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Gustavo Andrés Benavides Nomura UNIVERSIDAD DEL ROSARIO 4° Semestre – AIAS Cardiovascular Hipertensión RAE CCL II: Describir cómo se diagnostica la crisis hipertensiva y su manejo Crisis Hipertensiva Una crisis hipertensiva es una situación de urgencia médica que se caracteriza por una elevación súbita de la presión arterial que puede o no producir una lesión leve o grave a un órgano blanco u órgano diana (cerebro, corazón, riñones u ojos). Esta es una manifestación infrecuente que se presenta en pacientes hipertensos y alrededor del 1% de los pacientes con hipertensión arterial desarrollará en algún momento una crisis hipertensiva. Las cifras de criterio establecidas para definir una crisis hipertensiva en Colombia son una presión arterial sistólica igual o superior a 180 mmHg y una presión arterial diastólica igual o superior a 120 mmHg; además de la presencia de riesgo de lesiones orgánicas graves. Aunque según las guías de la AHA es 160 mmHg PAS y 110 mmHg PAD; y SEC igual a de Colombia. Se pueden distinguir dos tipos de crisis hipertensivas: - Urgencia Hipertensiva = Es una elevación súbita de la presión arterial, pero esta no produce de manera inmediata daño a órganos blancos, por lo que no se asocia a resultados adversos a corto plazo y puede tratarse en un entorno ambulatorio por medio de medicamentos orales a los que se le realizan arreglos para un seguimiento inmediato. Sin embargo, debemos estar bien atentos en la capacidad de los pacientes en utilizar los fármacos. - Emergencia Hipertensiva = Consiste en una elevación grave de la presión arterial con daño a órganos blanco, como disección aórtica, falla cardiaca, papiledema o evento vascular cerebral. Este evento se asocia con una morbilidad y mortalidad intrahospitalarias importantes, por lo que requiere tratamiento inmediato en una unidad de cuidados intensivos y deben ser tratadas con medicamentos intravenosos guiados por el tipo de daño del órgano diana afectado. Etiología: La crisis hipertensiva puede ocurrir en pacientes hipertensos conocidos como en pacientes sin antecedente de esta enfermedad. Se genera por cualquier enfermedad o evento estresante que sea capaz de alterar algún sistema de regulación (como ya nos explico en BM). Algo esencial, son las patologías mas comunes que pueden modificar estos mecanismos (hipertensión secundaria): a. Causas Neurológicas = como por ejemplo: enfermedad cerebral vascular (ya sea isquémica o hemorrágica), hemorragias intracraneal b. Causas Cardiovasculares = como por ejemplo: aneurismas, disecante aórtico, insuficiencia cardiaca aguda y síndrome coronario agudo, hipertensión arterial maligna, bypass aortocoronario o historia de enfermedad cardiovascular c. Causas Renales = tales como: insuficiencia renal aguda, trasplantes renales, feocromocitoma d. Otras causas: Preeclampsia, eclampsia, traumatismo craneoencefálico, quemaduras prolongadas, suspensión de tratamientos antihipertensivos en pacientes con la enfermedad, interacciones farmacológicas (como lo es el caso de los inhibidores de la MAO y la tiramina), consumo de drogas (cocaína, por ejemplo), después de un evento quirúrgico, vasculitis, enfermedad de Guillain Barré, etc. Cuadro clínico: Dependiendo del órgano diana, se puede ver alteraciones a nivel cardiovascular, neurológico, ojo y renal (los principales órganos dianas). Sin embargo, pacientes con antecedentes de hipertensión son capaces de soportar esta elevación de la PA sin ninguna sintomatología, diferente de los pacientes que nunca tuvieron hipertensión que pueden tener daño al órgano diana de manera mas rápida (principalmente jóvenes). Entre los principales síntomas y signos encontramos: - Urgencia Hipertensiva: o Cefalea (22%) o Dolor torácico opresivo (9%) o Cuadro de disnea (9%) o Astenia (10%) o Apistaxis (sangrado de las fosas nasales) (17%) o Alteraciones motoras y sensitiva (10%) - Emergencia Hipertensiva: o Dolor toracico opresivo persistente (27%) o Cuadro marcado y subito de disnea (22%) o Alteraciones estado de alerta (21%) Diagnostico: Como ya sabes, el abordaje diagnostico cuenta principalmente con tres partes fundamentales: 1. Historia clínica 2. Antecedentes personales 3. Examen físico 4. Estudios complementarios (pruebas de laboratorio e imagen) 1. Historia Clínica: Debe ser rápida, concisa y dirigida, para permitir al médico poder hacer el abordaje terapéutico lo más rápido y eficaz posible. Dentro de ésta, toma importancia un interrogatorio detallado, si el paciente ya era conocido como hipertenso abordando su tiempo de evolución, tratamiento, cifras tensionales habituales, apego al tratamiento. Se debe indagar sobre cuándo empezaron los síntomas que lo motivaron a venir a la consulta médica, la evolución de estos, etc. Interrogar dirigidamente si presenta algún síntoma de los mencionados en el apartado de cuadro clínico. 