Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Intestino delgado Ali Tavakkolizadeh, Edward E. Whang, Stanley W. Ashley y Michael J. Zinner Un órgano subestimado Anatomía macroscópica Histología Desarrollo Fisiología Digestión y absorción Absorción y secreción de agua y electrólitos Digestión y absorción de carbohidratos Digestión y absorción de proteínas Digestión y absorción de grasas Absorción de vitaminas y minerales Funciones de barrera e inmunitaria Motilidad Función endocrina Adaptación intestinal Obstrucción del intestino delgado Epidemiología Fisiopatología Presentación clínica Diagnóstico Tratamiento Resultados Prevención Íleo y otros trastornos de la motilidad intestinal Fisiopatología Presentación clínica Diagnóstico Tratamiento Enfermedad de Crohn Fisiopatología Patología Presentación clínica Diagnóstico Tratamiento Tratamiento médico Tratamiento quirúrgico Resultados Fístulas intestinales Fisiopatología Presentación clínica Diagnóstico Tratamiento Programación de la intervención quirúrgica Resultados Neoplasias del intestino delgado Fisiopatología Presentación clínica Diagnóstico Tratamiento Resultados Enteritis por radiación Fisiopatología Presentación clínica Diagnóstico Tratamiento Resultados Prevención Divertículo de Meckel Fisiopatología Presentación clínica Diagnóstico Tratamiento Divertículos adquiridos Fisiopatología Presentación clínica Diagnóstico Tratamiento 28Brunicardi(0979-1012).indd 97928Brunicardi(0979-1012).indd 979 980 C A PÍTU LO 28 Intestino delgado UN ÓRGANO SUBESTIMADO El intestino delgado es la razón de ser del tubo digestivo porque es el prin- cipal sitio de la digestión y absorción de nutrimentos.1 Asimismo, el intes- tino delgado es el reservorio más grande del cuerpo que contiene células inmunitariamente activas y productoras de hormonas y, por lo tanto, se conceptualiza como el órgano más grande de los sistemas inmunitario y endocrino, respectivamente. Esta diversidad de acción la obtiene por sus características anatómicas únicas que le otorgan una enorme superficie, diversidad de tipos celulares y una red neural compleja para coordinar estas funciones. A pesar de su tamaño e importancia, las enfermedades del intestino delgado son relativamente infrecuentes y presentan desafíos diagnósticos y terapéuticos. Los tratamientos para trastornos frecuentes como el íleo posoperatorio son poco más efectivos que los usados a principios del siglo pasado. Las tasas de mortalidad relacionadas con la isquemia mesentérica aguda no han mejorado en los últimos 50 años. A pesar de la introducción de técnicas de imágenes nuevas, como la cápsula endoscópica y la endoscopia doble con globo, las pruebas diagnós- ticas carecen de poder predictivo suficiente para guiar en forma definitiva la toma de decisiones clínicas para pacientes individuales. Además, hay pocos datos de alta calidad de estudios comparativos sobre la eficacia de tratamientos quirúrgicos para el intestino delgado. Por consiguiente, aún son esenciales un juicio clínico sólido y un cono- cimiento completo de la anatomía, fisiología y fisiopatología en la aten- ción de enfermos con trastornos intestinales. ANATOMÍA MACROSCÓPICA El intestino delgado es una estructura tubular que se extiende desde el pí- loro al ciego. La longitud calculada de esta estructura varía según la medi- ción que se haga: radiológica, quirúrgica o en autopsia. En el sujeto vivo se calcula que mide entre 4 y 6 m2. El intestino delgado consta de tres seg- mentos situados en serie: duodeno, yeyuno e íleon. El duodeno, el segmento más proximal, está situado en el retroperitoneo inmediatamente adyacente a la cabeza y el borde inferior del cuerpo del páncreas. El píloro delimita al duodeno del estómago y el ligamento de Treitz delimita al ye- yuno. El yeyuno y el íleon están dentro de la cavidad peritoneal y fijados al retroperitoneo por medio de un mesenterio de base ancha. No existe una referencia anatómica precisa que delimite el yeyuno del íleon; el 40% proximal del segmento yeyunoileal se define de modo arbitrario como ye- yuno y el 60% distal se considera el íleon. Éste se encuentra separado del ciego por la válvula ileocecal. El intestino delgado contiene pliegues mucosos que se conocen como pliegues circulares o válvulas conniventes que se observan a simple vista. Estos pliegues también son visibles radiológicamente y ayudan a distin- guir entre el intestino delgado y el colon (que no contiene pliegues) en las radiografías del abdomen. Estos pliegues son más notables en la porción proximal del intestino delgado que en la porción distal. Otras característi- cas evidentes al observar a simple vista el intestino delgado que diferen- cian la porción proximal de la distal son una circunferencia mayor, pared más gruesa, mesenterio con menos grasa y vasos rectos más largos (fig. 28-1). El examen de la mucosa del intestino delgado a simple vista muestra también acumulaciones de folículos linfoides. Estos folículos, localizados en el íleon, son los más notables y se denominan placas de Peyer. Casi toda la irrigación del duodeno proviene de ramas de las arterias celiaca y de la mesentérica superior. La irrigación de la porción distal del duodeno, del yeyuno y del íleon viene de la arteria mesentérica superior. La vena mesentérica superior se encarga del drenaje venoso. Los vasos linfáticos responsables del drenaje linfático se dirigen paralelos a las arte- rias correspondientes. Esta linfa drena por los ganglios linfáticos mesen- téricos hasta la cisterna del quilo, después a través del conducto torácico y, por último, en la vena subclavia izquierda. La inervación parasimpática y simpática del intestino delgado proviene del vago y de los nervios es- plácnicos, respectivamente. HISTOLOGÍA La pared del intestino delgado consiste en cuatro capas distintivas: muco- sa, submucosa, muscular externa y serosa (fig. 28-2). La mucosa es la capa más interna y consiste en tres capas: epitelio, lá- mina propia y muscular de la mucosa. El epitelio está expuesto a la luz intestinal y es la superficie a través de la cual ocurre la absorción desde la luz y secreción hacia la misma. La lámina propia es adyacente al epitelio y consiste en tejido conjuntivo y una población heterogénea de células. Está delimitada de la submucosa más externa por la muscular de la mucosa, una hoja delgada de células de músculo liso. La mucosa está organizada en vellosidades y criptas (criptas de Lie- berkühn). Las vellosidades son prominencias digitiformes de epitelio y de la lámina propia subyacente que contienen vasos sanguíneos y linfáticos Isquemia mesentérica Padecimientos diversos Hemorragia de tubo digestivo de sitio desconocido Perforación del intestino delgado Ascitis quilosa Intususcepción Neumatosis intestinal Síndrome de intestino corto Fisiopatología Tratamiento Tratamiento médico Tratamiento quirúrgico sin trasplante Trasplante intestinal Otros tratamientos Resultados Yeyuno Íleon Figura 28-1. Características a simple vista del yeyuno comparadas con las del íleon. Con respecto a este último, el yeyuno tiene un diámetro más grande, una pared más gruesa, pliegues circulares más prominentes, un mesenterio menos adiposo y vasos rectos más largos. 