paciente y movilidad lingual. Exploración neurológica básica de los pares cranealesTABLA I Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 11 del sistema nervioso en el DOF, bien por la existen- cia de neuropatía periférica o debido a procesos cen- trales, como resultado de enfermedades autoinmunes, degenerativas, vasculares o neoplásicas, etc., que, en muchas ocasiones, deberán descartarse utilizando téc- nicas de imagen. Bloqueos anestésicos diagnósticos Como ya hemos mencionado, para diagnosticar el DOF se intenta provocar el dolor estimulando las estructuras en las que aparentemente se origina. En muchas ocasiones, para complementar la provocación, efectuamos bloqueos anestésicos de estos mismos tejidos puesto que, si son los responsables directos del dolor, esta maniobraprovocará su alivio o, al menos, una reducción significativa. Cuando el dolor se origina en la mucosa oral o nasal bastará la aplicación de anestésicos tópicos para conseguir su remisión. Cuando el dolor es de origen dentario o muscular, el bloqueo anestésico también es bastante efectivo en el control del dolor y no siem- pre es así en los dolores neuropáticos, en los que el bloqueo anestésico no suele ser concluyente, a excep- ción del bloqueo de los puntos gatillo de las neural- gias paroxísticas, que sí evitan su desencadenamien- to. Cuando el bloqueo anestésico no produce el efec- to esperado, sobre todo en cuadros de dolor con un componente muscular, habrá que pensar en la posi- bilidad de que el dolor sea secundario o referido des- de otra estructura. En ese caso, el dolor sólo se ali- viará si anestesiamos el origen real del dolor y no la zona donde lo siente el paciente. Recientemente se ha propuesto realizar bloqueo anestésico en los pacientes con síndrome de boca ardiente como elemento predictivo de la eficacia de la terapia con clonazepam. MÉTODOS COMPLEMENTARIOS DE DIAGNÓSTICO Técnicas de diagnóstico mediante imagen En la mayoría de los protocolos exploratorios de DOF se incluye la exploración radiológica rutinaria mediante una ortopantomografía. Además, podemos utilizar cualquier tipo de radiología oral que necesite- mos para estudiar las estructuras bucales. También podemos recurrir a otras técnicas como las radiografí- as anteroposteriores y laterales de cráneo y proyeccio- nes especiales como las transcraneales oblicuas, para valorar las estructuras óseas articulares, o la de Waters para el estudio de los senos. Cada día utilizamos técnicas de imagen más sofis- ticadas que nos proporcionan una gran cantidad de información muy precisa acerca de los tejidos orofa- ciales. La resonancia magnética (RM) nos permite visualizar con detalle los tejidos blandos, en especial los músculo-esqueléticos, y el exudado inflamatorio. La tomografía computarizada (TC), en especial la de haz de cono corto, aporta información fidedigna pre- ferentemente de las estructuras óseas y dentarias, además de proporcionarnos imágenes tridimensio- nales que facilitan sobremanera el diagnóstico. El uso de estas técnicas es tan frecuente actualmente, que se han utilizado para establecer los criterios diagnós- ticos de algunos de los trastornos temporomandibu- lares (Cap. 4). En algunos pacientes con DOF habrá que recu- rrir al empleo de técnicas a las que el odontólogo no tiene acceso directo, como los escáneres cerebrales, ecografías, angiorresonancias, etc., para descartar que el dolor tenga un origen central. Estudios de laboratorio Otra de las herramientas que el odontólogo tie- ne que hacer habitual en su trabajo es la solicitud de análisis clínicos que nos proporcionan información sobre procesos relacionados con el DOF y que pue- den ayudarnos a establecer el diagnóstico diferencial (Fig. 2). Estudios electrofisiológicos Se han probado diferentes técnicas electrofisioló- gicas para el diagnóstico del DOF, como la electromio- grafía o la electroneurografía y, más recientemente, las pruebas de evaluación sensorial cuantitativa (QST, por sus siglas en inglés Quantitative Sensory Testing). Estos métodos evalúan y cuantifican las funciones sensoria- les y motoras en aquellos