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Biologia de los microorganismos (1361)

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M E C A N I S M O S I N M U N I T A R I O S 823
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respuesta inmunitaria adaptativa es capaz de generar TCR que 
unirán casi todos los péptidos antigénicos conocidos. Los TCR 
reconocen únicamente complejos MHC-péptido, pero otros 
antígenos, como los polisacáridos complejos, no son recono-
cidos, pero pueden unirse a inmunoglobulinas receptoras de la 
superficie de las células B. Además, los TCR solo reconocen y 
se unen a un antígeno peptídico si está unido a una proteína del 
propio hospedador, la proteína del complejo principal de histo-
compatibilidad.
Proteínas del complejo principal 
de histocompatibilidad 
Todos los vertebrados poseen un conjunto de genes que se 
denomina complejo principal de histocompatibilidad (MHC, 
del inglés major histocompatibility complex). El MHC codifica, 
entre otras, un grupo de proteínas que son críticas en la presen-
tación de los antígenos. En el ser humano, estas proteínas del 
MHC en humanos reciben también el nombre de antígeno leu-
cocitario humano o HLA (del inglés human leukocyte antigens), 
y fueron identificadas por primera vez como los antígenos más 
importantes causantes del rechazo inmunitario de los órganos 
trasplantados. Hoy en día sabemos que la función primaria de 
las proteínas del MHC es la unión a péptidos derivados de los 
antígenos y su presentación a los TCR. 
Hay dos grupos de proteínas MHC, que se denominan clase 
I y clase II. Las proteínas MHC de clase I se encuentran en la 
superficie de todas las células con núcleo. En cambio, las pro-
teínas MHC de clase II solo están presentes en la de los lin-
focitos B, los macrófagos y las células dendríticas; es decir, de 
los tipos celulares que actúan como APC. Esta distribución 
guarda relación con la diferente función de las proteínas de 
clase I y II.
Las proteínas de clase I están formadas por dos polipépti-
dos: una cadena �, codificada por los genes de la región MHC 
y anclada en la membrana, y la �-2 microglobulina (�
2
m), una 
proteína de menor tamaño codificada por un gen no-MHC 
(Figura 25.8a). Las MHC de clase II están formadas por dos poli-
péptidos no unidos covalentemente, denominados � y �. Como 
las cadenas alfa de las proteínas MHC de clase I, estos polipépti-
dos están anclados en la membrana y se proyectan hacia el exte-
rior desde la superficie de la célula (Figura 25.8b).
Las proteínas del MHC no son estructuralmente idénticas 
entre los individuos de una misma especie, pues hay entre ellas 
sutiles diferencias individuales en la secuencia de aminoácidos 
de la proteína pero que están adyacentes cuando la cadena de 
la macromolécula se pliega en su estructura secundaria, tercia-
ria o cuaternaria.
Los TCR reconocen epítopos proteínicos únicamente tras la 
degradación parcial de los inmunógenos, lo que se conoce como 
su procesamiento. El procesamiento de los antígenos destruye 
la conformación de la macromolécula, rompiendo la proteína 
en péptidos de menos de veinte aminoácidos. Como resultado, 
los TCR reconocen solo epítopos lineales de la secuencia pri-
maria de la proteína. Los antígenos procesados se presentan a 
las células T en la superficie de la APC (APC, del inglés anti-
gen presenting cells) o células diana especializada, como vere-
mos en la Sección 25.4. 
Los anticuerpos, por otro lado, pueden reconocer en proteí-
nas o polisacáridos la conformación nativa de los epítopos en 
superficies macromoleculares. Además, los anticuerpos pueden 
reconocer epítopos lineales.
Los anticuerpos y los TCR tienen la capacidad de diferenciar 
epítopos estructuralmente muy semejantes. Por ejemplo, pue-
den distinguir entre glucosa y galactosa, dos hexosas que difie-
ren solo en la orientación de un grupo hidroxilo. Sin embargo, 
la especificidad no es absoluta y un anticuerpo individual o un 
TCR puede reaccionar en cierta medida con epítopos que guar-
den una cierta semejanza estructural. El antígeno que induce 
un anticuerpo o TCR se denomina antígeno homólogo y los que 
no los inducen se denominan heterólogos. La reacción posi-
tiva entre un anticuerpo o un TCR y un antígeno heterólogo se 
denomina reacción cruzada.
MINIRREVISIÓN
 ¿En qué se diferencian un inmunógeno y un antígeno?
 Resuma las propiedades intrínsecas y extrínsecas de los 
inmunógenos.
 Indique un epítopo reconocido por un anticuerpo y compárelo 
con un epítopo reconocido por un TCR.
25.4 Presentación de antígenos 
a las células T
Las células T (o linfocitos T) son linfocitos procesados en el 
timo que interaccionan con antígenos por medio de los TCR y 
activan respuestas inmunitarias adaptativas ( Sección 24.3). 
Examinaremos a continuación cómo los TCR interaccionan con 
los antígenos en la superficie de los fagocitos presentadores de 
antígenos o de las células diana infectadas.
El receptor T
El TCR es una proteína transmembrana que se extiende desde 
la superficie de la célula T hasta el ambiente extracelular y de 
la que, en una misma célula, está presente con miles de copias 
idénticas en su superficie. Un TCR funcional está constituido 
por una cadena polipeptídica � y una �, cada una con varios 
dominios o regiones que tienen propiedades estructura-
les y funcionales diferentes. Ambas cadenas tienen un domi-
nio variable (V) y otro constante (C) (Figura 25.7). Los dominios 
V� y V� interaccionan cooperativamente para formar un único 
sitio de unión al antígeno. Como veremos en la Sección 26.7, la 
Vβ
Cβ
Vα
Cα
Antígeno
Variable
Constante
Figura 25.7 El receptor T (TCR). Los dominios V de las cadenas � y � se
combinan para formar el lugar de unión al péptido.
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