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Ciclo hipotálamo

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CICLO HIPOTÁLAMO-HIPÓFISIS-OVARIO-ENDOMETRIO.
La regulación del ciclo menstrual se realiza por el eje hipotálamo-hipófisis-ovario, si bien el hipotálamo puede ser influenciado por centros cerebrales superiores.
Hipotálamo
El hipotálamo es una zona del cerebro situada por debajo del tálamo, que mantiene importantes conexiones con la hipófisis directamente a través del tallo hipofisario, con el lóbulo posterior hipofisario mediante fibras nerviosas, y con el lóbulo anterior mediante una conexión vascular muy particular. El hipotálamo produce una serie de hormonas, que pasan a la hipófisis, regulan su secreción y afectan al ciclo reproductivo. 
Hipófisis
La hipófisis está situada en la silla turca, por debajo del hipotálamo y del quiasma óptico. Está formada por dos grandes porciones: el lóbulo anterior, o adenohipófisis, y el lóbulo posterior, o neurohipófisis. La hipófisis anterior se encuentra conectada al hipotálamo de manera estrecha y contiene cinco tipos de células productoras de hormonas: 1) gonadotropos (que producen FSH y LH); 2) lactotropos (PRL); 3) somatotropos (GH); 4) tirotropos (TSH), y 5) adrenocroticotropos (ACTH). Los gonadotropos comprenden entre 10 y 15% de todas las células con actividad hormonal en la hipófisis anterior.
Gonadotropinas
Ambas gonadotropinas, FSH y LH, son reguladas por un solo péptido liberador denominado hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH), que actúa sobre la subpoblación de gonadotropos de la hipófisis anterior. La mayor parte de dichas células posee gránulos secretores que contienen ambas gonadotropinas, aunque un número considerable de células secreta sólo LH o FSH.
Conociendo cada una de estas estructuras por individual, hablaremos ahora cómo funciona el eje como tal:
EJE HIPOTÁLAMO-HIPÓFISIS-GONADAL
 El control de la función reproductora requiere una regulación precisa, cuantitativa y temporal, del eje hipotálamo-hipófisis- gonadal. El cual se logra gracias a que en el hipotálamo, ciertos núcleos liberan hormona liberadora de gonadotropinas (GnRh) con un patrón pulsátil, dichos pulsos infrecuentes e irregulares, actúan sobre una población de células gonadotropas de la adenohipófisis (gracias a receptores), las cuales liberan gonadotropinas (hormona luteinizante: LH y hormona folículoestimulante: FSH). La liberación pulsátil rápida de esta hormona estimula a la LH, mientras que la lenta favorece la secreción de la FSH. Una secreción continúa de estas hormonas (FSH y LH), produciría la inhibición de las áreas superiores. (Esto tiene mucho sentido si nos paramos a pensar que; si ya hay suficiente cantidad de estas hormonas sexuales, no necesito que se sigan fabricando y liberando mas) Con lo que tenemos una retroalimentación negativa.
Funciones de dichas hormonas
La FSH estimula el crecimiento de los folículos durante la fase folicular del ciclo y la secreción de las hormonas sexuales, particularmente el estradiol de las células de la granulosa de los folículos maduros.
La LH estimula la producción de hormonas sexuales que, en combinación con la FSH, origina estradiol. Igualmente, la LH mantiene la diferenciación y la maduración de las células de la granulosa inducidas por la FSH. Se supone que el estímulo de pequeñas cantidades de LH es necesario para el normal funcionamiento del cuerpo lúteo. Desempeña igualmente un importante papel en la ovulación. 
Ciclo ovárico
El aumento de la LH en la mitad del ciclo desencadena la rotura del folículo maduro y expulsión del ovocito. Tras la ovulación, la LH estimula la producción de progesterona en el cuerpo lúteo. El descenso de los niveles de estradiol y de progesterona, procedente de la regresión del cuerpo lúteo del ciclo precedente, inicia un incremento en FSH por un mecanismo de retroacción negativa, que estimula el crecimiento folicular y la secreción de estradiol. A partir de las células de la granulosa y de las células de la teca de los folículos se originan hormonas sexuales.