28Brunicardi(0979-1012).indd 98028Brunicardi(0979-1012).indd 980 13/7/10 14:57:5913/7/10 14:57:59 981 C A PÍTU LO 28 Intestino delgado (quilíferos) que se extienden hasta la luz intestinal. La proliferación epite- lial celular del intestino se limita a las criptas, cada una de las cuales con- tiene en promedio 250 a 300 células. Todas las células epiteliales que hay en cada cripta provienen de un número desconocido de células madre multipotentes aún no caracterizadas; éstas se localizan en la base de la cripta o cerca de la misma. Sus descendientes inmediatas se multiplican sometiéndose a varios ciclos de división rápida. Estas descendientes se de- dican entonces a diferenciarse siguiendo unade cuatro vías que, en última instancia, producen enterocitos, células caliciformes, enteroendocrinas y de Paneth. Con excepción de las células de Paneth, estos linajes completan su diferenciación final durante su migración ascendente desde cada cripta a la vellosidad adyacente. El trayecto desde la cripta a la punta de la vellosi- dad se efectúa en dos a cinco días, y termina con la eliminación de las cé- lulas por apoptosis, exfoliación, o ambas. Por consiguiente, el epitelio del intestino delgado está sometido a una renovación constante, que lo hace uno de los tejidos más dinámicos del cuerpo. La elevada tasa de recambio celular contribuye a la elasticidad de la mucosa, pero también vuelve al intestino especialmente susceptible a ciertas formas de lesión, como la in- ducida por radiación y quimioterapia. Los enterocitos son las células de absorción predominantes del epite- lio intestinal. Su membrana celular apical (que ve hacia la luz) contiene enzimas digestivas especializadas, mecanismos de transporte y microve- llosidades que, según estimaciones, incrementan el área superficial de ab- sorción del intestino delgado alrededor de cuarenta veces. Las células cali- ciformes producen mucina que actúa supuestamente en la defensa de la mucosa contra patógenos. La característica de las células enteroendocrinas son los gránulos secretores que contienen agentes reguladores y que se tratan con mayor detalle más adelante en la sección Función endocrina. Las células de Paneth están situadas en la base de la cripta y producen grá- nulos secretores que contienen factores de crecimiento, enzimas digestivas y péptidos antimicrobianos. Además, el epitelio intestinal contiene célu- las M y linfocitos intraepiteliales. Más adelante se estudian estos dos com- ponentes del sistema inmunitario. La submucosa consiste en tejido conjuntivo denso y una población he- terogénea de células que incluye leucocitos y fibroblastos. La submucosa contiene asimismo una red extensa de vasos y linfáticos, fibras nerviosas y células ganglionares del plexo submucoso (de Meissner). La muscular propia está formada por una capa externa de fibras de músculo liso orientadas longitudinalmente y otra interna orientada en sentido circular. En el límite de estas dos capas se encuentran células gan- glionares del plexo mientérico (de Auerbach). La serosa está constituida por una capa de células mesoteliales y es un componente del peritoneo visceral. DESARROLLO El primer precursor identificable del intestino delgado es el tubo intestinal embrionario, que se forma a partir del endodermo durante la cuarta sema- na de gestación. El tubo digestivo se divide en intestino anterior, medio y posterior. Aparte del duodeno, que es una estructura del intestino anterior, el resto del intestino delgado deriva del intestino medio. El tubo intestinal comunica inicialmente con el saco vitelino; sin embargo, la comunicación entre estas dos estructuras se reduce alrededor de la sexta semana para formar el conducto vitelino. El saco vitelino y el conducto vitelino suelen obliterarse hacia el final de la gestación. La obliteración incompleta del conducto vitelino da por resultado la gama de defectos relacionados con divertículos de Meckel. Asimismo, durante la cuarta semana del embarazo, el mesodermo se separa del embrión. La porción del mesodermo que se adhiere al endoder- mo forma el peritoneo visceral, en tanto que la porción adherida al ecto- dermo constituye el peritoneo parietal. Esta división mesodérmica forma una cavidad celómica que es la precursora de la cavidad peritoneal. 1. El intestino delgado realiza varias funciones diversas. 2. La obstrucción del intestino delgado es uno de los diagnósticos quirúrgicos más frecuentes. 3. La mayoría de los casos de obstrucción del intestino delgado se debe a adherencias o bridas de una intervención quirúrgica previa. 4. Si después de la resección quirúrgica quedan menos de 200 cm de intestino delgado, los pacientes tienen riesgo de desarrollar síndrome de intestino corto. 5. Los tumores benignos y malignos del intestino delgado son raros y difíciles de diagnosticar. PUNTOS CLAVE 4. Membrana mucosa Capa circular Capa longitudinal 2. Muscular externa Capa subserosa 1. Serosa Corte longitudinal de una vellosidad, red vascular Epitelio cilíndrico simple con células mucosas Lámina propia, células de músculo liso, vasos sanguíneos Capilar linfático central (quilífero) Muscular de la mucosa 3. Submucosa 4 3 2 1 Aberturas de criptas (de Lieberkühn) Figura 28-2. Capas de la pared del intestino delgado. Se representan esquemáti camente las capas individuales y sus características más notables. 