pacientes en los que sospe- chamos daño o enfermedad neurológica. Todavía tie- nen una utilidad limitada, aunque los estudios efec- tuados con el QST están proporcionando datos pro- metedores. Manual de Dolor Orofacial12 Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 12 Cuestionarios de salud, alteraciones del sueño, cuestionarios de perfiles psicopatológicos, tests específicos de enfermedades mentales Como ya hemos descrito, el DOF, en especial el de tipo crónico, se asocia con frecuencia con enferme- dades psíquicas, alteraciones del sueño y enfermeda- des sistémicas. Por ello, cada día es más frecuente el uso de tests y cuestionarios (Cap. 10) para su valora- ción: • De salud general, como el GHQ, en sus versiones de 60, 30 o 28 preguntas. • De perfiles psicopatológicos, como el SCL-90-R. • Indicadores de enfermedades mentales, como los tests de Madison o de Othmer y Souza. • Indicadores de alteraciones del sueño como la escala de Epworth. La información obtenida mediante estos tests resul- ta muy útil para estudiar las enfermedades que se aso- cian al dolor crónico y también para valorar los efec- tos del dolor en el tiempo. En muchas ocasiones, el fracaso del tratamiento del DOF está condicionado por un inadecuado tratamiento de estos problemas con- comitantes. Métodos odontológicos de diagnóstico Se han diseñado y probado numerosos dispo- sitivos específicos para estudiar determinados pro- blemas de DOF, en especial los relacionados con las alteraciones funcionales masticatorias. En este senti- do, se ha propuesto el uso de articuladores semi o totalmente ajustables e instrumentos para el registro y valoración de los ruidos articulares, para el registro de los movimientos mandibulares, para el estudio de la distribución de las cargas oclusales, etc., aunque parece que su empleo, lejos de ayudarnos en el diag- nóstico, suele provocar un sobretratamiento de los pacientes. MÉTODOS COMUNES DE MEDICIÓN DEL DOLOR Aunque la valoración del dolor es uno de los aspec- tos que se recoge en la historia clínica, hemos deci- dido hacer un apartado específico para hablar de las escalas de medición del dolor, porque se trata de una herramienta imprescindible para valorar la evolución del DOF. Escalas unidimensionales Miden la intensidad sólo como un aspecto senso- rial del dolor, sin tener en cuenta las dimensiones afec- tivo-emocional y cognitivo-evaluativa. Escala visual analógica (EVA) Es el método validado de medición del dolor más frecuentemente utilizado. La EVA puede ser una línea horizontal o vertical de 10 cm donde en un extremo D.A. Cortés Ramírez, E. Ginestal Gómez 13 Procesos asociados al DOF Determinaciones analíticas Enfermedades reumáticas y degenerativas Factor reumatoide, Ac. antinucleares, Otros Ac, Complemento, Proteína C reactiva. VSG. Ac úrico, etc. Enfermedades endocrinas Glucemia, Tirotropina, T3, T4, Parathormona, Calcio, Fósforo, etc. Enfermedades infecciosas Cultivos biológicos. Hematimetría, VSG, Ac anti-VIH, etc. Hematrimetría, Hemoglobina, Transferrina, Ferritina, Hierro, Vitaminas y Oligoelementos, etc. Anemias y déficits de vitaminas y oligoelementos Determinaciones analíticas de uso frecuente en el diagnóstico del DOF. VSG: Velocidad de sedimentación globular. FIGURA 2 Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 13 se encuentra el descriptor “no dolor” y en el opuesto el de “máximo dolor imaginable”. El paciente coloca el punto entre los dos descriptores que más represente su dolor. Algunas escalas agregan caras con distintos estados de ánimos, con la finalidad de ser utilizadas en niños y discapacitados. Escalas numéricas y verbales Las escalas numéricas van graduadas de 0 a 10 o de 0 a 100. Al igual que en la EVA, el paciente seña- la el punto que más representa su dolor y pueden com- binarse con las escalas verbales nominales (no dolor, leve, moderado y severo). La elección de la escala a utilizar dependerá del clínico, de las características del paciente y/o de la investigación a realizar. Escalas multidimensionales Existen distintos cuestionario diseñados para con- seguir una valoración más