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EXPLORACIÓN DE OÍDO 1. MATERIALES Base Cabeza con cuello inclinable Kit de objetos externos: o Cera de oreja o Pequeñas piezas o Fragmentos de esponja o Cuchara de extracción 4 pares de orejas: o Normal modo examinación o Normal modo extracción o Estenosis modo examinación o Estenosis modo extracción 1.1 Material adicional Otoscopio 2. PREPARACIÓN 1. Seleccionar en la parte trasera de la cabeza el caso a realizar. 9 casos predeterminados: 1) normal 2) otitis media serosa 3) otitis media mucosa 4) otitis media crónica con perforación 5) otitis media aguda supurativa 6) colesteatoma 7) timpanoesclerosis 8) perforación traumática 9) bloque de cerumen 2. Activar o desactivar la alarma o chivato (luz roja o amarilla sin ruido) de inserción dolorosa 3. Colocar el par de orejas deseado 4. Si se desea, insertar objetos externos 5. Realizar la exploración de oído 1 – normal 2 – otitis media serosa 3 – otitis media mucosa 4 – otitis media crónica con perforación 5 – otitis media aguda supurativa 6 – colesteatoma 7 – timpanoesclerosis 8 – perforación traumática 9 – bloque de cerumen 3. LIMPIEZA 1. Apagar el sistema 2. Retirar los objetos externos restantes y guardarlos 3. Retirar las orejas de la cabeza y guardarlas 4. Si hace falta, limpiar las superficies con un paño con agua tibia y jabón suave 4. PROCEDIMIENTO [1] La exploración de oído, como cualquier exploración, se debe iniciar con una correcta anamnesis. Una vez recabada información sobre antecedentes familiares, personales y síntomas y evolución de la condición actual, se puede proceder a la inspección de oído. 1. Observar el pabellón auditivo en busca de malformaciones o alteraciones de la piel. 2. Observar las regiones preauriculares y retroauriculares por si hay cicatrices, fistulas o quistes. 3. Palpar los puntos clásicos de la oreja en busca de adenopatías o zonas dolorosas, así como comprobar que la movilización del pabellón no sea dolorosa. 4. Pasar a la exploración del conducto auditivo externo y el tímpano mediante el otoscopio, traccionando el pabellón hacia atrás y arriba antes de introducirlo. 5. Observar la piel del conducto auditivo externo: grosor, coloración, carácter descamativo. 6. Limpiar el conducto de cerumen, secreciones, detritus, etc. que puedan dificultar la visualización del tímpano. 7. Observar el tímpano: cambios de color, alteraciones de los relieves normales, perforaciones, alteraciones de la posición y movilidad. 5. PATOLOGÍAS REPRESENTADAS E INFORMACIÓN ADICIONAL [1] En condiciones normales, el conducto auditivo externo es cartilaginoso en la parte externa y óseo en la interna, angulado con variaciones de diámetro y estrechándose a la altura del istmo; la piel, que se va haciendo más delgada hasta ser una sola capa encima del tímpano, está cubierta de pelos y glándulas sebáceas. Por otra parte, el tímpano tiene aspecto nacarado, traslucido, brillante y gris con determinadas partes anatómicas. En condiciones patológicas, presenta otorrea (secreciones) si es una otitis externa. Tomar una muestra con un hisopo es recomendable si no está claro el agente etiológico. Otra condición patológica que se puede observar es el tapón de cerumen, que debe ablandarse y extraerse; o malformaciones anatómicas (osteoma) o tumores, que pueden dificultar la examinación. 5.1 Otitis media [2] Otitis es la inflamación del oído, y ésta puede ser externa si afecta al conducto auditivo externo o media si afecta al oído medio, es decir, des del tímpano hasta la trompa de Eustaquio. Suele ser de origen infeccioso (bacteriano o vírico) como complicación de un resfriado o alergias. Es muy frecuente en infantes de 3 meses a 3 años debido a que las estructuras del oído medio aún no se encuentran del todo desarrolladas o maduras. Puede ser aguda o crónica, según la duración de la infección, y serosa o mucosa según el tipo de supuración. Si no se cura puede extenderse a estructuras más internas y causar mastoiditis (inflamación del hueso mastoideo), petrositis o laberintitis o incluso llegar al cerebro y causar meningitis o abscesos de pus. Los síntomas principales son el dolor de oído (otalgia) e hipoacusia (capacidad auditiva disminuida); así como irritabilidad y dificultad para dormir en lactantes o fiebre, náuseas, vómitos y diarrea en infantes. En la observación del tímpano