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Forvm Classicorvm vol ii - Madrid, 2021 · 813-822 813
Sistematización animal según Aristóteles: fuentes 
orientales1*
Animal systematization according to Aristotle: oriental 
sources
Silvia Nicolás Alonso
Instituto Bíblico y Oriental de León
silnic314@gmail.com
Resumen. La necesidad de una clasificación de los seres vivos surge como consecuencia 
del deseo de una comprensión más profunda de nuestro entorno biótico. Los fundamen-
tos y criterios de clasificación han variado a lo largo del tiempo, por lo que este proceso, 
aún inacabado, está sometido a constantes ampliaciones y reordenaciones amparadas por 
los avances del conocimiento humano, lo cual permite establecer grupos de clasificación 
cada vez más estables.
 Aristóteles (384-322 a.C.), pionero naturalista empírico, desarrolló las bases sobre las que 
se sustenta la clasificación moderna que culminó con la publicación del Systema Naturae 
(Linneo, 1735). Para ello se sirvió de una metodología lógico-deductiva, apoyada en pro-
cedimientos experimentales tales como el examen interno de varias especies mediante 
disección. Realizó la mayor parte de sus tratados biológicos en Asia Menor, durante la 
última fase de su vida, una época de grandes cambios políticos y abundantes intercambios 
culturales. En su clasificación de las criaturas, no solo refleja la influencia del pensamiento 
presocrático, también se inspira en un nuevo modelo de ideología oriental.
 En este estudio se presenta una revisión de sus tratados biológicos. Asimismo, empleando 
una metodología comparativa, se analiza el sistema mesopotámico de clasificación faunís-
tica, que responde al esquema oriental que pudo haberle inspirado.
Palabras clave. Aristóteles; Mesopotamia; sistematización animal.
*1 Quisiera agradecer el apoyo del Instituto Bíblico y Oriental de León (IBO) que ha permitido el 
acceso a las listas léxicas de fauna sumeria recogidas en su especializado fondo bibliográfico, en 
especial a su director Jesús García Recio, por haber promovido esta línea de investigación. Asi-
mismo, agradezco al profesor Alfonso Vives Cuesta su revisión del texto final. Todos los errores e 
imprecisiones que pudiera contener son exclusiva responsabilidad de la autora.
mailto:silnic314%40gmail.com?subject=
814 Silvia Nicolás Alonso
Forvm Classicorvm vol. ii - Madrid, 2021 · 813-822
Abstract. The need for a classification of living beings arises as a result of the desire for 
a deeper understanding of our biotic environment. The basis and classification criteria 
have varied over time, so this still unfinished process is subjected to constant expan-
sions and rearrangements supported by advances in human knowledge, which allows 
the establishing of more and more stable classification groups.
 Aristotle (384-322 B.C.), an empiricist pioneer, developed the bases on which modern 
classification supports and this culminated in the publication of the Systema Naturae (Lin-
naeus, 1735). For this, a logical and deductive methodology was used, this was supported 
by experimental procedures such as internal examination through dissection in different 
species. He wrote most of his biological treatises in Asia Minor, during the last phase of 
his life, a time of great political changes and abundant cultural exchanges. In its classifica-
tion of creatures, he doesn’t only reflects the influence of pre-Socratic thought, he is also 
inspired by a new model of oriental ideology.
 This study presents a review of their biological treatises. Moreover, by using a comparative 
methodology, the Mesopotamian system of faunal classification which responds to the 
oriental scheme that may had inspired him, is analysed.
Keywords. Aristotle; Mesopotamia; zoological taxonomy.
1. Sistematización contra el caos
La búsqueda de un orden frente al caos del universo es inherente al pensamiento 
filosófico temprano de la humanidad. El hombre busca la armonía del todo, aquello 
que le permita tener cierto poder predictivo y control sobre su devenir. Mediante 
los relatos mitológico-religiosos busca una explicación a los fenómenos naturales, 
surgiendo la clasificación de los seres vivos como la consecuencia del deseo de una 
comprensión más profunda del entorno biótico.
Los fundamentos y criterios de clasificación han variado a lo largo del tiempo, 
por lo que este proceso, aún inacabado, está sometido a constantes ampliaciones y 
reordenaciones amparadas por los avances del conocimiento humano, lo que per-
mite establecer grupos de clasificación cada vez más estables. En este contexto se 
han de diferenciar dos conceptos:
a. La Sistemática entendida aquí como el método con que se clasifica algo ajustándose 
a una serie de normas y procedimientos1. Ha estado tradicionalmente muy influen-
1 No hay que confundir este concepto con el de sistemática biológica, ciencia que se dedica al estu-
dio de la diversidad de los seres vivos. Engloba otras disciplinas como taxonomía, ecología, paleon-
tología, etc.
