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La contaminación lumínica

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La contaminación lumínica puede definirse como la emisión de flujo luminoso de 
fuentes artificiales nocturnas en intensidades, direcciones, rangos espectrales u horarios 
innecesarios para la realización de las actividades previstas en la zona en la que se 
instalan las luces. 
Causas de la contaminación Lumínica 
 El uso de luminarias (farolas, proyectores o focos, etc.) que, debido a un 
mal diseño luminotécnico o a una colocación inapropiada, dejan escapar 
buena parte del flujo luminoso fuera del área que se necesita iluminar. 
 Una excesiva iluminación, produce asimismo importantes e innecesarias 
pérdidas de luz por reflexión en el suelo y demás objetos 
sobreiluminados. 
 Una zona excesivamente iluminada, provoca que en las zonas vecinas 
se tienda a imitarla, igualando al menos aquel nivel de iluminación, 
produciéndose una "reacción en cadena" que agrava el problema. Esto 
se debe a que el ojo humano necesita un cierto tiempo de adaptación 
entre diferentes niveles de iluminación, de modo que cuando pasamos 
de una zona con un exceso de luz a otra razonablemente bien iluminada 
tenemos la falsa impresión de que el alumbrado de esta última es pobre 
o insuficiente. 
 La falta de sensibilidad de las personas y sobre todo de las entidades 
responsables es debida principalmente a una falta de información unida 
al hecho frecuente de que al vivir durante mucho tiempo con este 
problema, nos hemos acostumbrado a él y ya no lo percibimos como tal. 
Todo esto lleva a que, con frecuencia, a la hora de elegir un modelo de 
luminaria, al carecer de unos criterios propios y racionales, se utilice el 
recurso fácil de imitar a otras poblaciones con alumbrado contaminante, 
o a que solo se tengan en cuenta criterios supuestamente estéticos, 
olvidándose de su principal función que es la de iluminar bien 
Consecuencias de la contaminación Luminica 
Derroche energético: 
La luz no aprovechada, que con frecuencia supera el 25 % llegando en algunos 
casos a superar el 50 % (farolas tipo globo), también tenemos que pagarla. Nos 
obliga a usar lámparas de mayor potencia ya que solo estamos utilizando una 
parte de la misma, perdiéndose el resto innecesariamente. Este exceso de 
consumo que deben de suministrar las centrales eléctricas, supone un mayor 
gasto de combustible y, en consecuencia, una mayor emisión de gases 
contaminantes a la atmósfera, responsables entre otras cosas del efecto 
invernadero que está haciendo aumentar la temperatura media de nuestro 
planeta y de la lluvia ácida que destruye los bosques. 
Deslumbramiento: 
La luz que incide directamente desde la lámpara en nuestros ojos tiene una 
intensidad bastante superior a la que nos llega reflejada por el suelo y por los 
obstáculos que en él se presenten, haciendo que los veamos peor, ya que la 
abertura de las pupilas se ha cerrado hasta adaptarse a aquella mayor 
intensidad luminosa. 
Este molesto deslumbramiento nos produce fatiga visual , reduce nuestra 
percepción y ,en consecuencia, aumenta el riesgo de accidentes de tráfico, es 
decir, reduce la seguridad vial. 
También afecta negativamente a la vida nocturna de la fauna, en especial a 
ciertas aves (un caso muy conocido es el de las crias de pardela que en su 
primer vuelo se desorientan y se estrellan debido al deslumbramiento de las 
poblaciones, hiriendose y muriendo en muchas ocasiones). 
Intromisión en la vida privada de las personas: 
Al iluminar fachadas y ventanas con la luz no dirigida al suelo se producen 
bastantes molestias y se facilita la indiscreción de los viandantes. 
Dificulta y llega a impedir la visión del cielo estrellado: Esta es una 
consecuencia realmente lamentable para todos y muy especialmente para el 
astrónomo, ya que ese maravilloso espectáculo, fuente inagotable de 
conocimientos y de belleza, que indudablemente es la visión del resto del 
Universo del que formamos parte, se ha degradado de tal manera a causa de 
dicha contaminación, que hasta hemos ido perdiendo la costumbre de mirar al 
cielo por las noches, pués ha dejado de llamarnos la atención.

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