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Absceso hepático Anatomía El hígado es el órgano más voluminoso del abdomen, rodeado de una capsula fibrosa “capsula de Glisson”, y es la glándula anexa más importante del tubo digestivo debido a sus funciones metabólicas complejas e indispensables para la vida. Segrega la bilis. Esencial en el metabolismo de proteínas, grasas e hidratos de carbono. Es un gran reservorio de sangre Órgano de defensa para agentes tóxicos o microbianos Ubicación Hipocondrio derecho (principalmente). Región epigástrica Un poco sobre el hipocondrio izquierdo Límites Superior (convexa, lisa, revestida en su totalidad por peritoneo visceral): diafragma. Inferior (ligeramente cóncavo): reborde costal Posterior: vena cava inferior Anterior: cubierto por la caja torácica. Medios de fijación Adherencia a la vena cava inferior: por las venas suprahepaticas, representa el medio principal de fijación. Ligamentos peritoneales Ligamento coronario: se encuentra en la parte superior y une el hígado con el diafragma. ligamentos triangulares derecho e izquierdo: fijan ambos lados del hígado al diafragma. Ligamento falciforme: sale del centro del ligamento coronario, y se extiende por delante a modo de membrana fina, comunicando la superficie hepática con el diafragma, la pared abdominal y el ombligo. Ligamento redondo (la vena umbilical obliterada), discurre a lo largo del borde inferior del ligamento falciforme, desde el ombligo hasta la fisura umbilical. Área desnuda del hígado: Es una zona desprovista de peritoneo ubicada en la cara diafragmática del hígado, a la derecha de la vena cava inferior, limitada por el ligamento coronario y el ligamento triangular derecho División -Lóbulo izquierdo -Lóbulo cuadrado: Visible solamente en la cara inferior del hígado. -Lóbulo caudado o de Spigel: situado entre el borde posterior del hilio por delante, la vena cava por detrás, el conducto de Arancio a la izquierda y el surco de la vena cava a la derecha. -Lóbulo derecho Irrigación Arteria hepática: suministra casi 25% de la irrigación. La arteria hepática se origina del tronco celiaco. Vena porta: representa casi el 75% restante. se forma por la confluencia de la vena esplenica y de la vena mesenterica superior. Segmentación de COUINAUD Antiguamente se dividía el hígado en lóbulos izquierdo y derecho, utilizando para ello una referencia externa obvia: el ligamento falciforme. Esta descripción no sólo era excesivamente simplificada, sino que además resultaba anatómicamente incorrecta en relación con el aporte sanguíneo al hígado. El lóbulo derecho se subdividía a su vez en los segmentos anterior y posterior, y el lóbulo izquierdo en un segmento medial (también conocido como lóbulo cuadrado), situado a la derecha del ligamento falciforme y la fisura umbilical, y un segmento lateral, ubicado a la izquierda. Aunque este sistema resulte correcto desde el punto de vista anatómico, únicamente sirve para movilizar el hígado y realizar intervenciones hepáticas muy sencillas. No describe la anatomía segmentaria funcional, más complicada, que es imprescindible conocer bien antes de realizar intervenciones quirúrgicas hepatobiliares más complejas La anatomía funcional del hígado se compone de ocho segmentos, Este sistema lo describieron originalmente Goldsmith y Woodburne y también Couinaud en 1957 y define la anatomía hepática desde la perspectiva quirúrgica. Es un tipo de segmentación funcional, en la cual cada segmento es independiente al poseer su propia irrigación arterial, portal y drenaje biliar. Se divide el hígado en 8 segmentos, con números romanos, que siguen ordenadamente la dirección de las agujas del reloj. La segmentación está determinada por: LA VENA HEPÁTICA DERECHA divide el lóbulo derecho en dos segmentos: el anterior y el posterior. LA VENA HEPÁTICA MEDIA divide el hígado en lóbulos hepático derecho e izquierdo. Este plano se extiende desde la vena cava inferior hasta la fosa vesicular. (Couinaud