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EN EL CAMPO DE L A ARQUEOLOGIA Nos alegra poder recoger en estas páginas una tarea ya iniciada por el Ministerio del Aire, de gran interés y futuro para la investigación arqueo- lógica. En el noticiario de nuestra Revista, donde se vienen reflejando todos los hallazgos nuevos y los avances de la Arqueología, queremos recoger este importante hecho y felicitar a S. E. el Teniente general don Juan Vigón, actual Ministro del Aire, al cual sc debe la iniciación de esta tarea que va en parte contando ya con colaboradores magníficos como el Teniente coronel don Juan Rodríguez, nombre conocido en la historia de nuestra Aviación y al cual se deben las fotografías que reproducimos. En todos los países, y al servicio de muchas ciencias, la Aviación cs utilizada como eficacísimo auxiliar. Sobre todo para la exploración de los liallazgos arqueológicos, ha sido la fotografía aérea una ayuda valiosa. Los castros ingleses y alemanes podemos casi decir que han sido ca- talogados y explorados en su totalidad, gracias a ia aviación. Conforme el avión en el terreno político y estratégico dominó al nómada del desierto, así hizo posible al arqueólogo situar las ruinas lejanas y fijar con plena se- guridad los caminos estratégicos a lo largo de los cuales se movían las ci- vilizaciones antiguas. En Asia, en Africa, en América y en Europa, las fotografías aéreas forman parte de toda obra seria de investigación. Y no sólo en lo que se refiere a los hallazgos de tierra, sino en la tarea de situar las ruinas enterradas en el mar o cubiertas por las aguas. Podemos citar en este sentido los sorprendentes descubrimientos del puerto de Tiro en Fe- nicia, realizados por A. Poidebard, con la colaboración de la aviación fran- cesa de Siria. Nuestras antiguas ciudades marítimas, como Cádiz, algunas aun por situar, como Mainake o Hemeroscopion, esperan mucho en este , sentido, y mucho más las desconocidas o discutidas estaciones arqueoló- gicas del interior de nuestra Península. Iniciada la tarea muy pronto, cuando se lograron las primeras foto- grafías aéreas de Numancia y Ampurias, tan viejas como repetidas, se paró luego totalmente, y ni los modernos aparatos dc fotografía a6rca ni los nuevos tipos dv aviones que permiten volar despacio y a la altiira con- vcnicnte, sc habían cinplcado en Es]>aña al servicio de 1:is ciencias, que. ~)aeclcn scrvirsc las ventajas clc volar sobrc los objcti\,os posiblcs d r sil iilvcstigacióii. Ahora, cn cl campo de la Arqucologia, esta tarea cstá iniciatla, v cree- ' inos será sistcmáticamciltc llcvada a cabo. E l actinismo del suelo, aprovccliando las sombras qii(. ]>rodiiccn las variaciones del mismo con las luces rasantcs del principio dc la mañana y de la caída de la tarde, nos dcscubrcn las más débiles ruinas que. ~)iicdcn influir sobrc la supcrficic. También toda obra humana, al rcmo\.cr (.1 siiclo, cambia cl tono de la coloración de la. ticrra, aprcciiildosc así dcsdc el aire toda obra aislada o cn conjunto, por su influencia cn las tonalidades del suelo. Tambikn csas rcmocioncs del tcrrcno que a vcccs, con los vcr- tcderos y cscombrcr;is, han cambiado la composición de la ticrra, no sólo transforman cl color rlcl suelo, sino que influycn cn cl (lesarrollo y tonali- dad inclusive dc la vegetación, sobrc todo cuando S(. trata dv cultivos de cereales o prados. Si están sembrados sobrc antiguas ruinas, cwtonccs parc- (les o fosos y ciialquicr otro vestigio c~ tcrrado sc suclc j~crcibir ~ ~ c ~ f c c t a m c n t c clcsdc el