este se ve abombado con eritema y signos inespecíficos con desplazamiento del reflejo luminoso. Al insuflar aire, se percibe una movilidad reducida de la membrana timpánica. Se trata generalmente con analgésicos para reducir el dolor de mientras la infección remite, cosa que sucede de forma espontánea en el 80% de los casos, y en ocasiones se administran también antibióticos. Otitis media aguda supurativa [3] La otitis media se considera aguda si se produce de forma brusca, dura menos de 3 semanas, presenta otalgia e hipoacusia y la membrana timpánica se muestra inflamada y abombada. Suele estar causada por una obstrucción de la trompa de Eustaquio causada por una inflamación de la misma, generalmente a causa de una infección vírica de las vías respiratorias superiores; esto causa una otitis serosa, y si el trasudado se contamina con bacterias se produce una otitis media aguda. Es muy frecuente en la infancia, ocurriendo en el 80% de la población antes de los 6 años, el 80-90% de ellas precedidas de una infección vírica de las vías respiratorias superiores y en menor medida se desarrolla a partir de rinitis. El diagnóstico es clínico, caracterizado por la aparición brusca de otalgia, hipoacusia y en las supurativos con otorrea purulenta incluso otorragia, en ocasiones acompañado de fiebre y/u otorrea; y se confirma por otoscopia, en la cual aparece la membrana timpánica enrojecida, deslustrada, abombada y pulsátil, cosa que indica que la mucosa del oído medio se encuentra inflamada con la cavidad llena de secreción. En casos avanzados y complicados pueden aparecer síntomas más graves como vértigo, náuseas, parálisis facial. Al avanzar la infección, el pus se va acumulando en el oído medio causando un abombamiento de la membrana timpánica que puede llegar a provocar una perforación en la membrana a través de la cual se drena el material purulento y así desaparece el dolor intenso y la fiebre. Estas perforaciones se suelen cerrar sin secuelas, aunque si esto no sucede puede provocar el paso a una otitis media crónica con perforación. El tratamiento suele basarse en analgésicos y antipiréticos y generalmente no hace falta tratamiento antibiótico y la otitis remite sin complicaciones en 3 días, aunque pueden persistir determinadas secuelas auditivas durante unas semanas. En casos más complicados se puede administrar antibiótico según el agente etiológico o si hay dolor intenso se puede realizar una miringotomía para evacuar el pus. Otitis media crónica con perforación [4] [5] La otitis media pasa a considerarse crónica cuando dura más de 3 meses, hay perforación timpánica e inflamación de la mucosa del oído medio. El síntoma más característico es la supuración (serosa, mucosa o purulenta), que puede ir acompañada de hipoacusia, vértigo y acufenos. La principal causa es una otitis media aguda que no se ha curado correctamente ya que, al acumular secreciones en el oído medio, provoca un aumento de presión sobre la membrana timpánica hasta finalmente producir una perforación. Esta perforación, si es demasiado grande o no se cierra de forma espontánea, permite la entrada de agua y secreciones y causa infecciones de forma repetida. Como consecuencia, la mucosa se edema y se produce rotura del epitelio del oído medio. Además, al cronificarse la infección es posible que provoque necrosis progresiva del resto timpánico y de la cadena osicular, hecho que facilita la aparición de complicaciones.Otras causas posibles son traumatismos mecánicos, quemaduras térmicas o químicas, lesiones por estadillo o causas iatrogénicas. Los cultivos de la supuración suelen mostrar microorganismos propios del conducto auditivo externo, aunque la infección también puede provenir de las vías respiratorias superiores, por lo que los principales agentes etiológicos son Psuedomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus, y en menor medida Klebsiella pneumoniae, Proteus mirabilis y Escherichia coli. Para tratarlo primero se debe limpiar el conducto auditivo externo y el oído medio para así poder hacer una valoración de la otorrea y del oído medio. Una vez valorado, normalmente se opta por el tratamiento quirúrgico para eliminar la infección y restablecer las estructuras dañadas a nivel del tímpano y la cadena osicular. Lo más importante es la prevención: insistir a los pacientes sobre la importancia