Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Macroeconomía y políticas económicas en la Argentina : El dinero, el crédito y la determinación de la tasa de interés Mario Damill CEDES Buenos Aires, setiembre de 2004 En este capítulo enfocaremos las interacciones entre los procesos monetarios y la determinación de los equilibrios interno y externo discutidos con anterioridad, pero manteniéndonos todavía en una economía abierta únicamente al comercio. En el capítulo siguiente y ya incorporados algunos elementos básicos referidos a los procesos de creación de dinero y crédito, replantearemos estas mismas cuestiones para el caso de una economía en la que los movimientos de capitales, desde y hacia el exterior, son posibles. Es decir, estudiaremos una economía financieramente abierta, abordando las cuestiones más importantes relativas a los grados de libertad y la eficacia de las políticas macroeconómicas (monetaria, cambiaria, y fiscal, en particular) en tal contexto. Luego, un poco más adelante, nos valdremos de los instrumentos de análisis desarrollados aquí para analizar algunos aspectos de las experiencias de liberalización y apertura financiera en Argentina y América Latina en los años setenta, previas a la crisis de la deuda, y también en la década de los noventa. El dinero en la economía financieramente aislada El dinero ya asomó a la discusión en la sección anterior, en especial cuando hicimos referencia al mercado de cambios. En la economía simplificada que estamos tratando, suponemos que las transacciones de comercio exterior se realizan en moneda extranjera, mientras que las operaciones internas se efectúan en pesos. Bajo un régimen de tipo de cambio fijo, la autoridad cambiaria canjea dólares por pesos y viceversa, a la paridad establecida, con lo cual expande la cantidad de moneda nacional en circulación o bien la reduce, según el caso. Veremos esto con mayor detalle en las próximas secciones. La creación primaria de dinero Supongamos, para comenzar de la manera más simple posible, que la autoridad cambiaria (y monetaria) se concentra en una institución llamada “caja de conversión”, cuya única actividad es precisamente esa: la conversión de monedas. El balance de esa caja luciría resumidamente así: Diagrama 7.1 CAJA DE CONVERSIÓN ACTIVO PASIVO E. R CIRCULANTE Bajo un esquema como éste (semejante al que caracterizara al patrón oro), el dinero que circula en la economía es el pasivo de la caja de conversión, es decir, es una deuda de esa institución. Su contrapartida (o su respaldo) son las reservas de oro (o de divisas; supondremos en adelante que se trata únicamente de divisas para simplificar) que la misma posee (que designamos R), multiplicadas por el tipo de cambio E. Bajo un esquema monetario como éste, la caja de conversión interviene todo el tiempo, comprando el excedente de divisas, o vendiendo si hubiere un exceso de demanda de moneda extranjera. Es decir que lo que sucede con el balance de pagos se refleja de manera inmediata y directa en las condiciones monetarias internas. Si el balance de pagos registra un superávit (∆R>0), la caja de conversión verá incrementarse su activo, es decir, sus tenencias de moneda extranjera y, simultáneamente, se expandirá el circulante. Observe que el resultado del balance de pagos es (medido en pesos) igual a la variación del activo de la caja de conversión. En el caso de que el balance de pagos esté en déficit sucede lo mismo que antes pero con el signo contrario: las reservas declinarán y con ellas caerá el circulante. En otras palabras, las variaciones de la cantidad de dinero en circulación son el resultado de las operaciones de intervención que describiéramos en el apunte anterior. Una autoridad monetaria de este tipo actúa pasivamente. Se limita a realizar las operaciones de cambio que le son solicitadas por el público a la paridad establecida, pero no utiliza otros medios para regular la cantidad de dinero existente en la economía. El circulante evoluciona de manera endógena, reflejando lo que sucede con el balance de pagos y, en consecuencia, con las reservas. Si bien las cosas funcionaban aproximadamente así bajo los regímenes de patrón oro, hoy en día las autoridades monetarias (los bancos centrales) tienen en general a su alcance diversos otros medios a través de los cuales pueden crear o retirar recursos monetarios de la circulación. La correspondiente hoja de balance, algo más compleja aunque de todos modos muy simplificada en la presentación que hacemos aquí, luciría más o menos así: Diagrama 7.2 BANCO CENTRAL ACTIVO PASIVO E.R GOB RED CIRCULANTE Vemos que, a diferencia del balance de la caja de conversión, aquí aparecen otras dos cuentas en el activo. Además de las tenencias divisas (y oro), valuadas en pesos (E.R), el banco central posee normalmente en cartera (es decir, en su activo) títulos-valores emitidos por el Tesoro nacional (cuyo saldo designamos como GOB), y también registra compromisos de deuda de los bancos41 originados en créditos concedidos por la autoridad monetaria a los mismos. El saldo de los créditos otorgados por el banco central a los bancos se denomina RED (por redescuentos, que es el término con el que suelen designarse esos créditos en nuestro país) en la hoja de balance que acabamos de presentar. Así, el banco central puede normalmente modificar la cantidad de dinero en circulación a través de tres tipos básicos de operaciones. Las de intervención cambiaria ya las hemos mencionado. También es posible incrementar el circulante otorgando créditos a los bancos. Una operación de este tipo incrementaría simultáneamente el pasivo del banco central y el saldo de la cuenta RED en el activo, sin afectar, naturalmente, el patrimonio neto42 de la institución monetaria. Por último, el banco central puede operar con bonos públicos. Cuando decimos esto nos referimos a que puede comprar o vender, en los mercados secundarios, títulos emitidos por el Tesoro, que es la institución que maneja la caja fiscal y eventualmente emite deuda para financiar al sector público. Queremos remarcar la distinción entre las cuestiones relativas al manejo financiero fiscal, que pertenece a la órbita del Ministerio de Economía y del Tesoro (que de él depende) y las relativas al manejo de la política monetaria, que describiremos en este capítulo y que es el terreno del banco central. Volviendo a las operaciones de éste último: si, por ejemplo, la autoridad monetaria compra bonos en el llamado mercado secundario, adquiriéndolos a tenedores particulares, inyecta dinero en circulación al tiempo que aumenta el saldo de la cuenta GOB en su activo. Si, por el contrario, quiere