amplia del dolor, entre los más conocidos se encuentran el cuestionario de McGill y el CBD/BPI (Cuestionario Breve de Dolor/Brief Pain Inventory). Estos cuestionarios per- miten evaluar diferentes componentes del dolor, apor- tándonos una información multidimensional mucho más completa, aunque requieren una mayor inver- sión de tiempo. Cuestionarios específicos para TTM Otro cuestionario diseñado como una escala mul- tidimensional específica para los TTM es el RDC/TMD (Research Diagnostic Criteria for Temporomadibular Disorders), en el que se recoge información sobre el dolor,además de otros muchos aspectos relacionados con los TTM. Es un cuestionario muy útil en investiga- ción específica sobre los TTM, pero de escaso valor en el DOF en general. BIBLIOGRAFÍA 1. De Boever JA, Nilner M, Orthlieb J-D, Steenks MH. Recommendations by the EACD and Manegement of Patients with Temporomandibular Disorders and Manual de Dolor Orofacial14 Motivo de consulta Tiempo de evolución. Agudo o crónico (horas, días, meses, años) Localización. Bien localizado, mal localizado, una o varias zonas, regional, sistémico. Frecuencia y duración. Constante o discontinuo, episódico, agrupado, etc. Intensidad. Generalmente en las últimas 24 horas. Escalas uni o multidimensionales. Cualidad o descriptor del dolor. Sordo, opresivo, eléctrico, quemante, lancinante, etc. Factores agravantes y mitigantes. Hablar, masticar, tacto, AINE, frío, calor, etc. Síntomas asociados. Neurológicos, inflamatorios, autonómicos, psíquicos, etc. Alteraciones del sueño. Tipo de alteración, tratamientos y tiempo de evolución. H ist or ia c lín ic a D O F Sin diagnóstico de presunción Con diagnóstico de presunción Exploración. Mucosa, articular, muscular, neurológica, etc. Cuestionarios sobre temas de salud relacionados. Perfiles psicopatológicos, alteraciones del sueño, alteraciones psíquicas, salud general. Exámenes o pruebas complementarias. Bloqueo anestésico, pruebas de laboratorio, técnicas de imagen, biopsia, etc. Sin diagnóstico de certeza o probable TRATAMIENTO Diagnóstico de certeza o probable Algoritmo sobre el manejo de pacientes con DOF.FIGURA 3 Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 14 Orofacial Pain by the General Dental Practitioner. J Orofac Pain. 2008;22:268:78. 2. De Leeuw R. Orofacial Pain: Guidelines for Assess- ment, Diagnosis, and Manegement. 4ª ed. Chicago: Quintessence; 2008. 3. Bagán JV, Ceballos A, Bermejo-Fenoll A, Aguirre JM, Peñarrocha M. Medicina Oral. Barcelona: Masson; 1995. 4. Melzack R. The Short-form McGill Pain Questionnai- re. Pain. 1987;30:191-7. 5. Okeson JP. Dolor Orofacial según Bell: Tratamiento Clínico del Dolor Orofacial. 6ª ed. Barcelona: Quin- tessence; 2008. 6. Okesson JP, Leeuw R. Differential Diagnosis of Tem- poromandibular Disorders and Other Orofacial Pain Disorders. Dent Clin N Am. 2011;55:105-120. 7. Sharav Y, Benoliel R. Orofacial Pain & Headache. Edin- burgh: Mosby Elsevier; 2008. 8. Zakrzewska JM. Orofacial Pain. New York: Oxford Uni- versity Press; 2009. D.A. Cortés Ramírez, E. Ginestal Gómez 15 Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 15 Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 16 ASPECTOS GENERALES El dolor dentario es el más común de los dolo- res orofaciales con una prevalencia estimada, en pobla- ción adulta, del 12% en un período de seis meses. Las causas más frecuentes de dolor dentario son: la enfer- medad periodontal, un problema de salud pública que afecta a una gran parte de la población adulta, y la caries dental, la primera causa de dolor por la cual el paciente requiere atención odontológica. Los dientes forman parte del sistema músculo- esquelético y se unen al hueso mediante el ligamen- to periodontal constituyendo así una verdadera articu- lación. El periodonto está formado por la encía, liga- mento periodontal, cemento radicular y hueso alveo- lar, y su función principal es unir el diente al tejido óseo y mantener la integridad de estas estructuras ante la carga masticatoria. La pulpa dental está constituida por tejido conjuntivo rico en vasos y nervios. Se encuen- tra incluida