28Brunicardi(0979-1012).indd 98128Brunicardi(0979-1012).indd 981 13/7/10 14:57:5913/7/10 14:57:59 982 C A PÍTU LO 28 Intestino delgado Alrededor de la quinta semana de gestación, comienza a alargarse el intestino a una extensión mayor de la que puede contener la cavidad abdo- minal en desarrollo, lo cual da por resultado la herniación extracelómica del intestino en desarrollo. Durante las semanas siguientes, el intestino continúa alargándose y se retrae de nuevo hacia la cavidad abdominal en la décima semana de la gestación. Después, el duodeno se vuelve una es- tructura retroperitoneal. La extrusión y retracción coincide con una rota- ción del intestino de 270° en el sentido contrario a las manecillas del reloj con respecto a la pared posterior del abdomen. Esta rotación explica la ubicación usual del ciego en el cuadrante inferior derecho y de la unión duodenoyeyunal a la izquierda de la línea media (fig. 28-3). Las arterias y venas celiacas y mesentéricas superiores derivan del sis- tema vascular vitelino, que proviene, a su vez, de los vasos sanguíneos que se formaron dentro del mesodermo esplacnopleural durante la tercera se- mana del embarazo. El origen de las neuronas que se encuentran en el in- testino delgado es el de las células de la cresta neural que comienzan a migrar, alejándose del tubo neural, durante la tercera semana de la gesta- ción. Estas células de la cresta neural penetran en el mesénquima del intes- tino primitivo anterior y luego migran al resto del intestino. La luz del intestino en desarrollo se oblitera durante la sexta semana del embarazo, a medida que se acelera la proliferación del epitelio intesti- nal. En las semanas posteriores se forman vacuolas dentro de la sustancia intestinal y coalescen para formar la luz del intestino alrededor de la nove- na semana del embarazo. Los errores en esta recanalización suelen expli- car los defectos como membranas y estenosis intestinales. Sin embargo, la opinión general es que casi todas las atresias intestinales se relacionan con episodios de isquemia que ocurren después de terminar la organogénesis y no con errores en la recanalización. Durante la novena semana de la gestación, el epitelio intestinal desa- rrolla características específicas del intestino como la estructura de cripta y vellosidad. La organogénesis está terminada alrededor de la decimose- gunda semana de la gestación. Un área de investigación activa es la explicación de los mecanismos fundamentales que regulan el patrón del desarrollo intestinal. FISIOLOGÍA Digestión y absorción El epitelio intestinal es el límite a través del cual ocurren la absorción y secreción. Tiene características distintivas de los epitelios de absorción en general, incluso células epiteliales con membranas celulares que poseen dominios apical (luminal) y basolateral (seroso) precisos, delimitados por uniones intercelulares firmes y una distribución asimétrica de mecanis- mos de transporte transmembrana que favorecen el transporte vectorial de solutos a través del epitelio. Los solutos pueden atravesar el epitelio mediante transporte activo o pasivo. El transporte pasivo de solutos ocurre por difusión o convección, y es impulsado por los gradientes electroquímicos que existen. El transporteactivo es la transferencia neta de solutos dependiente de energía sin un gradiente electroquímico o contra el mismo. El transporte activo se lleva a cabo por vías transcelulares (a través de las células), en tanto que el transporte pasivo se efectúa por vías transcelu- lares o paracelulares (entre las células a través de las uniones firmes). El transporte transcelular requiere que los solutos atraviesen las membranas celulares mediante proteínas de membrana especializadas, como canales, portadores y bombas. La clasificación molecular de las proteínas transpor- tadoras evoluciona a gran velocidad; ahora se identifican distintas familias de transportadores, cada una con muchos genes individuales que codifi- can transportadores específicos. También está evolucionando el conoci- miento de la vía paracelular. Al contrario de lo que se pensaba, cada vez es más evidente que la permeabilidad paracelular es específica de sustrato, dinámica y, además, está sujeta a regulación por proteínas de unión estre- cha específicas.3 Absorción y secreción de agua y electrólitos En el intestino delgado ingresan a diario ocho a nueve litros de líquido. Casi todo este volumen está constituido por secreciones salivales, gástri- cas, biliares, pancreáticas e intestinales. En condiciones normales, el intes- tino delgado absorbe más de 80% de este líquido y deja alrededor de 1.5 L que pasan al colon (fig. 28-4). La absorción y secreción del intestino delga- do están reguladas rigurosamente; las alteraciones en la homeostasis del agua y los electrólitos características de muchos de los trastornos que se comentan en este capítulo ocupan un lugar importante en la contribución a sus rasgos clínicos asociados. Se supone que gradientes osmóticos creados principalmente por la ab- sorción transepitelial activa de Na+ impulsan la absorción de agua. En cambio, la secreción intestinal de agua estaría impulsada por gradientes osmóticos generados sobre todo por la secreción transepitelial de Cl−. Su- puestamente, casi todo el transporte intestinal de agua ocurriría a través de la vía transcelular.4 Aún falta por describir del todo los mecanismos de transporte específicos que median la absorción de agua. En el epitelio in- testinal se expresan acuaporinas (conductos de agua); no obstante, su con- tribución a la absorción intestinal total de agua es, al parecer, relativamen- te menor.5 En la figura 28-5 se muestra el modelo dominante de absorción intes- tinal epitelial de Na+. La actividad de la enzima Na+/K+ ATP-asa que se localiza en la membrana basolateral e intercambia tres Na+ intracelulares por cada dos K+ extracelulares en un proceso dependiente de energía, ge- nera el gradiente electroquímico que impulsa el transporte de Na+ desde la luz intestinal hasta el citoplasma de los enterocitos. Los iones de Na+ atra- Estómago Duodeno Extremo proximal del asa intestinal primaria Conducto vitelino Extremo distal del asa intestinal primaria Arteria mesentérica superior Estómago Colon transverso Yema cecal Conducto vitelino Colon ascendente Asas yeyunoileales A C Duodeno Yema cecal Colon transverso Intestino delgado Ángulo hepático Apéndice Colon transverso Colon descendente Colon sigmoide Ciego B D Figura 28-3. Rotación del intestino durante el desarrollo. A. En el transcurso de la quinta semana de la gestación, se hernia el intestino en desarrollo fuera de la cavidad celómica y comienza a rotar en el sentido contrario a las manecillas del reloj sobre el eje de la arteria mesentérica superior. B y C. Continúa la rotación intestinal a medida que el colon transverso en desarrollo pasa adelante del duodeno en desarrollo. D. Las posiciones finales del intestino delgado y el colon resultan de una rotación de 270° en el sentido contrario a las manecillas del reloj del intestino en desarrollo y su retorno a la cavidad abdominal. 