dividió al hígado en derecho e izquierdo funcionalmente por la cisura portal mayor que contiene la vena hepática media. Esta es conocida por la línea de Cantlie. La línea de Cantlie corre desde el medio de la fosa vesicular anteriormente hasta la vena cava inferior posteriormente.) LA VENA HEPÁTICA IZQUIERDA divide el lóbulo izquierdo en una parte medial y una lateral. LA VENA PORTA y sus divisiones en derecha e izquierda divide al hígado en segmentos superior e inferior. El lóbulo izquierdo se encuentra conformado por los segmentos I, II, III y IV de Couinaud. Su irrigación proviene de la rama izquierda de la vena porta. El lóbulo derecho se encuentra conformado por los segmentos V, VI, VII y VIII de Couinaud. Su irrigación proviene de la rama derecha de la vena porta. Los lóbulos V y VIII son anteriores, mientras que los lóbulos VI y VII son posteriores. Estos dos últimos no son visibles desde una vista anterior 1. Segmento I (lóbulo caudado): posterior. Recibe irrigación dual de las ramas derecha e izquierda de la vena porta. Sus venas drenan directamente en la vena cava inferior. 2. Segmento II: segmento superior de la sección lateral izquierda. 3. Segmento III: segmento inferior de la sección lateral izquierda. 4. Segmento IV (lóbulo cuadrado): constituye por sí mismo la sección medial izquierda. Se subdivide en IVa (superior) y IVb (inferior). 5. Segmento V: segmento inferior de la sección anterior derecha o anteroinferior del lóbulo hepático derecho. 6. Segmento VI: segmento inferior de la sección posterior derecha o posteroinferior del lóbulo hepático derecho. 7. Segmento VII: segmento superior de la sección posterior derecha o posterosuperior del lóbulo hepático derecho. 8. Segmento VIII: segmento superior de la sección anterior derecha o anterosuperior del lóbulo hepático derecho. Absceso hepático Acumulación localizada de pus en una cavidad neoformada por la destrucción de los tejidos circundantes. Las causas más comunes de abscesos hepáticos son amebianas, piógenas o de origen mixto. Absceso hepático piógeno Epidemiologia Se da entre 50-60 años Se relaciona con enfermedades de la vía biliar o causa desconocida. En promedio: 40% son causados por un solo germen patógeno 40% son polimicrobianos 20% gramnegativos Casi todos los abscesos afectan el lóbulo derecho del hígado. El lóbulo izquierdo se afecta en un 20% de los casos y el caudado en un 5%. Casi la mitad de los abscesos hepáticos tienen carácter solitario. No se conocen diferencias significativas entre sexos, etnias o lugar geográfico y la relación entre hombres y mujeres es de 1,5:1. Enfermedades concurrentes asociadas al absceso hepático piógeno: cirrosis, diabetes, IRC, antecedentes de neoplasia maligna. Patogenia Los agentes infectantes más comunes Bacterias gramnegativas; En 66% de los casos se detecta Escherichia coli y otros microorganismos frecuentes comprenden: Streptococcus faecalis, Klebsiella y Proteus vulgaris. Gérmenes anaerobios como Bacteroides fragilis. En personas con endocarditis y catéteres colocados por periodos prolongados infectados las especies más frecuentes son Staphylococcus y Streptococcus. Probablemente, el hígado se exponga periódicamente a las cargas bacterianas de la circulación venosa portal y las depure sin más problemas. El absceso hepático ocurre cuando el inóculo bacteriano, cualquiera que sea la vía de exposición, desborda la capacidad del hígado para eliminarlo. Se produce entonces una invasión tisular, con infiltración de neutrófilos y la aparición de un absceso organizado. Las posibles vías de exposición hepática a las bacterias son: 1. Vía biliar Estas infecciones de origen biliar son las más comunes. La obstrucción biliar produce una estasis de la bilis con la posibilidad de colonización bacteriana posterior, infección y ascenso al hígado. Este proceso se denomina colangitis supurativa ascendente (enfermedad crónica en la que los conductos biliares del hígado se destruyen lentamente.) 