en una cavidad limitada por tejido duro que hace imposible su expansión. El dolor dentario de origen pulpar es muy versá- til en sus características y puede provocar dolor referi- do a otras localizaciones orales o a estructuras adya- centes de cabeza y cuello. Por otra parte, estas estruc- turas adyacentes pueden generar dolor referido a los dientes, por lo que el diagnóstico del dolor pulpar pue- de resultar especialmente complicado. Entre los cua- dros capaces de generar dolor de características simi- lares al dolor dentario tenemos el dolor miofascial, la sinusitis maxilar, la neuralgia del trigémino y ciertos dolores neurovasculares como la cefalea en racimos. Para centrar el diagnóstico debemos determinar, en primer lugar, si el dolor es de origen odontogénico, por lo que, a lo largo del capítulo, describiremos las pau- tas que nos permiten establecer el diagnóstico clínico del dolor dentario. DOLOR DE ORIGEN PULPAR Las señales nociceptivas procedentes de la cavi- dad oral son transmitidas por el nervio trigémino a tra- vés de las fibras nerviosas aferentes Aδ y C. El dolor pulpar se conduce principalmente a través de las fibras C y es percibido como una sensación dolorosa profun- da y sorda. Es un dolor difuso, difícil de localizar y cuan- do es intenso expresa un daño irreversible con cam- bios locales vasculares e inflamatorios. El dolor pulpar, como todos los dolores viscerales, es de tipo umbral, apareciendo de forma brusca cuan- do el estímulo que lo provoca alcanza un nivel deter- minado, a diferencia del dolor periodontal que tiene un carácter gradual. Responde a estímulos térmicos y químicos pero no se relaciona claramente con la fun- ción masticatoria, característica que lo diferencia del dolor periodontal. El dolor pulpar no es un dolor crónico, no mantie- ne las mismas características indefinidamente. Pue- de resolverse, intensificarse o extenderse a estructu- ras adyacentes pero, ante un dolor que perdura hay que pensar en otro origen que no sea pulpar. El dolor de la pulpa puede dar lugar a dolor refe- rido a diversas localizaciones de la cabeza y el cuello, a zonas cuyos campos receptivos estén inervados por aferentes primarios que converjan con aferentes que transmiten la sensibilidad pulpar. Etiología del dolor pulpar La causa más frecuente del dolor pulpar es la caries dental, aunque existen otros muchos factores que tam- bién pueden provocarlo, como las restauraciones den- tales inadecuadas, fisuras o fracturas del diente, expo- sición de los túbulos dentinarios o del cemento radi- cular por erosiones, atricciones o abrasiones, bulimia, etc. Es muy frecuente que el dolor tenga un origen DOLOR DE ORIGEN DENTARIO E. Bilbao Uriarte, E. Ginestal Gómez Unidad de Dolor Orofacial y Trastornos Temporomandibulares. Servicio Clínica Odontológica. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. 3 Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 17 yatrogénico y aparezca tras procedimientos odontoló- gicos, entre los que cabe destacar el tallado de dien- tes vitales para prótesis fija y las obturaciones cerca- nas a pulpa. Tipos de dolor pulpar Hipersensibilidad dentinaria. Aparece asociada a la caries dental, a restauraciones inadecuadas o a la expo- sición del tejido dentinario. Se caracteriza por dolor de aparición aguda, de intensidad leve, de tipo profundo y pobremente localizado, que se desencadena por agen- tes externos como frío, calor, dulce o ácido y que cede inmediatamente tras la retirada del estímulo. El diagnóstico clínico se basa en la identificación de la causa del dolor mediante exploración directa y radiológica. También resulta muy útil para el diagnós- tico la provocación del dolor mediante aplicación de frío y/o calor sobre el diente afecto, que reproducirá la sintomatología del paciente y presentará una res- puesta hiperalgésica en comparación con los dientes utilizados como control. Pulpitis reversible. Es un proceso inflamatorio pul- par que genera dolor agudo de corta duración asocia- do con la exposición a estímulos térmicos y químicos, sobre todo el frío y los alimentos dulces. Al