28Brunicardi(0979-1012).indd 98228Brunicardi(0979-1012).indd 982 13/7/10 14:57:5913/7/10 14:57:59 983 C A PÍTU LO 28 Intestino delgado Fármacos que estimulan la absorción o inhiben la secreción de agua Aldosterona Glucocorticoides Angiotensina Noradrenalina Adrenalina Dopamina Somatostatina Neuropéptido Y Péptido YY Encefalina Fármacos que estimulan la secreción o inhiben la absorción de agua Secretina Bradicinina Prostaglandinas Acetilcolina Factor natriurético auricular Vasopresina Péptido intestinal vasoactivo Bombesina Sustancia P Serotonina Neurotensina Histamina viesan la membrana apical por medio de varios mecanismos de transporte distintos, como el transporte de sodio acoplado a nutrimentos (p. ej., co- transportador de sodio y glucosa 1, SGLT1), conductos del sodio e inter- cambiadores de sodio e hidrógeno. Los iones de Na+ absorbidos son expul- sados a continuación de los enterocitos a través de la Na+/K+ ATP-asa localizada en la membrana basolateral. Existen también modelos mecani- císticos similares que explican el transporte de otros iones comunes como K+ y HCO3−. Existe una heterogeneidad importante de mecanismos de transporte del epitelio intestinal con respecto a cripta-vellosidad y ejes craneocauda- les. Por ejemplo, los transportadores de Na+ acoplados a nutrimentos se expresan en las células de las vellosidades maduras, pero no existen en las células de las criptas. En contraste, el regulador transmembrana de fibrosis quística (un conducto del cloruro) se expresa en mayor grado en células de las criptas. Esta distribución espacial de expresión es compatible con un modelo en el cual la función de absorción reside sobre todo en la vellosi- dad y la función secretora en la cripta. La absorción y secreción intestinales están sujetas a modulación en condiciones fisiológicas y fisiopatológicas por una amplia gama de media- dores reguladores hormonales, neurales e inmunitarios (cuadro 28-1). Digestión y absorción de carbohidratos Alrededor de 45% del consumo de energía en la dieta occidental promedio está constituida por carbohidratos, de los cuales casi la mitad se encuentra en forma de almidón (polímeros de glucosa lineales o ramificados) deriva- dos de cereales y plantas. Otras fuentes importantes de carbohidratos de la dieta son los azúcares provenientes de la leche (lactosa), frutas y verduras (fructosa, glucosa y sacarosa) o azúcares purificados de caña de azúcar o remolacha (sacarosa). Los alimentos procesados contienen una diversidad de azúcares, entre los que se encuentran fructosa, oligosacáridos y polisa- cáridos. El glucógeno que deriva de la carne sólo contribuye con una frac- ción pequeña de los carbohidratos de la dieta. La amilasa pancreática es la principal enzima que digiere el almidón, aunque la amilasa salival inicia el proceso. Los productos terminales de la digestión de almidones mediada por amilasa son oligosacáridos, malto- triosa, maltosa y dextrinas de límite alfa (fig. 28-6). Estos productos, así como los principales disacáridos de la dieta (sacarosa y lactosa), no pue- den ser absorbidos en esta forma. Deben someterse primero a segmenta- ción hidrolítica para obtener sus monosacáridos constituyentes; los catali- zadores de estas reacciones hidrolíticas son hidrolasas de membrana específicas del borde en cepillo, que se expresan de manera más abundan- te en las vellosidades del duodeno y el yeyuno. Los tres monosacáridos principales que representan los productos terminales de la digestión de carbohidratos son glucosa, galactosa y fructosa. En condiciones fisiológicas, la mayor parte de estos carbohidratos se absorbe a través del epitelio por la vía transcelular. La glucosa y la galacto- • Ingestión, 2 000 ml • Saliva, 1 500 ml • Secreciones gástricas, 2 500 ml • Bilis, 500 ml • Secreciones pancreáticas, 1 500 ml • Secreciones de intestino delgado, 1 000 ml • Absorción de intestino delgado, 7 500 ml • 1 500 ml al colon Figura 28-4. Transporte de agua en el intestino delgado. Se proporcionan las cantidades representativas (en volumen pordía) del líquido que se incorpora y que abandona la luz del intestino delgado en un adulto sano. LUZ − SANGRE + Na+ Glucosa Na+ K+ Na+ Na+ H+ Figura 28-5. Modelo de la absorción transepitelial de Na+. En este modelo, el Na+ atraviesa la membrana apical de los enterocitos a través de varios mecanismos, como transporte de Na+ acoplado a nutrimentos, intercambio de Na+/H+ y conductos del Na+. La actividad de la ATPasa de Na+/K+ localizada en la membrana basolateral genera el gradiente electroquímico que proporciona la fuerza impulsora para absorber Na+. CUADRO 28-1 Regulación de la absorción y secreción intestinales 28Brunicardi(0979-1012).indd 98328Brunicardi(0979-1012).indd 983 13/7/10 14:58:0013/7/10 14:58:00 984 C A PÍTU LO 28 Intestino delgado sa se transportan a través del borde en cepillo de la membrana del entero- cito por medio de SGLT1 intestinal (fig. 28-7). La fructosa se transporta a través de la membrana del borde en cepillo por difusión facilitada median- te GLUT5 (un miembro de la familia facilitadora de transportadores de glucosa). Estos tres monosacáridos se expulsan a través de la membrana basolateral mediante difusión facilitada. Los monosacáridos expulsados se difunden a las vénulas y, con el tiempo, penetran en el sistema venoso porta. Hay evidencia de que en algunas enfermedades, como la diabetes, exis- te expresión excesiva de transportadores para hexosas, en particular SGLT1.6 Hay varias estrategias en investigación que pretenden disminuir esos transportadores como un tratamiento novedoso para enfermedades como la diabetes y la obesidad.7 Digestión y absorción de proteínas De 10 a 15% del consumo energético consiste en proteínas en la dieta oc- cidental promedio. Además de las proteínas de la alimentación, casi la mi- tad de la carga de proteínas que penetra en el intestino delgado proviene de fuentes endógenas, que incluyen secreciones salivales y gastrointestina- les y células del epitelio intestinal descamadas. La digestión de las proteí- nas inicia en el estómago al entrar en acción las pepsinas. Sin embargo, este no es un paso esencial porque los pacientes quirúrgicos con aclorhi- dria y los que perdieron una parte o la totalidad del estómago, son capaces de digerir proteínas. La digestión continúa en el duodeno con las activida- des de varias peptidasas pancreáticas. Estas enzimas se secretan como proenzimas inactivas, lo cual contrasta con la amilasa y lipasa pancreáti- cas, que se