Vista previa del material en texto
2 Índice Portada Interior 2 Créditos 4 Sobre los editores 5 Los colaboradores 7 Prólogo 12 Agradecimientos 16 I El significado de Mindfulness 18 1. Mindfulness, ¿qué es y qué importancia tiene? 19 Una relación especial con el sufrimiento 20 Definiciones de mindfulness 21 Mindfulness y niveles de práctica 24 Sabiduría y compasión 26 Los psicoterapeutas y mindfulness 27 La práctica de mindfulness 32 El modelo de psicoterapia mindfulness 43 ¿Tiene importancia mindfulness para el terapeuta? 53 2. La psicología budista y la occidental. En busca de un terreno común 55 Aliviar el sufrimiento psicológico 56 Insight y el descubrimiento de la verdad 62 Los objetivos 65 Los métodos 70 La epistemología 75 II La relación terapéutica 77 3. Mindfulness como entrenamiento clínico 78 ¿Qué es lo que importa en la psicoterapia? 79 Mindfulness como entrenamiento avanzado 81 4. Cultivar la atención y la compasión 96 La atención 96 Cultivar la atención 102 La compasión 104 5. Mindfulness relacional 116 La mente, el cerebro y la relación 117 El flujo de la relación 119 La terapia como práctica relacional 121 448 Mindfulness del yo-en-relación 122 Mindfulness del otro-en-la-relación 123 Mindfulness de la relación-en-la-relación 126 La práctica relacional en la psicología budista 128 La práctica de mindfulness relacional 129 Pautas para el diálogo insight 130 Los factores del despertar y la práctica de la co-meditación 133 6. Una ética práctica 135 El entrenamiento ético budista 136 Entrenamiento ético para el terapeuta 138 Problemas éticos con los pacientes 147 III Aplicaciones clínicas 154 7. Enseñar mindfulness en la terapia 156 Programas de tratamiento basados-en-mindfulness 157 Las credenciales del terapeuta 157 La motivación 158 Cómo introducir en la terapia prácticas-basadas-en-mindfulness 159 Diseñar y seleccionar los ejercicios 163 8. La depresión: buscar una entrada, buscar una salida 173 Aprovechar el poder de mindfulness 174 Los enfoques de la depresión informados-por-mindfulness 178 Enfoques de la depresión basados-en-mindfulness 182 9. La ansiedad. Aceptar lo que venga y hacer lo que importa 193 Pruebas de la eficacia del tratamiento de la ansiedad basado en mindfulness y en la aceptación 194 Un modelo de la ansiedad y sus trastornos basado en pruebas: enfoque conductual basado en mindfulness y en la aceptación 196 Un enfoque conductual del tratamiento basado en mindfulness y en la aceptación 199 10. Trastornos psicofisiológicos. Abrazar el dolor 211 La medicina cuerpo-mente 212 ¿Dolor de espalda? 214 El ciclo del dolor de espalda crónico 216 El ciclo de la recuperación 218 El control 226 Mindfulness a la medida 227 Mecanismos de acción 228 Otros trastornos psicofisiológicos 230 449 Las tres raíces sanas 345 Las tres clases del sentir 345 Las cuatro nobles verdades 346 El noble sendero óctuple 347 Los cuatro pilares de mindfulness 348 Las cuatro cualidades ilimitadas del corazón (Brahma Viharas en pali) 349 Los siete factores del despertar 350 Bibliografía 352 Índice analítico 414 Otros libros 428 Arte y ciencia del Mindfulness 429 Terapia cognitivo-conductual con Mindfulness integrado 431 Terapia cognitiva basada en Mindfulness para el cáncer 433 Mindfulness en la práctica clínica 435 Mindfulness en la práctica clínica 437 La solución Mindfulness 439 Biblioteca de Psicología 441 451 Ver siempre el lado positivo 235 11. Mindfulness, insighty la terapia postraumática 237 El trauma y sus efectos 238 La evitación y la paradoja del dolor 239 Mindfulness 241 La intervención 242 Fomentar la insight existencial 247 El terapeuta mindful 251 12. Romper el círculo de la adicción 255 Ha nacido una adicción 255 ¿Fue el Buda un terapeuta de la adicción? 258 ¿Cómo enseñar realmente entrenamiento de mindfulness a una persona con adicción? 265 13. Trabajar con niños 271 Relacionarnos con los niños de manera mindful 271 La terapia familiar 283 Orientar a los padres 284 Ejercicios de mindfulness para niños 287 IV Pasado, presente y promesa 292 14. Las raíces de mindfulness 293 Los antiguos orígenes 294 La construcción de la experiencia 296 El yo 301 Mindfulness y la curación del sufrimiento 306 El entrenamiento clásico de mindfulness 307 Una herramienta para nuestros tiempos 313 15. La neurobiología de mindfulness 315 La neuroplasticidad 316 La actividad cerebral durante la meditación 317 Los cambios en la estructura del cerebro que son resultado de la práctica 319 Los cambios en la actividad cerebral cuando no meditamos 324 16. La psicología positiva y la senda bodhisattva 329 Los tres pilares de la psicología positiva 330 Apéndice. Glosario de términos de la psicología budista 343 Los dos tipos de meditación 343 Las tres características de la existencia 343 Las tres raíces malsanas 344 450 Sobre los editores Christopher K. Germer, doctor en filosofía y letras y psicólogo con consulta privada especializada en psicoterapia orientada a mindfulness y compasión, es profesor de psicología en la Harvard Medical School/Cambridge Health Alliance así como fundador y profesor del Institute for Meditation and Psychotherapy (IMP). Desde 1978 se esfuerza por integrar en la psicoterapia los principios y prácticas de la meditación. El doctor Germer es co-desarrollador del programa de adiestramiento Mindful Self-Compassion (Autocompasión mindful), autor de The Mindful Path to Self-Compassion [La senda mindful a la autocompasión] y coeditor de Wisdom and Compassion in Psychotherapy [Sabiduría y compasión en la psicoterapia]. Asimismo, dirige talleres e imparte conferencias sobre mindfulness y autocompasión a nivel internacional. Ronald D. Siegel, doctor en psicología, es profesor auxiliar de psicología en la Harvard Medical School/Cambridge Health Alliance, donde enseña desde hace más de treinta años. Lleva muchos años estudiando la meditación mindfulness y es profesor y miembro del consejo de administración del IMP. El doctor Siegel enseña mindfulness y psicoterapia a nivel internacional, así como el tratamiento cuerpo-mente. Entre sus libros destacan La solución mindfulness, Wisdom and Compassion in Psychotherapy [Sabiduría y compasión en la psicoterapia] y Sitting Together: Essential Skills for Mindfulness-Based Psychotherapy [Sentados juntos: habilidades esenciales para la psicoterapia basada en mindfulness]. Paul R. Fulton, doctor en pedagogía, ejerce de psicoterapeuta en una consulta privada en Newon, Massachusetts, y es profesor de psicología en la Harvard Medical School/Cambridge Health Alliance. Antiguo presidente del IMP, es actualmente director del Certificate Programm en Mindfulness y Psicoterapia. El doctor Fulton, que recibió la ordenación laica como budista zen en 1972, estudia psicología y meditación desde hace más de cuarenta y cuatro años y es miembro del consejo de administración del Barre Center for Buddhist Studies. Asimismo, enseña mindfulness a profesionales clínicos de todo el mundo y es autor de un gran número de capítulos de libro y de artículos. 5 Los colaboradores Judson A. Brewer, doctor en medicina y filosofía y letras, es psiquiatra de la adicción en la Yale University School of Medicine y en el West Haven Veterans Hospital. Practica la meditación vipassana desde 1996 y estudia con Ginny Morgan y Joseph Goldstein, entre otros profesores. El doctor Brewer estudia e imparte tratamiento mindfulness a poblaciones clínicas desde 2006, especialmente a individuos con adicciones. Su investigación se centra en comprobar la eficacia del tratamiento mindfulness en poblaciones clínicas con adicciones y en determinar los subyacentes mecanismos neurobiológicos de mindfulness, empleando para ello modalidades como la neuroimagen. El doctor Brewer es actualmente profesor asistente en Yale y director médico de la Yale Therapeutic Neuroscience Clinic. John Briere, doctor en filosofía y letras, es profesor asociado de Psiquiatría y Psicología, director del Psychological Trauma Program y director de centro del Adolescent Trauma Training Center (National Child TraumaticStress Network) de la universidad de Southern California. Antiguo presidente de la International Society for Traumatic Stress Studies (ISTSS), ha sido distinguido con la Award for Outstanding Contributions to the Science of Trauma Psychology por la American Psychological Association y con el Robert S. Laufer Memorial Award for Scientific Achievement por la ISTSS. El doctor Briere es autor, o coautor, de más de cien artículos o capítulos, así como de diez libros y ocho tests psicológicos relacionados con traumas. Enseña temas relacionados con traumas, terapias y la práctica de mindfulness a nivel internacional. Paul R. Fulton, doctor en pedagogía (véase “Sobre los editores”). Christopher K. Germer, doctor en filosofía y letras (véase “Sobre los editores”). Trudy A. Goodman, doctora en filosofía y letras, es directora ejecutiva, fundadora y profesora-orientadora de InsightLA, organización no lucrativa dedicada a la educación mindfulness y a la práctica de la meditación desde 2002. Es una de las primeras instructoras para la reducción del estrés basada en mindfulness, junto con su creador, el doctor Jon Kabat- Zinn. La doctora Goodman es también profesora-orientadora y cofundadora del Institute for Meditation and Psychotherapy (IMP) de Cambridge, Massachusetts. Creadora de programas de 7 mindfulness familiar junto con Susan Kaiser Greenland, lleva toda la vida trabajando con niños. La doctora Goodman enseña en casas de retiro y talleres a nivel nacional. Es asimismo autora colaboradora del Clinical Handbook of Mindfulness [Manual clínico de mindfulness] y de Wisdom and Compassion in Psychotherapy [Sabiduría y compasión en la psicoterapia]. Gregory Kramer, doctor en filosofía y letras, es profesor de meditación, autor, y cofundador y profesor-orientador de la Metta Foundation. Desde 1974 estudia con prestigiosos monjes, entre ellos Anagarika Dhammadina, el venerable Balangoda Anada Maitreya Mahanayaka Thera, Achan Sobin Namto y el venerable Punnaji