tratarse de una situación reversible, la sintomatología también des- aparece con la retirada del estímulo, aunque si la infla- mación persiste se transforma, habitualmente, en una pulpitis irreversible (Tabla I). Podemos provocar el dolor mediante aplicación de estímulos térmicos y/o eléctricos, con respuestas similares a las descritas en la hipersensibilidad denti-naria. El diagnóstico clínico se basa en la búsqueda de la causa mediante exploración directa y radiológica. Pulpitis irreversible. En este cuadro el proceso inflamatorio es irreversible y cursa con dolor de carac- terísticas muy variables, pudiendo presentarse como un dolor constante, intermitente, palpitante, paroxísti- co, etc. Igual que en las alteraciones anteriores, el dolor puede desencadenarse mediante aplicación de estí- mulos térmicos, químicos y eléctricos, pero, en este caso, también suele aparecer de forma espontánea y se relaciona con el decúbito porque genera un incre- mento en la presión intrapulpar. El dolor de la pulpitis irreversible es de intensidad variable, puede llegar a ser muy intenso y es muy ver- sátil en su presentación (Tabla I). Suele caracterizar- se por una localización muy difusa, por presentar perio- dos de remisión y porque no se mantiene en esta fase mucho tiempo ya que progresa hacia la necrosis pul- par, dando paso a un cuadro de dolor periodontal de características diferentes. En ocasiones, en las piezas dentarias multirradiculares, se produce una necrosis parcial, por lo que en alguno de sus conductos la pul- pa será vital, generando sintomatología de pulpitis irre- versible, y en otros necrótica, provocando sintomato- logía periodontal y dando lugar a cuadros clínicos mix- tos. También podemos provocar el dolor mediante esti- mulación térmica y eléctrica pero, a diferencia de la pulpitis reversible, el dolor persiste tras la retirada del estímulo. Si ya se ha producido la necrosis pulpar estos estímulos no provocan dolor y las pruebas de vitalidad son negativas. El diagnóstico, al igual que en la hiper- sensibilidad y en la pulpitis reversible, requiere la iden- tificación del agente causal mediante la exploración clí- nica y/o radiológica. Tratamiento del dolor pulpar Puesto que el dolor pulpar es producido por un daño en las estructuras dentarias, el tratamiento irá diri- gido a la restauración de estos tejidos. En los casos más leves, como la hipersensibilidad y la pulpitis rever- sible, el tratamiento restaurador consistirá en la elimi- nación de caries o el empleo de agentes desensibili- zantes, mientras que en la pulpitis irreversible realiza- Manual de Dolor Orofacial18 Pulpitis reversible Pulpitis irreversible Presentación del dolor Dolor agudo Agudo, intermitente, continuo Duración del dolor Corta Prolongada, recurrente Intensidad del dolor Leve Moderada a severa Provocación del dolor Estímulos térmicos y eléctricos Estímulos térmicos y eléctricos. Espontáneo Al retirar el estímulo Cede inmediatamente Persiste el dolor Localización Difusa Difusa y/o referida Características diferenciales de la pulpitis reversible vs. irreversibleTABLA I Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 18 remos una pulpectomía o la extracción dentaria (Tabla II). Si la pulpitis irreversible se acompaña de un proce- so infeccioso debemos efectuar tratamiento antibióti- co utilizando amoxicilina + ácido clavulánico o clin- damicina (Tabla VI, con los antibióticos de uso frecuen- te en infecciones dentales). Cuando la intensidad del dolor así lo requiera, casi siempre en pulpitis irreversibles, efectuaremos un tra- tamiento con fármacos analgésicos y/o antiinflamato- rios no esteroideos (AINE) a dosis habituales. Si el uso de estos fármacos no es suficiente utilizaremos anal- gésicos opiáceos menores, siempre en asociación con los AINE (Tabla III). DOLOR PERIODONTAL El dolor periodontal se transmite principalmente por las fibras mielínicas Aδ. Es un dolor somático pro- fundo que se percibe bien localizado y cumple las características descritas para el dolor somático en la tabla II, del capítulo 1. Además, es un dolor de tipo músculo-esquelético, por