de que no entre agua al conducto auditivo externo y de acudir a consulta al iniciar supuración. La otitis media crónica con perforación puede llevar a complicaciones como hipoacusia, erosión del margen timpánico, vértigo, parálisis facial, mastoiditis, policos auriculares, colesteatoma, o incluso complicaciones intracraneales, que se manifiestan de forma temprana con fiebre persistente, cefalea y otorrea purulenta. Otitis media seromucosa [6] La otitis media serosa se caracteriza por la acumulación de líquido en el oído medio sin síntomas ni signos de infección aguda. El líquido puede ser mucoso, seroso o una combinación de los dos. Esta otitis puede ser aguda si dura menos de 3 semanas, subaguda si dura de 3 semanas a 3 meses, o crónica si persiste durante más de 3 meses. Está causada por una disfunción de la trompa de Eustaquio, ya que al no equilibrar correctamente la presión atmosférica con la del oído medio se genera presión negativa en la caja timpánica y esto favorece la aparición de trasudado para equilibrar las presiones. El líquido acumulado puede ser estéril si la obstrucción de la trompa es completa o infectado si es parcial, ya que el líquido provendrá de las vías respiratorias superiores. Suele ser asintomática y diagnosticada de forma casual, siendo el principal síntoma la hipoacusia. Otros síntomas pueden ser otalgia leve, amplificación de sonidos, mareo o acúfenos y se diferencia de la otitis media aguda por la ausencia de fiebre o malestar general. En la exploración de oído, se muestra el tímpano íntegro, edematizado y opaco y su posición puede ser normal, abombada o retraida. Puede verse rojizo con la membrana engrosada en procesos de corta evolución, mientras que si está cronificado se muestra azulado con la membrana adelgazada y atrófica con tendencia a la retracción. El tratamiento en infantes es quirúrgico (miringotomía) y solo se da si hay clínica persistente y con efectos en el desarrollo lingüístico o social o complicaciones. Aún en estos casos, solo es un tratamiento de control y no de curación, ya que para su curación es necesario el crecimiento y desarrollo de las estructuras anatómicas que están causando la obstrucción. La cirugía permite disminuir la cantidad de episodios de otitis, evitar las complicaciones y mejorar la audición del paciente. En adultos, la resolución espontánea de la otitis media seromucosa es menos frecuente. El tratamiento se inicia con lavados nasales y ciclos cortos de aerosolterapia, junto con antibioterapia si va acompañado de sinusitis. Si esto no resuelve la otitis se debe pasar al tratamiento quirúrgico por miringotomía. 5.2 Colesteatoma [7] Un colesteatoma es un quiste cutáneo que se forma en el oído medio a partir de células cutáneas y desechos atrapados como consecuencia de una disfunción de la trompa de Eustaquio que causa la acumulación de presión negativa en el oído medio, cosa que empuja la membrana timpánica hacia dentro creando un saco o quiste donde se acumulan células cutáneas y demás materiales de desecho. Los síntomas más frecuentes son el vértigo, secreción del odio, hipoacusia y sensación de presión en el oído. El tratamiento es quirúrgico, en el cual se realiza la extirpación del quiste. Posteriormente a la operación, pueden requerirse limpiezas periódicas del oído o incluso una segunda operación si reaparece el quiste. Si no se trata, puede infectarse y/o agrandarse y causar la rotura de huesos del oído medio u otras estructuras circundantes, por lo que se vería afectada la audición, el equilibro e incluso los músculos faciales si se erosiona el nervio facial. Si el quiste se disemina hacia el cerebro puede causar otras complicaciones como abscesos cerebrales o meningitis. 5.3 Timpanoesclerosis [8] [9] Resultada de la otitis media crónica, la timpanoesclerosis es una degeneración hialina de la submucosa de del oído medio y las estructuras de éste. Progresa a medida que se va sedimentando de forma laminar material hialino formando un tejido homogéneo y denso sin vascularización; esta formación es irreversible. Se forma debido a una reacción inflamatoria local que provoca el aumento de la producción de colágeno y disminuye la metabolización del mismo, generalmente como complicación de la otitis media crónica pero también puede surgir a raíz de mala vascularización local, alteraciones mecánicas o procesos autoinmunes entre otros. Los síntomas son principalmente un dolor agudo e intenso acompañado de sensación de taponamiento e hipoacusia, al no tener capacidad secretora no produce otorrea. 