Mahathera. El doctor Kramer es autor de Insight Dialogue: The Interpersonal Path to Freedom [Diálogo vipassana: la senda interpersonal a la libertad]; Meditating Together, Speaking from Silence: The Practice of Insight Dialogue [Meditando juntos, hablando desde el silencio: la práctica del diálogo vipassana]; Seeding the Heart: Practicing Lovingkindness with Children [Sembrando el corazón: la práctica de amor y bondad con niños]; y Dharma Contemplation: Meditating Together with Wisdom Texts [La contemplación dharma: meditando juntos con textos de la sabiduría]. Fue pionero de las prácticas de meditación y contemplación por Internet y cofundador de Harvest with Heart, un proyecto contra el hambre en el Noreste de Estados Unidos, y de Spiritual City Forum, un programa de diálogo interconfesional en Portland, Oregon. Sara W. Lazar, doctora en filosofía y letras, es una científica del Departamento de Psiquiatría del Massachusetts General Hospital y profesora de psicología en la Harvard Medical School. Su investigación se centra en la neurobiología de la meditación. La doctora Lazar se sirve de la resonancia magnética para estudiar las correlaciones neuronales de los cambios beneficiosos asociados a la práctica de la meditación tanto en individuos sanos como en poblaciones clínicas. Practica yoga y meditación mindfulness desde 1994 y ejerce de asesora científica para el IMP. Stephanie P. Morgan, doctora en filosofía y letras y máster en social work, es psicóloga clínica y asistenta social. Estudiante de meditación en las tradiciones vipassana y zen desde los últimos treinta y cinco años, fue profesora de psicología en la Medical School de Harvard de 1990 á 1994, donde formó a psicológos en la práctica de mindfulness y autoterapia. Actualmente enseña en el IMP y tiene una consulta privada en Manchester, Massachusetts. Susan T. Morgan, MSN (máster en enfermería), RN (enfermera acreditada) y CS (especialista clínica), tiene una consulta privada en Cambridge, Massachusetts. Durante cinco años fue coordinadora de la Yale Adult Pervasive Developmental Disorders Research Clinic. Con posterioridad ejerció en los Servicios de Salud de la universidad de Harvard e 8 introdujo la meditación mindfulness entre los universitarios en el contexto de la psicoterapia. Hace más de veinte años que practica la meditación budista; actualmente se encuentra en la última fase de un retiro silencioso de meditación de cuatro años. Desde el año 2000 codirige un retiro para psicoterapeutas, haciendo especial hincapié en el amor y bondad y en la conciencia de nuestro propio cuerpo. William D. Morgan, doctor en psicología, es psicólogo con consulta privada en Cambridge y Quincy, Massachusetts. Miembro del consejo de administración del IMP, ha participado en numerosos retiros intensivos en las escuelas de budismo Theravada, zen y tibetano durante los cuarenta años que lleva practicando la meditación. El doctor Morgan ha dirigido retiros de mindfulness a profesionales de la salud mental durante los últimos quince años. Andrew Olendzki, doctor en filosofía y letras, es desde hace años profesor en el Barre Center for Buddhist Studies, institución dedicada a la integración de la comprensión académica y a la meditación vipassana. Ha enseñado en varias universidades de Nueva Inglaterra (entre ellas Harvard, Brandeis, Smith, Amherst y Lesley) y fue el director ejecutivo de la Insight Meditation Society. El doctor Olendzki es autor de Unlimiting Mind: The radically Experiential Psychology of Buddhism [La mente que no limita: la radical psicología budista de la experiencia] y colabora frecuentemente en la revista Tricycle. Susan M. Rosillo, doctora en filosofía y letras, es profesora de psicología de la universidad de Suffolk, Boston. Su investigación actual se centra en el papel de los estilos de respuesta emocional, en especial la evitación experiencial, en cuanto a mantener potencialmente las dificultades psicológicas. En colaboración con sus estudiantes de doctorado en psicología clínica, la doctora Orsillo ha desarrollado y ensayado un gran número de programas de prevención y tratamiento que integran aceptación y mindfulness en enfoques conductuales basados en pruebas. Junto con la doctora Lizabeth Roemer, estudia desde hace tiempo la eficacia de la terapia conductual basada en la aceptación para el trastorno de ansiedad generalizado y estados comórbidos, mecanismos y procesos de cambio, y su aplicabilidad a pacientes de distinta extracción, con la ayuda de una beca del National Institute of Mental Health. Thomas Pedulla, LICSW (Licensed Independent Clinical Social Worker), es asistente social y psicoterapeuta con consulta privada en Arlington, Massachusetts, donde imparte terapia cognitiva basada en mindfulness a individuos y grupos. Antes de que su creciente interés por la meditación mindfulness le hiciera cambiar de rumbo, trabajó durante más de dos décadas como redactor de textos publicitarios y director creativo. Miembro de la facultad y del consejo de administración del IMP, el señor Pedulla ha formado parte también 9 del consejo de administración del Insight Meditation Center de Cambridge. Lleva más de veinticinco años practicando meditación en la tradición vipassana. Es coautor de Sitting Together: Essential Skills for Mindfulness-Based Psychotherapy [Sentados juntos: habilidades esenciales para la psicoterapia basada en mindfulness]. Susan M. Pollak, MTS (máster en estudios teológicos) y doctora en pedagogía, es presidenta del IMP y psicóloga con consulta privada en Cambridge, Massachusetts. Es profesora de psicología en la Cambridge Health Alliance/Harvard Medical School, donde imparte un curso sobre meditación y psicoterapia desde 1994. La doctora Pollak es coautora de Sitting Together: Essential Skills for Mindfulness-Based Psychotherapy [Sentados juntos: habilidades esenciales para la psicoterapia basada en mindfulness], coeditora de The Cultural Transition [La transición cultural] y autora colaboradora de Mapping the Moral Domain [Cartografiando el ámbito moral]y Evocative Objects [Objetos evocadores]. Lizabeth Roemer, doctora en filosofía y letras, es profesora de psicología en la universidad de Massachusetts-Boston. Junto con sus estudiantes de doctorado en psicología clínica, investiga el papel de mindfulness así como de la aceptación y la acción evaluada en un amplio abanico de cuadros clínicos, entre ellos los trastornos de ansiedad, el funcionamiento postraumático y las reacciones a experiencias racistas. Junto con la doctora Susan Orsillo, investiga la eficacia de una terapia conductual basada en la aceptación para el trastorno de ansiedad generalizado y estados comórbidos, así como los mecanismos y procesos de cambio y la aplicabilidad a pacientes de distinta extracción, con la ayuda de una beca del National Institute of Mental Health. Ronald D. Siegel, doctor en psicología (véase “Sobre los editores) Charles W. Styron, doctor en psicología, tiene una consulta privada en Watertown y Walpole, Massachusetts, y pasa también consulta en el Caritas Norwood Hospital de Norwood, Massachusetts. Está especializado en psicoterapia de adultos y en ensayos neuropsicológicos. El doctor Styron lleva treinta y cuatro años ejerciendo y enseñando las tradiciones budistas shambhala y vajrayana tibetana, y es profesor y miembro del consejo de administración del IMP desde su fundación. Anteriormente había sido arquitecto. Janet L. Surrey, doctora en filosofía y letras, es psicóloga y profesora fundadora del Jean Baker Miller Training Institute en el Stone Center, Wellesley College. Enseñó en la Harvard Medical School durante veinticinco años y en la actualidad es profesora y miembro del consejo de administración del IMP. Titular del Spirit Rock Meditation Center Community Dharma Leader Program, actualmente participa en el Teacher Training Program de la Metta Foundation. La doctora Surrey asesora y enseña teoría relacional-cultural a nivel nacional e 10 internacional desde hace más de veinte años, y se interesa particularmente por sintetizar la psicología budista y la relacional. Entre sus publicaciones, cabe destacar Women’s Growth In Connection [El crecimiento de la mujer en la relación]; Women’s Growth In Diversity [El crecimiento de la mujer en la diversidad]; Mothering against the Odds: Diverse Voices of Contemporary Mothers [Madres contra viento y marea: voces de distintas madres contemporáneas]; We Have to Talk: Healing Dialogues between Women and Men [Tenemos que hablar: diálogos salutíferos entre mujeres y hombres]; y Bill W. and Dr. Bob: The Story of the Founding of Alcoholics Anonymous [Bill W. y el doctor Bob: La historia de la fundación de Alcohólicos Anónimos]. 