lo que, a diferencia del dolor pulpar, el dolor periodontal es gradual y percibido por el paciente con intensidad proporcional al estímu- lo aplicado. Se incrementa con la función masticatoria y con la percusión dentaria, pero no responde a estí- mulos térmicos y/o químicos (Tabla IV). El dolor periodontal se acompaña con frecuencia de periodontitis, con producción de exudado inflamato- rio que puede provocar un desplazamiento dental den- tro del alveolo, generando una sensación de diente alto, maloclusión aguda y síntomas de trauma oclusal. Etiología del dolor periodontal Son muchas las posibles causas del dolor de origen periodontal entre las que destacan, por su frecuencia, las alteraciones periodontales (como gingivitis, enferme- dad periodontal crónica o la pericoronaritis en dientes semierupcionados), trauma oclusal (relacionado con prematuridades o sobrecargas masticatorias), fisuras o fracturas dentarias y periodontitis, resultado de la evolu- ción de una pulpitis irreversible. El dolor periodontal tiene con frecuencia un origen yatrogénico y puede relacionarse con restauraciones dentarias en supraoclusión o con sobreobturaciones del canal radicular en un tratamiento de conductos. Tipos de dolor periodontal Periodontitis periapical aguda. Es una inflamación periapical, generalmente asociada con la evolución de un proceso de pulpitis irreversible a necrosis pulpar, con infec- ción en la cámara pulpar que se expande por el foramen apical a los tejidos periodontales. Este cuadro cursa con dolor espontáneo y continuo, de intensidad moderada- severa y de localización precisa, aunque la mitad de los pacientes presentan dolor difuso que se refiere a diferen- tes estructuras de la cara. Los casos más severos pueden cursar con sintomatología inflamatoria asociada a celuli- tis y presencia de fiebre y malestar general. Este dolor se incrementa con la masticación, ya que el diente afectado está ligeramente extruido en su E. Bilbao Uriarte, E. Ginestal Gómez 19 Grupos analgésicos Principios activos Dosis habitual de referencia AINE Paracetamol (sin efecto antiinflamatorio) 0,5-1 g/4-6 h Ibuprofeno 600-800 mg/6-8 h Ketoprofeno 50 mg/8-12 h Diclofenaco 50 mg/8-12 h Metamizol/dipirona 500 mg/6-8 h Ác. acetilsalicílico 0,5-1 g/4-6 h Opiáceos menores Codeína 30 mg/4-6 h Tramadol 50-100 mg/6-8 h Analgésicos de uso frecuente en el dolor pulparTABLA III Pulpitis reversible • Agentes desensibilizantes • Reemplazar restauraciones inadecuadas • Eliminación de caries dental Pulpitis irreversible • Tratamiento farmacológico con analgésicos, AINE y/o antibióticos • Drenaje en tratamientos de urgencia • Pulpectomía • Extracción dentaria Tratamiento del dolor pulparTABLA II Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 19 alveolo y suele presentar movilidad vertical y hori- zontal. Esta movilidad dentaria suele coincidir con la presencia de radiolucidez periapical radiográfica, aun- que en los estadios iniciales no se observan cambios radiológicos. Para realizar el diagnóstico utilizamos pruebas de provocación del dolor mediante percusión dentaria y palpación de la zona vestibular periapical, además de una exploración radiológica. Al igual que ocurre en la pulpitis, especialmente en piezas dentarias multirradi- culares, en ocasiones la pulpa no está completamen- te necrosada y el diente puede responder también a estímulos térmicos. Absceso periodontal lateral. Esta infección perio- dontal aguda se asocia con la presencia de bolsas pro- fundas características de la enfermedad periodontal crónica. Se trata, por tanto, de la exacerbación de un proceso crónico con aparición de un absceso perio- dontal lateral e inflamación gingival aguda. El dolor que provoca el absceso es continuo, de intensidad moderada, bien localizado y, como en la periodontitis periapical, el diente afecto puede presen- tar movilidad y estar extruido de su alveolo. En este caso, la lesión se localiza más coronalmente, por lo que la encía marginal se observa enrojecida, violácea e hinchada con presencia de bolsa periodontal profun- da que puede presentar supuración. Los casos más