por alguna razón reducir el circulante, podría vender bonos públicos que tiene en cartera (adquiridos en períodos anteriores). Estas transacciones de la autoridad monetaria con títulos públicos se suelen denominar operaciones de mercado abierto. Las operaciones de mercado abierto y las que se realizan a través de los redescuentos pueden en general emplearse para regular la cantidad de dinero en circulación, y las denominamos operaciones de política monetaria. El tercer tipo de operación, correspondiente a la intervención cambiaria, estará presente o no de acuerdo con las características del régimen cambiario. Con un régimen de tipo de cambio fijo o a alguna variante del mismo veremos con seguridad intervenciones frecuentes. Por el contrario, en condiciones de flotación pura el banco central se abstendría de comprar o 41 Las instituciones bancarias aparecen por primera vez aquí, pero juegan un papel primordial en los procesos monetarios de la economía, como describiremos enseguida. 42 En la hoja de balance que hemos presentado se ha supuesto que el patrimonio neto del banco central (es decir, la diferencia entre el activo y el pasivo) es nulo (hicimoslo mismo en el caso anterior, con la caja de conversión). Ésta es una simplificación útil y razonable, puesto que dicho patrimonio es muy pequeño en relación con el tamaño normal de las operaciones monetarias, y porque además nos interesa aquí describir el proceso de creación y absorción de dinero, en el que esa cuenta no juega un papel relevante. vender divisas, con lo cual las variaciones de la cantidad de dinero en circulación quedarían en cierto modo “aisladas” de lo que sucede con las transacciones entre residentes y no residentes que refleja el balance de pagos (este tendría un resultado nulo). Las variaciones en el circulante dependerían únicamente, en ese caso, de las operaciones de mercado abierto y de los créditos que la autoridad monetaria pueda conceder a los bancos. Éste es un aspecto muy importante de diferenciación entre distintos regímenes cambiarios, que volveremos a tocar más adelante. Otro punto que cabe enfatizar al examinar la hoja de balance del banco central se refiere al financiamiento monetario al gobierno. Ya hemos destacado la distinción institucional entre la autoridad monetaria (el banco central), y la autoridad fiscal. Se comprende que si el banco central compra títulos públicos a terceros mediante operaciones de mercado abierto, aunque no los está adquiriendo a la Tesorería, la está financiando, indirectamente. Se convierte en el acreedor de esa deuda. En ocasiones, sin embargo, el banco central podría recibir directamente de la Tesorería ciertos papeles de deuda a cambio de circulante. Es decir, podría actuar como comprador primario, en lugar de hacerlo en el mercado secundario. En este caso la hoja de balance del banco central no mostraría, de todos modos, nada distinto que cuando se trata de una operación expansiva "de mercado abierto". Sin embargo, el sentido económico de esa acción será diferente, en la medida que los pesos que se emiten pueden estar cubriendo necesidades fiscales, en vez de engrosar directamente las tenencias de recursos monetarios de particulares. En ocasiones, los bancos centrales pueden también contraer o expandir el circulante vendiendo o comprando letras de corto plazo emitidas por la propia autoridad monetaria, como es el caso de las Lebac (Letras del Banco Central) utilizadas actualmente en la Argentina. Para incorporarlas en nuestro análisis tendríamos que introducir una nueva cuenta (“Lebacs”) en el pasivo de nuestro banco central. Las emisiones de esos instrumentos engrosan el saldo de esa cuenta, pero en detrimento de la base monetaria, sin modificar el pasivo total. Colocar (o amortizar) esos instrumentos financieros es otra forma de hacer política monetaria, es decir, de procurar alcanzar ciertas metas en materia de cantidad de dinero en circulación (o de tasas de interés, según veremos un poco más adelante). Para avanzar hacia una mayor precisión en la caracterización de los aspectos monetarios de la economía, digamos ahora que el dinero que el banco central crea (y que hemos designado hasta aquí con el término genérico de “circulante”), se denomina más propiamente base monetaria, o también, a veces, dinero primario43 o “dinero de alto poder”. De modo que podemos replantear nuestra hoja de balance así: 43 Para distinguirlo del dinero que resulta del proceso de expansión “secundaria” en el que intervienen los bancos y que veremos enseguida. Diagrama 7.3 BANCO CENTRAL ACTIVO PASIVO E. R GOB RED BASE MONETARIA La base monetaria (BM) es un pasivo del banco central y, naturalmente, un activo de otros agentes económicos. ¿Cuáles? Una parte del dinero emitido por la autoridad monetaria se encuentra en poder de los particulares. Se trata de los billetes y monedas en circulación. La poción de esos recursos monetarios que está en manos del sector privado no financiero la llamaremos CM44. El resto de los billetes y monedas en circulación está en poder de los bancos, es su caja. Pero los bancos tienen asimismo depósitos en cuenta corriente en el banco central. Éstos también forman parte de sus disponibilidades e integran la base monetaria. Llamaremos ENC a la suma de estos dos últimos componentes de la base monetaria (es decir, los billetes y monedas en poder de los bancos y los depósitos en cuenta corriente que esas instituciones mantienen en el banco central). La designación ENC proviene de la palabra "encaje" y unos párrafos más abajo explicaremos por qué la hemos adoptado. En resumen, nuestra base monetaria, el pasivo del banco central, será: (1) BM = CM + ENC, y, en consecuencia, la ecuación de balance de nuestro banco central podría escribirse así: E.R + GOB + RED = CM + ENC, donde el lado izquierdo de la igualdad representa el activo y el derecho el pasivo de las autoridades monetarias. Convertibilidad y creación primaria de dinero 44 Por “circulación monetaria”, aunque el concepto no corresponde con exactitud a lo que se denomina así en la práctica. La circulación monetaria incluye los billetes y monedas en poder del público pero también los billetes y monedas en caja de los bancos, que nosotros consideraremos a continuación. El tratamiento que seguimos aquí está un poco simplificado a fin de facilitar la comprensión de los procesos monetarios básicos. Un banco central puede, como sucediera en la Argentina en los años noventa, estar sometido a una regla asimilable a la de una caja de conversión. Sería así: debe comprar o vender divisas ilimitadamente a la paridad establecida, según le sea requerido por el