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I N M U N O L O G Í A M O L E C U L A R 843 U N ID A D 5 Cada proteína tiene por lo menos un dominio con una secuencia de aminoácidos muy conservada llamado domi- nio constante (o dominio C). Este dominio tiene normal- mente unos 100 aminoácidos con un puente disulfuro que se extiende entre 50-70 aminoácidos. Los dominios C dan inte- gridad estructural a las moléculas que unen antígenos, fijan el dominio V de unión al antígeno a la membrana citoplasmática y dan a cada proteína su forma característica. Los dominios C pueden también proporcionar sitios de reconocimiento para moléculas accesorias. Por ejemplo, el dominio C de la mayo- ría de las IgG y de todas las IgM se une al componente C1q del complemento, un paso crítico para iniciar la secuencia de activación del complemento ( Sección 25.9). De la misma forma, el dominio C de las proteínas MHC I se une al CD8 en los linfocitos T citotóxicos (Tc), y los dominios C homólogos de MHC II unen CD4 en la superficies de las células T cola- boradoras (o Th, del inglés T-helper). Las interacciones MHC I-CD8 y MHC II-CD4 son pasos críticos para la activación de las células T y para el desarrollo de la respuesta inmunitaria ( Sección 25.4). Los dominios variables (V) de TCR e Ig tienen aproximada- mente el mismo tamaño que los dominios constantes, pero sus estructuras pueden ser muy diferente unas de otras y también de los dominios C. Los dominios V de Ig y TCR han evolucio- nado para interaccionar con una gran variedad de antígenos. En cambio, los dominios V de las proteínas del MHC han evo- lucionado de forma independiente de los dominios V de Ig y TCR, e interaccionan con péptidos no propios (extraños al hos- pedador), dando lugar al complejo MHC- péptido que es reco- nocido por el TCR. Las proteínas TCR, Ig y MHC están constituidas por dos polipéptidos diferentes. El TCR contiene una cadena alfa (�) y una cadena beta (�) ( Sección 25.4). Las proteínas del MHC también están constituidas por dos cadenas polipep- tídicas distintas, llamadas también � y � ( Sección 25.4). Las Ig tienen una cadena pesada y una cadena ligera separa- das ( Sección 25.7). Estos heterodímeros se expresan en la superficie de la célula y se unen al antígeno. Sin embargo, la función específica de cada una de estas moléculas es bas- tante diferente. Las Ig pueden estar ancladas en la superficie de las células B donde se unen a los patógenos y productos de los patógenos como las toxinas. Las Ig también son pro- ducidas en grandes cantidades como proteínas solubles en el suero y en las mucosas. Los TCR se encuentran exclusiva- mente en los linfocitos T e interaccionan con péptidos anti- génicos derivados de proteínas del patógeno que han sido procesadas. Estos péptidos son presentados por las proteí- nas del MHC en las células diana o en células especializadas presentadoras de antígeno (APC). Como se vio en la Sección 25.4, las APC comprenden los macrófagos, las células dendrí- ticas y los linfocitos B). Transducción de señales en linfocitos reactivos a antígenos Las células B interaccionan con los antígenos a través de sus Ig y las células T lo hacen a través de los receptores de antí- geno TCR. Como ocurre con los PRR en la respuesta inmuni- taria innata, las Ig y los TCR trasmiten una señal a través de la membrana citoplasmática para estimular la transcripción Estructura y evolución de las proteínas de unión al antígeno La proteínas Ig, TCR y MHC comparten motivos estructura- les y han evolucionado por duplicación y selección de genes que codifican receptores primordiales de antígenos. Algunas proteínas importantes de la superfamilia de las Ig se muestran en la Figura 26.2. Las proteínas están constituidas por varios dominios. Membrana citoplasmática Membrana nuclear DNA Sitio de unión de NFκB NFκB (activo) IκB ADPATP ADPATP ADPATP NFκB (inactivo) IκK TRAF6 (cinasa) Adaptador MyD88 CD14 TLR-4LPS LBP IRAK4 (cinasa) Transcripción P P P Figura 26.1 Transducción de señales en la inmunidad innata. La transducción de la señal se inicia cuando el LPS (un PAMP) se une a LBP (proteína de unión al lipopolisacárido) que a su vez transfiere el LPS a CD14 en la superficie del fagocito. El complejo LPS-CD14 se une entonces al receptor transmembrana TLR-4. La unión a TLR-4 inicia una serie de reacciones en las que intervienen proteínas adaptadoras y cinasas y causa la activación del factor NF B, que luego se difunde a través de la membrana nuclear, se une al DNA e inicia la transcripción de proteínas esenciales para la inmunidad innata. https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
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