secretan en sus formas activas. En respuesta a la presencia de ácidos biliares, el borde en cepillo de la membrana intestinal libera entero- cinasa, la cual cataliza la conversión de tripsinógeno en tripsina activa; a su vez, la tripsina se activa a sí misma y a otras proteasas. Los productos finales de la digestión intraluminal de proteínas consisten en aminoácidos y péptidos neutros y básicos de dos a seis aminoácidos de longitud (fig. 28-8). Hay una digestión adicional gracias a las acciones de peptidasas que existen en el borde en cepillo de los enterocitos y en el citoplasma. La ab- sorción epitelial de aminoácidos sencillos y de dipéptidos o tripéptidos se efectúa por medio de transportadores específicos unidos a la membrana. Los aminoácidos y péptidos absorbidos penetran entonces en la circula- ción venosa porta. De todos los aminoácidos, al parecer la glutamina es una fuente única e importante de energía para los enterocitos. La captación activa de gluta- Glucosa, galactosa, fructosa Absorción Almidón de la dieta Amilasa salival Amilasa pancreática Hidrolasas del borde en cepillo Oligosacáridos Maltotriosa Maltosa Dextranos límite alfa Sacarosa y lactosa LUZ Unión estrecha Unión estrecha SANGRE SGLT1 GLUT5 GLUT5 GLUT2 Fructosa FructosaGGLUUTTT555GGGGGLULUUTTT5555 Na+ Glucosa Galactosa Glucosa Galactosa Na+ Figura 28-6. Digestión de carbohidratos. Los carbohidratos de la dieta, incluso el almidón y los disacáridos sacarosa y lactosa, se hidrolizan en los monosacáridos constituyentes, glucosa, galactosa y fructosa, antes de ser absorbidos por el epitelio intestinal. La amilasa salival y pancreática y las hidrolasas del borde en cepillo de los enterocitos catalizan estas reacciones hidrolíticas. Figura 28-7. Transportadores de glucosa. La glucosa y la galactosa penetran en el enterocito a través de un transporte activo secundario mediante el cotransportador de sodio y glucosa 1 (SGLT1) localizado en la membrana apical (borde en cepillo). La fructosa ingresa por medio de difusión facilitada mediante el transportador de glucosa 5 (GLUT5). La glucosa y la galactosa se expulsan basolateralmente mediante difusión facilitada por el transportador de glucosa 2 (GLUT2). La fructosa se expulsa basolateralmente mediante GLUT5. Dipéptidos + tripéptidos + aminoácidos Absorción Proteínas de la alimentación Polipéptidos Aminoácidos Tripsina Quimotripsina Elastasa Carboxipeptidasa A Carboxipeptidasa B Oligopéptidos Peptidasas del borde en cepillo Aminoácidos + + Pepsina Figura 28-8. Digestión de proteínas. Las proteínas de la dieta se hidrolizan en los aminoácidos sencillos constituyentes y en dipéptidos y tripéptidos antes de que los pueda absorber el epitelio intestinal. Las peptidasas pancreáticas (p. ej., tripsina) y las peptidasas del borde en cepillo del enterocito catalizan estas reacciones hidrolíticas. 28Brunicardi(0979-1012).indd 98428Brunicardi(0979-1012).indd 984 13/7/10 14:58:0013/7/10 14:58:00 985 C A PÍTU LO 28 Intestino delgado mina al interior de los enterocitos se efectúa a través de mecanismos de transporte tanto apicales como basolaterales. Digestión y absorción de grasas Alrededor de 40% de la dieta occidental promedio consiste en grasas. Más de 95% de la grasa alimenticia se encuentra en forma de triglicéridos de cadena larga; el resto es fosfolípidos, como lecitina, ácidos grasos, coleste- rol y vitaminas liposolubles. Más de 94% de las grasas ingeridas se absorbe en la parte proximal del yeyuno. Como las grasas son insolubles en agua, una clave para la digestión exitosa de las grasas ingeridas es su disolución en una emulsión por la ac- ción mecánica de la masticación y la peristalsis antral. Aunque la lipólisis de los triglicéridos para formar ácidos grasos y monoglicéridos se inicia en el estómago por acción de la lipasa gástrica, su principal sitio es la parte proximal del intestino, donde el catalizador es la lipasa pancreática (fig. 28-9). Los ácidos biliares actúan como detergentes que ayudan a solubilizar en la lipólisis mediante la formación de micelas mixtas. Estas micelas son agregados de múltiples moléculas con un centro hidrófobo de grasa y una superficie hidrofílica que actúa como transportador, traslada los produc- tos de la lipólisis a la membrana del borde en cepillo de los enterocitos, donde se absorben. Sin embargo, las sales biliares permanecen en la luz intestinal y viajan a la parte terminal del íleon, donde se reabsorben por un proceso activo. Ingresan a la circulación portal y se secretan de nuevo en la bilis, con lo que se completa la circulación enterohepática. La disociación de lípidos y micelas ocurre en una capa delgada de agua (50 a 500 μm de grosor) con un microambiente ácido, inmediatamente adyacente al borde en cepillo llamada capa de agua no agitada. Casi todos los lípidos se absorben en el yeyuno proximal, en tanto que las sales bilia- res se absorben en el íleon distal a través de un proceso activo. Las proteí- nas de unión de ácidos grasos son una familia de proteínas que se locali- zan en el borde en cepillo de la membrana, las cuales facilitan la difusión de ácidos grasos de cadena larga al otro lado de dicha membrana. El coles- terol cruza el borde en cepillo de la membrana por medio de un proceso activo que todavía no se ha descrito por completo. Dentro de los enteroci- tos, los triglicéridos se sintetizan otra vez, y se incorporan en quilomicro- nes que se secretan en los linfáticosintestinales y, finalmente, penetran en el conducto torácico. En estos quilomicrones, las lipoproteínas cumplen una función parecida a un detergente, que es similar a la que llevan a cabo las sales biliares y las micelas mixtas. Los pasos descritos son los que se requieren para la digestión y absor- ción de triglicéridos que contienen ácidos grasos de cadena larga. Empero, los triglicéridos formados por ácidos grasos de cadenas corta y mediana son más hidrófilos y se absorben sin sufrir hidrólisis intraluminal, solubi- lización micelar, reesterificación por la mucosa y formación de quilomi- crones. Sencillamente se absorben y pasan en forma directa a la circula- ción venosa porta y no a los linfáticos. Esta información proporciona la justificación para administrar complementos nutricionales que contienen triglicéridos de cadena mediana a pacientes con enfermedades gastroin- testinales que se relacionan con mala digestión, absorción deficiente, o ambos, de triglicéridos de cadena larga. Absorción de vitaminas y minerales La absorción deficiente de vitamina B12 (cobalamina) puede ser resultado de