11 Prólogo Este libro no versa sobre nada especial. Versa sobre una forma sencilla de conciencia – mindfulness– disponible para todos en cualquier momento. Por ejemplo, al empezar a leer este prólogo, nuestra atención puede detenerse en las palabras que estamos leyendo, o también podemos preguntarnos si la lectura de este libro valdrá realmente la pena. ¿Sabemos dónde está nuestra atención? ¿No se ha alejado ya de esta página? El que la mente divague es algo natural, pero ¿somos conscientes cuando está divagando y en qué estamos pensando? Y ¿cuál es la cualidad de nuestra conciencia: relajada, curiosa y alerta, o quizá un poco distraída y ansiosa? Mindfulness quiere decir simplemente ser conscientes de dónde está nuestra mente en el tránsito de un momento a otro, y ello con una actitud de amable aceptación. Este tipo de atención benévola, generosa, puede tener un efecto profundamente transformador en nuestras vidas cotidianas. Podemos aprender a disfrutar de cosas muy corrientes –como por ejemplo el sabor y aroma de una manzana– o a tolerar grandes desgracias –como por ejemplo la muerte de un ser querido– simplemente aprendiendo a ser mindful1*. Éste es también un libro escrito por profesionales clínicos para profesionales clínicos. La primera edición, publicada en 2005, fue el fruto de más de veinte años de encuentros mensuales de un pequeño grupo de psicoterapeutas atraídos por las prácticas gemelas de la meditación mindfulness y la psicoterapia. A medida que fue aumentando en la comunidad psicoterapéutica la curiosidad por mindfulness, y que otros profesionales mostraron su deseo de participar en nuestros debates, fuimos ampliando el discurso para que éste pasara también al ámbito público. Nuestra primera conferencia tuvo lugar en 1994, y dos años después creamos el Institute for Meditation and Psychotherapy (IMP) (Instituto para la Meditación y la Psicoterapia). En la actualidad, el IMP patrocina una gran variedad de programas de educación continua a nivel local, nacional y online. Son muchas las cosas que han pasado en nuestro campo desde la primera edición de este libro. El número de artículos sobre mindfulness ha aumentado exponencialmente, así como las técnicas de captación de imágenes cerebrales capaces de medir los efectos de mindfulness en el cerebro incluso después de varios días o semanas de meditación. Numerosas pruebas clínicas, de carácter controlado y aleatorio, de intervenciones basadas en mindfulness y los 12 meta-análisis de estos estudios demuestran claramente la eficacia de mindfulness para una amplia gama de trastornos psicológicos y de poblaciones de pacientes. Mindfulness parece haberse convertido hoy día en un modelo de terapia por derecho propio –junto con los enfoques cognitivo-conductuales, psicodinámicos, humanistas y sistémicos– y goza ya de reconocimiento como un mecanismo de acción en el campo de la psicoterapia en general. Todo este rápido crecimiento significa que nuestra pequeña cofradía de terapeutas ha tenido el placer de participar en apasionantes conversaciones con profesionales clínicos, científicos, estudiosos y profesores de meditación de todo el mundo, lo que se ha visto especialmente facilitado por la expansión de Internet. La presente edición de este libro es un esfuerzo por condensar lo esencial de las nuevas teorías e investigaciones en algo que le resulte interesante al facultativo que practica. El libro cuenta con nuevos capítulos redactados por renombrados expertos en traumas, adicciones y neurociencia, toda vez que casi todos los capítulos anteriores se han actualizado, lo que supone finalmente un libro de texto en su mayor parte nuevo. Aunque han pasado tres décadas y los autores de este libro se han hecho ya mayores, la experiencia directa de mindfulness no ha envejecido. Mindfulness es una fuente renovable de energía y de delicia. Pero, aunque puede ser fácilmente experimentada por cualquiera, no puede describirse con la misma facilidad. La conciencia o atención plena es algo sumamente experiencial y no-verbal (es decir, sensorial, somático, intuitivo y emocional), y requiere por tanto el desarrollo de cierta práctica. Al igual que cualquier otra habilidad adquirida, la experiencia de mindfulness resulta tanto más constante cuanto más se la practica. La pregunta que más ronda en las mentes de los profesionales clínicos es cómo integrar mindfulness en nuestra práctica de psicoterapia cotidiana. Una pregunta que a su vez suscita otras muchas en la interfaz entre mindfulness y psicoterapia; he aquí algunas: • ¿Qué es realmente mindfulness? • ¿Es una nueva terapia o un factor común a toda terapia? • ¿Qué tiene que ver el sentarnos a meditar con el relacionarnos con otro ser humano en la psicoterapia? • ¿Qué puede ofrecer un enfoque de mindfulness a pacientes que padecen cuadros como ansiedad, depresión, trauma, abuso de sustancias o dolor crónico? • ¿Podemos enseñar mindfulness a los niños, y, en caso afirmativo, cómo? • ¿Cómo, y cuándo, debería introducirse mindfulness en la psicoterapia? • ¿Qué puede hacer la meditación mindfulness que no pueda hacer la psicoterapia, y viceversa? • ¿Cuál es el papel de la conducta ética en el cultivo de mindfulness? 13 • ¿Cómo se relaciona mindfulness con la sabiduría y la compasión? • ¿En qué puede contribuir la neurociencia a nuestra comprensión de mindfulness? • ¿Qué relaciónguarda la mindfulness terapéutica con sus antiguas raíces? • ¿Puede la psicología budista hacer alguna contribución al campo de la psicología positiva? En este libro se encontrarán sin duda más preguntas que respuestas. Pero esperamos, en cualquier caso, que contribuya a potenciar el debate y el diálogo que se mantienen vivos actualmente en el seno de nuestra profesión. Puede que algunos lectores se pregunten por la relación entre mindfulness y la psicología o filosofía budistas. Mindfulness se encuentra en el corazón mismo de la psicología budista. La mayor parte de los autores de este volumen se consideran estudiantes de la psicología y la meditación budistas más que budistas propiamente tales. Como se suele decir, “es mejor ser un buda que un budista”. De igual manera, cuando se enseñan en la terapia habilidades de mindfulness, los “clientes” no tienen por qué adoptar una nueva religión o estilo de vida exótico para beneficiarse de ellas. A medida que la teoría y la práctica de mindfulness vayan arraigándose en la ciencia, la preocupación por esta cuestión irá sin duda disminuyendo Uno de los desafíos de este libro ha consistido en mantener un tono coherente dentro del amplio abanico de perspectivas de los dieciocho autores diferentes que lo componen. Nuestra meta, inequívocamente optimista, ha sido hilvanar un centón lo más atractivo posible. Un ejemplo de la dificultad que esto entraña ha sido el empleo coherente de las palabras cliente o paciente. Nuestra profesión no ha zanjado aún ese debate, ni tampoco nosotros. Sin embargo, tras algunas investigaciones y deliberaciones, decidimos emplear más a menudo la palabra paciente. Etimológicamente, paciente significa “alguien que soporta sufrimiento”, mientras que cliente significa “alguien que se pone bajo la protección de un dueño o propietario”. Y, como por otra parte “doctor” significa también “profesor”, se puede decir que estamos enseñando a los pacientes, que estamos “enseñando a la gente que soporta un sufrimiento”. Este significado corre paralelo con el empleo original de mindfulness hace dos mil quinientos años: es una enseñanza para aliviar el sufrimiento. Mindfulness es una oportunidad para estar plenamente vivos y despiertos en el día a día. Todos los terapeutas tenemos bien presente el privilegio que supone participar tan profundamente en la vida de otros seres humanos. Amamos, reímos y lloramos juntos, anhelamos y tememos juntos, tenemos éxito y fracasos juntos y, los días felices, nos curamos juntos. Con el paso de los años, resulta cada vez más evidente la naturaleza fugaz de cada uno de estos hermosos encuentros. Queremos sacar el mayor partido de cada minuto de terapia. Es 14 con este espíritu como ofrecemos el presente libro a nuestros colegas. 1 * N. del T. Es decir, “plenamente conscientes o atentos”. 15 Agradecimientos Son muchas las personas que han contribuido al resultado final del presente libro. Cada uno de sus autores ha tenido el privilegio de aprender, a lo largo de los años, de otros profesores y de otros compañeros del mundo clínico y del mundo de la meditación. Y, si bien es verdad que las colaboraciones concretas que se encuentran en estas páginas son nuestras, no es menos cierto que se basan en las intuiciones de otros que nos precedieron. Así, nos gustaría dar aquí las gracias, en particular, a algunas de las personas que influyeron en uno o más de nosotros como psicoterapeutas y/o estudiantes de meditación: a Dan Brown, Richard Chasin, Pema Chödrön, a su Santidad el Dalai Lama, a Jay Efran, Jack Engler, Robert Fox, Joseph Goldstein, Thich Nhat Hanh, Les Havens, Judith Jordan, Jon Kabat-Zinn, Anna Klegon, Jack Kornfield, Robert Levine, Narayan Liebenson-Grady, Joanna Macy, Jean Baker Miller, Norby Mintz, Sakyong Mipham, Ginny Morgan, Ram Das, Larry Rosenberg, Paul Russell, Sharon Salzberg, Seung Sahn, Irene Stiver, Larry Strasburger, Maurine Stuart, Shunryu Suzuki, Vimala Thaker, Chögyam Trungpa y Rama Jyoti Vernon. Así como a tantos otros que han ofrecido un apoyo directo o indirecto a nuestro trabajo: a Kristy Arbon por su trabajo administrativo; a Jerry Bass, Doriana Chialant, Rob Guerette, Ed Hauben, Jerry Murphy, Nancy Riemer y Mark Sorensen por sus sabias directrices; a Chris Willard por su colaboración en el capítulo sobre mindfulness y los niños; y a David Black por ese manantial extraordinario que es el Mindfulness Research Monthly. Gracias asimismo al National Institute of Mental Health (subvención nº MH074589) por financiar el trabajo descrito en el capítulo 9. Queremos expresar también nuestro especial agradecimiento al veterano editor Jim Nageotte, de Guilford Press, que llevó pacientemente este libro de su concepción a su realización y cuyas intuiciones e innumerables sugerencias contribuyeron de manera decisiva al manuscrito final; a la veterana editora adjunta Jane Keisla, que nos mantuvo a todos perfectamente informados y actualizados; a nuestra editora de producción, de paciencia también infinita, Laura Patchkofsky; a Paul Gordon, siempre encontrando las cubiertas más hermosas; y a las numerosas manos invisibles de la Guilford Press que trabajan al unísono para que la publicación de un libro resulte lo más inconsútil posible a unos autores 16 permanentemente atosigados. En todos estos esfuerzos, siempre hemos tenido presente a nuestro amigo y colega Phil Aranow, que en paz descanse, cuya visión de futuro y firmeza especial contribuyó decisivamente a la fundación del Instituto para la Meditación y la Psicoterapia, y cuya labor personal nos servirá siempre de guía. También nos sentimos sumamente agradecidos a nuestros pacientes, que han confiado en nosotros con sus mentes y sus corazones, y nos han enseñado casi todo lo que sabemos sobre el trabajo clínico. Finalmente, nunca agradeceremos lo suficiente a nuestros familiares y amigos su amor, apoyo y sacrificio durante el proceso de alumbramiento de esta segunda edición. 