aire, permitiendo al arqucólogo, con la fotografía abrcii, scr\,irsc de 1111 plano seguro cn sus trabajos, además de descubrir dcsdc c.1 ;iirc infinidad clc vestigios y cstaciorics inaprcciablcs dcsdc cl suelo. Hasta lioy sólo los liallazgos casuales quc los aldeanos recogen o los trabajos qiiv :il hacerse obras de remoción clc tierras dc divcrsa índole y origen, nos sirvcn a los especialistas como fuente primaria dc información, para luego, con nuestra mayor o menor cxpcricncia, iniciar los trabajos de excavación. Compréndasc cl enorme avance. q u ~ lia representado en c.1 campo de la investigación arqueológica el poder usar dcl avión para clcscubrir ruinas dcsconocidas, para situar y valorar las ya dcscubicrtas y para scrvirsc dc un plano previo c ~ i toda cxcavación dc alguna cnvcrgadura qiic sc vaya a cmprcndcr. . Así es fácil comprender la satisfacción con que coiniinicamos la ini- ciación de una colaboración activa dc la Aviación.cspañola cn cl campo de la Arqueología. Un futuro llcno de posibilidades cspcramos scrh aprovcchatlo por los cspccialistas españolc;, dcl qiic todos podremos servirnos con fruto. Reproducimos una fotografía recicntcmcntc tomada del campamento romano dc Cáccrcs, qiic exploraron don Antonio Floriano y A. Scliultcn, y con la cual será f(1cil poder realizar sobrc plano seguro cual(luicr exca- vación, pues no sólo el recinto, sino tambií.11 sus piicrtas, cliic~1;in c1:irnnicnto señaladas cln cqta fotografía (1:'im. 1 ) . ;i. C1 Fotografía aí.rea del campamento romano de Cáceres (Castra Caeci l ia) . Se pueden apreciar los muros y fosos y las puertas que en cruz marcan los finales de cardo máximo y del decurnanus, y que aprovecharon en parte los caminos de Iierradiira. - (Servicio fotográfico de la rlriacibn 3iilitar. Fotografía tomada a las 8.jo del 6-SI-1943. Escala I : 52So.) Lo mismo en otra de las fotos del antiguo emplazamiento de Sego- briga, hoy Cabeza de ,Griego, se pueden ver los grandes edificios del anfitea- tro y ciertos grupos urbanos removidos por los buscadores de tesoros o por las diversas exploraciones allí realizadas (Iám. 11). Sobre todo es en la localización de los castros célticos dc toda la Meseta y región norte de España donde se podrían obtener los más sorpren- clcntcs resultados. La fotografía aérea del Monte Bernorio, que ahora pu- blicamos (lám. 111), es una prueba de ello. Con gran satisfacción podemos anunciar aquí la iniciación de una tarca importantísima que puede ayudar enormemente al estudio de nuestra Arqueología y por ello felicitar ya a1 Ministerio del Aire por la labor que se ha realizado. En especial damos gracias al Excmo. Sr. Ministro del Aire por las fotografías proporcionadas y por la autorización para publicarlas, así como aceptamos con júbilo y sugestión las promesas para una futura colaboración nuestra en las empresas.de la exploración aérea de la región del Levarite de España, sobre todo conio complemento de los trabajos y excavaciones cien- tíficas que realizamos en esta región de Cataluña, donde, con su ayuda, esperamos obtcbricr miiy lavosablcs res~iitatlos. - M A R T ~ N ALKAGRO. 