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La ganadería 
y su contribución
al cambio climático
La ganadería 
y su contribución
al cambio climático
www.tierra.org2
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
Coordinación técnica y edición de contenidos
 Andrés Muñoz Rico. Amigos de la Tierra 
Redacción y asesoramiento científico
 Agustín del Prado, BC3 Basque Center for Climate Change (BC3)
 Pablo Manzano, Universidad de Helsinki & BC3 
Diseño
 Zuriñe de Langarika Samaniego
Fotografías
 Olmo Calvo (Pag. 31)
 JuergenPM, Anne & Saturnino Miranda en Pixabay (Pags. 9 y 28 respectivamente)
 Yelena Grigorenko (Pag. 17)
Ilustraciones
 @laclara_____ (instagram) (Fig. 9)
 Flaticon
 Adobe Stock
 
 
 Publicación bajo licencia Creative Commons 
 Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional
Octubre de 2020
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
Resumen ejecutivo
 
Introducción 
 
Cambio climático y 
gases de efecto invernadero 
 
La emisión GEI de la ganadería
 
Modelos ganaderos mixtos y limitaciones 
del sistema de medición actual de GEI
 
Cambio de paradigma en la 
conceptualización de la ganadería 
y el cambio climático 
 
Menos carne, Mejor carne 
Impactos climáticos de la reducción 
en la producción y consumo de carne 
de cerdo industrial en España 
 
Conclusiones y recomendaciones
 
Referencias
5
 
7
 
 
9
 
13
 
 
17
 
 
 
25
 
 
 