5.4 Perforación traumática [10] [11] Una perforación traumática se refiere a un agujero o desgarro de la membrana timpánica que separa el conducto auditivo externo del oído medio. Las perforaciones timpánicas se pueden producir como complicación de una otitis media de larga duración, pero al hablar de perforación traumática implica que se debe a una causa puntual como puede ser la introducción de objetos en el conducto auditivo ya sea de forma intencional o accidental, conmoción causada por una explosión o un golpe, traumatismo craneoencefálico, presión negativa súbita, barotraumatismo (p.e. viaje en avión o submarinismo) o perforación iatrogénica durante la irrigación o extirpación de un cuerpo extraño. Una perforación timpánica traumática suele causar dolor intenso súbito, hemorragia, hipoacusia (alteración de la cadena osicular), acufenos y vértigo (lesión del oído interno) y se diagnostica por otoscopia. A las 24-48 horas puede aparecer otorrea purulenta si el odio no se ha mantenido seco. Generalmente las perforaciones se cierran espontáneamente en unos días (90% de los casos), pero si persiste durante más de 2 meses o hay alteraciones en la cadena osicular o lesiones en el odio interno se recomienda realizar una intervención quirúrgica; además, se pueden administrar antibióticos si aparece alguna infección. La capacidad de cicatrización de la perforación depende principalmente del tamaño de esta, por lo que si es mayor del 30% de la superficie timpáfica o afecta al annulus la curación espontánea será más difícil, al igual que pasa en casos en los que ha habido otorrea secundaria. 5.5 Bloque de cerumen [12] El cerumen es una sustancia formada por las secreciones de las glándulas sebáceas y ceruminosas del conducto auditivo externo junto con microorganismos, células epiteliales desprendidas y vellos de la zona y tiene la función de limpiar, lubricar y proteger la piel del conducto y el oído medio. De forma normal se autoexpulsa por la migración lateral del epitelio del conducto auditivo externo hacia el exterior, pero si este mecanismo se ve alterado el cerumen puede acumularse en el conducto y ocluirlo formando un tapón. Otras causas de la formación del bloque de cerumen son el uso de bastoncillos para limpiar los oídos, el exceso de vello, deformidades o variaciones anatómicas, enfermedades dermatológicas y el uso de aparatos auditivos como audif0nos. Se manifiesta con picor, dolor, sensación de taponamiento,acufenos y otalgia principalmente y ocasionalmente con mareos o tos. El diagnostico se hace por visualización directa con otoscopio. Generalmente no se extraen los bloques de cerumen hasta después de esperar unos días sin tratamiento a que se expulse de forma espontánea; pero sí es conveniente realizar la extracción del bloque en pacientes asintomáticos si éste impide la visualización completa de la membrana timpánica y el oído medio, antes de realizar pruebas audiológicas que puedan verse alteradas por su presencia y en personas portadoras de audífonos, y siempre se realizará la extracción en pacientes que presenten síntomas. La extracción del bloque de cerumen se puede realizar mediante sustancias cerumenolíticas, por irrigación o por extracción manual. 6. BIBLIOGRAFÍA [1] E. Flores Carmona, P. Contreras Molina y P. Sánchez Palma, «Exploración física del oído,» de Libro virtual de formación en ORL, Toledo, Hospital Viegen de la Salud, 2019. [2] M. MSD, «Otitis media (aguda),» septiembre 2017. [En línea]. 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[Último acceso: mayo 2020]. [11] L. Pérez Delgado, S. Herrera Tolosana y J. J. Fraile Rodrido, «Traumatismos del oído. Heridas. Conmoción laberíntica. Fracturas del hueso temporal. Secuelas,» de Libro virtual de formación en ORL, Zaragoza, Hospital Universitario Miguel Servet, 2019. [12] Fisterra, «Tapón de cerumen,» diciembre 2019. [En línea]. Available: https://www.fisterra.com/guias-clinicas/tapon- cerumen/. [Último acceso: mayo 2020]. [13] Fisterra, «Otitis media aguda infantil,» 6 octubre 2017. [En línea]. Available: https://www.fisterra.com/guias- clinicas/otitis-media-aguda-infantil/. [Último acceso: mayo 2020].