una diversidad de manipulaciones quirúrgicas. Primero, la vitamina se une a la proteína R derivada de la saliva. En el duodeno, enzimas pancreá- ticas hidrolizan a la proteína R y, entonces, la cobalamina libre ya se puede unir al factor intrínseco derivado de las células gástricas parietales. Las enzimas pancreáticas son incapaces de hidrolizar al complejo de cobala- mina y factor intrínseco, por lo que pueden llegar al íleon terminal, el cual expresa receptores específicos para el factor intrínseco. Aún falta describir bien los fenómenos posteriores en la absorción de la cobalamina, pero es probable que el complejo intacto entre en los enterocitos por transferen- cia. Debido a que se requiere cada uno de estos pasos para asimilar la co- balamina, la resección gástrica, la derivación gástrica y la resección ileal dan como resultado carencia de vitamina B12. Otras vitaminas hidrosolubles cuyos procesos específicos de transpor- te mediados por portador ya se han descrito son el ácido ascórbico, el fo- lato, la tiamina, la riboflavina, el ácido pantoténico y la biotina. Al parecer, las vitaminas liposolubles A, D y E se absorben mediante difusión pasiva. En cuanto a la vitamina K, ésta se absorbe tanto por difusión pasiva como por captación mediada por transportador. El calcio se absorbe tanto por transporte transcelular como por difu- sión paracelular. El duodeno es el sitio importante de transporte transce- lular; el transporte paracelular se presenta en todo el intestino delgado. La calbindina, una proteína de unión de calcio que se encuentra en el cito- plasma de los enterocitos media un paso fundamental en el transporte transcelular de calcio. La regulación de la síntesis de calbindina es el me- canismo principal por el que la vitamina D regula la absorción intestinal de calcio. Cada vez es más común encontrar concentraciones anormales de calcio en pacientes quirúrgicos que se sometieron a derivación gástrica. Aunque la complementación usual de calcio es en forma de carbonato de calcio, que es barato, en tales casos con exposición baja al ácido, el citrato de calcio es una mejor formulación para el tratamiento de restitución. El hierro y el magnesio se absorben tanto por la vía transcelular como por la paracelular. Un transportador de metales divalentes capaz de llevar Fe2+, Zn2+, Mn2+, Co2+, Cd2+, Cu2+, Ni2+ y Pb2+ que se localizó en fecha reciente en el borde en cepillo intestinal tal vez explique cuando menos una parte de la absorción transcelular de estos iones.8 Funciones de barrera e inmunitaria Aunque el epitelio intestinal permite la absorción eficiente de nutrimentos de la dieta, debe diferenciar entre antígenos patógenos e inocuos, como proteínas alimenticias y bacterias comensales, y resistir la invasión de mi- croorganismos patógenos. Entre los factores que contribuyen a la defensa epitelial se encuentran la inmunoglobulina A (IgA), las mucinas y la im- permeabilidad relativa del borde en cepillo de la membrana y las uniones estrechas con macromoléculas y bacterias. Es probable que los factores recién descritos tengan funciones importantes en la defensa de la mucosa intestinal; entre dichos factores están los péptidos antimicrobianos, como las defensinas.9 El componente intestinal del sistema inmunitario, que se conoce como tejido linfoide asociado con el intestino (GALT, gut-associated lymphoid tissue), contiene más de 70% de las células inmunitarias del cuerpo. El GALT se divide conceptualmente en sitios inductor y efector.10 Los sitios inductores comprenden las placas de Peyer, ganglios linfáticos me- Triglicéridos de cadena larga de la alimentación Triglicéridos de cadena corta y cadena mediana Ácidos grasos de cadena larga y monoglicéridos Triglicéridos resintetizados en enterocitos Lipasa gástrica Lipasa pancreática Quilo (linfáticos) Sangre venosa portal Absorbidos Absorbidos Figura 28-9. Digestión de grasas. Los triglicéridos de cadena larga, que constituyen la mayor parte de las grasas de la dieta, deben someterse a lipólisis para obtener ácidos grasos de cadena larga y monoglicéridos para que los pueda absorber el epitelio intestinal. Las lipasas gástrica y pancreática catalizan estas reacciones. Los productos de la lipólisis se transportan en forma de micelas mixtas a los enterocitos, en donde se vuelven a sintetizar en triglicéridos, que a continuación se empacan en forma de quilomicrones que se secretan en la linfa intestinal (quilo). El epitelio intestinal absorbe directamente los triglicéridos compuestos de ácidos grasos de cadena corta y de cadena media, sin sufrir lipólisis, y se secretan a la circulación venosa porta. 28Brunicardi(0979-1012).indd 98528Brunicardi(0979-1012).indd 985 13/7/10 14:58:0113/7/10 14:58:01 986 C A PÍTU LO 28 Intestino delgado sentéricos y folículos linfoides aislados, más pequeños, dispersos en la to- talidad del intestino delgado (fig. 28-10). Las placas de Peyer son acumu- laciones macroscópicas de folículos de células B y áreas de células T intercurrentes situadas en la lámina propia del intestino delgado, sobre todo en el íleon distal. Un epitelio especializado cubre las placas de Peyer. Este epitelio contiene células M que poseen una membrana apical con mi- cropliegues en lugar de microvellosidades, lo cual es una característica de la mayor parte de las células epiteliales intestinales. Las células M transfie- ren microorganismos a células presentadoras de antígeno profesionales subyacentes, como las células dendríticas, mediante transporte vesicular transepitelial. Además, las células dendríticas pueden muestrear directa- mente antígenos luminales mediante sus procesos parecidos a dendritas que se extienden a través de las uniones epiteliales estrechas. Las célu- las presentadoras de antígeno interactúan con linfocitos indiferenciados, y los preparan; éstos salen entonces a través de los linfáticos de drenaje para penetrar en ganglios linfáticos mesentéricos en donde se lleva a cabo su diferenciación. Estos linfocitos migran luego a la circulación sistémica por el conducto torácico y, por último, se acumulan en la mucosa intestinal en sitios efectores. Es probable que existan también otros mecanismos de in- ducción, como la presentación de antígeno dentro de los ganglios linfáti- cos mesentéricos. Los linfocitos efectores están distribuidos en compartimientos preci- sos. Las células plasmáticas que producen IgA derivan de células B y se localizan en la lámina propia. Las células T CD4+ también se encuentran en la lámina propia. Las células T CD8+ migran de