2. Vena porta El sistemavenoso portal drena al tubo digestivo y, por tanto, cualquier trastorno infeccioso del tubo puede causar una infección ascendente de la vena porta (pieloflebitis), con la exposición consiguiente del hígado a cantidades abundantes de bacterias. Causas de pieloflebitis: pancreatitis, apendicitis, diverticulitis. 3. Arteria hepática Toda infección general (endocarditis, neumonía, osteomielitis) puede ocasionar bacteriemia e infecciones hepáticas a través de la arteria hepática. Los abscesos hepáticos por infecciones generalizadas reflejan, en ocasiones, una alteración de la respuesta inmunitaria, por ejemplo, de los pacientes con neoplasias malignas, síndrome de inmunodeficiencia adquirida o trastornos de la función granulocítica. 4. La extensión directa desde un foco infeccioso cercano Los abscesos por extensión directa se producen como consecuencia de una infección vecina que por contigüidad, afecta al parénquima hepático. Las enfermedades más habituales asociadas a este tipo de abscesos suelen ser la colecistitis aguda, abscesos subfrenicos. 5. Traumatismos Por lesiones abiertas o cerradas del abdomen, en especial las que afectan directamente al hígado. En el tejido hepático contusionado suele haber hemorragia y extravasación de bilis, o desvitalización tisular. Esta zona puede llegar a infectarse y posteriormente da como resultado la formación de un absceso que en general es solitario y bien definido. 6. Criptogena Los abscesos criptogenéticos predominan en muchas series y su frecuencia está aumentando en las más recientes. Entre las posibles explicaciones del absceso hepático criptogenético se encuentran enfermedades abdominales no diagnosticadas, infecciones que han remitido en el momento de la presentación clínica o factores del huésped, como diabetes o tumores malignos, que aumentan la susceptibilidad del hígado hacia las bacteriemias pasajeras vehiculadas por la arteria hepática o la vena porta. Clínica Es inespecífica. Fiebre, escalofríos y dolor en hipocondrio derecho (40-70% de los pacientes) Ictericia (25%) Malestar general Náuseas y vómitos La afectación diafragmática puede producir síntomas de tos o disnea Exploración física Los datos más frecuentes es la fiebre y el dolor con la palpación del hipocondrio derecho que ocurren del 40-70% de los casos. La ictericia ocurre en un 25% de las ocasiones, casi siempre por una enfermedad biliar de base. Frecuentemente se observan anomalías en la exploración del tórax (una cuarta parte de los pacientes) La hepatomegalia es frecuente (50%) Laboratorio Leucocitosis con neutrofilia (>15.000) Anemia normocitica, normocromica (50%) Fosfatasa alcalina y PCR elevadas. Hipoalbuminemia (33%) Hiperbilirrubinemia en 20-50% Transaminasas elevadas en un 60% de los casos. Los estudios microbiológicos son la base para el diagnóstico y el tratamiento. Se deben obtener muestras de sangre y del propio absceso para cultivo de anaerobios, aerobios, hongos y microorganismos microaerofílicos. Cuando se sospeche malignidad, debe enviarse una muestra para su análisis citológico. -Realizar punción del mismo, para solicitar cultivo y antibiograma Estudio de imágenes Ecografía: suele revelar una zona redonda u ovalada, menos ecogénica que el hígado, y discrimina con fiabilidad entre las lesiones sólidas y quísticas. La ecografía tiene una capacidad limitada para visualizar las lesiones altas, en la bóveda hepática, y sus resultados dependen del operador. La sensibilidad de la ecografía para el diagnóstico del absceso hepático varía entre el 80% y el 95%. TC: revela signos parecidos a la ecografía; las lesiones tienen menos atenuación que el parénquima hepático que la rodea. La TC de alta calidad muestra los abscesos diminutos y detecta antes los pequeños abscesos múltiples. La pared del absceso suele realzarse mucho en la TC con contraste. La sensibilidad de la TC para el diagnóstico del absceso hepático oscila entre el 95% y el 100%. Tratamiento 1. Antibióticos