17 I El significado de Mindfulness A medida que ha ido aumentando el interés por mindfulness entre los profesionales clínicos e investigadores, el término se ha expandido también sin cesar en cuanto a su significación. Para comprender cómo las prácticas de mindfulness pueden informar la psicoterapia, y cómo ésta puede enriquecer aquéllas, puede ser de gran ayuda tener una idea clara de lo que es mindfulness y de cómo se relaciona su práctica con las formas tradicionales de psicoterapia. A este fin, el capítulo 1 suministra unas nociones básicas sobre mindfulness y psicoterapia: qué es mindfulness, sus posibles funciones en la psicoterapia, las distintas habilidades implicadas en la práctica de mindfulness, la historia de mindfulness en la psicología tanto científica como budista, y mindfulness como nuevo modelo de psicoterapia. Partiendo de esta base, el capítulo 2 examina paralelismos y diferencias entre la psicología budista y los fundacionales enfoques psicoterapéuticos occidentales, tratando de descubrir qué es lo que cada tradición podría ofrecer a la otra. 18 1 Mindfulness, ¿qué es y qué importancia tiene? Christopher K. Germer Vivir es algo tan asombroso que deja poca cabida a otras ocupaciones… Emily Dickinson (1872) Los psicoterapeutas tienen por tarea aliviar el sufrimiento emocional. El sufrimiento se da en las formas más diversas: estrés, ansiedad, depresión, problemas de conducta, conflicto interpersonal, confusión, desesperación… Es el común denominador de todos los diagnósticos clínicos, siendo también endémico a la condición humana. Unos sufrimientos son de índole existencial y se presentan en forma de enfermedad, vejez y muerte. Otros, en cambio, ofrecen un aroma más personal. La causa de nuestras dificultades personales puede incluir el condicionamiento pasado, las circunstancias presentes, las predisposiciones genéticas o cualquier otra combinación de factores. Mindfulness, una manera engañosamente sencilla de relacionarnos con la experiencia, se viene empleando desde hace tiempo para aliviar los retortijones que producenlas dificultades de la vida, especialmente las autoimpuestas. En este volumen nos proponemos ilustrar el potencial de mindfulness para sacar el mayor partido a la psicoterapia. La gente que inicia una terapia suele tener bien clara una cosa: quiere sentirse mejor. Y suele tener también toda una serie de ideas sobre cómo conseguir esta meta, aun cuando la terapia no discurra necesariamente tal y como esperaba. Por ejemplo, una mujer joven con trastorno de pánico –llamémosla Lynn– podría telefonear a un terapeuta con la esperanza de escapar del torbellino emocional que la aflige. Es posible que Lynn esté buscando liberarse de su ansiedad; pero a medida que avanza la terapia va descubriendo cierta libertad en su ansiedad. ¿Cómo se produce esto? Una fuerte alianza 19 terapéutica puede darle a Lynn valentía y seguridad para empezar a explorar su pánico más de cerca. A través del autoseguimiento, Lynn se vuelve consciente de las sensaciones de ansiedad en su cuerpo y de los pensamientos asociados a ellas. Aprende a hacer frente al pánico hablando consigo misma sobre éste en profundidad. Cuando Lynn se sienta preparada, experimentará directamente las sensaciones de ansiedad que desencadenan un ataque de pánico y se probará a sí misma en un centro comercial o en un avión. Este proceso entero exige que Lynn se oriente primero hacia la ansiedad. Se ha producido una especie de “gato por liebre piadoso, compasivo”. Es posible que los terapeutas que trabajan con un modelo más relacional o psicodinámico observen un proceso similar. Conforme la relación entre paciente y terapeuta se vuelve más profunda, el diálogo se vuelve también más espontáneo y auténtico, y el paciente se siente libre para explorar lo que realmente lo está angustiando de una manera más abierta y con mayor curiosidad. Con el apoyo de esta relación, el paciente es delicadamente expuesto a lo que está pasando en su interior, y descubre que no tiene por qué evitar la experiencia para sentirse mejor. Sabemos que hay muchas formas de psicoterapia, aparentemente distintas (Seligman, 1995; Wampold, 2012), que funcionan. ¿Existe un factor curativo común a todas ellas que se pueda identificar y afinar, que se pueda incluso entrenar? Mindfulness está demostrando ser dicho factor. Una relación especial con el sufrimiento Una terapia exitosa es la que cambia la relación del paciente con su sufrimiento. Naturalmente, si estamos menos agobiados por acontecimientos de nuestra vida, el sufrimiento será menor. Pero ¿cómo conseguir que nos agobien menos las experiencias desagradables? La vida implica dolor. ¿No es cierto que el cuerpo y la mente resisten o evitan instintivamente el dolor? Mindfulness es una habilidad que nos permite ser menos reactivos a lo que está sucediendo en el momento presente. Es una manera de relacionar toda experiencia –positiva, negativa o neutra– de manera que nuestro sufrimiento total disminuya y nuestra sensación de bienestar aumente. Ser mindful es tener los ojos bien abiertos, reconocer lo que está ocurriendo en el momento presente con actitud amigable. Por desgracia, sólo somos mindful raras veces. Lo más corriente es estar atrapados en pensamientos que distraen la atención o en opiniones sobre lo que está ocurriendo en el momento presente. Esto es mindlessness1*. He aquí 20 algunos ejemplos de mindlessness (adaptado de Mindful Attention Awareness Scale [Brown y Ryan, 2003] [Escala de atención plena]): • Pasar rápidamente de una actividad a otra sin prestar atención. • Romper o derramar algo por falta de cuidado, por inatención o por estar pensando en otra cosa. • No notar sensaciones sutiles de tensión física o incomodidad. • Olvidar el nombre de una persona casi en el mismo momento en el que lo oímos. • Sentirnos preocupados por el futuro o el pasado. • “Picotear” sin ser conscientes de que estamos comiendo. Por el contrario, mindfulness centra nuestra atención en la tarea presente. Cuando somos mindful, nuestra atención no se halla inmersa en el pasado o el futuro, ni tampoco estamos rechazando ni aferrándonos a lo que está ocurriendo en este momento. Estamos presentes de manera benévola. Este tipo de atención genera energía, lucidez y alegría. Afortunadamente, es una habilidad que todos podemos cultivar. Cuando Gertrude Stein (1922/1993, p. 187) escribió: “Una rosa es una rosa es una rosa es una rosa”, lo que pretendía era retrotraer al lector una y otra vez a una simple rosa. Estaba sugiriendo, quizá, lo que no es una rosa. Una rosa no es una relación romántica truncada trágicamente cuatro años atrás, ni tampoco el rutinario trabajo de jardinería del fin de semana. Una rosa es simplemente una rosa. El percibir con este tipo de “atención desnuda” es algo que se suele asociar a mindfulness. La mayor parte de la gente que acude a la psicoterapia está preocupada por acontecimientos pasados o futuros. Por ejemplo, las personas deprimidas a menudo sienten pesadumbre, tristeza o culpabilidad por el pasado, mientras que las personas ansiosas suelen tener miedo ante el futuro. El sufrimiento parece aumentar conforme nos vamos alejando del momento presente. A medida que nuestra atención va quedando absorbida por –y absorta en– la actividad mental y empezamos a rumiar, sin reparar en que estamos rumiando, nuestra vida cotidiana puede empezar a ser desgraciada. Algunos de nuestros pacientes sienten como si estuvieran dentro de una sala de cine viendo la misma película desasosegante una y otra vez, sin poder abandonar la sala. Mindfulness puede ayudarnos a salir de nuestro condicionamiento y a ver las cosas de nuevo: a ver una rosa tal y como es. Definiciones de mindfulness 21 La palabra mindfulness es la traducción al inglés de la palabra pali sati. El pali fue la lengua de la psicología budista hace dos mil quinientos años, y mindfulness es la enseñanza básica de esta tradición. Sati connota percatarnos, prestar atención y recordar. ¿Qué es este percatarnos? Brown y Ryan (2003) definen la percatación y la atención bajo la noción de consciencia: La consciencia engloba tanto la percatación como la atención. La percatación es el “radar” situado en un segundo plano de la consciencia, controlando continuamente el entorno interior y exterior. Uno puede percatarse de estímulos sin que éstos se hallen en el centro de atención. La atención es el proceso de enfocar bien la percatación consciente, suministrando una mayor sensibilidad a una gama limitada de experiencias (Westen, 1999). En realidad, la percatación y la atención se hallan entrelazadas de tal manera que la atención saca continuamente “figuras” del “terreno” de la percatación, manteniéndolas bien enfocadas durante varios períodos de tiempo (p. 822). En el acto de leer estas palabras estamos utilizando la percatación y la atención. Un calentador de agua que silba en un segundo plano podría acaparar nuestra atención si pita con suficiente fuerza, y en especial si queremos prepararnos un té. De igual manera, es muy probable que hagamos el trayecto de todos los días en “piloto automático”, vagamente conscientes de la carretera, pero que reaccionemos inmediatamente si por ejemplo se nos cruza un niño. Mindfulness es lo contrario de funcionar con el piloto automático y de soñar despiertos; es prestar atención a lo más relevante del momento presente. Mindfulness implica también recordar, lo cual no es lo mismo que detenernos en los recuerdos; implica recordar para reorientar nuestra atención y percatación hacia la experiencia presente de una manera cordial, receptiva. Esta reorientación exige que la intención separe la atención de la ensoñación y experimente plenamente el momento presente. La palabra mindfulness puede emplearse para describir un constructo teórico (la idea de mindfulness), así como prácticas para cultivar mindfulness (como por ejemplo la meditación) y procesos psicológicos (mecanismos de acción en la mente y el cerebro). Una definición básica de mindfulness es “la