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ciada por la religión, en especial por la cosmogonía. En lo que se refiere al orde-
namiento del mundo, existen muchos mitos de creación similares en diferentes 
culturas como los relacionados con la representación del huevo como símbolo 
universal de Creación, el huevo cósmico presente en el orfismo griego2 y en 
Egipto3, y las leyes que rigen el universo: los me sumerios4 o la Ma’at5 egipcia.
b. La Taxonomía se define como un sistema de clasificación de los seres vivos en el que 
se tienen en cuenta criterios filogenéticos. Es una disciplina empírica y descriptiva 
que no solo emplea criterios morfológicos, sino también genéticos para deter-
minar las relaciones evolutivas entre las diferentes especies procedentes de un 
ancestro común.
Hablar de sistemática animal en la Antigua Grecia es hablar de Aristóteles, con-
siderado además de filósofo, uno de los mayores genios científicos de la humani-
dad. Su obra es amplísima y abarca diversos campos del conocimiento, por lo que 
únicamente nos centraremos en aspectos básicos de su filosofía para comprender 
su modelo de sistematización animal. Contrariamente a lo que se suele afirmar, el 
interés por la clasificación animal es muy anterior a la corriente aristotélica. El pri-
mer sistema conocido data del iv milenio a.C. y se desarrolló en Sumeria.
2. Sistematización zoológica sumeria
Los humedales constituyeron una fuente inestimable de recursos para los habi-
tantes de los primeros asentamientos en la región del Creciente Fértil. Se trata 
de ecosistemas complejos y ricos en biodiversidad, conjunción de los ambien-
tes terrestre y acuático. Fue en la Baja Mesopotamia, y más concretamente en 
Sumeria, donde se creó el primer sistema de escritura conocido aprovechando, 
precisamente, los recursos del humedal: cañas (Phragmites australis) para la 
elaboración de cálamos y arcilla para la elaboración de tablillas. Las primeras 
representaciones de esta nueva forma de trasmisión cultural fueron objetos 
sometidos a comercio de intercambio o trueque y, dado que uno de los pilares 
fundamentales de la economía sumeria era la ganadería, muchas de estas primi-
tivas representaciones pictográficas aludían a animales6. Estos aparecen reitera-
damente en la cultura sumeria, no solo en textos de índole económica, también 
2 Cf. Martínez-Villarroya 2016: 17.
3 Cf. Maravelia 2019.
4 Cf. Klein 1997.
5 Cf. Ferguson 2016.
6 Cf. van Buren 1939.
816 Silvia Nicolás Alonso
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en composiciones literarias más elaboradas, lo cual denota un interés que va más 
allá del puramente económico.
Con el paso del tiempo, los pictogramas ideados para representar los calculi7, 
evolucionaron a signos cuneiformes que permitieron registrar los conocimien-
tos adquiridos por el pueblo sumerio8. Un tipo de documento muy utilizado en 
Mesopotamia, y todo Oriente, desde el inicio de la escritura era el de las listas léxi-cas9, compendios enciclopédicos de términos sobre diferentes temas que tenían 
una función escolar, principalmente para el aprendizaje de los futuros escribas. 
Durante el iii milenio a.C. los primeros invasores semitas fueron ocupando varias 
zonas de Mesopotamia. Con el emperador Sargón I, la cultura acadia se impuso 
paulatinamente a la sumeria y su lengua fue reemplazada gradualmente por el aca-
dio. A pesar de ello, el sumerio siguió utilizándose como lengua de corpus en el 
ámbito litúrgico y en el científico10. Los acadios recopilaron las listas léxicas sume-
rias añadiendo una columna adicional y creando vocabularios bilingües. Una de las 
fuentes más importantes de este tipo es el conjunto de tablillas de la serie Ur5-ra 
= Hubullu11. Se conocen veinticuatro tablillas, de la trece a la quince se enume-
ran diferentes especies animales ordenadas secuencialmente según su escritura y 
pronunciación.
Las categorías de clasificación son heterogéneas y de límites difusos. Gran 
influencia sobre esta categorización ejerció la visión cosmogónica. Así tenemos 
una primera clasificación que agrupa a los animales según su hábitat dentro de los 
tres principios de la creación: líl «aire», ki «tierra» y a «agua».
2.1. Caracteres de clasificación de animales salvajes y domésticos
En sumerio no existía el término animal en sentido genérico, que fue introducido 
por Aristóteles, sino que cada uno se indicaba con un nombre primario o determina-
tivo que inmediatamente lo clasificaba dentro de un grupo de criaturas con carac-
terísticas comunes (esquema 1)12. A continuación, tras el determinativo, se usaban 
términos secundarios que en el caso de los animales salvajes hacían referencia a 
7 Son pequeñas piezas de arcilla que representaban la mercancía durante los primeros intercambios 
comerciales.