público, y la base monetaria tiene que estar respaldada en divisas. La hoja de balance no lucirá diferente de la que planteáramos para nuestro banco central algo más arriba, sólo que además deberá cumplirse que: BM ≤ R.E. Es decir que el banco central podrá realizar operaciones de mercado abierto o de préstamo a los bancos, pero dentro de la restricción impuesta por esa condición de respaldo del circulante en divisas. Si aumenta, por ejemplo, los redescuentos que otorga a las entidades bancarias, expande la base, pero sin acumular reservas. Si al hacerlo alcanza el límite en el que se cumple que BM = R.E, ya no podrá seguir incrementando el circulante mediante operaciones de ese tipo. Volveremos a referirnos al régimen de caja de conversión en capítulos posteriores, al examinar algunos aspectos de la experiencia de la Argentina en los años noventa. Los bancos y la creación secundaria de dinero y crédito Estamos ya en condiciones de abordar el estudio del papel de los bancos en el proceso monetario. Para hacerlo examinaremos una hoja de balance muy simplificada del sistema bancario consolidado: Diagrama 7.4 BANCOS ACTIVO PASIVO CRED ENC DEP RED La actividad principal de los bancos consiste en captar depósitos del público (DEP), y con esos recursos otorgar préstamos (CRED). Esas son las dos cuentas más importantes de esa hoja. Pero los activos de estas instituciones pueden también financiarse mediante créditos otorgados a ellas por el banco central (la cuenta RED del pasivo bancario). Además, los bancos tienen una parte de su activo en la forma de recursos disponibles (o líquidos), que hemos designado ENC y, como ya sabemos, forman parte de la base monetaria, es decir, son recursos monetarios creados por el banco central. Hemos definido a ENC como las existencias de caja de los bancos más las disponibilidades de esas instituciones mantenidas en la forma de depósitos a la vista (es decir, en cuenta corriente) en el banco central. Como ya indicamos, la denominación de esta cuenta la tomamos del término encaje. Este término hace referencia a los recursos que los bancos están obligados a retener en forma líquida, y que se establecen como proporción de los depósitos captados. Habitualmente, distintos tipos de depósito tienenrequerimientos diferentes de encaje (o de efectivo mínimo). Aquí ignoramos esas variantes, dado que trabajamos con un agregado de todos los depósitos (DEP). Por otro lado, los bancos pueden mantener ENC en el nivel mínimo establecido por la autoridad monetaria (que fija los requerimientos correspondientes), o, si lo prefieren, ubicarse por encima de esos valores. En lo que sigue supondremos en general, por simplicidad, que ENC se mantiene normalmente en el mínimo legal (si una entidad se ubica por debajo del nivel requerido, estará sujeta a punición por parte de la institución reguladora). Conviene, por otro lado, explicitar las más importantes de las diversas simplificaciones que estamos haciendo al plantear las hojas de balance. De manera congruente con el supuesto de que, por el momento, tratamos con una economía financieramente cerrada, ignoramos las operaciones financieras con agentes residentes en el resto del mundo. En economías financieramente abiertas, tanto el banco central cuanto el sistema bancario pueden tener pasivos externos (lo mismo que el gobierno y el sector privado no bancario, pero nos concentramos aquí en las instituciones que tienen el papel central en el proceso de creación monetaria). Así, los bancos, por ejemplo, estarán normalmente en condiciones de financiar parte de sus activos con deuda externa, y eso debería incorporarse en la hoja del balance, como una nueva cuenta del pasivo. Por contrapartida, también podrán conceder créditos al resto del mundo (más en general, podrán poseer activos contra no residentes45), aspecto que también, por el momento, ignoraremos. Otro punto importante es que, como hiciéramos con el banco central, supondremos nulo el patrimonio neto bancario. Esta simplificación apunta a poner el foco en la actividad de intermediación financiera (es decir, en la relación entre depósitos y créditos), que es un tema central de esta sección y la actividad bancaria por excelencia. Asumiremos también que las tenencias de base monetaria por parte del sector público son insignificantes (es decir, consideraremos a CM como un activo del sector privado, 45 Incluyendo tenencias de moneda extranjera en caja. Los dólares en poder de los bancos locales, por ejemplo, son pasivos de la Reserva Federal de los Estados Unidos. exclusivamente) y que el crédito bancario está dirigido, en su totalidad, al sector privado (y no al sector gubernamental). Estos supuestos simplificadores pueden levantarse sin inconvenientes y no afectan en lo sustancial a la argumentación que se desarrolla en este apunte. Además, en lo que sigue supondremos que RED es igual a cero, es decir, ignoraremos a los redescuentos. Para concluir, cabe destacar una simplificación muy importante, en especial si se mira esta cuestión a la luz de la experiencia argentina de los años noventa. Supondremos que los bancos captan depósitos y otorgan créditos denominados en moneda nacional, y no en moneda extranjera. En casi todas las economías del mundo los sistemas bancarios operan fundamentalmente en la moneda local, por lo que no se trata de una simplificación forzada. Sin embargo, en la Argentina de los años noventa una parte muy significativa (y creciente a lo largo de la década) de las transacciones financieras internas se realizó en moneda extranjera. Más concretamente, los depósitos y créditos se denominaban, en una alta proporción, en dólares de los Estados Unidos. En términos del planteo analítico, la incorporación de este elemento requeriría desdoblar cada variable del sistema bancario agregado, distinguiendo una fracción denominada en pesos y otra en dólares. Tendríamos algo así como un sistema superpuesto a otro, distinguiéndose por la moneda de denominación de sus operaciones. A los efectos de la descripción del proceso de creación de dinero, podemos evitar esta duplicación sin daño, y casi seguramente ganando en claridad. En capítulos posteriores retomaremos la cuestión de la dolarización, al examinar el caso concreto de la Argentina en la última década del siglo XX. Volviendo al balance de los bancos, y dejando ahora de lado los redescuentos, tenemos: (2) CRED + ENC = DEP. Los depósitos, al igual que una fracción del circulante, constituyen lo que denominaremos recursos monetarios en poder del público, es decir, integran una definición ampliada del concepto de dinero, a la que designaremos con la letra M. De modo que