 
27
 
31
 
33
www.tierra.org 5
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
E n este Informe de Amigos de la Tierra en colaboración con BC3, abordamos el debate sobre la contribución de la ganadería al cambio climático. Perse-guimos con ello aportar soluciones en 
torno a los modelos de producción y consumo de 
carne, desde la perspectiva de la agroecología y 
en defensa de la soberanía alimentaria.
La ganadería acarrea en los últimos años el es-
tigma sobre su impacto en el cambio climático 
antropogénico. Las acusaciones climáticas, tanto 
en algunos trabajos científicos como en la prensa, 
suelen estar centradas en la emisión de metano 
por la fermentación de la celulosa que consumen 
los animales y de dióxido de carbono por el cam-
bio de uso del suelo. Ambos factores se asocian 
en estas narrativas principalmente a la ganadería 
extensiva.
La emisión de metano, que constituye el grueso 
de las emisiones directas de Gases de Efecto In-
vernadero (GEI) por parte de la ganadería, se 
asocia mayoritariamente a sistemas extensivos y 
mixtos de rumiantes, pues esos sistemas aprove-
chan recursos forrajeros de calidad muy pobre, ya 
sean pastos o residuos de cultivos. La ganadería 
industrial suele usar animales monogástricos (cer-
dos y pollos) que son más eficientes convirtien-
do pienso de alta calidad en proteína animal; en 
la huella correspondiente a piensos, por lo tanto, 
este sector tiene más peso.
El sistema actual de estimación de GEI de los 
inventarios nacionales no tiene como objetivo 
identificar la contribución total de la ganadería 
al cambio climático, ni tampoco es un instrumen-
to para el análisis pormenorizado según modelos 
productivos. Analizamos en este documento di-
chas limitaciones con el fin de hacer un mejor uso 
de dichos inventarios.
Resumen ejecutivo
En este Informe planteamos un cambio de para-
digma que tenga en consideración dos elementos 
fundamentales: estimar la cantidad de carbono 
fósil que se incorpora a la atmósfera por el con-
junto de la actividad ganadera (emisiones dentro 
de la granja y las que se generan para fabricar, 
procesar y transportar sus insumos) y evaluar los 
impactos climáticos de las distintas especies gana-
deras y de los diferentes modelos productivos. Es-
timar el uso de combustible fósil de la explotación 
ganadera, principal fuente de emisión de GEI a 
nivel global, y separar entre producción industrial 
y extensiva, es un baremo climático más acertado 
que basarse únicamente en la estimación de los 
inventarios nacionales actuales.
También se debe tener en cuenta que los sistemas 
de rumiantes de carne (vaca, oveja, cabra) tienen 
menor intensificación en España que los mono-
gástricos (pollo, cerdo). La carne de rumiante, en 
general, tendrá mucho menos impacto climático 
que la de monogástrico (con la excepción del cer-
do en pastoreo), pues su uso de hierba y recursos 
pastables no cultivados es similar al que harían 
herbívoros silvestres en paisajes abandonados. 
Los sistemas ganaderos mixtos también consu-
men mucha hierba de producción ligada al terri-
torio y pueden ser climáticamente sostenibles. La 
ganadería de producción ecológica será también 
climáticamente beneficiosa si hace uso de recur-
sos ligados asimismo al territorio.
Hay que incorporar además la cuestión funda-
mental del secuestro de carbono en tierras pasto-
readas. La ganadería extensiva no sólo es fuente 
de emisión de GEI, sino que gracias a su actividad 
contribuye a que los pastos y dehesas absorban 
carbono. La mayoría de estos paisajes son ade-
más abiertos de forma natural, y no ha mediado 
deforestación en su configuración. Ambas cuestio-
nes generalmente no se contemplan.
www.tierra.org6
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
Frente a estos modelos, la ganadería industrial se 
basa en la importación de piensos (maíz y soja) 
sobre todo para monogástricos, que han reque-
rido la conversión de suelos naturales (pastizales 
o bosques) en suelos agrícolas, mediante defo-
restación de zonas de bosque tropical, principal-
mente en Suramérica, con su consecuente huella 
de carbono.
Ante la realidad que ofrece este nuevo paradig-
ma a la hora de estimar la contribución de dis-
tintos modelos de ganadería al cambio climático, 
cabe preguntarse cuáles deberían las políticas pú-
blicas que guíen la producción y consumo de car-
ne en España, de cara a alcanzar los objetivos de 
neutralidad climática comprometidos para 2050. 
Con el fin de plantear propuestas basadas en evi-
dencias científicas, presentamos dos escenarios so-
bre la producción y consumo de carne de cerdo en 
España, que sirven para evidenciar su impacto cli-
mático. Al analizar ambos, observamos cómo una 
estrategia combinada de reducción del consumo 
de carne de cerdo industrial, y sustitución por otra 
de ganadería extensiva, tiene un mayor potencial 
de reducción del calentamiento neto.
Conviene por tanto apostar por la ganadería 
extensiva, evaluar con mucha cautela y poner en 
cuestión proyectos de abandono de pastos y su 
sustitución por bosques, ya que esta estrategia no 
ha demostrado una mayor efectividad mitigado-
ra del cambio climático. 
De cara a plantear políticas alimentarias enca-
minadas hacia la neutralidad climática se deben 
tener en cuenta por tanto los diferentes modelos 
ganaderos y su contribución al calentamiento 
global, así como las limitaciones de los sistemas 
de estimación actuales de GEI y la ausencia de 
modelos puros de producción de carne. En rela-
ción al impacto climático de la carne en España, 
también se ha hecho patente que son necesarias 
estrategias alimentarias que combinen tanto el 
cambio de modelo productivo, como el cambio en 
los patrones de consumo. La discusión científica, 
mediática y social en términos climáticos sobre la 
carne debería abordar ambas perspectivas.
EN ESTE SENTIdO, 
emitimos las
Se deben tener en consideración las limitaciones 
de las metodologías actuales de estimación de 
GEI de cara a medir los impactos climáticos 
de la ganadería. Se recomienda implementar 
sistemas que contabilicen adecuadamente las 
emisiones derivadas de la actividad ganadera y 
sus diferentes impactos a nivel climático: tanto 
los negativos que ahora no se contabilizan 
(emisiones indirectas no incluidas en inventarios 
nacionales en el sector ganadería), como positi-
vos (fijación de carbono en tierras de pastos o 
efecto positivo en el albedo) o neutros (el meta-
no biogénico que no se acumula en la atmósfera 
o las emisiones naturales de la ganadería).
De cara a la puesta en marcha de políticas 
públicas que incentiven laproducción de carne, 
se deben evaluar los impactos climáticos de los 
diferentes sistemas productivos de carne, desde 
la ganadería extensiva, pasando por los modelos 
mixtos, hasta los industriales. Además se deben 
considerar también el conjunto de impactos 
medioambientales y sociales, aunque no influyan 
en la emisión de GEI.
Se deben evaluar climáticamente todas las 
políticas públicas que afecten a la producción 
y consumo de carne, tales como la Política 
Agraria Común (PAC), la firma de tratados de 
libre comercio, como el de la UE-MERCOSUR, o 
las propuestas de reforestaciones en tierras de 
pastoreo, incluidas en el “Pacto Verde Europeo”, 
teniendo en cuenta el conjunto de emisiones 
GEI derivados de los patrones de producción y 
consumo de carne que se promuevan.
Las políticas públicas sobre la producción y 
consumo de carne se deben integrar en una 
perspectiva global sobre el sistema alimenta-
rio, que incluya otras estrategias alimentarias 
beneficiosas para alcanzar los objetivos de la 
neutralidad climática para 2050, como pue-