1-A E S T A C I Ó N DE E S T U D I O S PIRENAICOS DE J A C A Por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha sido creada la Estación de Estudios Pirenaicos con sede en Jaca. Una de sus secciones es la de Arqueología, presidida por don Martín Almagro. En agosto de 1943 se celebró en esa ciudad la reunión primera de la Estación. Con tal motivo se dieron, entre otras, una conferencia por el doctor Almagro, sobre la pobla- ción pirenaica anterromana, y otra por el doctor Pericot, sobre la cultura pirenaica hasta la época megalítica. Se acordó, asimismo, realizar varias campañas de excavación en dólmenes de la alta provincia de Huesca y en las cuevas de Seriñá, y publicar los materiales paleolíticos de Seriñá, con- servados en colecciones particulares, y otros trabajos. La campaña de exca- vaciones de Seriñá, dirigida por el doctor Pericot, con la colaboración dc don Juan Maluquer, don José M.a Corominas y otros elementos de Rañolas y Gerona, se acaba de realizar con buenos y prometedores resultados en el pasado octubre. Asimismo, ha colaborado ia Estación, con el Servicio dc Investigaciones Arqueológicas de la Excma. Diputación de Barcelona, cn la excavación de la nccrópolis hallstáttica de Agullana, realizada por los sc- ííorcs don Pcclro de Palo1 y don JoaquínTomás, bajo la dirección dcl doc- tor Almagro. So c.stA ~) rc l~a rando la publicaciOii de las colcccioiics Alsius, Rosonis y Corominas. Cabe cspcrar cxcelciitcs resultaclos dc. la actividacf dc la Es- tación, qiicl para c1 próximo verano ticnc cl 1)rol)ósito dv intcbiisificar los tr;ibxjos (.~i cl I'irinco :iragonCs y cn VI cat;ilíín. 1.. 1'. I,AS Crl AfPAf3A.5 DE E S C A 1/11 C1011;E.q DEL S E R V I C I O DE I N V E S T I G A CI (7N P R E H I S T ( ) R I C A I)E L A EXCAPA. I I IPUTA- C I ( 7 N PIZOTUNCIAI, DE T/ALEATCI.4 E X 1941 Y 1943 En los \-c.r:iiios dc 1942 jr 10-1; la labor dvl Scr\ricio liiclinntlo con las dificultadcs de anos antcriorc~s, carc~stíri. de jornalcs y problvmas de alo- jamiento, 1i;t continiiado sin disminiiir cil jntc~i-isidad. Sc 1ia concc-ntrado sobrct todo cbll 1i1. ('ucva clc la Cocina y c.11 San 3Ziguc.l tlc 1,iri;t. EII la priincra, lia podido e?tca\.arsc: 1iact:t la mitad pr0ximanicntc dc la zona clc In. ciitratia, linbiéndosc confirmado la cstratigrafía svñalada cn la primera cainl)afia. E l númcro dc 1)l:icas con grabatlos gcom6tricos cs ya rcspctablc, liav iiucv:is placas con Iiiicllas dc. pintura. I'asan dc sciscicn- tas las puntas triangiilarcs ciicontradas. E n un dctcrminado nivel nparcccn grandes piezas tlc caliza. trabajada. Por todo cllo crccrnos quc cl ?(;tudio dv esta cucva será dccisivo para la .;istcmatización del Mcsolítico csl)aliol y 1111 gran rcfucrzo para las hipótesis quc licmos ~)rcscntado sobre c.1 rirtc riil~estrc lcvantino. Las c~scavacioncs dc 1,iria no lian prodiicido cn cstoc; anos rcsulta- dos scnsacioiirilcs, siguiendo cl hallazgo dc ccr5inic:i, cn piirtc dccorada y con algunas inscripciones. E n ii i i contrafucrtc. dc.1 monte. aparccicroii ccrámicas algo inás antiguas que 13s dcl poblado, z1.1 I)nrckccLr de cntcrra- inicntos. Sin cvnbargo, queda milclio dcl poblado por excavar, liabiéndoscl sacrificado, siguiendo 1;i dirccci611 dcl Servicio, iin 1)lan inctódico, aiinqiio cllo obligue a trabajar cii zonas miiv d(~struídn.; 1 7 dc rcsiiltados rncno\ brillan tcs. Dichas c~scnvacioncs han sido dirigidas, rcspcctivnin<~iite, por 1,. Pc- ricot y J. Ral l~~stcr , colaborando cn ambas cntrc otros, los scííorcs Alcácc.1. y Pla. Tambikn ha sido excavada la curiosa cstación dc Navarrés, bajo la dirección del doctor ('hocomeli, con la colaboración de E. Pla. En medio de una zons pantanosa por lo quc ha hecho pcnsar en algo dc tipo pala- fítico, sc cncucbntran los rcstos cntrc los que cxistcn desdc clcmcntos tricso- liticos hasta otros claramente de la Edad del Bronce. El cstudio dc dicha cstación y de sus matcrialcs constitirirá, sin diida, una novedad cii la Prc- historia lcvantiiia.