percatación momento-a-momento”. Otras definiciones podrían ser “mantener vivala consciencia frente a la realidad presente” (Hanh, 1976, p. 11), “la clara y diáfana percatación de lo que ocurre realmente a nosotros y en nosotros en los sucesivos momentos de la percepción” (Nyanaponika, 1972, p. 5), y “la percatación que surge al prestar atención expresamente, en el momento presente y de manera no enjuiciadora al despliegue de la experiencia momento a momento” (Kabat-Zinn, 2003, p. 145). Por último, conviene no 22 CARLOS Highlight CARLOS Highlight olvidar que mindfulness no puede captarse plenamente mediante las palabras dado que es una experiencia sutil, no-verbal (Gunaratana, 2002). Es como la diferencia que hay entre sentir un sonido en el cuerpo y describir lo que podríamos estar oyendo. Mindfulness terapéutica También puede que nos resulte difícil definir con precisión mindfulness si tenemos en cuenta que las definiciones modernas divergen bastante de sus multidimensionales raíces budistas (Grossman, 2011; Olendzki, 2011) y que las diferentes tradiciones dentro de la psicología budista tampoco coinciden necesariamente en cuanto al significado de mindfulness (Williams y Kabat-Zinn, 2011). Uno de los enfoques prácticos a la hora de definir mindfulness en un marco clínico es descubrir elementos comunes en los diversos programas de formación (Carmody, 2009) o también investigar lo que puede parece más útil a los pacientes en el tratamiento orientado a mindfulness. En una especie de opinión consensuada entre expertos, Bishop y varios colegas (2004) propusieron un modelo de mindfulness de dos componentes: “El primer componente implica la autorregulación de la atención, de manera que ésta se mantenga en la experiencia inmediata, permitiendo así un reconocimiento mayor de los acontecimientos metales en el momento presente. El segundo componente implica adoptar una orientación hacia la propia experiencia que esté caracterizada por la curiosidad, la actitud abierta y la aceptación” (p. 232). Aunque en la última década la regulación de la atención ha sido objeto de amplio estudio en el campo de la psicología, la cualidad de la percatación mindful es particularmente importante en los marcos clínicos caracterizados por el no enjuiciamiento, la aceptación, el amor bondadoso y la compasión. Jon Kabat-Zinn (2005), el destacado pionero de mindfulness en el ámbito de la atención sanitaria, ha definido mindfulness como “la percatación leal, momento a momento y no enjuiciadora” (p. 24). Necesitamos una respuesta compasiva a nuestro dolor personal cuando nos enfrentamos a emociones intensas y persistentes (Feldman y Kuyken, 2011; Germer, 2009). Si el terapeuta o el paciente se apartan de la experiencia desagradable con ansiedad o fastidio, nuestra capacidad para trabajar con esa experiencia disminuirá de manera importante. Desde la perspectiva mindfulness, la aceptación se refiere a la capacidad para permitir que nuestra experiencia sea tal y como es en el momento presente –aceptando las experiencias tanto agradables como dolorosas tal y como van surgiendo–. Aceptar no significa aprobar una mala conducta. Antes bien, la aceptación momento-a-momento es una condición sine qua non para el cambio conductual. “El cambio es el hermano de la aceptación, pero es su hermano pequeño” (Christensen y Jacobson, 2000, p. 11). Los facultativos de orientación 23 CARLOS Highlight Definicion CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Sticky Note Componentes CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Sticky Note la aceptación- se refiere a la capacidad para permitir que nuestra experiencia sea tal y como es en el momento presente –aceptando las experiencias tanto agradables como dolorosas tal y como van surgiendo–. Aceptar no significa aprobar una mala conducta. CARLOS Highlight mindfulness también ven en la auto-aceptación un requisito esencial para el proceso de la terapia (Brach, 2003; Linehan, 1993a). En palabras de Carl Rogers, “una curiosa paradoja de la vida es que sólo puedo cambiar cuando me acepto a mí mismo tal y como soy” (Rogers, 1961, p. 17). La definición breve de mindfulness que empleamos en este volumen es la percatación (o consciencia) de la experiencia presente con aceptación. Estos tres componentes pueden encontrarse en la mayoría de los debates sobre mindfulness en la bibliografía tanto psicoterapéutica como budista. Aunque se hallan completamente imbricados en un momento de mindfulness, en la vida corriente la presencia de un elemento de mindfulness no implica necesariamente a los demás. Por ejemplo, nuestra percatación puede estar absorta en el pasado en vez de en el presente, como suele pasar cuando sentimos un arrebato de ira ante una injusticia percibida. También podemos tener percatación sin aceptación, como suele ocurrir en la experiencia de la vergüenza. De igual manera, puede haber aceptación sin percatación, como ocurre a menudo en el perdón prematuro; y puede también que estemos centrados en el presente en un momento de intoxicación. Los terapeutas pueden emplear estos tres elementos como una medida de mindfulness en ellos mismos y en sus pacientes. ¿Nos percatamos de lo que está surgiendo dentro de y en torno a nosotros en este preciso momento con una actitud de aceptación bondadosa? Mindfulness y niveles de práctica Hay que experimentar mindfulness para saber lo que es. Puede ser que la gente practique mindfulness con distintos grados de intensidad. En un extremo del contínuum de la práctica está la mindfulness cotidiana. Incluso en nuestras vidas cotidianas, tan presionadas y poco atentas, es posible tener momentos mindful. Podemos distanciarnos momentáneamente de nuestras actividades tomando un respiro largo y consciente, centrando la atención y preguntándonos después: “¿Cuáles son mis sensaciones en este preciso momento?”. “¿Cuáles son mis sentimientos?”. “¿Cuáles son mis pensamientos?”. “¿Qué es lo más vivo y vívido en mi consciencia?”. No necesitamos ni siquiera estar relajados para tener algo de consciencia mindful, como 24 CARLOS Highlight por ejemplo cuando descubrimos: “en este momento estoy bastante enfadado”. Esto es mindfulness de la vida cotidiana (y es así también como aflora las más de las veces en la psicoterapia). En el otro extremo del contínuum están los monjes y laicos que pasan una considerable cantidad de tiempo meditando. Cuando tenemos la oportunidad de permanecer sentados durante un período prolongado con los ojos cerrados y en un lugar silencioso, perfectamente concentrados en una cosa (por ejemplo, en la respiración), la mente deviene en una especie de microscopio capaz de detectar las actividades mentales más imperceptibles. La siguiente instrucción ofrece un ejemplo de práctica de meditación intensiva: Si notamos una sensación de picor en determinada parte del cuerpo, mantengamos la mente en esa parte y tomemos una nota mental de picor… Si continuara el picor y resultara demasiado fuerte, e intentáramos frotar la parte que nos pica, asegurémonos de tomar la nota mental de intentando. Levantemos la mano despacio, notando simultáneamente la acción de levantar y también la de tocar cuando la mano toque la parte irritada. Frotemos despacio completamente conscientes de estar frotando. Cuando la sensación de picor haya desaparecido e intentemos dejar de frotar, procuremos tomar la habitual nota mental de intentando. Retiremos despacio la mano, tomando al mismo tiempo una nota mental de la acción retirar, y, cuando la mano vuelva a donde antes, a tocar de nuevo la pierna, de la acción tocar. (Mahasi, 1971, pp. 5-6). Este nivel de consciencia precisa y sutil, en el que podemos detectar incluso el “intentar”, exige claramente un nivel inusual de dedicación por parte del que practica. No deja de ser curioso que la instrucción que acabamos de ver se considere “básica”. Mahasi Sayadaw escribe que, en fases más avanzadas, “algunos meditadores perciben claramente tres fases distintas: notar un objeto, su cesación y la desaparición de la consciencia que capta esa cesación, todo ello en rápida sucesión” (1971,p. 15). Los momentos de mindfulness tienen ciertos aspectos comunes independientemente de dónde se hallan en el contínuum de la práctica. En la vida cotidiana, el momento real del despertar (de mindfulness) es grosso modo el mismo para el meditador experimentado que para el principiante. Los momentos mindful son: • No conceptuales. Mindfulness es una consciencia in-corporada, intuitiva, despojada de los procesos de pensamiento. • No verbal. La experiencia de mindfulness no puede plasmarse en palabras porque la 25 CARLOS Highlight consciencia se da antes de que surjan las palabras en la mente. • Centrada-en-el-presente. Mindfulness siempre está en el momento presente. Si nos enfrascamos en pensamientos, nos apartamos temporalmente del momento presente. • No enjuiciadora. La consciencia no puede fluir libremente si nos disgusta lo que estamos experimentando. • Participativa. Mindfulness no está separada del acto de presenciar; experimenta la mente y el cuerpo de manera íntima y al mismo tiempo libre de trabas. • Liberadora. Cada momento de consciencia mindful ofrece un pequeño plus de libertad respecto del sufrimiento condicionado, un pequeño espacio alrededor de nuestra incomodidad. Estas cualidades se producen simultáneamente en cada momento de mindfulness. La práctica de mindfulness es un intento consciente por volver al momento presente con consciencia benévola, una y otra vez, y con todas las cualidades arriba enumeradas. Como tal, mindfulness no es precisamente inhabitual; lo que sí es bastante raro es su continuidad. Sabiduría y compasión Mindfulness no es una meta en sí; la fomentamos a fin de vernos libres del sufrimiento. A medida que ahondemos en mindfulness, lo más probable es que surjan en nosotros la sabiduría y la compasión, cualidades éstas que conducirán de manera natural a una mayor libertad psicológica (Germer y Siegel, 2012). Por ejemplo, la práctica de