den ser el aumento de la producción agraria 
y ganadera agroecológica, la promoción de la 
ganadería extensiva, la reducción de la perdida 
y del desperdicio alimentario o el impulso de los 
canales cortos de comercialización.
recomendaciones A LAS 
AUTORIdAdES PúBLICAS:
www.tierra.org 7
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
intRoducción
L a aceleración de los impactos sociales y medioambientales del cambio climá-tico han puesto en el foco a la ganade-ría como una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto inver-
nadero a nivel global. La producción y consumo 
de carne están por tanto en el centro del debate 
científico, mediático y social en torno a su posible 
contribución a la crisis climática. En un contexto 
de polarización discursiva hay visiones muy con-
trapuestas desde lo urbano y lo rural, o desde 
concepciones antagónicas, como el rewilding o la 
apuesta por la actividad ganadera como fuente 
de conservación de los ecosistemas.
En este clima de polarización discursiva climáti-
ca ante la ganadería, observamos que se obvia 
una diferenciación fundamental entre modelos de 
producción de carne y se pierde la perspectiva 
de conjunto sobre el sistema alimentario. Se sos-
layan también muchos de los impactos sociales 
y medioambientales generados por el modelo in-
dustrializado de producción de alimentos.
Con este Informe, Amigos de la Tierra, en cola-
boración con BC3, pretende abordar este debate 
climático con una mirada que vaya a la raíz de 
las causas de la emergencia climática. Persigue 
aportar soluciones en torno a los modelos de pro-
ducción y consumo de carne, desde la perspectiva 
de la agroecología y en defensa de la soberanía 
alimentaria. 
Pretendemos abordar 
el debate climático, 
aportando una mirada 
hacia las causas de la 
emergencia climática 
y hacia las soluciones 
del modelo necesario 
de producción y 
consumo de carne
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LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
S e llama cambio climático a la variación global del clima de la Tierra. Se debe tanto a causas naturales como a la ac-ción de la actividad humana (origen antropogénico) y tiene como conse-
cuencias la modificación de todos los parámetros 
climáticos, a muy diversas escalas de tiempo.
En la actualidad existe un consenso científico en 
torno a la idea de que nuestro modo de produc-
ción y consumo está generando una alteración 
climática global, que provocará a su vez serios 
impactos tanto sobre la Tierra y sus ecosistemas 
como sobre la vida de las personas que la habitan.
Los gases de efecto invernadero (GEI) son ga-
ses atmosféricos que absorben y emiten radia-
ción térmica, dentro del fenómeno denominado 
efecto invernadero, que ocasiona un incremento 
de la temperatura de la superficie terrestre y de 
la atmósfera. Los principales GEI en la atmósfe-
ra terrestre son el vapor de agua, el dióxido de 
carbono (CO2), el metano (CH4), el óxido nitroso 
(N2O), los gases fluorados y el ozono. 
cAmBio cLimÁtico 
Y GAses de eFecto 
inveRnAdeRo
emisiones Gei 
procedentes de 
combustibles 
fósiles y procesos 
industriales
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LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
Las emisiones 
antropogénicas globales 
de CO2 representaron 
aproximadamente el 
76% de las emisiones 
totales atribuibles a 
la actividad humana, 
mientras que el 16% 
de GEI procede del 
metano, el 6,2% de 
óxido nitroso, y el 2,0% 
de gases fluorados
El IPCC1 (Grupo Intergubernamental de Exper-
tos sobre el Cambio Climático) estima que las 
actividades humanas ya han causado un calen-
tamiento global de aproximadamente 1,0 °C con 
respecto a los niveles preindustriales y calcula que 
si continúa aumentando la emisión de GEI al rit-
mo actual, el calentamiento global llegará a 1,5 °C 
entre 2030 y 2050. Si este escenario se cumple, 
tendrá efectos potencialmente dañinos en los eco-
sistemas, la biodiversidad y para la subsistencia 
de las personas en el planeta. 
En las últimas décadas, las emisiones de CO2 pro-
cedentes de la combustión de combustibles fósiles y 
de los procesos industriales han generado alrededor 
de más de tres cuartos del aumento total de emi-
siones de GEI2. Globalmente, las emisiones antro-
pogénicas de CO2, representaron aproximadamen-
te el 76% de las emisiones antropogénicas totales, 
mientras que, el 16% de GEI procede del metano, el 
6,2% de óxido nitroso, y el 2,0% de gases fluorados. 
Emisiones (en %) 
2018 
por sector
 Industria
 Generación electricidad
 Transporte
 Residencial, Comercial 
 e Institucional
 Agricultura
 Residuos
 Otros
11
4
12
8
27
18
20
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LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
En España3, la contribución de CO2 es aún mayor 
llegando hasta el 81%. Mientras, el metano repre-
senta el 12% y el óxido nitroso el 5%. (Figura 1)
Para la estimación de los GEI a escala nacional, 
cada Estado elabora anualmente un Inventario 
Nacional, que mide las emisiones y absorciones 
de gases de efecto invernadero, y que permite 
evaluar el cumplimiento de los compromisos ad-
quiridos bajo la Convención Marco de las Nacio-
nes Unidas para el Cambio Climático, a través 
del Protocolo de Kyoto y el Acuerdo de París. 
Sin embargo, estos inventarios nacionales fueron 
ideados para reportar series metodológicamente 
consistentes de emisiones anuales estimadas de 
GEI, desde 1990 y por sector, y no para com-
parar diferentes sectores. Por tanto, usarlos para 
orientar políticas de crecimiento de una industria 
a expensas de otra (aumentar monogástricos 
a costa de reducir rumiantes) es problemático, 
como veremos en los siguientes apartados de 
este Informe.
Figura 1: distribución de emisiones GEI brutas por sector y por gas en España para el año 2018. 
Fuente: MITECO. documento resumen inventarios GEI España3
Emisiones (en %) 
2018 
por gas
 C02
 CH4
 N20
 Gases fluorados
12
81
25
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LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
L a ganadería acarrea en los últimos años el estigma sobre su impacto en el cambio climático antropogénico, en particular tras la publicación de dos informes, en 20064 y 20135, por parte 
de la FAO. Las acusaciones climáticas, tanto en 
algunos trabajos científicos6 como en la prensa, 
suelen estar centradas además en la emisión de 
metano por la fermentación de la celulosa que 
consumen los animales y por el cambio de uso del 
suelo. Ambos factores se asocian en estas narrati-
vas principalmente a la ganadería extensiva.
Para realizar una estimación útil para decidir fu-
turas políticas y medidas de mitigación efectivas, 
se deben tener en consideración tanto las emisio-
nes dentro de la granja como también las que se 
generan para fabricar, procesar y transportar sus 
insumos. 
Así, en este cómputo global se estima que la ga-
nadería contribuye alrededor del 14.5% de la to-
tal de generación de gases de efecto invernadero 
(GEI) de origen humano5 a nivel mundial.La mayor parte de las emisiones de la ganade-
ría son en forma de metano (CH4, un 49%). Las 
otras formas importantes de GEI son óxido nitro-
so (N2O, un 24%) y dióxido de carbono (CO2, 
un 27%)3. Las emisiones de la producción, proce-
samiento y el transporte de piensos representa 
aproximadamente el 43% de las emisiones del 
sector. Las emisiones por fermentación entérica 
están a la par también con alrededor del 43%. 
El N2O y el metano de la gestión de deyecciones 
animales (p. ej estiércoles o purines) representa 
alrededor del 9 % de las emisiones GEI del sector.
 