severos pueden dar lugar a un cuadro de celulitis con fiebre y malestar general. El dolor se incrementa con la percusión dentaria pero, como la pulpa sueleser vital, el diente también responde a estímulos térmicos y eléctricos. Para com- pletar el diagnóstico es imprescindible efectuar un estu- dio radiológico periodontal. Pericoronaritis. Es otro tipo de infección perio- dontal aguda que aparece en dientes semierupcio- nados y cubiertos parcialmente por tejido gingival. Se produce por acumulación de detritus entre la coro- na del molar y el tejido gingival que la recubre o por traumatismos sobre estos tejidos blandos. El diagnóstico de este proceso se basa en la clíni- ca. La localización más frecuente es la porción distal de los terceros molares mandibulares por inflamación del opérculo, en el que se suelen observar identacio- nes de los dientes antagonistas. Los tejidos pericoro- narios presentan una coloración rojiza y edematosa que, en ocasiones, puede acompañarse de supuración gingival asociada a mal sabor de boca. Las formas más severas se acompañan de limitación de la apertura mandibular, fiebre y malestar general. El dolor se loca- liza en el área inflamada pero, cuando es intenso, se refiere a zona auricular, garganta y el suelo de la boca, y se intensifica con la deglución y la masticación. Tratamiento del dolor periodontal Las pautas de tratamiento del dolor periodontal son similares a las ya descritas para el dolor pulpar, con un apartado odontológico que pretende la reso- Manual de Dolor Orofacial20 DOLOR PULPAR DOLOR PERIODONTAL Periapical Lateral Características Espontáneo, agudo, paroxístico, Continuo, profundo, sordo intermitente, continuo Intensidad Moderada-severa Leve-moderada-severa Localización Difusa Bien definida Estimulación térmica Reproduce o incrementa el dolor Sin respuesta o eléctrica Percusión dentaria Sin respuesta Reproduce o incrementa el dolor Tipo de respuesta Umbral Gradual Vitalidad pulpar Positiva Negativa Negativa o positiva Exploración clínica Lesiones dentarias y frecuentes Signos infeccioso- Signos infeccioso- signos autonómicos inflamatorios inflamatorios. Bolsas periodontales Datos radiológicos Caries o restauraciones Radiolucidez periapical Lesiones cercanas a pulpa periodontales crónicas Características del dolor pulpar vs. periodontalTABLA IV Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 20 lución de los factores causales, y un apartado farma- cológico dirigido al control del dolor y los procesos infecciosos. El tratamiento de urgencia de la periodontitis peria- pical aguda y del absceso periodontal lateral consisti- rá en el drenaje del absceso, así como la eliminación del contacto dentario prematuro si existiese dolor al ocluir. Además, debemos efectuar el tratamiento de conductos en la periodontitis periapical aguda y el ras- pado y alisado radicular en el caso del absceso perio- dontal lateral. En la pericoronaritis realizaremos irriga- ción y, si resulta necesario, una resección del saco de erupción para posteriormente efectuar la extracción dentaria (Tabla V). El cuadro infeccioso lo trataremos con las pautas antibióticas recogidas en la tabla VI, que son muy pare- cidas para las infecciones pulpares y periodontales. Para el tratamiento del dolor utilizaremos los mismos fármacos descritos en el apartado de dolor pulpar que figuran en la tabla III (para más información, consultar Cap. 11 del manual). COMBINACIÓN DE LESIONES PULPARES Y PERIODONTALES Lesión endodóntico-periodontal Es una lesión combinada que puede iniciarse por causa periodontal o pulpar, siendo esta última la más frecuente. Cuando es de origen periodontal se produ- ce por la presencia de una bolsa periodontal muy pro- funda, capaz de generar inflamación retrógrada a través del foramen apical, que afectará a la pulpa del diente. Si la lesión tiene un origen pulpar se inicia con una pul- pitis irreversible que deriva en periodontitis periapical con afectación de los tejidos periodontales. Clínicamen- te resulta difícil precisar el origen de la lesión. El diente afecto, al igual que en el absceso periodontal