2. Antecedentes personales: Indagar de forma dirigida sobre los antecedentes que tenga el paciente, es importante conocer si cuenta con comorbilidades (diabetes, obesidad, insuficiencia cardiaca, insuficiencia renal, asma, EPOC, etc.), factores de riesgo cardiacos (tabaquismo, uso de drogas, alcoholismo, cocaína), dieta (consumo de sal), hacer preguntas dirigidas buscando una afección de órgano blanco y consumo de medicamentos que eleven la presión arterial (esteroides, anticonceptivos, eritropoyetina, inhibidores de la MAO, etc.). Abordar los antecedentes heredo familiares más relevantes, preguntando sobre la carga genética que tiene acerca de hipertensión arterial, de familiares con dislipidemias, obesidad, patologías cardiovasculares. 3. Examen físico: Como elementos clave para el diagnóstico de la crisis hipertensiva vamos a encontrar la medición precisa de los niveles de presión arterial. Se debe medir la presión arterial en ambos brazos, si estos valores son iguales o superiores a 180/120 mmHg, se le va a preguntar al paciente o a sus familiares sobre la hipertensión preexistente, donde deben incluir detalles como duración y gravedad, así como del daño a órganos blanco, en particular renal y cerebrovascular. Se hace la evaluación cuidadosa de posibles precipitantes, síntomas y evidencia de daño en órganos diana; índice de masa corporal, perímetro abdominal y hacer una valoración cefalocaudal: - Exploración neurológica = alteraciones sensitivas o motoras indican que el órgano diana afectado es el encéfalo. - Oftalmoscopia = buscar datos de retinopatía hipertensiva: hemorragias, papiledema, exudados. - palpación de cuello = soplo carotídeo es característico de estenosis aórtica, palpar tiroides y ganglios. - cardiaca = descartar soplos, ruido de galope, etc. - Pulmonar = descartar edema pulmonar si el paciente tiene crépitos y cuadro de disnea. - Abdominal = un soplo abdominal es un indicio clínico de coartación aórtica o hipertensión renovascular, detectar alguna masa puede orientar a pensar en un aneurisma o poliquistosis renal. - evaluar lesiones cutáneas, ya que las estrías cutáneas son características del síndrome de Cushing. - se evalúa el pulso y presencia de edema en extremidades torácicas y pélvica, ya que hay un retraso característico en el pulso en extremidades torácicas en comparación a las pélvicas en coartación aórtica. 4. Estudios complementarios: En cualquier crisis hipertensiva, el abordaje general para detectar daño a órgano blanco debe incluir los siguientes estudios de laboratorio: a. Biometría hemática (valoración de una posible anemia hemolítica microangiopática), b. Química sanguínea (creatinina, glucosa, urea y ácido úrico), electrolitos séricos (sodio, potasio y calcio) c. Examen general de orina (evaluación de hematuria y proteinuria). Algunos autores recomiendan la cuantificación de catecolaminas (valores anormales son sugestivas de estrés intenso, ansiedado incluso un feocromocitoma) y aldosterona (evaluación hiperaldosteronismo). Los estudios de imagen recomendados en el abordaje inicial son: a. Electrocardiograma (descartar datos de hipertrofia ventricular izquierda, alteraciones patológicas del segmento ST, arritmitas), b. Radiografía de tórax (mediante esta se calcula el índice cardiotorácico, se evalúa la dilatación de cavidades, el arco aórtico, los hilios y la trama pulmonar, de este modo se descarta la posibilidad de una congestión pulmonar, dilatación aortica, se descarta que el mediastino esté aumentado de tamaño, lo que es común en disección aórtica). El resto de estudios se pedirán de acuerdo a la sospecha clínica del cuadro, por ejemplo se solicita los marcadores cardíacos CPK, CPK MB y troponina I (especialmente ante la sospecha de un síndrome coronario agudo, una gasometría arterial (útil en sospecha de insuficiencia cardiaca y edema agudo pulmonar), tomografía de cráneo (si se