Ampicilina sulbactam o ciprofloxacina + metronidazol o aminoglucósido - La combinación de 2 o 3 medicamentos es la opción generalmente utilizada, y los esquemas más viables incluyen el uso de cefalosporinas de tercera generación más clindamicina o metronidazol, penicilinas de amplio espectro más aminoglucósidos, y cefalosporinas de segunda generación más aminoglucósidos 2. Aspiración percutánea y drenaje Todo absceso piógeno debe ser aspirado y, en la mayoría de las ocasiones, drenado. La evacuación completa del material purulento se logra mejor cuando el absceso muestra una pared bien delimitada, ya que, si la pared del absceso es delgada, es prácticamente imposible eliminar, en su totalidad, su contenido. En tales casos, la mayor parte del material purulento se logra mediante aspiración, y se espera a que el tratamiento antimicrobiano organice el absceso y facilite en aspiraciones posteriores su drenaje total. La aspiración percutánea debe considerarse sin éxito cuando después de una segunda aspiración no hay mejoría clínica ni radiológica en el paciente. 3. Cirugía El tratamiento quirúrgico puede ser necesario cuando el absceso se localiza en el lóbulo izquierdo o es multiloculado, como rescate posterior al fallo de drenaje percutáneo, o cuando una enfermedad intraabdominal concomitante se encuentra presente. 4. Drenaje laparoscópico abierto Durante el procedimiento quirúrgico abierto o laparoscópico debe identificarse y drenarse el absceso hepático, romper los septos en caso de existir, tomar biopsias del borde del absceso y sitios macroscópicamente anormales. En raras ocasiones es necesario realizar la resección hepática convencional para controlar los abscesos hepáticos múltiples. Absceso hepático amebiano Epidemiologia Varones hispanos de entre 20-40 años con antecedentes de viajes a una región endémica (o procedentes de ella). La pobreza y las estrecheces económicas se asocian a porcentajes de infección superiores. Afecta más a los hombres. Por razones poco claras, la incidencia de amebiasis invasiva resulta baja entre las mujeres menstruantes y el embarazo parece derribar esta resistencia. El consumo de alcohol aumenta la vulnerabilidad del hígado frente a la infección amebiana. Los pacientes inmunocomprometidos son más vulnerables y la tasa de mortalidad aumenta. Patogenia Agente: Entamoeba histolytica. es un parasito endémico de todo el mundo, que afecta a casi 10% de la población mundial. La amebiasis es más común en climas subtropicales, en especial en áreas con bajos niveles sanitarios.. En África, Asia tropical y América latina histolytica es un protozoo que existe en forma de trofozoíto o de quiste. Todas las demás especies del género Entamoeba se consideran no patógenas y no todas las cepas de E. histolytica son virulentas. La ingestión de los quistes por la vía fecooral es la causa de la amebiasis. El ser humano es el huésped principal y la fuente habitual de contagio es el contacto humano con un portador de quistes. Otra fuente de infecciones humanas es el agua y los vegetales contaminados. Los quistes, una vez ingeridos, no se descomponen en el estómago, sino que pasan al intestino, donde se libera el trofozoíto que llega hasta el colon. El trofozoíto invade la mucosa del colon y produce la enfermedad. Penetra al sistema venoso portal y alcanza el hígado. En ocasiones el trofozoito pasa a través de los sinusoides hepáticos y llega a la circulación sistémica, dando origen a abscesos pulmonares y encefálicos. La ameba se multiplica y obstruye raices portales intrahepaticas con el infarto focal subsiguiente de los hepatocitos. Contiene enzimas proteoliticas que destruyen el parenquima hepático. Los abscesos formados tienen tamaño variable y pueden ser únicos o múltiples. Afectan casi siempre al lobulo derecho. Varian de tamaño, desde lesiones puntiformes hasta masas grandes. Tienen un tamaño de 5-15cm Anatomía patológica Constituye el resultado de una necrosis hepática por licuefacción,que