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E N F E R M E D A D E S B A C T E R I A N A S Y V Í R I C A S T R A N S M I T I D A S D E P E R S O N A A P E R S O N A 939 U N ID A D 6 MINIRREVISIÓN Identifique los síntomas y las causas de la meningitis. Describa la infección por Neisseria meningitidis y el consiguiente desarrollo de meningococemia. frecuentes para inmunizar a determinadas poblaciones vulne- rables, como son los reclutas militares o los estudiantes aloja- dos en residencias, sobre todo si ya se ha producido un brote. Además, el antibiótico rifampicina se emplea con frecuencia para eliminar el estado de portador el contagio de la enferme- dad meningocócica por el contacto de individuos infectados. Figura 29.20 Sarampión en un niño. (a) Micrografía de microscopio electrónico de transmisión de un virión del virus del sarampión; cada virión mide aproximadamente 150 nm de diámetro. (b, c) Erupción del sarampión. La erupción rosada comienza en la cabeza y el cuello, y se puede extender al pecho, el abdomen y las piernas. Las pápulas individuales se unen formando manchas a medida que la erupción progresa durante varios días. C e n te rs f o r D is e a s e C o n tr o l C D C /P H IL C D C /P H IL , C . G o ld s m it h (b)(a) (c) II Enfermedades víricas de transmisión aérea 29.6 Virus e infecciones respiratorias Las infecciones humanas más frecuentes y más dif íciles de tra- tar son las causadas por virus. Esto es debido a que los virus conservan su infectividad durante largos períodos de tiempo en mucus seco (Figuro 29.1) o en fómites, ya que necesitan las células del hospedador para replicarse. Por este motivo, matar el virus implica, a menudo, matar también la célula hospedadora. La mayoría de las enfermedades víricas son infecciones agu- das autolimitantes, pero algunas pueden ser problemáticas en adultos sanos. Comenzamos aquí la descripción del sarampión, la rubeola, las paperas y la varicela, todas ellas infecciones víri- cas comunes y endémicas, que se transmiten por el aire a través de pequeñas gotas infecciosas. Sarampión y rubeola El sarampión (denominado a veces sarampión de 7 días) afecta a niños vulnerables como una enfermedad aguda muy infecciosa y, en ocasiones, epidémica. El virus del sarampión (Figura 29.20a) es un paramixovirus, un virus de RNA mono- catenario y polaridad negativa ( Sección 9.9), que penetra por la nariz y la garganta por vía aérea, y desarrolla una rápida viremia sistémica. Los síntomas de la infección se inician con descargas nasales y enrojecimiento de los ojos. A medida que progresa la enfermedad, aparecen la fiebre y la tos, que se intensifican rápidamente, seguidas de una erupción cutánea característica (Figura 29.20b, c). Por lo general, los síntomas del sarampión persisten durante 7-10 días, y no existen medicamentos para eliminarlos. Sin embargo, el virus del sarampión genera una fuerte respuesta inmune. Los anticuerpos circulantes contra el virus se detectan dentro de los 5 días posteriores a la infección. Estos anticuerpos séricos se combinan con los linfocitos T citotóxicos para elimi- nar los virus del hospedador. Después de la infección, pueden presentarse complicaciones como la infección del oído medio, neumonía y, en casos raros, encefalomielitis del sarampión. Aunque fue una enfermedad infantil frecuente, actualmente el sarampión aparece en los Estados Unidos en brotes aisla- dos poco frecuentes, gracias a los generalizados programas de inmunización que comenzaron en la década de los sesenta. Esos brotes se han producido en poblaciones que no han sido inmu- nizadas, o que han tenido una inmunización inadecuada. No obstante, continúa siendo una enfermedad endémica en todo el mundo, y ocasiona más de 400.000 muertes anuales, princi- palmente niños. La inmunización activa se logra con una pre- paración vírica atenuada que forma parte de la vacuna SPR (sarampión, paperas y rubeola), también llamada triple vírica ( Figura 24.15). Como la enfermedad es muy infecciosa, todos los sistemas de enseñanza pública en los Estados Unidos exigen una prueba de inmunización antes de la admisión. Haber sufrido el sarampión durante la infancia suele conferir inmuni- dad frente a la infección para toda la vida. La rubeola (a veces llamada sarampión alemán o sarampión de 3 días) está causada por un virus de RNA monocatenario y polaridad positiva ( Sección 9.8). Los síntomas de la rubeola son semejantes a los del sarampión (Figura 29.21), pero general- mente solo afectan al torso superior. La rubeola es menos con- tagiosa que el sarampión y, por tanto, amplios sectores de la población no han sido infectados nunca. Sin embargo, durante los primeros tres meses de embarazo, el virus de la rubeola puede infectar al feto por transmisión placentaria y causarle un conjunto de graves malformaciones, entre las que se incluyen la muerte fetal, sordera, defectos cardíacos y oculares, y daño cerebral, que se denomina síndrome de la rubeola congénita. En https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
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