8 Cf. Schmandt-Besserat 1996.
9 Cf. C. Cavigneaux 1980-1983.
10 El acadio, por tanto, se convirtió en la lengua franca o de contacto.
11 Cf. Weiershäuser 2018. 
12 Los signos cuneiformes se han extraído de la URL: http://psd.museum.upenn.edu/epsd1/
index.html. (Pennsylvania Sumerian Dictionary), s.v.
http://psd.museum.upenn.edu/epsd1/index.html
http://psd.museum.upenn.edu/epsd1/index.html
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caracteres morfológicos y etológicos. En cuanto a los morfológicos los más utiliza-
dos eran aquellos que describían el tamaño y el color, aunque también eran fre-
cuentes las referencias a características peculiares de su anatomía. Los caracteres 
etológicos hacían referencia al hábitat. Así el sumerograma a designa a animales 
acuáticos y ki a los que viven en el subsuelo. También como indicador taxonómico 
se utilizaba la onomatopeya del canto de las aves, el grado de agresividad en depre-
dadores y, en general, cualquier conducta distintiva13.
En el caso de los animales domésticos, debido al interés económico que susci-
taban tanto ellos como sus productos, se hacía necesaria una clasificación mucho 
más minuciosa (Steinkeller 1995). Así las especies se designan directamente con 
términos concretos: udu designaba a las ovejas, maš a las cabras, áb y gud, a la vaca 
y al toro respectivamente, anše a los burros y, en general, a los animales para el 
transporte de personas o mercancías. Por último, saḫ designaba a los suidos tanto 
13 Así aparecen el tejón o perro de tierra (ur-ki), la nutria o perro de agua (ur-a), el ave que carga 
con posesiones, el merodeador, la serpiente sin ojos, etc.
818 Silvia Nicolás Alonso
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domésticos como salvajes. Los términos secundarios, en el orden taxonómico 
de los signos, hacen referencia a caracteres morfológicos y de interés productivo, 
como sexo, edad, estatus reproductivo, color de la capa, aptitud, tipo de alimenta-
ción o nivel de entrenamiento (Nicolás Alonso et alii 2017).
La falta de precisión en la representación de imágenes, o, en su caso, la ausencia 
de las mismas, hace de los textos una fuente muy valiosa para descifrar los animales 
que se esconden tras ciertas grafías. Lamentablemente, hay que tener en cuenta 
que el grado de conocimiento que tenemos de la zoología sumeria no permite, en 
muchas ocasiones, establecer la especie de forma precisa.
3. Sistematización zoológica según Aristóteles
3.1. Obra biológica
De su obra conservada los escritos biológicos constituyen una parte muy impor-
tante y sin duda la más profusamente estudiada desde ópticas muy diversas (Bar-
tolomé & A. Marcos 2010; A. Gotthelf 1985; Gambra 2008; Lennox 2008; Johan-
sen 2016). Para su formación biológica fue especialmente fructífera su estancia 
en diferentes localidades de Asia Menor (Aso, Mitilene) y Kalloni en Lesbos, un 
ambiente de marismas idóneo para los estudios biológicos. Además, es muy proba-
ble que su propio pupilo Alejandro, le enviase cartas donde le comentase acerca de 
la existencia de nuevas especies e incluso le hiciera llegar alguna14. Tres son gran-
des tratados (Historia Animalium, De Partibus Animalium y De Generatione Anima-
lium), a los que hay que añadir el tratado De Anima, sobre el alma, puente entre la 
biología general, la ética y la metafísica. Y dos pequeñas monografías (De Incessu 
Animalium y Motu Animalium). Otros tratados dedicados a estudios biológicos y 
psicológicos se engloban bajo el título Parva Naturalia. Dejó sin escribir un tratado 
sobre nutrición y otro sobre salud y enfermedad. Entre sus obras perdidas figuran 
los apuntes y diagramas de las clases de disección del Liceo y parece que escribió 
aún obras monográficas sobre anatomía humana que tampoco se conservan.
3.2. Empirismo y clasificación animal
El hombre pasa de un estado de salvajismo a la búsqueda de la ἐπιστήμη y el desa-
rrollo de la τέχνη que le arrancan de su condición de simple animal. Una de estas era 
la τέχνη ἰατρική o medicina. En la segunda mitad del siglo v a.C. nace la literatura 
médica transmitida gracias a Hipócrates que ejerció gran influencia sobre Aristóte-
les. Este corpus es un testimonio de máxima importancia porque es el primero en 
el que una medicina racional se contrapone a una religiosa y mágica. El médico no 
14 Esta noticia se infiere de la lectura de Claudio Eliano.
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actúa al azar, examina al paciente tratando de comprender las causas de la enferme-
dad mediante el uso de los sentidos y la razón para poder establecer un diagnóstico 
certero. Este mismo planteamiento lo utilizará análogamente Aristóteles en su estu-
dio de los vivientes, sentando así las bases del método científico.