La emisión de metano, que constituye el grueso 
de las emisiones directas de GEIs por parte de la 
ganadería, se asocia mayoritariamente a sistemas 
extensivos y mixtos de rumiantes, pues esos siste-
mas aprovechan recursos forrajeros de calidad 
muy pobre, ya sean pastos o residuos de cultivos7. 
La ganadería más intensiva e industrial suele usar 
animales monogástricos (cerdos y pollos) que son 
más eficientes convirtiendo pienso de alta calidad 
en proteína animal; en la huella correspondiente 
a piensos, por lo tanto, este sector tiene más peso. 
(Figura 2)
LA emisión Gei 
de LA GAnAdeRíA
Las emisiones de 
la ganadería en 
los inventarios 
nacionales GEI en la 
UE representan sólo 
un 67% de los valores 
totales. El resto de las 
emisiones de la cadena 
de producción ganadera 
estarían reflejadas en 
inventarios nacionales 
de países no EU
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LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
A nivel europeo (EU-27), la contribución en forma 
de CO2 al impacto climático de la ganadería se 
estima8 que es un 27% si se excluyen las emisiones 
de C02 por los cambios en usos de la tierra, y 
entre 23% y un 47%, si se incluyen esos impactos 
por cambios en usos de la tierra. No obstante, 
las emisiones de la ganadería presentadas en 
los inventarios nacionales de GEI bajo el sector 
agrícola en el EU-27, dentro de la categoría de 
ganadería, representan aproximadamente sólo un 
49% de los valores totales, y un 67% si incluimos 
parte de las emisiones de la fabricación, proceso 
y transporte de insumos. El resto de las emisiones 
embebidas en la cadena de producción ganadera 
estarían reflejadas en inventarios nacionales per-
tenecientes a países que no forman parte de la 
EU8. (Figura 3) 
En el caso de España, como en la EU27, es impor-
tante recalcar que las emisiones contabilizadas a 
nivel de inventarios nacionales de GEI en el sector 
agrícola, dentro de la categoría de ganadería, tal 
como recomienda el IPCC, sólo incluyen algunas 
de las emisiones directas en granja, principalmente 
por CH4 de fermentación (entérica + gestión de 
estiércoles y purines) y N2O de almacenaje de es-
tiércoles y purines. El N2O proveniente de las de-
yecciones de animales pastoreados, o por la aplica-
ción de estiércoles/purines en suelos, se contabiliza 
a nivel de suelos agrícolas dentro de dicho sector. 
De forma similar ocurre con las emisiones pro-
ducidas por el cultivo de las materias primas de 
los piensos (como el maíz y la soja transgénica) 
y forrajes comprados. Se contabilizan en los sue-
Figura 2: Gráfica Huella de carbono de la ganadería a nivel mundial. 
Fuente: FAO 20135
 Piensos, CH4
 Piensos/forrajes: fertilizantes, N2O
 Piensos/forraje, N2O
 Piensos/forrajes, CO2
 LUC: soja & Palma, CO2 
 LUC: pastos, CO2
 Entérico, CH4 
 Gestión deyecciones, CH4
 Gestión deyecciones, N2O
 Uso energético en granja, CO2
 Uso energético indirecto, CO2
 Aguas abajo-granja, CO2
Huella de C de la ganadería 
(en %) a nivel mundial
co2
n2o
cH4
n2o
co2
43
5 4
14
6
1
13
302
5
4
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LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
los agrícolas del país donde se hayan producido, 
pudiendo en parte haberse producido en España 
o no. Igualmente, las emisiones producidas por el 
uso energético en granja aparecerán en la con-
tabilidad del sector energía y las referentes al 
transporte o uso energético en otros países, que 
aparecerá en inventarios de esos terceros países. 
Del total de la huella de carbono (C) estimado 
por la producción ganadera en España en 20048 
(último año del que tenemos datos desagrega-
dos), sólo un 33% de las emisiones habría estado 
reflejado en la sección de inventarios dentro de la 
categoría de ganadería. Un 8% estaría reflejado a 
nivel de suelos agrícolas en España y el resto, que 
es un 59%, estaría reflejado en parte en inventarios 
de España y en parte, en inventarios de otros paí-
Del total de la huella 
de carbono estimada 
por la producción 
ganadera en España, 
sólo un 33% de las 
emisiones figura en los 
inventarios atribuidas 
a la ganadería
Figura 3: Gráfica Huella de carbono de la ganadería EU-27 2004. 
Fuente: Weiss & Leip 20128
 Usos de la tierra y cambios 
 de usos de la tierra (EU27/otros)
 Energía + transporte + industria (EU27/otros)
 Suelos agrícolas - N2O (EU27/otros)
 Suelos agrícolas - N2O (EU27/ganadería)
 Ganadería-inventarios EU27
Huella de C de la ganadería 
(en %) en EU-27 
 CH4 entérico 
 CH4 deyecciones
 N2O deyecciones
 N2O deyecciones
 (NH3 + NOx) (N2O-i)
22
6 8
41
23
31
5
4
1
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LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
ses, dentro del sector agrícola (categoría de suelos 
agrícolas), energía, transporte, industria y usos de 
la tierra y cambios de uso de la tierra. (Figura 4) 
Resulta significativo destacar que más del 50% 
de la huella de C de la ganadería en España se 
asigna a emisiones de CO2, bien por uso energéti-
co en la propia explotación ganadera, bien por la 
energía necesaria para producir o transportar in-
sumos (piensos, forrajes comprados, fertilizantes) 
y cambios de usos de la tierra. 
Como vemos, con la metodología actual de in-
ventarios nacionales, sólo un 33% de las emisiones 
GEI habrían estado reflejadas en la categoría de 
ganadería, con el consiguiente sesgo que veremos 
más adelante que genera, en cuanto a las atribu-
ciones de los impactos climáticos de los distintos 
modelos ganaderos.
Más del 50% de 
la huella de C de la 
ganadería en España se 
asigna a emisiones de CO2 , 
por consumo energético, 
insumos y cambio de 
usos de la tierra
Figura 4: Gráfica Huella de carbono de la ganadería en España 2004. 
Fuente: Weiss & Leip 20128
 Usos de la tierra y cambios 
 de usos de la tierra (España/otros)
 Energía + transporte + industria 
 (España/otros)
 Suelos agrícolas - N2O (España/otros)
 Suelos agrícolas - N2O (España/ganadería)
 Ganadería-inventarios España
Huella de C de la ganadería 
(en %) en España 
25
6
33
28
 CH4 entérico 
 CH4 deyecciones
 N2O deyecciones
 N2O deyecciones
 (NH3 + NOx) (N2O-i)
24
6
2
1
8
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LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
modeLos 
GAnAdeRos miXtos 
Y LimitAciones deL 
sistemA de medición 
ActuAL de Gei
 la hora de evaluar los diferentes sistemas productivos y su contribu-ción al cambio climático hay que tener en cuenta dos cuestiones: la dificultad de encontrar modelos de 
producción puros y las limitaciones de los sistemas 
de medición actuales de GEI.
Por una parte, en España existen pocos sistemas 
casi totalmente extensivos, como sí se pueden se-
guir encontrando en países del Sur Global. Se 
pueden citar dos ejemplos paradigmáticos. Des-
taca el sistema de cerdo ibérico en extensivo o 
montanera, que se aproxima más a los sistemas 
trashumantes de rumiantes, pero que aun así tiene 
insumos externos. Otro caso sería el del sector le-
chero en la España verde, categorizado como un 
modelo que precisa de más insumos de forraje y 
piensos que el de producción exclusiva de carne, y 
que por tanto tiene una mayor huella de CO2 fó-
sil. Sin embargo, este sector lechero tiene un fuerte 
porcentaje de autoabastecimiento desde prados 
de siega en fincas propias o cercanas (superior al 
50%), con lo que podría considerarse como una 
ganadería con poco pastoreo, pero ligada al terri-
torio, que resulta un mejor desempeño ambiental.Por otro lado, el sistema de medición de GEI de 
los inventarios nacionales presenta varias limita-
ciones que dificultan una estimación real de la 
contribución de la ganadería al cambio climático 
y un análisis pormenorizado, según modelos pro-
ductivos. Generalmente las contabilidades que se 
publican muestran, sin género de duda, medicio-
nes GEI muy negativas para el sector extensivo. 
modelos ganaderos 
mixtos ligados al territorio
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LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
Sin embargo, hay una serie de déficits metodoló-
gicos que no se tienen en cuenta, y que son espe-
cialmente relevantes.
Limitación 1 :I
Medición de emisiones directas 
y totales de la Ganadería
Las emisiones que se recogen en los inventarios 
nacionales de gases de efecto invernadero, por 
convención, recogen las emisiones directas deriva-
das de la actividad productiva en un país. Esta 
aproximación contrasta con otro modelo alterna-
tivo, en el que la contabilidad recaería en las emi-
siones asociadas al consumo determinado en un 
país y no a su producción. 
En el sector agrícola, tal como viene recogido en 
los inventarios actuales y como hemos mencio-
nado anteriormente, la categoría de ganadería 
sólo incluye parte de las emisiones que se dan en 
las explotaciones. Concretamente las emisiones 
de metano entérico y las emisiones de metano y 
óxido nitroso provenientes de la gestión de deyec-
ciones en la granja, antes de ser utilizadas en las 
tierras. La huella de C de los sistemas productivos 
más extensivos está asociada a una mayor pro-
porción de emisiones directas de metano, siendo 
en algunos casos de más del 80% de la huella 
total, en contraste con la media de la ganadería, 
que es de aproximadamente un 49%5. 
Además si se hace uso de los inventarios nacionales 
como única herramienta de seguimiento de emisio-
nes provenientes del sector ganadero, estariamos 
contabilizando únicamente un 33% de las emisio-
nes GEI potencialmente atribuibles a la ganadería.
 Limitación 2 :
Óxido Nitroso sobrestimado
Las emisiones de óxido nitroso del pastoreo son 
mucho menores que lo que se venía contabilizan-
do, según el último refinamiento de las guías para 
inventarios nacionales del IPCC9. Las anteriores 
guías habían recogido la ciencia existente en la 
década de los 90 y principios de los años 2000, 
donde gran parte de los experimentos en los que 
se basaban, se habían desarrollado en sistemas 
intensivos de zonas húmedas (por ejemplo, Países 
Bajos, Reino Unido, Nueva Zelanda). 
Hay que considerar la 
dificultad de encontrar 
modelos de producción 
puros. En España 
existen pocos sistemas 
totalmente extensivos 
como en países del 
Sur Global
Las guías actualizadas reducen en mucho menos 
de la mitad la proporción de nitrógeno que se emi-
te como óxido nitroso durante el pastoreo, a través 
de las excretas animales y justo la mitad para las 
aplicaciones de estiércoles y purines a las tierras. 
Para hacernos una idea de la magnitud del cam-
bio, si corrigiéramos la huella de C mundial de la 
ganadería de vacuno estimado por FAO5, apli-
cando el nuevo factor de emisión del pastoreo sólo 
para el óxido nitroso, reduciríamos aproximada-
mente un 16% de la huella de los sistemas basados 
en tierras de pastoreo y un 7 % si contabilizamos 
todos los sistemas de vacuno. (Figura 5) 
 