La producción de FSH es ligeramente más alta en la primera mitad de la fase folicular que en el resto de esta fase. Esta elevación de la secreción de FSH estimula el crecimiento del folículo en el ovario. Posteriormente, se aprecia una caída de los niveles de FSH, manteniéndose constante la producción de esta hormona hasta la mitad del ciclo, momento en que tiene lugar una elevación brusca que coincide también con un pico en la producción de LH.
En los primeros días del ciclo, los niveles de estradiol son bajos y por retroacción negativa la producción de LH es igualmente baja. Al final de la fase folicular, cuando los niveles de estradiol se elevan, se origina un efecto de retroacción positivo y se produce un aumento en la secreción de LH en la mitad del ciclo, y tiene lugar la ovulación. (de la cual se hablará a profundidad mas adelante)
Ciclo endometrial (Fases proliferativa y secretora)
La cavidad de cuerpo uterino está recubierta por una mucosa denominada endometrio, la cual experimenta cambios morfológicos cíclicos a lo largo del ciclo genital femenino y posee la propiedad de descamarse periódicamente cada 28 días aproximadamente y regenerar rápidamente la zona descamada. Estos cambios cíclicos son desencadenados por los estímulos hormonales del ovario
Estudiando los cambios que experimentan los tres elementos constitutivos fundamentales del endometrio (glándulas, epitelio y estroma), se ha dividido el ciclo menstrual en tres fases: proliferativa, secretora y hemorrágica.
Fase proliferativa
Aproximadamente en la mitad del ciclo, es decir, hacia el día 14, tiene lugar la ovulación en el ovario. Este momento divide el ciclo en dos períodos. El período anterior a la ovulación, comprendido entre los días 4 y 14 del ciclo, se corresponde en el ovario con la producción de estrógenos. Este período en el endometrio se llama fase proliferativa.
Inmediatamente después de la menstruación, el endometrio tiene un espesor que oscila entre 1 y 2 mm. Las glándulas endometriales son entonces tubulares y rectilíneas. Al aumentar el espesor del endometrio, las glándulas aumentan su longitud y ya al final de esta fase son discretamente más largas que el espesor del endometrio y, por ello, muestran algunos pliegues o zigzagueos. Al final de la fase proliferativa se observa, igualmente, cierta dilatación de las luces glandulares. El epitelio que reviste las glándulas es de tipo cilindrico. Inmediatamente después de la regla es cilindrico bajo, casi cúbico, con núcleos redondos situados en el centro de las células. 
El estroma aparece constituido por células que contienen escaso citoplasma y núcleos fusiformes u ovales. A mediados de la fase de proliferación se observa, en determinadas ocasiones, un edema más o menos marcado. A partir del día 7 comienzan a observarse igualmente mitosis en las células del estroma.
Fase secretora
El segundo período empieza después de la ovulación y termina con el comienzo de la regla. Coincide en el ovario con la producción de estrógenos y progesterona. Este período en el endometrio se llama fase secretora y tiene una duración aproximada de 14 días.
Las glándulas continúan acentuando su crecimiento y se vuelven cada vez más tortuosas de forma. Frecuentemente se observa cierta diferencia entre la zona terminal, próxima a la superficie de la glándula, que es más bien rectilínea, y la zona tortuosa del resto de la glándula. En las zonas del endometrio, próximas al miometrio, las modificaciones glandulares descritas son menos intensas.
