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978 L A S E N F E R M E D A D E S I N F E C C I O S A S Y S U T R A N S M I S I Ó N reservorio natural de C. tetani es el suelo, con lo que las medidas de control se deben centrar en la prevención de la enfermedad en vez de en la eliminación del patógeno. La vacuna antitetá- nica es muy eficaz y, por tanto, casi todos los casos de tétanos se producen en las personas que no estaban bien inmunizadas. Una segunda línea en la protección contra el tétanos consiste en prestar una atención médica adecuada en los casos de los cortes, laceraciones y punciones graves. Incluso aunque la vacu- nación contra el tétanos sea una práctica habitual, hay que lim- piar a fondo cualquier herida grave y retirar el tejido dañado. Si no se sabe si la persona está vacunada contra el tétanos o si la última dosis de refuerzo del tétanos se administró hace más de 10 años, se recomienda la revacunación. Si una herida profunda es grave o ha quedado muy contaminada con suelo, el trata- miento podría también incluir la administración de una pre- paración antitetánica (antitoxina), en especial si se desconoce el estado de inmunización del paciente o no está actualizado. El tétanos sintomático agudo (Figura 30.22b) se trata con antibióticos, normalmente penicilina, para detener el creci- miento y la producción de la toxina por parte de C. tetani, y se inyecta la antitoxina por vía intramuscular (o en la vaina que rodea la médula espinal, si fuera necesario) para impedir que la nueva toxina liberada se una a las células. Para controlar los efectos de la parálisis, podría necesitarse un tratamiento com- plementario, como la sedación, la administración de relajantes musculares y la respiración mecánica. El tratamiento no puede revertir los síntomas con rapidez porque no se puede neutrali- zar la toxina que se encuentra unida a los tejidos. Incluso con la administración de antitoxina, antibióticos y tratamiento com- plementario, los pacientes con tétanos tienen una mortalidad y morbilidad significativas. La recuperación completa del tétanos a menudo tarda muchos meses. Gangrena gaseosa La destrucción de tejido debido al crecimiento de clostridios proteolíticos que producen gas se denomina gangrena gaseosa. En esta afección, potencialmente mortal, los aminoácidos pro- cedentes de la degradación de las proteínas musculares fer- mentan hasta convertirse en H 2 y CO 2 además de otros varios compuestos orgánicos pestilentes, como los ácidos grasos de cadena corta y otras moléculas fétidas; el amoníaco liberado durante la fermentación de los aminoácidos ( Sección 13.13) también se suma al hedor. Además, se producen una serie de toxinas bacterianas que aceleran la destrucción del tejido. Aunque C. tetani es una especie de Clostridium proteolítica, no causa gangrena, aunque puede estar relacionada con casos de gangrena favorecidos por una herida profunda del tejido. Los causantes más habituales de gangrena son Clostridium per- fringens (Figura 30.23a), que es también un causante habitual de enfermedades transmitidas por los alimentos que no están rela- cionadas con la gangrena, C. novyi y C. septicum. Estos organis- mos viven en el suelo y también forman parte de la microbiota intestinal normal de los humanos. Cuando estas especies pene- tran en los tejidos, típicamente por una invasión traumática, como una herida de guerra u otra herida por punción, o, de vez en cuando, por una cirugía gastrointestinal, las esporas y las células vegetativas de los clostridios proteolíticos se inser- tan en lo que ahora son tejidos muertos. A medida que crecen, las bacterias liberan enzimas que destruyen el colágeno y las Biología y epidemiología del tétanos El tétanos lo causa una exotoxina producida por Clostri- dium tetani, un bacilo anaerobio estricto que forma endos- poras (Figura 30.22a; Sección 15.7). El reservorio natural de C. tetani es el suelo, donde es un residente ubicuo, aunque de vez en cuando aparece en el intestino de humanos sanos, como ocurre con otras especies de Clostridium. Las células de C. tetani suelen entrar en el cuerpo a través de una herida contaminada por el suelo, generalmente un pinchazo profundo. En la herida se dan condiciones anóxicas alrededor del tejido muerto que permiten la germinación de las endos- poras, el crecimiento del organismo y la producción de una potente exotoxina, la toxina tetánica. Esencialmente, C. tetani no es invasivo; su única manera de provocar una enfermedad es mediante la toxemia, y por eso se da solo como el resultado de lesiones tisulares profundas sin tratamiento. Los síntomas del tétanos tardan en aparecer de cuatro días a varias semanas, según el número de endosporas inoculadas en la herida. Patogenia del tétanos Ya hemos examinado la actividad de la toxina tetánica a nivel celular y molecular ( Sección 23.9). La toxina afecta direc- tamente a la liberación de neurotransmisores inhibidores en el sistema nervioso. Estos neurotransmisores controlan la fase de «relajación» de la contracción muscular, por lo que su ausencia provoca una parálisis rígida de la musculatura voluntaria que suele empezar por los músculos de la mandíbula y de la cara, y por eso recibe el nombre de trismo. Antes del propio trismo, los síntomas del tétanos suelen incluir espasmos ligeros de los mús- culos faciales y de los músculos del cuello y la espalda. Después la parálisis se extiende al torso y a la parte inferior del cuerpo (Figura 30.22b). Cuando el tétanos resulta fatal, la muerte suele deberse a una insuficiencia respiratoria. La mortalidad es rela- tivamente alta, en cerca del 10 % de los casos registrados y hasta el 50 % de los casos en los que el tratamiento se retrasa hasta que el tétanos ha colonizado todo el cuerpo. Diagnóstico, control, prevención y tratamiento del tétanos El diagnóstico del tétanos se basa en la exposición, los sínto- mas clínicos (Figura 30.22b) y, en raras ocasiones, en la identifi- cación de la toxina en la sangre o en los tejidos del paciente. El Figura 30.22 Tétanos. (a) Células Clostridium tetani en esporulación con el aspecto de «baqueta» con sus endosporas terminales. Las células de C. tetani tienen un diámetro de unos 0,8 μm. (b) Paciente de tétanos que muestra la parálisis rígida característica del tétanos, que suelen comenzar por los músculos faciales (trismo) y desciende hasta las regiones inferiores del cuerpo. C D C /P H IL C D C /P H IL (a) (b) https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
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