mindfulness nos libera del pensamiento repetitivo, lo que a su vez nos permite ver la fluidez y constante cambio de nuestras vidas, incluido nuestro sentido de nosotros mismos. Esta visión profunda nos libera de la constante necesidad de promocionarnos en la sociedad y de defendernos de los pequeños insultos. En la psicología budista esto se considera sabiduría; es decir, “ver” la transitoriedad e ilusión de un “yo” fijo y reconocer que nos procuramos miseria al combatir la realidad del momento presente. El gran filósofo griego Heráclito escribió: “Los que quieren tener sabiduría hacen lo que yo he hecho: buscar dentro” (Hillman, 2003, p. xiii). Y Buda dijo: “Ven y ve” (en pali: ehipassiko). La estrecha relación que existe entre visión contemplativa y sabiduría es la razón por la que a la meditación mindfulness se la conoce también como meditación insight; es decir, la práctica de “mirar dentro” para ver las cosas tal y como son, por debajo de nuestras percepciones y reacciones condicionadas, y para liberar el corazón y la mente. La sabiduría y la compasión son “dos alas de un pájaro” (Dalai Lama, 2003, p. 56; Germer 26 CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Highlight y Siegel, 2012). La compasión remite a la capacidad de abrirnos al sufrimiento (el que hay en nosotros y en los demás) junto con el deseo de aliviarlo; surge de manera natural de la sabiduría (la profunda consciencia y aceptación de las cosas tal y como son realmente). La compasión puede cultivarse también directamente a través de prácticas ad hoc. En nuestro rol de terapeutas, si nos sentimos compasivos hacia un paciente pero no tenemos sabiduría es muy probable que nos invada la emoción y nos sintamos incapaces de descubrir un sendero que nos saque del sufrimiento, con lo que concluiremos diciendo que el tratamiento no tiene futuro. Inversamente, si somos “sabios”, es decir, si captamos la naturaleza compleja de la situación de un paciente y podemos explicarle los diferentes pasos a dar, pero nos deja fríos la desesperación que lo atormenta, nuestras sugerencias terapéuticas caerán en saco roto. Los terapeutas necesitamos tanto la sabiduría como la compasión, y para desarrollarlas podemos utilizar las prácticas de mindfulness. Los psicoterapeutas y mindfulness Mindfulness ya está perfectamente implantada en Estados Unidos (Ryan, 2012). En una encuesta realizada en 2007, el 9,4% de los encuestados dijeron haber practicado meditación el año anterior frente al 7,6% de cinco años antes (National Center for Complementary and Alternative Medicine, 2007). Lo cual no nos sorprende, si consideramos que la ciencia es muy influyente en la sociedad moderna y que la comunidad científica ha mostrado un gran interés por la meditación. En círculos clínicos, la meditación se ha convertido en uno de los más estudiados métodos psicoterapéuticos (Walsh y Shapiro, 2006). Los facultativos se sienten atraídos hacia mindfulness por toda una serie de motivaciones: personales, clínicas y científicas. Una breve historia de mindfulness en psicoterapia La introducción formal del pensamiento oriental en la filosofía y psicología occidentales se puede rastrear ya a finales del siglo xviii, cuando varios estudiosos británicos empezaron a traducir textos espirituales indios, como por ejemplo el Bhagavad Gita. Estas enseñanzas, junto con la escritura budista, echó raíces en Estados Unidos gracias a los escritos de “transcendentalistas” tales como Henry David Thoreau, quien escribió esto en Walden (1854/2012): “Estuve sentado a la puerta de mi casa tomando el sol desde el amanecer hasta el mediodía, sumido en ensoñaciones… Y me di cuenta de lo que los orientales querían decir con la palabra contemplación” (p. 61). En los primeros años del siglo xx, William James comentó 27 CARLOS Highlight a sus alumnos de Harvard: “Ésta [la psicología budista] es la psicología que todo el mundo estudiará dentro de veinticinco años” (Epstein, 1995, pp. 1-2). La predicción de James se ha verificado en gran parte, aunque con unos años de retraso. El campo del psicoanálisis también flirteó con la psicología budista durante bastante tiempo. En 1930 Freud intercambió cartas con un amigo en las que afirmaba que la filosofía oriental le era ajena, tal vez “más allá de los límites de [su] naturaleza” (citado por Epstein, 1995, p. 2); lo que no le impidió escribir en El malestar en la cultura (Civilization and its Discontents, 1961a) que el “sentimiento oceánico” en la meditación era una experiencia esencialmente regresiva. Franz Alexander (1931) incidió en la cuestión con un artículo titulado “Buddhist Training as an Artificial Catatonia” (“La ejercitación budista como catatonia artificial”). Sin embargo, otros teóricos psicodinámicos se mostraron más obsequiosos, como fue especialmente el caso de Carl Jung, quien en 1927 escribió un comentario sobre el Libro tibetano de los muertos y durante su vida sintió una gran curiosidad por la psicología oriental. La Segunda Guerra Mundial propició que las mentes de muchos occidentales se abrieran a las psicologías asiáticas, en especial al budismo zen. Shoma Morita, en Japón, desarrolló una terapia “hospitalaria-hogareña” para la ansiedad basada en el zen, con la que se alentaba a los pacientes a experimentar sus temores sin tratar de cambiarlos ni detenerlos, de manera muy parecida a la moderna psicoterapia de orientación mindfulness (Morita, 1928/1998). Después de la guerra, D.T. Suzuki dialogó con Erich Fromm y Karen Horney (Fromm, Suzuki y DeMartino, 1960; Horney, 1945) e inspiró a visionarios y artistas tales como Alan Watts, John Cage y a los escritores beat Jack Kerouac y Alan Ginsberg (se encontrarán reseñas históricas más extensas de la psicología budista en Occidente en McCown, Reibel y Micozzi, 2011, y en Fields, 1992). La semilla de mindfulness arraigó asimismo en las mentes de muchos terapeutas jóvenes que, en los sesenta y setenta del siglo pasado, se sintieron atraídos hacia la filosofía y la meditación orientales como medio para conseguir la libertad emocional. Fritz Perls (2012) estudió zen en Japón en 1962 y, aunque desengañadopor su experiencia, observó: “El fenómeno experimentado es la gestalt definitiva”. A finales de los sesenta, muchos jóvenes acudieron en masa a clases de meditación transcendental (TM; Mahesh Yogi, 1968/2001; Rosenthal, 2012) en la estela de las ideas de iluminación propugnadas por los Beatles y otros famosos a su regreso de la India. El libro del antiguo psicólogo de Harvard Ram Dass Be Here Now [Estar aquí y ahora] (1971), una mezcla de ideas hindúes y budistas, vendió más de un millón de ejemplares. El yoga, que es esencialmente mindfulness en movimiento (Boccio, 2004; Hartranft, 2003), también viajó a Occidente por aquella época. De manera paulatina, los facultativos empezaron a asociar su práctica de meditación personal al trabajo clínico. 28 Al mismo tiempo, se produjo un auténtico florecimiento de los estudios sobre meditación. Por ejemplo, el cardiólogo Herbert Benson (1975) se hizo famoso por su empleo de la meditación para tratar disfunciones cardíacas, y la psicología clínica empezó a ir al mismo paso que la investigación sobre la meditación ya como “adjunta” de la psicoterapia ya como una psicoterapia propiamente tal (Smith, 1975). En 1977, la Asociación Psiquiátrica Americana hizo un llamamiento para verificar de manera formal la eficacia clínica de la meditación. La mayor parte de las revistas de la época publicaron artículos que tenían por tema la meditación de concentración, como por ejemplo la meditación trascendental y la relaxation response (la respuesta de la relajación) de Benson. Sin embargo, durante los años noventa los estudios pasaron a tratar predominantemente de la meditación mindfulness (Smith, 2004). En 1979, Jon Kabat-Zinn abrió el Centro para Mindfulness en la facultad de medicina de la universidad de Massachusetts y enseñó la reducción del estrés basada en mindfulness (mindfulness-based stress reduction o MBSR) para tratar estados crónicos para los que los médicos no tenían ya nada más que ofrecer. En 2012 había más de setecientos programas de MBSR ofrecidos a nivel mundial (Center for Mindfulness, 2012), y el MBSR se había convertido en el principal programa de adiestramiento mindfulness utilizado en la investigación psicológica. Si en 2005, cuando se publicó la primera edición de este libro, sólo aparecieron 365 artículos sobre mindfulness con crítica favorable en el campo de la psicología (PsyclINFO), en 2013 se contabilizaron, tan sólo en Estados Unidos, más de 2.200 artículos y más de seiscientos centros de tratamiento y estudio de mindfulness (véase figura 1.1). En la actualidad tenemos intervenciones estructuradas basadas en mindfulness para tratar toda una amplia gama de trastornos mentales y físicos, así como ensayos controlados aleatoriamente que respaldan estas intervenciones, y las reseñas y meta-análisis de estos estudios. Además, la investigación neurobiológica más sofisticada está demostrando el poder que tiene el adiestramiento de la mente para cambiar la estructura y función del cerebro (véase capítulo 15). (Véase asimismo www.mindfulexperience.org, donde se encontrará una base de datos global y regularmente actualizada de la investigación sobre mindfulness). 