preferencia al epitelio, pero se encuentran también en la lámina propia. Estas células T son fun- damentales en la regulación inmunitaria; además, las células T CD8+ tie- nen una actividad citotóxica potente. La IgA se transporta por las células epiteliales intestinales hasta la luz, endonde sale en forma de un dímero complejo con un componente secretor. Con esta configuración, la IgA se vuelve resistente a la proteólisis que realizan las enzimas digestivas. Su- puestamente, la IgA ayuda tanto a prevenir la entrada de microorganismos a través del epitelio como a promover la excreción de antígenos o micro- organismos que ya penetraron la lámina propia. Una hipótesis es que la resistencia ineficaz a la invasión de agentes pa- tógenos desempeña una función causal en la septicemia, permitiendo la migración de bacterias, toxinas, o ambas, a la circulación sistémica. En contraste, hay otra hipótesis en la que se plantea que la sensibilidad inmu- nitaria exagerada o la intolerancia a antígenos de la alimentación o bacte- rias comensales contribuyen a la patogenia de trastornos inflamatorios crónicos, como las enfermedades celiaca y de Crohn.10 Motilidad Los miocitos de las capas musculares del intestino están coordinados tanto eléctrica como mecánicamente en forma de sincitios. Las contracciones de la muscular propia son las que originan la peristalsis del intestino delgado. La contracción de la capa muscular longitudinal externa ocasiona acorta- miento del intestino; la contracción de la capa circular interna da por re- sultado estrechamiento luminal. Las contracciones de la muscular de la mucosa contribuyen a la motilidad de la mucosa o las vellosidades, pero no a la peristalsis. Se sabe que existen varios patrones característicos de actividad de la muscular propia en el intestino delgado, como excitación ascendente e in- hibición descendente en donde se presenta contracción muscular proximal a un estímulo, que puede ser un bolo de alimento ingerido, y relajación muscular distal al estímulo (fig. 28-11). Estos dos reflejos se observan in- cluso en ausencia de cualquier inervación extrínseca al intestino delgado, y contribuyen a la peristalsis cuando se propagan en forma coordinada a lo largo de todo el intestino. El patrón de alimentación o posprandial inicia en el transcurso de 10 a 20 min después de la ingesta de alimentos y des- aparece 4 a 6 h más tarde. Asimismo, se observan segmentaciones rítmicas u ondas de presión que viajan sólo distancias cortas. Se plantea hipotética- mente que este patrón de segmentación ayuda a mezclar el contenido in- traluminal y a facilitar su contacto con la superficie mucosa de absorción. El patrón de ayuno o ciclo motor interdigestivo (IDMC, interdigestive motor cycle) consiste en tres fases: la I se caracteriza por latencia motora; la II, por ondas de presión aparentemente desorganizadas que ocurren a ritmos submáximos, y la fase III, por ondas de presión sostenidas que se presen- tan a frecuencias máximas. Supuestamente, este patrón expulsa desechos y bacterias residuales del intestino delgado. La duración mediana del IDMC varía de 90 a 120 min. En cualquier momento determinado, dife- rentes porciones del intestino delgado se encuentran en distintas fases del IDMC. Los mecanismos reguladores que impulsan la motilidad del intestino delgado consisten en marcapasos intrínsecos para el intestino delgado y señales neurohumorales moduladoras externas. Las células intersticiales de Cajal son células mesenquimatosas pleomórficas localizadas en la mus- cular propia del intestino que generan la onda eléctrica lenta (ritmo eléc- trico básico o potencial que establece el paso); esta onda desempeña una función de marcapasos para establecer la ritmicidad fundamental de las contracciones del intestino delgado. La frecuencia de la onda lenta varía a lo largo del eje longitudinal del intestino: sus valores van de 12 ondas por minuto en el duodeno a 7 ondas por minuto en el íleon distal. La contrac- ción del músculo liso ocurre sólo cuando se superpone un potencial de acción eléctrico (brote en espiga) en la onda lenta. Por consiguiente, esta última determina la frecuencia máxima de contracciones; pero no todas las ondas lentas se acompañan de una contracción. Este mecanismo contráctil intrínseco está sujeto a regulación neural y hormonal. El sistema motor entérico (ENS, enteric motor system) propor- ciona estímulos tanto inhibidores como excitadores. Los transmisores excitadores predominantes son acetilcolina y sustancia P, y los transmiso- Luz intestinal Placa de Peyer Lámina propia FAE SED DC GC IgA Célula plasmáticaCélula M B Vellosidad T T Figura 28-10. Tejido linfoide relacionado con el intestino. Se representan esquemáticamente los componentes seleccionados del tejido linfoide relacionado con el intestino. Las placas de Peyer consisten en un epitelio especializado relacionado con el folículo (FAE) que contiene células M, un domo subepitelial (SED) abundante en células dendríticas (CD) y centros germinales (GC) de células B que contienen folículos. Las células plasmáticas en la lámina propia producen IgA, que se transporta a la luz del intestino en donde sirve como primera línea de defensa contra patógenos. Otros componentes del tejido linfoide relacionado con el intestino son folículos linfoides aislados, ganglios linfáticos mesentéricos y linfocitos reguladores y efectores. B, células B; T, células T. 28Brunicardi(0979-1012).indd 98628Brunicardi(0979-1012).indd 986 13/7/10 14:58:0113/7/10 14:58:01 987 C A PÍTU LO 28 Intestino delgado Hormona Origena Acciones Somatostatina Célula D Inhibe la secreción y motilidad gastrointesti- nales y el riego esplácnico Secretina Célula S Estimula la secreción pancreática exocrina Estimula la secreción intestinal Colecistocinina Célula I Estimula la secreción pancreática exocrina Estimula el vaciamiento de la vesícula biliar Inhibe la contracción del esfínter de Oddi Motilina Célula M Estimula la motilidad intestinal Péptido YY Célula L Inhibe la motilidad y secreción intestinales Péptido 2 parecido a glucagon Célula L Estimula la proliferación del epitelio intestinal Neurotensina Célula N Estimula la secreción pancreática y biliar Inhibe la motilidad del intestino delgado Estimula el crecimiento de la mucosa intesti- nal a En este cuadro se indican los tipos de células enteroendocrinas localizadas en el epitelio intestinal que producen estos péptidos. Estos últimos también se expresan ampliamente en tejidos extraintestinales. res inhibidores comprenden óxido