sospecha al encéfalo como órgano de choque, se valora el edema, hemorragia, infarto), ecocardiograma (si se piensa en una disfunción del corazón), tomografía abdominal (si se busca un aneurisma aórtico), una arteriografía (si se sospecha una causa vasculorrenal), ácido vanililmandélico (si se sospecha en un feocromocitoma como causa), etc. Otra manera de hacer el abordaje: Es enfocando según los principales órganos dianas de una crisis hipertensiva, principalmente: 1. Cerebro y retina: Con respecto al cerebro, se debe preguntar acerca de los déficits sensoriales o motores focales y los cambios visuales o del habla, también se debe realizar un examen neurológico, buscando deficiencias motoras y anomalías en la marcha, el habla y la vista. Si hay hallazgos positivos, el paso a seguir es la toma de imágenes con tomografía computarizada (TC) o imágenes por resonancia magnética. Con respecto a la retina, realizar fotografía de fondo de ojo o fondo de ojo de retina, buscando evidencia de lesión microvascular (hemorragias o exudados) o edema cerebral (papiledema). 2. Corazón Se debe indagar sobre dolor torácico, disnea, ortopnea, disnea nocturna paroxística, palpitaciones y edema. Luego se debe realizar la búsqueda signos de insuficiencia cardíaca en el examen (presión venosa yugular elevada, estertores bibasilares, tercer ruido cardíaco o edema); también se hace la toma de radiografía de tórax, electrocardiografía (par cambios isquémicos) y medición de troponina en la mayoría de los pacientes. Los síndromes coronarios agudos incluyen angina inestable e infarto de miocardio. Co respecto a los vasos grandes (aorta), se debe preguntar sobre el dolor de pecho o de espalda. Luego se deben obtener las medidas de presión arterial en ambos brazos y muslos buscando asimetría; si se despierta sospecha, se realiza una TC de tórax y abdomen co contraste o ecocardiografía transesofágica 3. Riñones Se debe medir el nivel de creatinina sérica para descartar una lesión renal aguda. El análisis de orina puede mostrar proteinuria o hematuria como signo de lesión microvascular. Manejo Urgencia Hipertensiva Respecto a este subtipo, al no haber un daño a órgano blanco, no habrá necesidad de reducir tan bruscamente la presión arterial, ya que se puede causar un cuadro isquémico (tanto cardiaco como cerebral) a causa de un abordaje brusco. El objetivo es reducir la presión arterial media un 20%, entre 24 - 48 horas. Para lograr este objetivo se recomienda colocar al paciente en un decúbito supino, y dar hasta 10 min de reposo, en caso de presentar un cuadro de ansiedad o nerviosismo ante su situación clínica se puede valorar una benzodiacepina con el fin ansiolítico. Se debe investigar si el paciente ya estaba bajo un tratamiento antihipertensivo, ya que, de ser así, este debe iniciarse de inmediato y ajustar la dosis, incluso agregar nuevos fármacos, para llevarlo a rangos fisiológicos de presión. De no estar bajo un tratamiento antihipertensivo, se debe abordar con un fármaco cuya acción sea lenta, evitando así propiciar una isquemia en órganos sensibles, como lo que pasaba tras administrar nifedipino sublingual. Se puede utilizar cualquier medicamento antihipertensivo de acción lenta, de la gran variedad de familias en esta situación clínica, aunque las ultimas investigación concuerdan en que el captopril es el abordaje ideal. Manejo Emergencia hipertensiva En esta situación al haber una afectación a órgano blanco, es imprescindible reducir más rápido la presión arterial, evitando así una lesión aún mayor. Por lo que aquí la presión basal del paciente debe reducirse en un 25% en un periodo de 1 hora (algunos autores mencionan hasta 2 horas como máximo). Cabe recalcar que hay situaciones especiales, como la disección aórtica, donde por la condición clínica subyacente el abordaje deberá ser aún más rápido, por lo que el abordaje es desde el inicio por vía parenteral. Ya que estos pacientes cuentan con una lesión directa orgánica, en necesario realizar el protocolo ABC para garantizar un adecuado soporte vital, y de este modo asegurar una vía aérea permeable, oxigenoterapia, monitorización continua de la presión arterial (en los dos brazos), toma de electrocardiograma, canalización de una vía periférica, sondaje vesical, valoración de estado de alerta. Los autores y expertos recomiendan el uso de los siguientes fármacos por su accesibilidad, popularidad