tenemos: (3) M = CM + DEP. La hoja de balance46 del sector privado no financiero no financiero será: 46 Nos referimos aquí únicamente a los pasivos y activos financieros del sector privado no financiero en su conjunto, ignorando los derechos de propiedad sobre activos físicos. También, por las mismas razones esgrimidas en el caso de los bancos, suponemos por el momento que este sector no tiene activos ni obligaciones financieras con el exterior. Diagrama 7.5 SECTOR PRIVADO NO FINANCIERO ACTIVO PASIVO CM DEP CRED Examinaremos a continuación el proceso de creación secundaria de dinero concentrando la atención en dos relaciones fundamentales, que reflejan el comportamiento del sector privado no financiero (SPNF) y de los bancos, respectivamente. La primera de ellas se refiere a las preferencias del SPNF relativas a la composición de su cartera financiera activa, conformada por billetes y monedas (CM) y depósitos (DEP). Para tratar de esas preferencias de cartera asumiremos que las mismas se reflejan en una relación deseada que llamaremos “cm” y que definimos así: (4) cm = CM/DEP. Caracterizar este comportamiento implica establecer de qué dependerá la relación cm. En un principio, a fin de facilitar el razonamiento, supondremos que ese cociente está dado exógenamente en un nivel que designamos como cm0. En otros términos, razonaremos inicialmente como si el sector privado no financiero tuviese unas preferencias fijas acerca de qué proporción de su cartera quiere tener en la forma de circulante (o de depósitos). La otra relación crucial en el proceso monetario refleja el comportamiento de los bancos, y es la que se establece entre las disponibilidades bancarias (ENC) y los depósitos. La designaremos como “e”: (5) e = ENC/DEP. En este caso supondremos también, para comenzar, que "e" está dada, exógenamente, en el nivel e0, que coincide con el coeficiente de efectivo mínimo que la autoridad monetaria exige mantener a los bancos. El multiplicador bancario: un ejemplo numérico Para comprender el proceso de expansión secundaria de la cantidad de dinero es útil recurrir a una ilustración numérica sencilla. Permítasenos asumir que las relaciones "cm" y "e" adoptan valores determinados (cm = 1; e = 0,1), para construir el ejemplo. Es decir, asumiremos que la cartera deseada por parte del sector privado financiero se compone de depósitos y billetes y monedas en partes iguales (eso es lo que indica que cm sea igual a uno), mientras que los bancos mantienen como encaje un monto equivalente a 10% de los depósitos que captan (como indica que “e” sea igual a 0,1). Describiremos una sucesión de transacciones y asientos contables, en hojas de balance semejantes a las planteadas más arriba, aunque dejando de lado algunas variables de las que hemos hablado pero que no intervienen en el razonamiento que tenemos que hacer para presentar los mecanismos de la expansión secundaria. Participan en el proceso el banco central, los bancos y el sector privado no financiero. En el cuadro que se incluye más adelante, debajo de cada balance y debajo también de la variable que corresponda anotaremos sucesivos asientos, que reflejan el efecto de distintas transacciones. Los números a la izquierda de cada línea indican el “día” (en sentido figurado, simplemente para construir una secuencia temporal) en que se concreta da la transaccióno el asiento contable de que se trate (día 1, 2, etc.). La línea correspondiente a la transacción que “domina” en cada ronda (es decir, en cada "día") aparece destacada en negrita. Esperamos que la ilustración que se presenta abajo le resulte más clara siguiendo la descripción paso a paso que presentamos enseguida. El proceso se inicia el “día 1”, con una transacción que se refleja en la primera línea debajo de la hoja de balance del banco central. Asumamos que en ese momento un exportador vende cien dólares, que recibió por una exportación, a la autoridad monetaria47, recibiendo (a la paridad 1 a 1 que utilizaremos para simplificar) 100 pesos a cambio. Como se ve, el pasivo y el activo del banco central se incrementan simultáneamente en esa cantidad. El sector privado no financiero, por su parte, tendrá ese mismo día un incremento de $100 en sus tenencias de circulante. Se ha creado dinero por $100 a través de una operación de intervención cambiaria. ¿Cómo sigue el proceso? Bien, si la cartera del sector privado no financiero estaba inicialmente en equilibrio48, ahora ese sector tiene una proporción de circulante mayor que la deseada. Por lo tanto, esa cartera habrá de ser recompuesta. En el ejemplo, eso sucede en el día 2. Tal vez el exportador49 que recibió los $100 deposite $50 en su banco. Entonces su tenencia de circulante se reduce y sus depósitos aumentan en la misma cantidad. Con ello, la relación “cm” retorna a su valor 1. Esta última operación la vemos en la segunda línea debajo de la hoja de balance del sector privado no financiero: el circulante en poder de este sector cae en 50 pesos, mientras que suben correspondientemente las tenencias de depósitos. Al mismo tiempo, también el "día 2", los bancos registran un aumento de $50 en su pasivo (DEP). Asumimos que aún no han tenido tiempo de prestar esos fondos, por lo que la 47 Como sabemos, eso indica que el banco central está interviniendo en el mercado de divisas. 48 En este contexto, ese equilibrio inicial simplemente significa que se verificaba que cm = 1. 49 Para simplificar la exposición, razonamos como sí cada agente individual se comportara igual a los restantes de su sector. Es decir, como sí cm = 1 para cada individuo (y e = 0,1 para cada banco). Pero estos cocientes reflejan en realidad el comportamiento promedio de cada sector. contrapartida de esos nuevos depósitos es un asiento positivo similar (es decir, por $50) en la cuenta ENC. Observe ahora la línea correspondiente a ese "segundo día" en la hoja del banco central. Esta institución no ha intervenido en las operaciones producidas este día, y no se modifican ni su activo ni su pasivo total, pero cambia la composición de éste último (es decir, la composición de la base monetaria). Como resultado de las transacciones ocurridas entre el SPNF y los bancos habrá 50 pesos menos de circulante y 50 pesos más de encaje que "el día anterior". Pero ahora son los bancos los que han pasado a estar en desequilibrio. Sobre los nuevos depósitos están obligados a retener como encaje sólo el 10%, es decir $5 (según indica la razón “e”). En consecuencia, pueden prestar los $45 restantes. Eso es lo que suponemos que harán en el “día 3”, en el que los bancos tienen la voz cantante. Vea el asiento en la fila correspondiente