Gran crítico del idealismo platónico, desarrolla el método empírico para enten-
der la realidad. Son precisamente sus investigaciones zoológicas y botánicas las que 
le conducen a aceptar que el cambio es real y que los seres cambian y evolucionan 
estructuralmente. Insiste en conocer los principios de los seres naturales, es decir, 
aquellos que tienen en sí mismos el fundamento de su cambio o movimiento15, y 
que se distinguen de los artificiales, dependientes de la mente humana.
Cualquier ser vivo se compone de materia y forma (hilemorfismo) en unión 
sustancial (σύνολον). La forma, el alma (ψυχή), es el principio activo que dirige el 
desarrollo del ser vivo. La materia, el cuerpo (μορφή), es el principio pasivo sobre 
el que actúa la forma transformándola. Todo tiende a un fin (τέλος), por lo que la 
finalidad de cada especie es alcanzar la perfección de su forma16.
En primer lugar, Aristóteles clasifica los vivientes según su alma (ψυχή), dán-
dole una fundamentación biológica a su definición más precisa de la conferida por 
Platón17. Esta es la división más importante y la que da origen a su Scala Naturae, 
en la que los seres vivos se clasifican en dos grandes reinos: vegetal y animal. El 
hombre queda como un caso aparte en la cima (esquema 2).
15 Esta idea la desarrolla ensu teoría de la potencia y el acto, bien expuesta en la monografía de 
Lloyd 2007.
16 El denominado carácter teleológico, rasgo predominante en el pensamiento aristotélico, aún 
condiciona el estudio de la Fisiología actual en nuestros días, aunque no se sigan exactamente sus 
parametrizaciones.
17 Según el modelo aristotélico, el alma es un conjunto de capacidades orientadas hacia determina-
dos fines subdivididos en nutritivos, motrices, reproductivos y cognitivos.
820 Silvia Nicolás Alonso
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A continuación, estudia su morfología y anatomía, tanto externa como interna, 
mediante el uso de la disección que dotó a sus descripciones de una mayor objeti-
vidad. Esta técnica la aplicó él mismo sobre más de cincuenta especies estudiando 
sus órganos y tratando de comprender su finalidad, estableciendo clasificaciones 
según sus semejanzas y diferencias. Además de la idea implícita de reinos (animal 
y vegetal), propone que los animales se pueden distribuir en tipos morfológicos o 
γένος (linajes) y que cada γένος puede, a su vez, subdividirse en diferentes εἶδος 
(especies, formas o tipos). Esta es la primera vez que se establece una categoría por 
encima de la de especie. En este punto es necesario tener en cuenta que género y 
especie son nociones que no siempre tienen un valor muy exacto ni preciso en la 
ciencia griega y son de carácter borroso. El estagirita también tuvo en cuenta la eto-
logía de las especies y, aunque de manera secundaria, respetó el esquema oriental 
según su hábitat (acuático, terrestre o aéreo).
4. Conclusiones
El objetivo común de ambas clasificaciones es ordenar y registrar los conocimien-
tos sobre el mundo. Para ello los sumerios anteponen sus creencias religiosas mien-
tras que Aristóteles busca la objetividad aplicando el método científico. A pesar de 
esta importante diferencia encontramos elementos similares, posible reflejo de los 
intercambios culturales greco-persas que se intensificaron en el siglo v a.C. (figura 
3).
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Aunque la clasificación aristotélica es más completa y objetiva, existen géneros 
equivalentes entre ambas concepciones empíricas de la fauna: mamíferos, repti-
les, aves y peces. Si bien, existe una jerarquización obviamente más tipificada en la 
taxonomía griega, con la creación de grupos que engloban subgrupos. La división 
que sigue el modelo oriental se reduce a los cuatro principios elementales y se con-
serva de forma secundaria en la clasificación de Aristóteles.
Al hablar de sistematización animal, nos adentramos inevitablemente en la con-
cepción filosófica del hombre, pues también necesita ser ubicado en el orden del 
universo. Para los sumerios se trata de un ser único, ni dios ni animal. Para Aristó-
teles es un animal simbólico único dotado de capacidades superiores al resto, con 
propiedades lógico-argumentales (λόγον ἔχων) que lo distinguen (Vives Cuesta 
2020).
Por todo lo expuesto, la sistematización animal se presenta como una herra-
mienta fundamental para la comprensión de los cimientos del pensamiento filo-
sófico de una cultura y la caracterización del tenor antropológico que de ella se 
infiere.
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822 Silvia Nicolás Alonso
Forvm Classicorvm vol. ii - Madrid, 2021 · 813-822
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