Además, estas mismas guías del IPCC9 señalan, 
aunque no desarrollen una metodología concreta, 
que las emisiones de N2O aumentan de forma 
exponencial (y no lineal) con la concentración 
de ganado o las dosis de fertilizante, así que son 
mayores de lo que se ha venido inventariando 
en ganadería industrial, y menores en ganade-
www.tierra.org 19
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
ría extensiva. En ecológico dependerá del tipo de 
explotación, aunque sus estándares de bienestar 
animal (en semi-confinamiento de cerdos, por 
ejemplo) rebajan la concentración de animales y 
se traducen, por tanto, en menor emisión de N2O.
 Limitación 3 : 
Diferencias en ciclo de vida 
entre diferentes GEI (CH4 vs. CO2)
La equivalencia entre emisiones por distintos GEI 
suele hacerse con un escenario a 100 años. Sin 
embargo, el CH4 permanece en la atmósfera sólo 
doce años de media. Así, una reducción o estabi-
lización de tasas de emisión de gas metano en el 
tiempo no resulta en acumulación de CH4 en la 
atmósfera, a diferencia del CO2 que permanece 
del orden de cientos de años10. Además, el CH4 
emitido por la ganadería es parte del ciclo del 
carbono en la biosfera y no representa una fuente 
adicional de C en la atmósfera, a diferencia de las 
fugas de CH4 de la industria petrolera o el CO2 
derivado de la quema de petróleo, que son carbo-
no añadido al sistema y, por tanto, causantes de 
cambio climático a largo plazo. 
Para poder llevar una comparación entre los dis-
tintos GEI existe un marco alternativo (Global 
Warming Potential - GWP*), donde se evalúa una 
trayectoria temporal, la variación de las emisiones 
en el tiempo y se contabiliza cuánto calentamien-
to corresponde a cada uno de los tipos de gases, 
dependiendo de la duración de su vida en la at-
mósfera. (Figura 6)
 