debajo de su balance: ENC se reduce en $45, al tiempo que CRED sube en la misma magnitud. Diagrama 7.6 BANCO CENTRAL ACTIVO PASIVO E. R BM = CM + ENC 1) +100 +100 2) - 50 + 50 3) + 45 - 45 4) - 22,5 + 22,5 5) + 20,25 - 20,25 BANCOS ACTIVO PASIVO CRED ENC DEP 2) +50 +50 3) + 45 - 45 4) +22,5 +22,5 5) + 20,25 - 20,25 SECTOR PRIVADO NO FINANCIERO ACTIVO PASIVO CM DEP CRED 1) +100 2) - 50 +50 3) + 45 + 45 4) - 22,5 +22,5 5) + 20,25 + 20,25 ¿Qué impacto tiene esto en el sector privado no financiero? Bien, en ese tercer día alguien ha recibido un crédito por $45, y suponemos que retiró el dinero (que proviene de la caja de los bancos). Luego, CM aumenta en esa cantidad, en la hoja de balance del SPNF. La contrapartida es, como se ve, un aumento semejante del pasivo financiero de ese sector (es decir, de CRED). De nuevo habrá un cambio en la composición de la base monetaria, que puede constatarse en la hoja de balance del banco central. El pasivo de las autoridades monetarias con los bancos (ENC) se reduce en $45, y aumenta concomitantemente el circulante. El nivel de BM no se modifica. En realidad, no cambiará en todo el ejercicio, luego del impulso inicial de cien pesos que ya hemos descrito. Ahora, una historia semejante a la anterior se inicia. De nuevo las carteras del SPNF están en desequilibrio, ante el aumento de la tenencia de circulante (de $45, el tercer día, por si hace falta recordarlo). De modo que podemos anticipar que, en el “día 4”, otra vez una parte de los billetes y monedas en poder del público ingresará a los bancos. Éstos captarán nuevos depósitos (ahora por $22,5) de los cuales luego prestarán una fracción, y así sucesivamente. No es necesario continuar con las rondas siguientes. Como puede verse, los incrementos del crédito y los depósitos que se producen en las sucesivas etapas son decrecientes. El proceso expansivo converge hacia cifras definidas que pueden calcularse de manera relativamente sencilla, aunque no es necesario hacerlo aquí. Lo que queremos destacar ahora es que la intervención de los bancos ha dado lugar a una expansión adicional de la cantidad de dinero en circulación, en la definición amplia que hemos designado como "M". Tomemos en cuenta lo sucedido hasta el momento en que quedó completada la quinta ronda en nuestro ejemplo. El circulante (CM) en poder del sector privado no financiero ha acumulado un incremento de $92,7550. Al mismo tiempo, los depósitos del mismo sector aumentaron en $72,5. Es decir que la cantidad total de dinero (en la definición M = CM + DEP) ha aumentado en $165,25, a partir de los $100 de expansión primaria en la primera operación considerada en nuestro ejemplo, correspondiente al banco central. 50 Es la suma algebraica de los sucesivos asientos en la cuenta CM del balance del sector privado no financiero en el cuadro precedente. Usted puede ver que esos 165,25 pesos equivalen a la variación inicial de la base monetaria ($100) más el incremento posterior del crédito creado por los bancos. Hemos presentado una descripción del proceso de expansión secundaria, a través del cual los bancos crean simultáneamente dinero y crédito. Es fácil percibir que ese proceso de creación de dinero bancario y de crédito será más o menos intenso según qué valores tomen cm y e. Será más intenso cuanto menor sea cm, porque en ese caso una fracción más elevada de CM volverá a los bancos en cada ronda, dando así lugar a una mayor expansión del crédito, también ronda tras ronda. Asimismo, será mayor cuanto menor sea "e", porque en ese caso los bancos prestarán en cada ronda una fracción más elevada de los depósitos que captan. En síntesis, y poniendo el foco en el crédito, diremos que la cantidad de crédito que se crea en la economía, que llamaremos “oferta de crédito” (CREDo), tiene tres determinantes fundamentales: el tamaño de la base monetaria, y las relaciones de comportamiento cm y e: Diagrama 7.7 En principio, podemos decir entonces que el banco central puede afectar la creación de crédito por dos vías principales. La primera es mediante operaciones que modifiquen la base monetaria, como las que se han descrito al comienzo de este apunte. Si el banco central expande la base, ese incremento dará luego lugar a un aumento de la oferta de crédito (y de los depósitos, como acabamos de mostrar en el ejemplo numérico). Las autoridadesmonetarias pueden lograr un efecto semejante operando sobre la razón “e”. Si se reduce el encaje, la oferta de crédito normalmente aumentará. Puesto que la cantidad total de dinero M crecerá más que la base monetaria, según ilustra el ejercicio precedente, puede deducirse un “multiplicador” de la base monetaria, que nos dice que relación existe entre la misma y la cantidad total de dinero (o eventualmente, un multiplicador bancario que nos indica qué relación habrá entre la base monetaria y el total del crédito). El tamaño de ese multiplicador depende de los valores que asuman cm y e). El mercado de crédito Ahora, ya caracterizada la oferta de crédito, pasamos a considerar la demanda. La llamaremos CREDd. Supondremos, para comenzar, que la demanda de crédito, definida en términos nominales (es decir, la demanda de crédito medida en pesos corrientes) depende cm e CREDo BM positivamente del nivel general de precios (P) y del ingreso real (Y). Esto es así porque es razonable pensar que cuando aumenta el valor de las transacciones realizadas en la economía, las necesidades de financiamiento se incrementan. Las variables P y Y reflejan el comportamiento del volumen de transacciones, medidas a precios corrientes. Para caracterizar el mercado de crédito asumamos, por el momento, que P e Y están dados (en los niveles P = P0, Y = Yint, por ejemplo). En el mercado de crédito confluyen la oferta y la demanda de esa mercancía, y allí entonces se determina el precio del crédito, que es una nueva variable en nuestra argumentación: la tasa de interés i51. Diagrama 7.8 La ilustración nos indica que, por ejemplo, un aumento de la base monetaria, al incrementar la oferta de crédito, tenderá a reducir la tasa de interés, mientras que una suba de Y, al hacer que crezca CREDd, tendrá el efecto contrario, es decir, elevará i, ceteris paribus. Pero es necesario desarrollar un poco más esta argumentación para comprender más acabadamente cómo funciona el mercado de crédito. Consideremos primero la demanda, CREDd. Está claro que una mayor demanda de crédito dará lugar, ceteris paribus, a una suba de i. Pero la relación es de ida y vuelta, puesto que la tasa de interés es el costo del crédito, y entonces una tasa más alta desalentará a los demandantes de fondos. (Por las dudas, vale notar que lo mismo sucede en cualquier mercado: una mayor demanda de tomates tenderá a incrementar el precio, pero cuando el precio del tomate sube, la cantidad demandada se contrae). Veamos ahora con mayor minuciosidad qué sucede con la relación entre la oferta de crédito y la tasa de interés. 