29 Figura 1.1. Número de publicaciones anuales sobre mindfulness entre 1980 y 2011. Figura suministrada por by David S. Black, doctor en filosofía y letras, del Institute for Prevention Research, Keck School of Medicine, universidad de Southern California, publicada con permiso del autor (www.mindfulexperience.org). Parece, pues, que estamos asistiendo a la emergencia de un modelo nuevo y unificado de psicoterapia basado en el constructo de mindfulness. Mindfulness es tanto transteórica (atrae a una amplia gama de terapeutas, como por ejemplo conductuales, psicodinámicos, humanistas y sistémico-familiares) como transdiagnóstica (parece ser que alivia diversos trastornos mentales y físicos). Mindfulness está reconectando a los facultativos con sus colegas científicos en tanto en cuanto que programas de tratamiento empíricamente apoyados y basados en mindfulness y la investigación neurobiológica en general se están asociando para esclarecer la manera como mindfulness alivia el sufrimiento. Los terapeutas actuales exploran la meditación tanto para el bienestar personal como para cultivar cualidades terapéuticas beneficiosas (véase capítulos 3 y 5), mientras que los pacientes buscan terapeutas que mediten y tengan un enfoque compatible con la cura emocional. En una palabra, que mindfulness parece estar acercando cada vez más la teoría, la investigación y la práctica clínicas y ayudando a integrar las vidas privadas y profesionales de los terapeutas. 30 Unas palabras sobre el budismo Mindfulness es un elemento nuclear de la psicología budista. Es muy probable que los psicoterapeutas encuentren la temprana psicología budista compatible con sus intereses, considerando que no sólo tiene por meta aliviar el sufrimiento sino que además valora en alto grado el estudio empírico. Mientras que la ciencia occidental explora los fenómenos mediante la observación objetiva, en tercera persona, la psicología budista ofrece un enfoque sistemático, en primera persona, relativamente desprovisto de presupuestos apriorísticos (Wallace, 2007; véase también capítulo 2). Nunca se insistirá lo suficiente en que la psicología budista no es una religión en sentido usual, teísta, aunque los budistas de algunas culturas orientales veneren las enseñanzas y la imagen de Buda. El Buda histórico (563-483 a.C.) es generalmente considerado un ser humano, no un dios, cuya tarea consistió en aliviar el sufrimiento psicológico. Según la tradición budista, cuando descubrió una senda para la libertad decidió (aunque remisamente al principio) enseñar a otros lo que había aprendido. Según la leyenda, cuando la gente encontraba a Buda después de su concienciación/iluminación, no le parecía muy distinto a los demás hombres. Siempre que le preguntaban quién era, él contestaba que era “buda”, es decir, simplemente “una persona que está despierta”. Se dice que enseñó a lo largo de cuarenta y cinco años y que tuvo muchos estudiantes, ricos y pobres. Hablaba una lengua sencilla y se servía de relatos e ideas de la cultura india popular. En su primer sermón sobre las Cuatro Nobles Verdades, expuso estas ideas fundacionales: 1. La condición humana implica sufrimiento. 2. El causante de este sufrimiento es el conflicto entre cómo son las cosas y cómo deseamos que sean. 3. El sufrimiento puede reducirse e incluso eliminarse cambiando nuestra actitud hacia la experiencia desagradable. 4. Hay ocho estrategias generales (el noble sendero óctuple) para acabar con el sufrimiento (véase el capítulo 2 y el Apéndice). Buda murió a los ochenta años, probablemente como consecuencia de una comida contaminada tomada en la casa de un seguidor pobre. Se dice que Buda descubrió la manera de acabar con el sufrimiento sin ninguna apoyatura ni ritual religiosos. Las culturas han venerado su imagen, pero Buda ordenó a sus estudiantes que no lo veneraran. Pedía a sus estudiantes que descubrieran la verdad de sus enseñanzas 31 CARLOS Highlight mediante la propia experiencia. La creencia en nociones como el karma o el renacimiento no son imprescindibles para sacar el mayor provecho de la psicología budista (Batchelor, 1997), que es ante todo una manera práctica de conocer, modelar y liberar la mente (Nyanaponika, 1965; Olendzki, 2010). Mindfulness es la práctica fundamental de la psicología budista, y el corpus de esta psicología –que incluye tanto las enseñanzas originales de Buda como los posteriores escritos del Abhidharma– se puede considerar la base teórica de la práctica de mindfulness (Bodhi, 2000; Nyanaponika, 1949/1998). A un profesional clínico la bastará con leer los primeros textos budistas para convencerse de que Buda fue esencialmente un psicólogo. En el capítulo 14 y en el Apéndice de este libro se hablará de la práctica de mindfulness, con ulteriores elementos históricos y conceptuales. La práctica de mindfulness Aunquemindfulness se da de manera natural en la vida cotidiana, exige una práctica sostenida. Y aunque todos nos despertamos periódicamente a nuestra experiencia presente, caemos de nuevo rápidamente en el habitual pensamiento discursivo. Incluso cuando nos sentimos particularmente atentos (por ejemplo, mientras hacemos terapia), sólo somos o estamos mindful de manera intermitente. Nuestras mentes se embrollan fácilmente al asociarse con lo que están diciendo o haciendo nuestros pacientes. Puede que despertemos entonces momentáneamente de nuestra ensoñación, nos reorientemos al paciente y reanudemos la exploración de lo que éste nos está comunicando. Pero muy pronto volveremos a deslizarnos hacia el pensamiento distraído. Unas veces, el contenido de nuestra distracción será una clave ilustrativa de lo que está ocurriendo en la consulta; pero otras, no. La continuidad de mindfulness exige una intención y persistencia muy fuertes. Práctica formal e informal Podemos aprender mindfulness con ejercicios ya formales ya informales. La práctica de mindfulness formal va asociada a la meditación, siendo una excelente oportunidad para experimentar mindfulness a sus niveles más profundos. Es como acudir a un gimnasio mental. La introspección sostenida, disciplinada, permite al ejercitante entrenar la atención, observar sistemáticamente el contenido de la mente y saber así cómo funciona. La práctica de mindfulness informal se refiere a la aplicación de las destrezas de 32 CARLOS Highlight CARLOS Highlight mindfulness en la vida cotidiana. Cualquier acontecimiento mental puede ser objeto de nuestra consciencia –podemos dirigir la atención a la respiración, escuchar sonidos ambientales, etiquetar emociones o notar sensaciones físicas mientras, por ejemplo nos lavamos los dientes–. Dos ejercicios muy corrientes para cultivar mindfulness en la vida cotidiana son el paseo mindful y la comida mindful. En la meditación ambulante, atendemos a la sensación cinestésica secuencial, momento-a-momento, del paseo. Por fuera, se parece a una película a cámara lenta. Por dentro, estamos notando en silencio cómo “levanto el pie… inicio un paso… lo apoyo…” En la meditación comiendo, comemos despacio y en silencio, reparando en los alimentos que hay en el plato, así como en las sensaciones de la comida en la boca, en los movimientos musculares al masticar, en los sabores de la comida y en el proceso de tragar. Esto, que puede convertir una comida corriente en algo sumamente interesante, se suele utilizar con las estrategias basadas en mindfulness para gestionar la comida compulsiva (Kristeller y Wolever, 2011). En la práctica budista tradicional hay cuatro pilares de mindfulness: (1) el cuerpo, que incluye la respiración y la postura; (2) el tono sensorial, como por ejemplo la cualidad agradable, desagradable o neutra de las sensaciones; (3) los estados mentales, como por ejemplo la distracción o la aparición del orgullo, y (4) los objetos mentales, que incluyen cualidades fomentadoras del bienestar, como por ejemplo la energía y la tranquilidad, o cualidades inhibidoras del mismo, como por ejemplo la ira y la desidia. Aunque parece ser que en tiempos de Buda no existió la distinción entre pensamientos y emociones, en la psicoterapia moderna es muy importante la mindfulness de las emociones. Tres tipos de meditación mindfulness En Occidente se suelen enseñar tres clases de meditación bajo la denominación de meditación mindfulness (Salzberg, 2011; véase también capítulo 7): (1) la atención centrada o enfocada (concentración), (2) la atención abierta (mindfulness propiamente tal) y (3) el amor bondadoso y la compasión. En la teoría y práctica de mindfulness en psicoterapia, así como en los primeros textos budistas, se hace particular hincapié en los dos primeros tipos (Carmody y otros, 2011). Sin embargo, en estos últimos años la práctica del amor bondadoso y de la compasión ha despertado un considerable interés (Hofman, Grossman y Hinton, 2011). Hay pruebas neurológicas que sugieren que las destrezas mentales cultivadas por estos tres tipos de meditación representan procesos cerebrales solapados aunque distintos (Brewer, Mallik y otros, 2011; Desbordes y otros, 2012; Dickenson, Berkman, Arch y Lieberman, 2013; Lee y otros, 2012; Leung y otros, 2013; Lutz, Slagter, Dunne y Davidson, 2008; Tang y Posner, 2013) y que ciertas funciones cerebrales preexistentes podrían incluso determinar la preferencia por una práctica respecto de otra (Mascaro, Rilling, Negi y Raison, 2013). Un 33 CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Sticky Note Cuatro pilares de mindfulness El cuerpo el tono sensorial los estados mentales los objetos mentales CARLOS Sticky Note tre clases de meditacion (1) la atención centrada o enfocada (concentración), (2) la atención abierta (mindfulness propiamente tal) y (3) el amor bondadoso y la compasión. CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Highlight elemento común a todas las técnicas de meditación mindfulness es la centralidad de la consciencia bondadosa, momento-a-momento. La atención centrada La atención centrada, o meditación de concentración, puede compararse con un rayo láser que enfoca cualquier objeto hacia el que va dirigido. Como ejemplos de objetos internos de meditación podemos citar la sensación de respirar, determinadas palabras o frases o una parte concreta del cuerpo, mientras que objetos de enfoque externo podrían ser una imagen, un sonido, la llama de una vela o incluso un dibujo o mancha en la pared. La concentración suele ser más fácil cuando el objeto es agradable. La instrucción para este tipo de meditación es: cuando notes que tu atención se dispersa, llámala suavemente otra vez [hacia el objeto escogido]. Meditación respirando Busquemos un lugar tranquilo y sentémonos, manteniendo una postura a la vez erecta y relajada. Respiremos despacio, con