Limitación 4 : 
Medición de emisiones por kg de producto
Conceptualmente, cuando los sistemas ganaderos 
se intensifican, estos son capaces de producir ma-
yores rendimientos por hectárea12. Esta intensifi-
cación va acompañada de un menor vínculo con 
Figura 5: Actualización de índices de N20. 
Fuente: IPCC, 20199 (Basado en ilustración @Grigorenkomedia)
0,5%
0,4%
0,3%
N2O ACTUALIZADO vs IPCC 2006
1% IPCC 2006
2% IPCC 2006
1% IPCC 2006
www.tierra.org20
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
el territorio, lo que supone una mayor compra de 
alimentos para los animales (piensos y forrajes), 
y consecuentemente, la producción de una mayor 
cantidad de purines o estiércoles por unidad de 
superficie. El exceso de purines o estiércoles dará 
lugar a grandes cantidades de contaminantes de 
nitrógeno y fósforo. (Figura 7)
El aumento de la producción de leche y/o carne 
hasta cotas donde es necesario comprar mucho 
pienso para sostenerla incrementa la cantidad to-
tal de nutrientes en el sistema. Estos nutrientes no 
salen en forma de productos lácteos y de carne, 
sino que parte, se acumula en impactos medioam-
bientales asociados a los purines (pérdida de ca-
lidad de aguas y acuíferos, y emisiones de amo-
niaco). (Figura 8) 
La métrica de emisiones por kilogramo de pro-
ducto (leche o carne) no refleja estos impactos 
medioambientales derivados de la intensificación 
de la producción. Cuando se utiliza esta medición 
para comparar sistemas productivos, se beneficia 
a los modelos intensivos o industriales, frente a los 
extensivos, pese a que los impactos medioambien-
tales y las emisiones de GEI totales son mayores.
Cuando se utiliza la 
métrica de emisiones 
por kg de producto 
se beneficia a los 
modelos industriales, 
pese a tener unos 
mayores impactos 
medioambientales y 
de emisiones de GEI 
totales, derivados 
de la intensificación 
de la producción
Los gases estables se acumulan en el 
tiempo porque permanecen en el ambiente
Los gases reactivos se estancan en 
el tiempo, siempre que se destruyan 
a la misma velocidad que se emiten 
Día
01
Día
02
Día
03
Día
04
Día
05
Co
nc
en
tra
ció
n a
tm
os
fé
ric
a
Tiempo
GAS ESTABLE DIÓxIDO DE CARBONO (CO2)
Día
01
Día
02
Día
03
Día
04
Día
05
Co
nc
en
tra
ció
n a
tm
os
fé
ric
a
Tiempo
GAS REACTIVO METANO (CH4)
Figura 6: Comparativa del comportamiento 
del CH4 y CO2 en la atmósfera. 
Fuente: Basado en la conceptualización de 
F. Mitloehner en base al estudio de Allen et al. 201811
www.tierra.org 21
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
 Limitación 5 :
Escenarios de emisiones de metano
Ningún estudio de análisis de ciclo de vida ha 
tenido en cuenta niveles de base respecto a un 
escenario naturalizado. Por lo tanto, resulta muy 
dudoso que las altas emisiones equivalentes de 
ganaderíaextensiva puedan considerarse antro-
pogénicas. Si se abandonan los paisajes pastados, 
sus recursos forrajeros (principalmente hierba) si-
guen existiendo. Tales paisajes, por lo tanto, serán 
colonizados por rumiantes silvestres y otros emiso-
res de metano, como las termitas. También emi-
tirán metano a través de incendios que quemen 
dicha biomasa13. 
Resulta difícil calcular cuánto representan estas 
emisiones, pero se pueden tomar dos datos: uno, 
que las emisiones de metano por herbívoros silves-
tres a final del pleistoceno eran equivalentes a las 
de la ganadería al comienzo de la revolución in-
dustrial15; y dos, que las mismas emisiones podrían 
estar en el mismo orden de las emisiones de me-
tano actuales para sistemas ganaderos extensivos 
y mixtos7. (Figura 9)
La ganadería industrial, por el contrario, sí causa 
un aumento neto de CH4 en el sistema, aunque su 
eficiencia en la producción hace que esa emisión 
sea mucho más baja de lo que en algunas estima-
ciones se le ha atribuido16. En comparación con la 
ganadería extensiva, sus emisiones equivalentes sí 
puedan considerarse en su totalidad atribuibles a 
la actividad humana. 
 Limitación 6 :
Escenarios de extensión 
de ecosistemas pastados
A la ganadería extensiva se la ha venido conside-
rando como un importante agente de deforesta-
ción, y así se ha factorizado en algunos modelos 
de emisión de GEI. Sin embargo, estas conside-
raciones ignoran de manera sistemática la exten-
sión natural de los ecosistemas modelados por los 
herbívoros y el fuego, denominados “sabanas” en 
zonas tropicales, pero que también han tenido su 
equivalente en latitudes templadas y frías durante 
el Cuaternario. 
Figura 7: Intensificación de insumos frente 
al rendimiento. 
Fuente: Oenema et al. 201412
In
su
mo
s
Compra alimento
Exportación purines
Compra fertilizante
Rendimiento 
(productos/ha)
in
te
ns
ifi
ca
ci
ón Sa
lid
as
Emisiones/kg producto
Emisiones
Rendimiento 
(productos/ha)
Figura 8: diferencias en el cálculo de emisiones GEI 
según la métrica de medición.
www.tierra.org22
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
A partir de la extinción de los grandes megaher-
bívoros al final del Pleistoceno, dichos paisajes se 
conservan abiertos principalmente por la mano 
humana, a través del fuego o de la ganadería, 
lo que conserva multitud de especies animales y 
vegetales adaptadas a los espacios abiertos. Estos 
espacios ocupan una superficie mucho más amplia 
de la que podemos imaginar, aproximadamente 
un 50% de la superficie continental17. (Figura 10)
Sin embargo, a partir del siglo xviii y con el co-
mienzo del estudio científico de la vegetación, se 
empieza a introducir un sesgo en favor de los pai-
sajes forestales18 que aún nos predispone contra 
los paisajes pastados. 
Además, los pastizales no sólo son capaces de al-
macenar cantidades similares de carbono en sue-
lo que los bosques, sino que también es una reten-
ción más estable, por estar menos afectada por 
fuegos19. Frente a todo lo reseñado, están apa-
reciendo llamamientos a reforestaciones masivas, 
por ejemplo, desde el Foro Económico Mundial20 
(1 billón de árboles) o el Pacto Verde Europeo21 
(3000 millones), en detrimento de los pastizales. 
Figura 9: Escenarios de emisiones de metano. 
Fuente: Manzano & White. Figura traducida del original en inglés. © Inter Research, 201914 
Es cuestionable que las 
altas emisiones atribuidas 
a la ganadería extensiva 
puedan considerarse 
antropogénicas
Ganadería extensiva Agricultura intensivaPastos abandonados
Emisiones GEIeq
Uso de combustible fósil
Emisiones GEIeq
Uso de combustible fósil
Emisiones GEIeq
Uso de combustible fósil
www.tierra.org 23
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
Pese a estas dificultades a la hora de estable-
cer modelos productivos puros y a las limitacio-
nes metodológicas detectadas en los sistemas de 
estimación de GEI actuales (debido a que los 
inventarios nacionales no tienen como objetivo 
identificar la contribución total de la ganadería 
al cambio climático, ni tampoco son un instrumen-
to para el análisis pormenorizado según modelos 
productivos), podemos llegar a unas conclusiones 
preliminares sobre las diferencias entre diferentes 
modelos de ganadería y su contribución al cam-
bio climático.
Observamos que las emisiones de meta-no, que son la mayor parte de la “tarta” 
climática de la ganadería, son mucho mayo-
res en la ganadería extensiva (sea ecológica o 
no) que en otros modelos productivos, porque 
dependen de una gran proporción de ingesta 
de hierba (que contiene una alta proporción 
de celulosa). Esto es así porque el metano 
principalmente lo originan las bacterias intes-
tinales que fermentan la celulosa y producen 
azúcares y proteínas que son digeribles por 
los herbívoros. Pero estas emisiones no pue-
den ser consideradas antropogénicas en su 
totalidad, pues como hemos visto los pastos 