51 La letra “i” designa a la tasa de interés nominal. La tasa real aparecerá en escena más adelante, cuando examinemos el problema de la inflación. cm e CREDo BM i P CREDd Y Hemos supuesto hasta aquí que los cocientes cm y e están dados exógenamente. Un paso razonable hacia una formulación algo más compleja y posiblemente más realista consistiría en asumir que ambas relaciones dependen de la tasa de interés. En el caso de la relación cm, una tasa de interés52 más alta podría llevar al público a incrementar la proporción de depósitos bancarios en su cartera, para beneficiarse con esa suba. De modo que parece razonable asumir que cm se vincula negativamente con i. ¿Podemos imaginar que “e” depende también de la tasa de interés? Bien, los bancos no están en verdad forzados a operar con las tenencias de efectivo mínimas establecidas por las autoridades monetarias. En ocasiones mantendrán reservas de liquidez por encima de ese piso, por precaución o para reducir el riesgo de su cartera activa. Pero esos saldos líquidos excedentes tienen un costo de oportunidad, que es justamente lo que el banco deja de ganar por no prestar esos fondos. Ese costo está reflejado por la tasa de interés (además, el banco paga un interés por obtener esos fondos del público, y lo que abona por esos saldos que no utiliza no está siendo recuperado). En consecuencia, una mayor tasa tenderá a reducir las tenencias de caja en estas instituciones. Ahora, asumiendo que cm y e dependen de i, la oferta de crédito será también una función de la tasa de interés. ¿Cómo será esta relación? Veámoslo paso a paso. Si i sube, cae cm. Eso hará más intenso el proceso de expansión secundaria. Por ende, el crédito ofrecido aumentará cuando la tasa de interés suba. ¿Y qué sucede con “e”? Este dependerá seguramente del coeficiente de efectivo mínimo establecido por las autoridades monetarias (que llamaremos “emin”). Pero además, una tasa de interés más alta llevará a los bancos a reducir su caja (es decir, a aumentar sus préstamos), siempre que no se encuentren sobre ese valor mínimo (emin) exigido por las regulaciones. De modo que también en este caso i estará positivamente vinculada con la oferta de crédito. Correspondería afirmar que la oferta de crédito dependerá entonces de la tasa de interés (porque cm y e dependen de ella), y dependerá también del coeficiente de efectivo mínimo y de la base monetaria. La relación entre el crédito ofrecido y la tasa de interés no presenta ambigüedad: a mayor tasa, mayor oferta de crédito. 52 Si “i” es el costo del crédito (o tasa “activa”, porque es la que pagan las operaciones de crédito que corresponden al activo de los bancos), los depósitos pagarán en realidad un rendimiento algo menor (o tasa “pasiva”). La diferencia (denominada spread) es la fuente principal del valor agregado generado por los bancos, a partir del cual cubren costos operativos y obtienen utilidades. Ignoramos aquí la diferencia entre ambas tasas. Podríamos alternativamente suponer, por ejemplo, casi sin alterar nuestro tratamiento, que el spread es una magnitud exógena, de manera que las tasas activa y pasiva se mueven juntas. Eso nos dejaría con una única tasa de interés determinada endógenamente. Por otro lado, no todos los depósitos pagan intereses, y no todos pagarán la misma tasa, lo que también dejamos de lado aquí. Para representar gráficamente el mercado de crédito con estos “ajustes”, puede ser útil hacerlo recurriendo a las habituales curvas de oferta y demanda de mercado, en un diagrama de coordenadas cartesianas: Diagrama 7.9 El mercado de crédito La curva CREDo muestra la relación entre la oferta de crédito y la tasa de interés. Como acabamos de indicar, la misma es positiva, porque cm y e dependen de la tasa de interés del modo que ya indicamos. Pero la posición de esa curva dependerá a su vez del valor de la base monetaria (BM), y del coeficiente de efectivo mínimo (emin). Así, por ejemplo, una suba de la base monetaria, o una reducción de emin, aumentarán la oferta de crédito (por los canales que ya hemos explorado más arriba), de modo que para cualquier tasa de interés habrá más oferta de fondos luego de esos cambios que antes. En el gráfico que sigue ilustramos el efecto de una suba de la base monetaria, desde BM hasta BM’: Diagrama 7.10 i CREDo (BM, emin) i* CREDd (P,Yint) CRED i CREDo (BM, emin) CREDo (BM', emin) a i* i** CREDd (P,Yint) CRED Si el mercado de crédito estaba inicialmente en equilibrio a la tasa de interés i*, la expansión de BM crea un exceso de oferta de fondos ejemplificado en el gráfico por la distancia “a”. Eso producirá una declinación del precio del crédito, es decir, del tipo de interés, hacia i**. A medida que la tasa de interés declina, la demanda de crédito se incrementa (es un movimiento sobre la curva CREDd, desde el punto de equilibrio anterior hacia el nuevo. Al mismo tiempo, la oferta de crédito se contrae, lo que podemos pensar como un movimiento hacia “el sudoeste”, sobre la nueva curva CREDo. En este razonamiento estamos asumiendo que la curva de demanda no se mueve. La posición de la misma depende, como el gráfico indica, de los niveles de P y de Y. Si Y aumentara,por ejemplo, la curva CREDd se desplazaría hacia la derecha. En síntesis, estamos argumentando que la tasa de interés de equilibrio puede ser afectada por medidas de política monetaria. Si el banco central aumenta la base monetaria o baja el coeficiente de efectivo mínimo, el interés de equilibrio debería descender, ceteris paribus. Lo contrario se obtendría con medidas de política monetaria de carácter contractivo. La tasa de interés y el gasto agregado Planteados hasta aquí los elementos esenciales relativos a la determinación de la tasa de interés, tenemos ahora que conectar nuestro análisis de los procesos monetarios con el equilibrio de ingreso-gasto de los apuntes precedentes. Para eso es necesario introducir la tasa de interés en el esquema de determinación de Yint. Es lo que hacemos a continuación. Por varios canales puede conectarse el análisis monetario con el relativo a la determinación del equilibrio de ingreso-gasto. La vía que ocupa el lugar central en las argumentaciones macroeconómicas más corrientes se da a través de la tasa de interés. Parece razonable suponer que algunos componentes del gasto planeado, en especial el consumo y la inversión, dependerán