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esófago cervical se inclina ligeramente a la izquierda en su descenso y entra en el mediastino superior a través de la abertura superior del tórax, donde se convierte en el esófago torácico. Cuando el esófago está vacío, la luz tiene forma de hendidura. Cuando el bolo alimenticio desciende por él, la luz se expande, provocando un peristaltismo reflejo en los dos tercios inferiores del esófago. El esófago cervical se localiza entre la tráquea y la columna vertebral (v. figs. 9-42 y 9-44 A). Está unido a la tráquea por tejido conectivo laxo. Los nervios laríngeos recurrentes se encuentran dentro o cerca de los surcos traqueoesofágicos formados entre la tráquea y el esófago (v. fig. 9-47). A la derecha del esófago se encuentran el lóbulo derecho de la glándula tiroides y la vaina carotídea derecha, con su contenido. El esófago está en contacto con la pleura cervical en la raíz del cuello. A la izquierda están el lóbulo izquierdo de la glándula tiroides y la vaina carotídea izquierda. El conducto torácico se adhiere al lado izquierdo del esófago y se sitúa entre este y la pleura. Véanse los capítulos 4 y 5 para detalles relacionados con las regiones torácicas y abdominales del esófago. Vasos del esófago cervical. Las arterias del esófago cervical son ramas de las arterias tiroideas inferiores. Cada arteria da origen a ramas ascendentes y descendentes que se anastomosan entre sí y cruzan la línea media. Las venas del esófago cervical son tributarias de las venas tiroideas inferiores. Los vasos linfáticos de la porción cervical del esófago drenan en los nódulos linfáticos paratraqueales y cervicales profundos inferiores (fig. 9-51). Nervios del esófago cervical. La inervación del esófago es motora y sensitiva somática para la mitad superior, y parasimpática (vagal), simpática y sensitiva visceral para la mitad inferior. El esófago cervical recibe fibras somáticas a través de ramos de los nervios laríngeos recurrentes, y fibras vasomotoras procedentes de los troncos simpáticos cervicales a través del plexo que rodea a la arteria tiroidea inferior (v. fig. 9-47). Anatomía de superficie de las capas endocrina y respiratoria de las vísceras cervicales El cuello de un lactante es corto, y por tanto las vísceras cervicales se localizan más arriba en los lactantes que en los adultos. Las vísceras cervicales no alcanzan sus niveles definitivos hasta después de los 7 años de edad. El alargamiento del cuello se acompaña de cambios de crecimiento en la piel. Por consiguiente, una incisión en la línea media en la porción inferior del cuello en un lactante provoca una cicatriz que se localizará sobre la porción superior del esternón cuando sea niño. El hueso hioides, en forma de U, se sitúa en la porción anterior del cuello, en el ángulo profundo entre la mandíbula y el cartílago tiroides, a la altura de la vértebra C3 (fig. 9-51). Al deglutir, el hioides se moverá bajo los dedos si se sitúan en el ángulo entre el mentón y el cuello anterior. El cuerno mayor de un lado del hioides es palpable sólo cuando el cuerno mayor del lado opuesto se ha fijado. La prominencia laríngea está producida por el encuentro de las láminas del cartílago tiroides formando un ángulo agudo en la línea media anterior. Este ángulo 1853 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 9 CUELLO Vísceras del cuello Anatomía de superficie de las capas endocrina y respiratoria de las vísceras cervicales booksmedicos.org Push Button0:
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