fluidez, durante unos segundos para asentar el cuerpo y la mente. Después dejaremos que los párpados se cierren suavemente, del todo o parcialmente. • Exploremos nuestro cuerpo reparando bien en él y tratemos de descubrir dónde podemos notar la respiración con más facilidad. Unas personas la notan alrededor de las fosas nasales, como una brisa fresca encima del labio superior; otras personas notan que el pecho les sube y baja con más facilidad, y otras finalmente notan la respiración en el abdomen según el vientre se expande y contrae. • Notemos simplemente las sensaciones físicas de inspirar y espirar. • Cuando notemos que la mente se ha distraído, volvamos a fijarnos en la respiración. • No hay necesidad de controlar la respiración. Dejemos que el cuerpo nos respire a nosotros, tal y como lo hace de manera natural. • No nos preocupemos si la mente se distrae a menudo. Cada vez que notemos que la atención se ha ido a otra parte, volvamos simplemente a la respiración de la misma manera que podríamos reconducir a un niño pequeño o a un cachorro que se nos ha ido de la mano. • Cuando deseemos terminar la meditación, abramos los ojos suavemente. La meditación de concentración ayuda a tener la mente calmada, apaciguada (samantha, la 34 CARLOS Highlight CARLOS Highlight palabra pali que significa atención centrada, connota a la vez tranquilidad y concentración). Nuestra atención se fija y se relaja cuando la mente se ve empujada hacia un objeto concreto, una y otra vez, apartándose así de las distintas preocupaciones (reales e imaginadas) que nos agobian a lo largo de la jornada. En psicoterapia, la atención centrada es una manera de anclar la mente cuando una persona se ve zarandeada por emociones fuertes. Podemos centrar la atención del paciente haciéndole notar cómo sus pies tocan el suelo o cómo el aire entra y sale de sus pulmones. He aquí una práctica de concentración sencilla: La atención abierta La meditación de atención abierta se puede comparar con un reflector (por oposición al rayo láser de la meditación de concentración) que ilumina un campo de objetos cada vez másamplio conforme éstos van surgiendo en la consciencia, uno a la vez. El ser receptivos a cualquier sonido del entorno que se oiga de manera especial en un momento dado puede ser un buen ejemplo de atención abierta, mientras que el escuchar adrede el sonido de una campana sería un buen ejemplo de atención centrada o enfocada. Podemos utilizar la atención abierta para notar nuestras intenciones, sensaciones, emociones, pensamientos y/o conductas. Un ejemplo corriente de atención abierta en la práctica clínica es el desarrollo de la consciencia interoceptiva de las sensaciones corporales (Farb, Segal y Anderson, 2012; Michalak, Burg y Heidenreich, 2012). Otras prácticas terapéuticas consisten en etiquetar emociones (por ejemplo, la tristeza, la vergüenza o el miedo) y creencias básicas (verbigracia, “nadie me quiere”, “estoy plagado de defectos”), lo que puede ayudarnos a conseguir un poco de perspectiva sobre nuestros sentimientos y pensamientos desasosegantes. En la meditación formal, la transición de la atención centrada a la atención abierta empieza cuando nos invitamos a nosotros mismos a “notar eso que distrajo nuestra atención” cuando la mente se aleja del objeto de percatación elegido (por ejemplo, la respiración) en vez de volver simplemente a dicho objeto. Notar puede implicar un momento de reconocimiento (¡ajá!) o también nombrar nuestra experiencia en términos de, por ejemplo, “estoy pensando, juzgando o preocupándome”. La instrucción dirigida a la atención abierta (también conocida como consciencia sin elección) es “notar cualquier cosa que predomine en mi campo de percatación, momento a momento”. La atención abierta desarrolla nuestra capacidad para tener una consciencia relajada en la que la atención consciente se mueva de manera natural entre los elementos cambiantes de la experiencia. Con el tiempo, nos ayudará a ser más capaces de descubrir nuestro condicionamiento personal y la manera como funciona nuestra mente. Mientras que la concentración apacigua la mente focalizando un único objeto, la atención abierta cultiva la 35 CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Highlight ecuanimidad en medio de los acontecimientos de la vida, que son aleatorios e inesperados. Técnicamente hablando, mindfulness se refiere a la destreza de la atención abierta. La palabra pali que la describe es vipassana, que significa ver claramente. El rasgo principal de la meditación vipassana (también denominada insight o mindfulness) es la atención abierta. Sin embargo, en la cultura occidental mindfulness se suele emplear actualmente para describir las tres destrezas que se están describiendo aquí: (1) la atención centrada, (2) la atención abierta y (3) el amor bondadoso y la compasión. El ejercicio siguiente es una práctica de atención abierta que nos puede ayudar a regular las emociones difíciles. Mindfulness y emoción en el cuerpo Tras encontrar una postura cómoda, cerremos los ojos del todo o parcialmente y respiremos tres veces relajadamente. • Situemos la respiración allí donde mejor podamos notarla. Notemos cómo se mueve por el cuerpo, y, cuando se disperse la atención, volvamos suavemente a notar el movimiento de la respiración. • Pasados unos minutos, notemos las sensaciones físicas de estrés que estamos (re)teniendo en el cuerpo, probablemente en el cuello, la mandíbula, el vientre o la frente. • Notemos también si estamos (re)teniendo algunas emociones difíciles, como por ejemplo preocupación por el futuro o aprensión por el pasado. Debemos tener en cuenta que todo cuerpo humano soporta una buena dosis de estrés y de preocupaciones a lo largo del día. • Intentemos nombrar la emoción que embarga nuestro cuerpo: ¿tal vez una sensación de tristeza, ira, miedo, soledad, vergüenza? Repitamos este acto de etiquetar varias veces para nosotros mismos con voz suave, amable, y volvamos después a la respiración. • Elijamos ahora un solo punto del cuerpo en el que el estrés se pueda estar expresando con mayor fuerza, tal vez en forma de dolor en la región del corazón o de tensión en el estómago. En nuestra mente, inclinémonos suavemente hacia esa zona como podríamos hacer sobre un niño recién nacido. • Sigamos respirando con naturalidad, dejando que la sensación siga allí, justo donde está. Notemos la respiración en medio de las demás sensaciones corporales. • Dejemos que el movimiento suave, rítmico, de la respiración suavice y apacigüe nuestro cuerpo. También podemos poner la mano en el corazón mientras seguimos respirando. • Cuando estemos listos, abramos suavemente los ojos. 36 CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Highlight Amor bondadoso (o amor y bondad) y compasión El amor bondadoso y la compasión describen la cualidad de la consciencia mindful –la actitud o la emoción– más bien que la dirección de la consciencia simplemente. Pensemos al respecto en la diferencia entre la luz de un quirófano y la luz de una vela en un restaurante acogedor. El amor bondadoso aporta calidez a la experiencia de la meditación; es decir, aporta ternura, sosiego, confort, relax, cuidado y conectividad. Estas cualidades son particularmente importantes si tenemos que hacer frente a emociones difíciles que constriñen nuestra consciencia y activan nuestras defensas. Un ejemplo de meditación de amor y bondad (en pali: metta) puede ser la repetición pausada de frases como “ojalá disfrute de seguridad” u “ojalá sea feliz y me vea libre de sufrimiento”. La finalidad de la meditación de amor y bondad es plantar la semilla de la buena voluntad para con nosotros mismos y los demás, una y otra vez, lo que al final resulta en pensamientos, emociones y conductas de índole positiva. En sentido amplio, puede decirse que toda meditación que evoque una sensación de felicidad y calidez es una meditación de amor y bondad. El amor bondadoso es un “estado mental que aspira a que todos los seres sintientes gocen de felicidad”, mientras que la compasión (en pali: karuma) es “el deseo de que todos los seres sintientes se vean libres de sufrimiento” (Dalai Lama, 2003, p. 67). La compasión se da cuando el amor bondadoso se encuentra con el sufrimiento. Tanto el amor y bondad como la compasión son emociones positivas que mejoran nuestra salud y bienestar (Fredrickson, 2012; Fredrickson, Cohn, Coffey, Pek y Finkel, 2008; Klimecki, Leiberg, Lamm y Singer, 2012), hacen que nuestra consciencia pase de la atención preocupada a la atención amorosa y abren nuestro campo de percepción, ayudándonos a ser más mindful. En psicoterapia, la compasión toma a menudo la forma de la auto-compasión. Por ejemplo, una meditación de compasión que nos incluya a nosotros mismos consistirá en inhalar calidez y ternura para con nosotros mismos en cada inspiración y exhalar las mismas cualidades para con los demás en cada espiración (véase capítulo 4). Esta meditación puede ser practicada por los clínicos durante momentos de la terapia particularmente difíciles o por los pacientes a lo largo de la vida cotidiana. Es una modificación de la meditación budista tibetana tonglen, en la que inspiramos el sufrimiento de los demás y espiramos nuestra compasión hacia los demás (Chödrön, 2001). Para potenciar la autocompasión en la meditación de amor y bondad tradicional (utilizando frases como principal centro de atención), las palabras podrían cambiar un poco, como por ejemplo “ojalá sea amable conmigo mismo” u “ojalá me acepte como soy” pare reflejar la presencia del sufrimiento; también podemos poner simplemente una mano en el corazón para notar un contacto suave y cálido (Neff y Germer, en fase de edición). 37 CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Highlight CARLOS Highlight Mindfulness y emoción en el cuerpo Tras encontrar una postura cómoda, cerremos los ojos del todo o parcialmente y respiremos tres veces relajadamente. • Situemos la respiración allí donde mejor podamos notarla.