fácil control, aunque se recalca que el abordaje farmacológico debe ser individualizado ante la sospecha etiológica del paciente. Principalmente: - Furosemida - Labetalol - Nitroglicerina Sin embargo, dependiendo del órgano afectado, debemos enfocar el tratamiento sobre ese órgano (además de la reducción de la PA). Entre las principales presentaciones clínicas de la emergencia hipertensiva, están: 1. Encefalopatía hipertensiva = Caracterizado por cursar con una alteración neurológica de manera difusa, llegando incluso estado de coma, causado por que la presión arterial elevada vence la autorregulación del flujo cerebral, provocando un edema cerebral severo. Su tratamiento es a base de nitroprusiato 2. Accidente cerebrovascular agudo = La crisis hipertensiva puede ser derivada o causal del accidente cerebro vascular. Un tratamiento agresivo puede ser mortal por la hipoperfusión cerebral que causaría. Sólo se indica nitroprusiato a pacientes con > 200/130 mmHg 3. Síndrome coronario agudo = Se debe valorar la historia clínica, exploración física, electrocardiograma y enzimas cardiacas par aun diagnóstico preciso. Se debe reducir gradualmente la presión arterial de modo que no se comprometa la perfusión coronaria. El abordaje es con nitroglicerina parenteral, teniendo como meta una presión diastólica <100 mmHg. Como segunda opción se encuentran los beta bloqueadores, y calcios antagonistas. En casos refractarios a tratamiento médico se aborda con nitroprusiato. (RAE de Dolor torácico) 4. Edema agudo de pulmón = Por el incremento de las resistencias vasculares que propicia una falla ventricular izquierda. Se aborda con nitroprusiato, morfina, origen y furosemida, con el objetivo de disminuir la postcarga ventricular. 5. Aneurisma disecante de aorta = Caracterizada por dolor opresivo en tórax, irradiado a la espalda, brazos y abdomen, con una asimetría en pulsos periféricos, con la presencia de soplos abdominales, alteraciones en el estado del sistema nervioso central e incluso disfunción aórtica. En la radiografía de tórax es característico un mediastino ensanchado, y se confirma con una tomografía. Abordaje terapéutico con nitroprusiato y propanolol. 6. Eclampsia = Mujer previamente normotensa, con hipertensión, proteinuria, convulsiones, edema a partir de la semana 20 de gestación. El tratamiento es mediante hidralazina como primera opción, o bien se puede usar calcios antagonistas. No serecomienda beta bloqueadores ya que disminuyen el flujo sanguíneo plaquetario. Resumen (algoritmito del abordaje de crisis hipertensiva) Bibliografía: 1. Aristizábal O. D, Vélez P. S, editores. GUÍAS COLOMBIANAS PARA EL DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL [Internet]. Vol. 13. Revista Colombiana de Cardiología; 2007. Disponible en: https://scc.org.co/wp-content/uploads/2012/08/4- GUIAS_HIPERTENSION_ARTERIAL-2007.pdf 2. Gorostidi M, Gijón-Conde T, de la Sierra A, Rodilla E, Rubio E, Vinyoles E, et al. Guía práctica sobre el diagnóstico y tratamiento de la hipertensión arterial en España, 2022. Sociedad Española de Hipertensión - Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH- LELHA). Hipertens Riesgo Vasc [Internet]. 2022 [citado el 18 de abril de 2023];39(4):174–94. https://scc.org.co/wp-content/uploads/2012/08/4-GUIAS_HIPERTENSION_ARTERIAL-2007.pdf https://scc.org.co/wp-content/uploads/2012/08/4-GUIAS_HIPERTENSION_ARTERIAL-2007.pdf Disponible en: https://www.elsevier.es/es-revista-hipertension-riesgo-vascular-67-pdf- S1889183722000666 3. Caldevilla D, Servicio B, Caldevilla Bernardo D, Martínez Pérez J, Miguel L, Rodenas A, et al. R E V I S I Ó N D E G U Í A S C L Í N I C A S [Internet]. Isciii.es. 2008 [citado el 18 de abril de 2023]. Disponible en: https://scielo.isciii.es/pdf/albacete/v2n5/revision1.pdf 4. Palmero-Picazo J, Rodríguez-Gallegos MF, Martínez-Gutiérrez. R. Hypertensive crisis: an integral approach from primary care [Internet]. Medigraphic.com. [citado el 18 de abril de 2023]. Disponible en: https://www.medigraphic.com/pdfs/medfam/amf-2020/amf201e.pdf https://www.elsevier.es/es-revista-hipertension-riesgo-vascular-67-pdf-S1889183722000666 https://www.elsevier.es/es-revista-hipertension-riesgo-vascular-67-pdf-S1889183722000666 https://scielo.isciii.es/pdf/albacete/v2n5/revision1.pdf https://www.medigraphic.com/pdfs/medfam/amf-2020/amf201e.pdf
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