lateral, sue- le presentar movilidad dental aumentada, pérdida de inserción y afectación de la encía marginal. Las pruebas de vitalidad pulpar son negativas y la percusión dentaria incrementa el dolor. La radiolo- gía es un elemento fundamental para el diagnóstico de estas lesiones. El tratamiento requiere antibióticos y analgésicos, además de procedimientos quirúrgi- cos periodontales y endodónticos (Tablas V y VI). Fractura vertical La fractura dentaria vertical suele afectar a la por- ción radicular del diente, por lo que produce dolor de tipo periodontal que se incrementa con la mastica- E. Bilbao Uriarte, E. Ginestal Gómez 21 Periodontitis apical aguda • Drenaje y tratamiento antibiótico • Ajuste oclusal si existe trauma • Fármacos analgésicos • Tratamiento de conductos Absceso periodontal lateral • Drenaje y tratamiento antibiótico • Ajuste oclusal si existe trauma • Analgésicos para el dolor • Raspado y alisado de bolsa periodontal • Irrigación de bolsa periodontal Pericoronaritis • Irrigación del saco de erupción con antiséptico (clorhexidina 0,2%) • Resección opérculo si fuese necesaria • Tratamiento analgésico y antibiótico • Extracción diferida del cordal Lesión endo-perio • Drenaje y tratamiento antibiótico • Ajuste oclusal si existe trauma • Fármacos analgésicos • Tratamiento de conductos • Raspado y alisado radicular Fractura vertical • Extracción dentaria Tratamiento del dolor periodontal y endoperiodontal TABLA V Antibiótico Indicaciones Dosis habituales Amoxicilina + ácido clavulánico Pulpitis 500-875 + 125 mg/8 h Periodontitis apical aguda 2 g + 125 mg/12 h Absceso periapical agudo Clindamicina Pericoronaritis 300 mg/12 h Metronidazol Periodontitis periapical aguda 500-750 mg/8 h Azitromicina Pericoronaritis 500 mg/24 h Dosis de los antibióticos de uso habitual en infecciones dentariasTABLA VI Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 21 ción. Es más frecuente en dientes desvitalizados, sobre todo si se han efectuado restauraciones con pernos intrarradiculares. Cuando se inicia el cuadro con un diente fisurado, pero no fracturado, la clínica es insidiosa y no encontra- mos cambios clínicos ni radiográficos que la justifiquen. En esta fase es fácil pensar que el dolor tiene un origen no odontogénico y también es frecuente que al pacien- te se le efectúe un tratamiento de conductos, a pesar de no existir datos clínicos o radiográficos que avalen esta terapia. Con el transcurso del tiempo aparecen una bolsa periodontal profunda, adyacente a la fractura, y cambios radiográficos indicativos de la fractura. El dolor provocado por una fisura dental tiene ini- cialmente las características del dolor por hipersensibi- lidad dentinaria o pulpitis reversible. Posteriormente sue- le adoptar las características de una pulpitis irreversible que desemboca en una periodontitis. El diagnóstico no es fácil porque la clínica no es cla- ra y depende del estadio de evolución. Pueden propor- cionarnos información las pruebas de vitalidad pulpar, la percusión sobre diferentes cúspides del diente y la a transiluminación que facilita la identificación de la fisu- ra ya que las radiografías, al menos en el inicio del pro- ceso, no ayudan en el diagnóstico. El tratamiento de la fractura vertical será la extracción dentaria. DOLOR HETEROTÓPICO PERCIBIDO EN EL DIENTE, DE ORIGEN NO DENTARIO Existen numerosas patologías no dentarias que pueden generar dolor percibido en los dientes. Estos dolores heterotópicos son frecuentes en la región oro- facial y se asocian a procesos de mediación central. Tal y como hemos referido en el capítulo 2, las técnicas de provocación y bloqueo anestésico son fundamen- tales para diagnosticar estos cuadros clínicos. En todo caso, dada la alta frecuencia del dolor dentario, es nece- sario efectuar un examen clínico y radiográfico minu- cioso para descartar el origen dentario del dolor antes de pensar en causas no dentarias (Tablas VII y VIII). Si, a pesar de los datos obtenidos en la explora- ción y las pruebas complementarias, no observamos ningún diente que
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