produce una cavidad llena de sangre y tejido hepático licuefactado. La aparición de este líquido suele describirse como “pasta de anchoas”. El líquido es incoloro. La necrosis hepática progresiva continúa hasta la cápsula de Glisson, puesto que la cápsula resiste la hidrólisis amebiana; por eso, los abscesos amebianos suelen apoyarse en la cápsula de Glisson. Debido a la resistencia de esta cápsula, la cavidad está, de manera característica, entrelazada por tríadas portales protegidas por esta vaina peritoneal. Al principio, la cavidad formada está mal definida, pues no hay ninguna respuesta fibrosa real alrededor de los bordes, pero, al final, se establece un absceso crónico con una cápsula fibrosa que puede incluso calcificarse. Clínica Fiebre (90%) 38-40ºC Escalofríos y diaforesis en la tarde y noche. Hepatomegalia (62%) Anorexia (47%) Dolor en el hipocondrio derecho (espontaneo y con la palpación) (92%) Constante Sordo Localizado Irradiado a región escapular y el hombro derecho Se agrava con la tos, al caminar, respiración profunda, y al recostarse sobre el lado derecho. Si el AHA se pre4senta en lóbulo izquierdo, el dolor se refiere al epigastrio e incluso hombro izquierdo. Solo un tercio de los pacientes presentan diarrea Ictericia (22%) Mialgias Exploración física Palidez generalizada Hepatomegalia dolorosa en la exploración La percusión produce dolor intenso entre los espacios intercostales Ventilación en pulmón derecho se encuentra restringida y los ruidos respiratorios disminuidos. Laboratorio Leucocitosis leve o moderada, sin eosinofilia Anemia Bilirrubina elevada Hipoalbuminemia Fosfatasa alcalina aumentada Los anticuerpos contra ameba están presentes en más del 90% de los pacientes. La prueba suele ser negativa durante la primera semana del contacto inicial, con un pico de los valores de anticuerpos entre el segundo y el tercer mes. La hemaglutinación indirecta y la técnica de radioinmunoanálisis (enzyme-linked immunosorbent assay [ELISA]) son las pruebas más utilizadas para el diagnóstico, y se consideran valores positivos a partir de 1/512. Elisa; detecta específicamente el antígeno de Entamoeba histolytica Gal/GalNAc lectin que puede estar presente en el contenido aspirado de un absceso o circulando en sangre. La especificidad de esta prueba es de 100%INMUNOGLOBULINA G EN PACIENTE CON ABSCESO HEPÁTICO AMEBIANO. Estudio de imágenes Ecografía: tiene una exactitud del 90%, si se combina con una historia y presentación clínica características. Datos: lesión redondeada que linda con la capsula hepática sin ecos perimetrales significativos, que podrían interpretarse como la pared del absceso. El contenido de la cavidad suele ser hipoecoico y heterogéneo. TC: probablemente sea mas sensible que la ecografía, y ayuda a separar el absceso amebiano del piógeno. Permite identificar los quistes y los tumores necróticos. Tratamiento Antibiótico Metronidazol (750mg por via oral, 3 veces al dia durante 10 dias). Efectivo en el 90% de los pacientes. Suele haber mejoría en los primeros 3 dias. Si la respuesta al metronidazol es mala o si no se tolera el fármaco, se pueden utilizar otrospreparados. La emetina o cloroquina, aunque posee menos eficacia. Diagnóstico diferencial Características Amebiano Piógeno Edad 20-40 años >50 años Sexo Masculino No diferencia sexo, etnias Regiones endémicas Si No leucocitosis Leve o moderada Severa Hemocultivo No Frecuente Serología Si No Absceso hepático Anatomía Ubicación Límites Medios de fijación Ligamentos peritoneales División -Lóbulo derecho Irrigación Segmentación de COUINAUD Absceso hepático piógeno Epidemiologia Patogenia Clínica Exploración física Laboratorio Estudio de imágenes Tratamiento 2.Aspiración percutánea y drenaje 3.Cirugía 4.Drenaje laparoscópico abierto Absceso hepático amebiano Epidemiologia Patogenia Anatomía patológica Clínica Exploración física Laboratorio Estudio de imágenes Tratamiento Antibiótico
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