de esa variable. Si una empresa planea realizar un proyecto de inversión financiándolo con fondos propios, por ejemplo, el costo de oportunidad de esos recursos aumentará al subir el rendimiento de los mismos en una colocación financiera. Con esto, algunas decisiones de inversión (física) serán desalentadas por una tasa de interés más alta. Por otro lado, si la firma pensaba financiar sus proyectos de inversión con recursos de terceros (con crédito), también una tasa más alta desalentará la ejecución de algunos de ellos, al hacerlos más costosos. Asumiremos, en consecuencia, que la inversión se vincula negativamente con la tasa de interés. Dejando por unos instantes de lado el mercado de crédito, concentrémonos en el equilibrio de ingreso-gasto: el mismo dependerá ahora de la tasa de interés. Concetraremos el argumento en la relación negativa entre inversión e interés: Diagrama 7.11 La política monetaria Si el nivel de equilibrio del producto depende de la tasa de interés, se concluye que podría en principio ser afectado por las decisiones del banco central. ¿Cómo opera la política monetaria? Para examinarlo conviene tomar en cuenta los últimos dos diagramas, puesto que habrá varias interacciones entre los dos conjuntos de variables, las del mercado de crédito y las consideradas en el esquema de determinación de Y en función de la demanda agregada. Consideremos inicialmente una medida de política monetaria expansiva. El banco central aumenta los redescuentos53 a los bancos, por ejemplo. Mediante esa operación expande la base monetaria. Eso induce una expansión de la oferta de crédito. A la tasa de interés vigente, aparece, en consecuencia, un exceso de oferta de crédito y la tasa de interés de equilibrio bajará. Alcanzado este punto en el razonamiento, es decir, habiendo concluido que la política monetaria expansiva tenderá a reducir la tasa de interés, tenemos que desplazar la mirada 53 Dada nuestra descripción de las operaciones normales de un banco central, podríamos haber pensado también en una operación de mercado abierto. Las autoridades monetarias podrían actuar, por ejemplo, en el mercado secundario de bonos públicos, comprando bonos, con lo que expandirían también la base. Eso es correcto, pero en verdad no es completamente lícito plantearlo en el modelo que estamos desarrollando aquí, porque para hacerlo deberíamos, en rigor, desplegar otro mercado en dicho modelo: el mercado de bonos, en el que posiblemente se determinaría otro precio, es decir, otra tasa de interés. Si optamos por no hacer esto último, debemos suponer que los bonos están agregados al crédito, el único activo no monetario que tenemos en danza. Es decir, están ocultos, integrando ese agregado. A los efectos de esta sección es práctico simplemente dejar en suspenso a los bonos, y pensar que las medidas de política monetaria, expansivas o contractivas, operan esencialmente por la vía de los redescuentos. i I* G* X* DA Y Ca E Cy YD T Q* hacia la determinación de Y. Este cambio en el costo del crédito alentará la inversión, y la demanda agregada DA aumentará. ¿Cuánto? Depende de la magnitud de la caída de "i" y de cuán grande sea la respuesta del gasto de inversión a variaciones en la tasa de interés. Cabe aquí una referencia inicial a la eficacia de la política monetaria. Vemos, en una primera aproximación, que la misma dependerá de algunos parámetros de comportamiento. Es inmediato reconocer que la “elasticidad-interés” de la inversión (o, más en general, del gasto planeado) es uno de ellos. Si esta elasticidad fuese nula, la tasa de interés no gravitaría en la determinación de la inversión y tampoco, en consecuencia, en el ingreso de equilibrio. Éste se establecería tal como lo vimos en la versión más simple del modelo keynesiano. Por cierto, dada la forma en que estamos planteando nuestra argumentación aquí, la eficacia de la política monetaria dependerá también de cuánto se expanda la oferta de crédito luego del impulso monetario. Sobre esto último gravita el comportamiento de cm y de e, como hemos visto más arriba. El otro dato relevante corresponde a la sensibilidad de la demanda de crédito a la tasa de interés. Cuanto menor sea ésta, es decir, cuanto menos sensible sea a cambios en el interés, mayor será la variación de la tasa de interés que seguirá a determinada variación de la oferta de crédito. En realidad esta historia no ha concluido aún. Pese al riesgo de complicar un poco las cosas, debemos decir que al subir Y como consecuencia de la caída de la tasa de interés, aumenta la demanda de crédito (recuerde que CREDd es una función de Y, entre otras variables). Esto a su vez hace que "i" no decline tanto como lo haría con un ingreso agregado constante. Pero es claro que la tasa de interés declinará de todos modos (porque si no fuese así, la inversión no aumentaría, como tampoco Y ni la demanda de crédito). Una política monetaria contractiva tendá, normalmente, efectos del mismo tipo pero de signo contrario. La tasa de interés tenderá a subir, y el ingreso de equilibrio se reducirá. La política fiscal Con la introducción del dinero y del mercado de crédito, nuestro análisis de la política fiscal se modificará también un tanto. Consideremos, por ejemplo, una política fiscal expansiva. Un aumento del gasto público G o una reducción del componente autónomo de T generarán un aumento del producto o del ingreso de equilibrio, como anteriormente. Pero ahora, el aumento del ingreso que seguirá tendrá una repercusión que antes, en una versión más simple de esta argumentación, no podíamos considerar: se incrementa la demanda de crédito, y por lo tanto la tasa de interés de equilibrio sube. La suba de i, por su parte, afectará negativamente a la inversión privada. El ingreso de equilibrio se incrementará, en definitiva, pero menos de lo que lo haría sin la presencia de este factor amortiguador, que se conoce como "efecto desplazamiento".54 Por otra parte, una política fiscal contractiva llevará a un menor nivel de equilibrio de Y, pero también amortiguado, ceteris paribus, por un aumento de la inversión privada motivado por la declinación de la tasa de interés. La magnitud del efecto desplazamiento dependerá no sólo del tamaño del impulso fiscal inicial, sino también de los mismos factores que gravitan en la eficacia de la política monetaria, que mencionáramos más arriba. Dinero, crédito y el resultado del balance de pagos Ya es tiempo de reintroducir las relaciones con el resto del mundo y el balance de pagos, que dejamos en suspenso, hasta aquí, en este apunte. El punto que atraerá nuestra atención ahora es el referido a la relación entreel