abandonados emitirían cantidades similares. 
Por el mismo motivo también resulta rele-vante distinguir entre animales rumian-
tes (vacas, ovejas, cabras) o monogástricos 
(cerdos, pollos). Estos últimos, al no rumiar, 
no pueden digerir grandes cantidades de 
celulosa y necesitan una alimentación más 
rica en proteínas, lo que suele implicar más 
proporción de piensos cultivados.
La consideración de producción ecoló-gica o convencional sería un factor no 
significativo de cara al cambio climático, 
pues el grado de extensividad y el origen 
de los piensos es mucho más relevante para 
la huella climática. Sin embargo, el mayor 
bienestar animal que exige la normativa en 
ecológico puede ayudar a reducir la huella 
de N2O, al reducir su concentración en ani-
males en producción confinada.
En resumen, las limitaciones observadas en las metodologías de estimación de 
GEI actuales conducen a una sobreesti-
mación de las emisiones en el sector de la 
ganadería extensiva frente a la industrial, a 
lo que cabría añadir que la ganadería ex-
tensiva se considera agente beneficioso en 
términos climáticos. (Figura 11)
Figura 10: Mapa de zonas del mundo clasificadas según los biomas de Whittaker como ecosistemas 
abiertos, con cantidad variable de plantas herbáceas y leñosas. Reproducido con permiso de Bond 200517
 “Sabanas” en sentido amplio, con una parte muy importante de pastizal mantenido por herbívoros y/o fuego
www.tierra.org24
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
Figura 11: Fuentes de GEI (en %) según sistemas productivos. 
Fuentes: Estudios diversos de Análisis de Ciclo de Vida en España22 - 30
Fuentes de GEI (en %) según sistema productivo
% de cH4 % de co2 % de n2o 
100
80
60
40
20
0
extensivo intensivo extensivo intensivo extensivo intensivo
www.tierra.org 25
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
De cara a conceptualizar la contribu-ción de la ganadería al cambio cli-mático, a diferencia de la forma en que se evalúa en la actualidad, plan-teamos un cambio de paradigma 
que tenga en consideración dos elementos funda-
mentales: estimar la cantidad de carbono fósil que 
se incorpora a la atmósfera por el conjunto de la 
actividad ganadera y evaluar los impactos climá-
ticos de las distintas especies ganaderas y de los 
diferentes modelos productivos.
Estimar el uso de combustible fósil de la explota-
ción ganadera, principal fuente de emisión de GEI 
a nivel global, y separar entre producción indus-
trial y extensiva, es un baremo climático más acer-
tado que basarse únicamente en la estimación de 
los inventarios nacionales actuales. 
También se debe tener en cuenta que los siste-
mas de rumiantes de carne (vaca, oveja, cabra) 
tienen menor intensificación en España que los 
monogástricos (pollo, cerdo), aunque sean explo-
taciones estantes que no lleguen al extremo de 
sostenibilidad de los trashumantes31. Incluso los 
sistemas de rumiantes considerados intensificados, 
pero que hacen un uso eficiente de recursos liga-
dos al territorio (residuos de cultivos, prados de 
siega) ofrecenuna sostenibilidad mucho mayor 
que los sistemas industrializados. La carne de ru-
cAmBio de PARAdiGmA 
en LA concePtuALiZAción 
de LA GAnAdeRíA Y eL 
cAmBio cLimÁtico
miante, en general, tendrá mucho menos impacto 
climático que la de monogástrico, por el mayor 
uso que hace de la hierba y de los recursos pasta-
bles no cultivados (con la excepción del cerdo en 
pastoreo). 
Además se debe tener en consideración a los sis-
temas ganaderos mixtos, que consumen mucha 
hierba de producción ligada al territorio y que 
pueden ser climáticamente sostenibles. La gana-
dería de producción ecológica será también cli-
máticamente beneficiosa si hace uso de recursos 
ligados asimismo al territorio. 
Hay que incorporar también la cuestión funda-
mental del secuestro de carbono en tierras pasto-
readas. La ganadería extensiva no sólo es fuente 
de emisión de GEI, sino que gracias a su actividad 
contribuye a que los pastos y praderas permanen-
tes absorban carbono, cuestión que generalmente 
no se contempla. Se ha visto que las ganaderías 
más extensivas pueden fijar carbono en suelo 
(aunque no de forma ilimitada) y así compensar 
parte de las emisiones GEI22. Estimando de esta 
forma, sí que hay una fijación neta muy importan-
te desde el punto de vista de la lucha climática. 
En los principales estudios publicados en España 
de huella de carbono, que incluyen el potencial de 
secuestro de C en suelo22-24, 26, se observa que el 
www.tierra.org26
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
potencial de compensación de parte de las hue-
llas de C es bastante variable y que en algunos 
casos podría ser muy importante para la ganade-
ría ligada al territorio. Desde el vacuno de leche 
en la España verde, que con sus pastos podría 
llegar a compensar hasta un 20% de la huella, 
hasta el ovino de leche, más en extensivo, con una 
capacidad de compensar C de hasta casi un 90%. 
(Figura 12)
Frente a estos modelos, los sistemas de gana-
dería intensiva o industrial se fundamentan en 
la importación de piensos (maíz, soja), que han 
requerido la conversión de suelos naturales, sean 
pastizales o bosques, en suelos agrícolas con poco 
contenido en carbono. España importa grandes 
cantidades de maíz (6.3 Mt/año en campaña 
2018/2019), con el consiguiente uso energético y 
emisiones de óxido nitroso por fertilización. Las 
emisiones debidas a los usos de la tierra y cam-
bios de usos de la tierra representan más de ¼ 
del total de la huella de C de la ganadería en 
España. Gran parte de esa huella se contabiliza 
a través de la huella asociada a la importación 
de grandes cantidades de haba y harina de soja 
(5.5 Mt/Año en campaña 2015/2016), la cual 
proviene en general de Suramérica, y donde se 
asume que gran parte de estos cultivos se han 
implantado a través de deforestación en zonas 
de bosque tropical.
Figura 12: % estimado de la huella de C que podría ser compensado por secuestro de C para diferentes 
sistemas productivos ligados al territorio en España22-24, 26
%
 de
 h
ue
lla
 de
 C
 co
m
pe
ns
ab
le 
po
r s
ec
ue
st
ro
 po
te
nc
ial
 de
 C
 en
 su
elo
100
80
60
40
20
0
ovino - lechevacuno - leche vacuno - carne ovino - carne caprino - leche
www.tierra.org 27
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
A nte la realidad que ofrece este nue-vo paradigma a la hora de estimar la contribución de distintos modelos de ganadería al cambio climático, cabe preguntarse cuáles deberían 
ser entonces las políticas públicas que guíen la 
producción y consumo de carne en España, de 
cara a alcanzar los objetivos de neutralidad cli-
mática comprometidos para 2050.
Con el fin de plantear propuestas basadas en 
evidencias científicas, vamos a presentar dos es-
cenarios sobre la producción y consumo de carne 
de cerdo en España, que pueden servirnos para 
evidenciar su impacto climático.
MENOS CARNE, 
MEJOR CARNE 
imPActos cLimÁticos 
de LA Reducción en 
LA PRoducción Y 
consumo de cARne 
de ceRdo industRiAL 
en esPAÑA
Nos planteamos los siguientes escenarios para 
medir sus potenciales impactos climáticos: 
 Efecto en el clima en 2040 de una reduc-ción del consumo del 50% de carne de cer-
do industrial.
Efecto en el clima en 2040 de una reducción 
del consumo del 50% de carne de cerdo in-
dustrial y sustitución del 50% de la cantidad 
restante por carne procedente de ganadería 
extensiva, para reducir aún más el consumo 
de carne industrial de cerdo. 
www.tierra.org28
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
Antes de pasar a medir los impactos climáticos de 
ambos escenarios, veamos cuál es la caracteriza-
ción de la producción y de consumo en relación a 
la carne de cerdo en España.
 