El epitelio, que reviste las glándulas, al iniciarse esta fase aumenta en altura y se observa un fenómeno muy característico: en la zona basal de las células aparece un espacio claro (vacuolas subnucleares) que rechaza el núcleo hacia el polo mundial y que las tinciones específicas permiten identificar como glucógeno y mucopolisacáridos. Estos espacios claros subnucleares constituyen el signo morfológico más precoz de la existencia de la secreción de las glándulas endometriales. Posteriormente, los núcleos son desplazados hacia el polo basal de la célula, y se observa un citoplasmaabundante, desflecado, dando la sensación de que vierte su secreción en la luz glandular, que aparece frecuentemente dilatada 
Las células ciliadas son más escasas que en la fase proliferativa. Las tinciones específicas demuestran el paso de glucógeno y de mucopolisacáridos ácidos de epitelio a la luz. El epitelio de superficie es cilindrico alto, con signos secretores mucho menos acentuados que en las glándulas.
El estroma experimenta, igualmente, importantes modificaciones. Las células que lo componen aumentan de tamaño al aumentar el volumen del citoplasma, que aparece débilmente teñido. Las células conjuntivas adoptan así una forma más o menos poliédrica, particularmente en torno a las arterias espirales.
 Al final de la fase secretora se observan frecuentemente zonas de edema más o menos acentuado, Estos cambios descritos en el estroma varían en intensidad de unas mujeres a otras, aun dentro de los límites normales. En los casos más intensos, el endometrio recuerda la reacción decidual que tiene lugar durante la gestación; de aquí que se haya denominado también a esta fase pregestacional, predecidual, pregravídica o secretora.
Entre los días 1 y 3 del ciclo tiene lugar la fase hemorrágica o menstruación.	
Si el ovocito no ha sido fecundado, tiene lugar la menstruación. Durante la menstruación se produce la desintegración y descamación de la capa funcional del endometrio. La capa basal del endometrio permanece intacta y a partir de ella se realizará la regeneración de la mucosa endometrial desaparecida. Actualmente se acepta que parte de la capa esponjosa queda retenida y a partir de ella podría regenerarse el endometrio. El estudio histológico y funcional de esta fase menstrual ha llamado la atención sobre la aparición de los siguientes hechos: desaparición del edema del estroma, tan característico de la fase secretora avanzada; disminución brusca del riego sanguíneo; aumento de las flexuosidades de las arterias espirales al disminuir el espesor del endometrio; vasoconstricción de las arterias espirales; alteración de las paredes de los vasos; necrosis y hemorragias.
El endometrio tiene la llamativa propiedad de autodestruir sus capas superficiales y expulsarlas con pérdida de sangre, de forma periódica, cada 28 días aproximadamente. Por lo tanto, tiene que regenerarse, igualmente, de forma periódica.
Reacción decidual
· Decidua: 
La decidua corresponde a un endometrio especializado muy modificado durante el embarazo y es función de la placentación hemocorial. Esta última tiene en común el proceso de invasión por el trofoblasto y, por lo tanto, se ha enfocado una investigación considerable en la interacción entre las células de la decidua y el trofoblasto en proceso de invasión. La decidualización (transformación del endometrio secretor en decidua) depende de la acción de estrógenos y progesterona, así como de factores secretados por el blastocisto en proceso de implantación.
· Reacción decidual: 
En el embarazo humano, la reacción decidual concluye sólo con la implantación del blastocisto. Sin embargo, los cambios predeciduales se inician primero durante la fase lútea media en células del estroma endometrial adyacentes a las arterias y arteriolas espirales. Después se dispersan en ondas a través del endometrio uterino y a continuación forman el sitio de implantación. Las células del estroma endometrial crecen para formar células poligonales o redondas deciduales. Los núcleos se redondean y se hacen vesiculares y el citoplasma se torna claro, ligeramente basófilo y rodeado pornuna membrana translúcida. Cada célula decidual madura se rodea de una membrana periférica. En consecuencia, las células deciduales humanas construyen claramente paredes a su alrededor y tal vez en derredor del feto. La matriz pericelular que rodea las células deciduales puede posibilitar la inserción al citotrofoblasto a través de moléculas de adherencia celular. La membrana celular también puede proveer protección a las células deciduales contra proteasas seleccionadas delas células del citotrofoblasto.

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