balance de pagos y el mercado de crédito. Enfatizamos esa interrelación porque estamos suponiendo, por el momento, que estamos en presencia de un régimen de tipo de cambio fijo. En estas condiciones, la autoridad cambiaria estará interviniendo en el mercado de divisas. Eso tiene gravitación sobre la cantidad de dinero y crédito, es decir, incide en los procesos monetarios y financieros. Como hemos indicado más arriba y retomaremos más adelante, esta conexión entre el sector externo y las cantidades de activos y pasivos monetarios será bien diferente con un régimen de tipo de cambio flotante, en especial si se trata de flotación pura, es decir, sin ninguna intervención. Retornemos ahora al caso en el que el comercio que nuestra economía mantiene con el resto del mundo arroja un déficit y, como consecuencia, las reservas de divisas en poder del banco central están declinando. Como explicáramos en el capítulo precedente, éste es el resultado de la intervención cambiaria, en una situación en la que, como caracterizáramos, se verifica que Yex es menor que Yint. La declinación del acervo de reservas se manifiesta también en una reducción de la base monetaria, como ya vimos al discutir el papel del banco central en la creación de dinero. Es decir, la intervención cambiaria tiene, en la economía de nuestro ejemplo, un efecto monetario contractivo. 54 Porque la expansión del gasto público (o del consumo privado, si la medida fiscal se basa en una modificación de las tasas impositivas) produce un "desplazamiento" de parte del gasto privado en inversión. Se utiliza a veces la expresión en inglés crowding out para designar al mismo fenómeno. Esterilización Pese a ello, el banco central podría preferir mantener estable a la base monetaria, por ejemplo para evitar que se altere la tasa de interés. Para ello sería necesario que la autoridad monetaria compensara la reducción del circulante que resulta del déficit de balance de pagos a través de operaciones monetarias expansivas de otro tipo. Hay más de una posibilidad. Puede, por ejemplo, expandir el crédito a los bancos (los redescuentos). O, si lo prefiere, reducir el coeficiente de efectivo mínimo. Naturalmente, por este último camino no se evitaría la contracción de la base pero, al menos durante cierto tiempo, sería posible contener la consecuente reducción de la oferta de crédito. A través de cualquiera de esas acciones el banco central podría apuntar a mantener la tasa de interés de equilibrio aproximadamente en el nivel en el que eventualmente se encuentre. Todas estas medidas destinadas a compensar el efecto monetario resultante de las operaciones cambiarias se denominan acciones de esterilización55 monetaria. Ahora bien, si el banco central de nuestra economía hipotética, que presenta un déficit en el balance de pagos, esteriliza el impacto monetario de ese déficit, estaremos nuevamente ante el cuadro insostenible, que no es otro que el que examináramos en los apuntes precedentes, al analizar el conflicto entre el balance de pagos y el ingreso de equilibrio interno. La insostenibilidad deviene, aquí también, del carácter limitado del stock de reservas. ¿Qué sucederá si, en cambio, la intervención cambiaria no es esterilizada? En este caso, la base monetaria va a contraerse acompañando la caída de las reservas. Esto dará lugar, posteriormente, a la contracción de la oferta de crédito, con la consiguiente aparición de un exceso de demanda en ese mercado. La consecuencia inmediata será una suba de la tasa de interés. En nuestro gráfico del mercado de crédito, al caer la base monetaria, la curva CREDo se moverá hacia la izquierda. Posteriormente, la suba de i repercutirá en el gasto total planeado. Este bajará y con él se contraerá Y. El efecto es igual al que tendría una medida de política monetaria contractiva, aunque aquí se trata de un proceso endógeno y no de una medida de política. (Como ya sabemos, el cambio en Y tiene repercusiones posteriores, en una "segunda vuelta". Observe 55 Hablamos aquí de la esterilización de una contracción monetaria originada en un déficit del balance de pagos. Si tuviéramos, en cambio, un balance de pagos superavitario, la acumulación de reservas estaría acompañada por expansión del dinero y el crédito. En este caso, la esterilización podría consistir en operaciones de venta de bonos preexistentes en la cartera del banco central (que retirarían dinero de la circulación), o en subas del encaje, por ejemplo. En ocasiones, los bancos centrales también emiten sus propios papeles de deuda, con fines de regulación monetaria, los que suelen ser de corto plazo y no constituyen, naturalmente, deuda del Tesoro, como hemos visto más arriba al mencionar las “Lebac” que emite el Banco Central de la Argentina. Las medidas de esterilización monetaria apuntan a mantener la cantidad de dinero o de crédito, o bien la tasa de interés, según cuál sea la variable que la autoridad monetaria esté procurando estabilizar o esté monitoreando como indicador principal del estado de los mercados financieros internos. que, puesto que el nivel de actividad se reduce, lo mismo sucederá con la demanda de crédito, de manera que la suba de la tasa de interés se ve atenuada). ¿Hasta cuándo (o mejor, hasta dónde) seguirá la contracción? La respuesta es clara: la presión alcista sobre la tasa de interés persistirá en tanto haya déficit de balance de pagos y caída de reservas. Por ende, el proceso sólo se detendrá cuando el ingreso de equilibrio interno haya declinado tanto como para coincidir con Yex. Acabamos de describir, en consecuencia, un mecanismo de ajuste automático de las cuentas externas de la economía, cuyo "motor" es de naturaleza monetaria. Ésta es nuestra primera versión de lo que se conoce como el enfoque monetario del balance de pagos. Este enfoque indica que, en una economía con tipo de cambio fijo, basta con que el banco central no esterilice el efecto monetario del balance de pagos para que éste encuentre de manera automática su equilibrio. Es claro, sin embargo, que al igual que la política fiscal contractiva que explicáramos en capítulos anteriores, este mecanismo de ajuste es, en el caso que estamos discutiendo, de carácter recesivo.56 56 Recordemos que que estamos enfocando una situación de déficit de las cuentas externas. Si, en cambio, éstas estuvieran en superávit, las reservas aumentarían, y con ella lo harían el dinero el crédito, caerían las tasas de interés y la economía se expandiría (siempre suponemos, por ahora, que no se está operando sobre la frontera de recursos) hasta que el aumento de las importaciones lleve al balance de pagos al equilibrio.
Compartir