En nuestro país, la industria porcina representa el 
37% del total de la producción ganadera y el 14% 
del total de la producción agrícola. En 2018 Es-
paña era el cuarto exportador mundial de carne 
de cerdo y tenía el mayor censo de cerdos de la 
Unión Europea (UE). En 2019 la industria porcina 
sacrificó cerca de 53 millones de cerdos, en un 
país con 47 millones de habitantes. 
La producción de cerdo industrial se caracteri-
za por una producción con engordes rápidos, en 
grandes granjas, donde los animales están esta-
bulados con una alta densidad y donde no hay 
una base territorial, ni alimentación producida en 
granja, lo que genera dos importantes problemá-
ticas: un gran consumo de piensos (soja y maíz im-
portado) y una de gestión de purines con graves 
impactos medioambientales. Por el contrario, la cría de cerdo en extensivo es 
el caso extremo contrario. Se cría cerdo ibérico 
mediante engorde tradicional, en dehesas de al-
cornoques y encinas, siendo su fruto, la bellota, 
el alimento fundamental antes del sacrificio. Aun-
que este sistema también requiere alimentación 
a base de piensos, en proporción y en cantidad, 
éstos son muchos menores que en producciones 
industriales. En la montanera, en oposición al sis-
tema industrial de producción, el cerdo ibérico 
vive en libertad en este espacio y permanece en 
movimiento, lo que está en la base de la calidad 
de sus carnes. De hecho, durante la montanera 
cada cerdo requiere de aproximadamente de una 
hectárea de dehesa.
En España el consumo de carne por habitante al 
año se sitúa alrededor de en 52,3 kg32, 46,2 kg en 
el hogar y 6,1 kg fuera del hogar. En el caso del 
consumo de carne de cerdo equivale a una media 
de 25 kg por persona al año aproximadamente, si 
incluimos el consumo fuera del hogar. 
Como se observa en la comparativa sobre huellas 
de carbono de ambos modelos, el cerdo en exten-
sivo tiene una menor huella de C que el cerdo in-
dustrial, principalmente por sus menores emisiones 
cría de cerdo en 
extensivo o montanera
cría de cerdo 
industrial
www.tierra.org 29
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
asociadas en forma de CO2, tanto proveniente de 
consumo de combustibles fósiles (menor uso ener-
gético a lo largo de la cadena de producción), 
como por menores emisiones asociadas a cambios 
de uso de la tierra (menor dependencia de la im-
portación de soja). 
El cerdo en extensivo presenta una mayor pro-
porción de metano, pero si tenemos en cuenta 
la corta vida media del metano en la atmósfe-
ra, frente a la larga presencia del carbono, ello 
pone aún más en evidencia la ventaja climática 
de la producción de cerdo en extensivo, frente a 
la industrial. Si incluimos además el secuestro po-
tencial de C asociado al sistema de producción 
en extensivo, las diferencias son aún mayores, y 
dicho secuestro compensaría casi el total de la 
huella de C. (Figura 13)
Al analizar ambos escenarios podemos observar 
cómo una estrategia combinada de reducción del 
consumo de carne de cerdo industrial, y sustitu-
ción parcial por otra de ganadería extensiva, tiene 
un mayor potencial de reducción del calentamien-
to neto que únicamente una simple reducción del 
consumo de carne de origen industrial. La gana-
dería extensiva logra fijación neta de carbono en 
el suelo.Este hecho queda algo difuminado en 
el escenario de la estrategia combinada al refle-
jar un calentamiento global neto, pues la mitad 
del consumo de carne de cerdo en ese escenario 
aún sigue asociada a la producción industrial. Si 
la sustitución por cerdo de ganadería extensiva 
fuera del 100%, el efecto mitigador del cambio 
climático de este modelo productivo sería mucho 
mayor, con lo que resulta empíricamente conve-
niente apostar por ello. (Figura 14)
Figura 13: Comparativa de la huella de carbono del cerdo industrial5 respecto a la estimada para el cerdo en 
montanera en España27 (incluye las emisiones aguas abajo de la explotación, GWP normalizados a CH4=34 y N2O=296)
 CO2 
 CH4 
 N2O
 sec-C
industrial extensivo
Hu
ell
a d
e C
 (k
g C
0 2
 - 
e/
kg
 ca
rn
e)
6
4
2
0
-2
-4
12
10
8
23%
23%
54%
28%
49%
23%
industrial
extensivo
10.2
Hu
ell
a d
e C
 (k
g C
0 2
 - 
e/
kg
 ca
rn
e)
6
4
2
0
-2
-4
12
10
8
-6
-8
0.1
co2
n2o
cH4
www.tierra.org30
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
Figura 14: Calentamiento neto generado por el consumo anual de carne de cerdo por persona en 
España, en escenario de reducción a la mitad en consumo de cerdo (cálculos usando metodología33 GWP*)
Calentamiento (consumo de cerdo en España) 
 Reducción (sin cambios en sistema productivo)
 Reducción (pro-extensivo)
Ca
len
ta
m
ien
to
 (p
k)
4,0
3,5
3,0
2,5
2,0
1,5
1,0
0,5
0,0
2020 2040 2060 2080 2100
Reducción de 25 kg 
a 12.5 kg (2020 -2040)
99% - sistemas intensivos
Reducción de 25 kg a 12.5 kg 
y de 99% a 50% sistemas 
intensivos (2020 -2040)
www.tierra.org 31
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
E n este Informe se han puesto de relie-ve los principales impactos de la ga-nadería ante el cambio climático y se ha evidenciado el beneficio de la ga-nadería extensiva y ligada al territorio 
frente a los modelos industrializados. Por ejemplo, 
el porcino en España tiene unos enormes impac-
tos climáticos derivados de la alimentación ani-
mal, la cual requiere de la producción de piensos 
en países del Sur Global, que compite por la tierra 
cultivable con la alimentación humana. Frente a 
este modelo, tanto la ganadería extensiva como 
los sistemas de ganadería ligada al territorio uti-
lizan recursos como la celulosa, que los humanos 
no pueden digerir.
concLusiones Y 
RecomendAciones
Hemos identificado las principales limitaciones 
que presentan los sistemas actuales de estimación 
de emisiones de GEI atribuidas a la ganadería, 
que han beneficiado injustificadamente la imagen 
de la ganadería intensiva frente a la extensiva. 
Además, hemos planteado una alternativa para 
tener en consideración dos elementos fundamen-
tales: medir la cantidad de carbono fósil que se 
incorpora a la atmósfera por el conjunto de la 
actividad ganadera (incluyendo las emisiones re-
sultantes de la producción, fabricación y transpor-
te de insumos) y evaluar los impactos climáticos 
de las distintas especies ganaderas y de los dife-
rentes modelos productivos, desde la ganadería 
extensiva hasta la industrial.
Ganadería extensiva 
y ecológica
www.tierra.org32
LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
Debemos subrayar también la importancia fun-
damental de los pastos y praderas permanentes 
en la retención de carbono en el suelo, los cua-
les tienen una capacidad comparable y más es-
table de almacenamiento del carbono19 que los 
bosques. A ello se suman los posibles efectos en 
el albedo (cantidad de luz del sol reflejada de 
vuelta al espacio), pues el bosque en latitudes 
templadas y boreales atrapa más calor y podría 
estar contribuyendo más al calentamiento global 
que paisajes más abiertos34, 35. Conviene por tanto 
apostar por la ganadería extensiva, evaluar con 
mucha cautela y poner en cuestión proyectos de 
abandono de pastos y su sustitución por bosques, 
ya que esta estrategia no ha demostrado una ma-
yor efectividad mitigadora del cambio climático. 
De cara a plantear políticas alimentarias enca-
minadas hacia la neutralidad climática se deben 
tener en cuenta por tanto los diferentes modelos 
ganaderos y su contribución al calentamiento glo-
bal, así como considerar las limitaciones de los sis-
temas de medición actuales de GEI y la ausencia 
de modelos puros de producción de carne. 
En relación al impacto climático de la carne en 
España, también se ha hecho patente que son 
necesarias estrategias alimentarias que combi-
nen tanto el cambio de modelo productivo, como 
el cambio en los patrones de consumo. La dis-
cusión científica, mediática y social en términos 
climáticos sobre la carne debería abordar ambas 
perspectivas. 
Se deben tener en conside-
ración las limitaciones de las 
metodologías actuales de estima-
ción de GEI de cara a medir los 
impactos climáticos de la ganade-
ría. Se recomienda implementar 
sistemas que contabilicen adecua-
damente las emisiones derivadas 
de la actividad ganadera y sus 
diferentes impactos a nivel climá-
tico: tanto los negativos que aho-
ra no se contabilizan (no incluidos 
en inventarios nacionales), como 
positivos (fijación de carbono en 
tierras de pastos o efecto positivo 
en el albedo) o neutros (el meta-
no biogénico que no se acumula 
en la atmósfera o las emisiones 
naturales de la ganadería).
De cara a la puesta en mar-
cha de políticas públicas que 
incentiven la producción de carne, 
se deben evaluar los impactos 
climáticos de los diferentes siste-
mas productivos de carne, desde 
la ganadería extensiva, pasando 
por los modelos mixtos, hasta los 
industriales. Además se deben 
considerar también el conjunto 
de impactos medioambientales y 
sociales, aunque no influyan en la 
emisión de GEI.
Se deben evaluar climáti-
camente todas las políticas 
públicas que afecten a la produc-
ción y consumo de carne, tales 
como la Política Agraria Común 
(PAC), la firma de tratados de 
libre comercio, como el de la UE-
MERCOSUR, o las propuestas 
de reforestaciones en tierras de 
pastoreo, incluidas en el “Pacto 
Verde Europeo”, teniendo en 
cuenta el conjunto de emisiones 
GEI derivados de los patrones de 
producción y consumo de carne 
que se promuevan.
Las políticas públicas sobre 
la producción y consumo 
de carne se deben integrar en 
una perspectiva global sobre el 
sistema alimentario, que incluya 
otras estrategias alimentarias 
beneficiosas para alcanzar los ob-
jetivos de la neutralidad climática 
para 2050, como pueden ser el 
aumento de la producción agraria 
y ganadera agroecológica, la 
promoción de la ganadería exten-
siva, la reducción de la perdida y 
del desperdicio alimentario o el 
impulso de los canales cortos de 
comercialización.
EN ESTE SENTIdO, emitimos las siGuientes 
recomendaciones A LAS AUTORIdAdES PúBLICAS:
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el Cambio Climático [Equipo principal de redacción, R.K. Pachauri y L.A. Meyer (eds.)]. IPCC, 
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https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2018/02/SYR_AR5_FINAL_full_es.pdf 
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inventario-sei-/resumen-inventario-gei-ed2020_tcm30-486322.pdf 
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LA GANADERÍA Y SU CONTRIBUCIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
tierra.org | tierra@tierra.org | 91 306 9900
Esta publicación se ha realizado gracias al apoyo económico 
de la Comisión Europea. Refleja únicamente las opiniones 
de sus autores, y la Comisión no se responsabiliza acerca de 
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