nítrico, péptido intestinal vasoactivo y trifosfato de adenosina. En general, la inervación motora simpática inhi- be al ENS; por lo tanto, el incremento de impulsos simpáticos en el intes- tino disminuye la actividad del músculo liso intestinal. La inervación motora parasimpática es más compleja, ya que existen proyecciones inhi- bidoras y excitadoras hasta las neuronas motoras del ENS, por lo que es más difícil predecir los efectos de los impulsos parasimpáticos en la moti- lidad intestinal. Función endocrina La endocrinología, como disciplina, surgió con el descubrimiento de la secretina, un péptido intestinal regulador que fue la primera hormona identificada. En la actualidad, está muy bien documentado que el intestino delgado es el órgano productor de hormonas más grande del cuerpo, tanto con respecto al número de células que elaboran hormonas como con la cantidad de hormonas individuales producidas.11 Además, se sabe que se expresan más de 30 genes de hormonas peptídicas en el tubo digestivo. Dado el proceso diferencial postranscripcional y postraduccional, se ela- boran más de 100 péptidos reguladores distintos. En el intestino se produ- cen, además, monoaminas, como histamina y dopamina, y eicosanoides con actividades parecidas a hormonas. El concepto previo de las “hormonas intestinales” planteaba que las células enteroendocrinas de la mucosa intestinal elaboraban péptidos, que se liberaban luego a la circulación sistémica para llegar hasta ciertos recep- tores en sitios específicos del tubo gastrointestinal. En la actualidad, es evidente que genes de “hormonas intestinales” se expresan ampliamente en la totalidad del cuerpo,no sólo en células endocrinas, sino también en neuronas centrales y periféricas.12 Los productos de estos genes suelen ser mensajeros intercelulares capaces de actuar como mediadores endocrinos, paracrinos, autocrinos o neurocrinos. Por consiguiente, podrían actuar como hormonas transportadas en la sangre, así como a través de efectos locales. Existen patrones de semejanza notables entre los péptidos reguladores individuales que se encuentran en el tubo digestivo. Con base en estas homologías, casi la mitad de los péptidos reguladores conocidos se clasifi- can en familias.12 Por ejemplo, la familia secretina comprende secretina, glucagon y péptidos parecidos a glucagon, péptido insulinotrópico depen- diente de glucosa, polipéptido intestinal vasoactivo, péptido isoleucina histidina, hormona liberadora de hormona del crecimiento y el péptido hipofisario activador de adenilil ciclasa. Otras familias de péptidos son la de la insulina, la del factor de crecimiento epidérmico, la de la gastrina, la del polipéptido pancreático, de la taquicinina y la de la somatostatina. La multiplicidad de subtipos de receptores y los patrones de expresión específicos de células para estos subtipos de receptores que son caracterís- ticos de estos mediadores reguladores complican la definición de sus ac- ciones. La descripción detallada de estas acciones queda fuera del objetivo de este capítulo, pero en el cuadro 28-2 se resumen ejemplos de los pépti- dos reguladores que elaboran las células enteroendocrinas del epitelio del intestino delgado y las funciones que se les atribuyen con mayor frecuen- cia. Algunos de estos péptidos, o sus análogos, se utilizan en la práctica clínica rutinaria. Por ejemplo, las aplicaciones terapéuticas del octreótido, un análogo de la somatostatina de acción prolongada, abarcan mejoría de síntomas relacionados con tumores neuroendocrinos (p. ej., síndrome carcinoide), síndrome de evacuación gástrica rápida posgastrectomía, fís- tulas enterocutáneas y el tratamiento inicial de una hemorragia aguda cau- sada por várices esofágicas. La respuesta secretora de gastrina ante la ad- ministración de secretina constituye la base de la prueba estándar que se utiliza para establecer el diagnóstico del síndrome de Zollinger-Ellison. La colecistocinina se emplea para valorar la fracción de expulsión de la vesí- cula biliar, un parámetro que a veces es útil en enfermos con síntomas de cólico biliar en quienes no se encuentran cálculos biliares. De los péptidos listados en el cuadro 28-2, el péptido-2 parecido a glucagon (GLP-2, gluca- gon-like peptide) se identificó como una hormona potente y específica que muestra tropismo intestinal. El GLP-2 estimula la proliferación celular y a la vez inhibe la apoptosis en el epitelio intestinal. Se demostró mediante numerosos modelos experimentales de enfermedades intestinales que in- duce regeneración del intestino y promueve la cicatrización. En la sección Síndrome de intestino corto, pág. 1009, se menciona que en la actualidad se encuentra en valoración clínica como un agente que tiene tropismo in- testinal en pacientes con síndrome de intestino corto. Adaptación intestinal El intestino delgado tiene la capacidad de adaptarse en respuesta a las di- versas exigencias que imponen las condiciones fisiológicas y patológicas. Un hecho de particular importancia para muchas de las enfermedades que se mencionan en este capítulo es la adaptación que se observa en el rema- nente intestinal después de resecar quirúrgicamente una porción grande del intestino delgado (resección masiva del intestino delgado). La adapta- ción intestinal posresección se ha estudiado con detalle mediante modelos de animales. En un plazo de pocas horas después de resecar el intestino, el remanente de intestino delgado manifiesta evidencias de hiperplasia celu- lar epitelial. Poco tiempo después se alargan las vellosidades, aumenta el área superficial de absorción intestinal y mejoran las funciones digestivas y de absorción. La adaptación intestinal posresección en seres humanos se ha estudiado menos pero al parecer sigue pasos similares a los que se han observado en modelos experimentales y se lleva a cabo en el transcurso de uno a dos primeros años de la resección intestinal.13 Los mecanismos que inducen la adaptación intestinal posresección se encuentran en investigación activa. Varias clases de factores que estimulan el crecimiento del intestino son los nutrimentos específicos, hormonas peptídicas y factores de crecimiento, secreciones pancreáticas y ciertas ci- tocinas.14 Los componentes nutricionales que estimulan el crecimiento EMN SN IMN Proximal Distal Figura 28-11. Excitación ascendente e inhibición descendente. Una neurona sensorial (SN) detecta la presencia de bolo alimenticio en la luz del intestino, y transmite señales a (a) neuronas motoras excitadoras (EMN) que tienen proyecciones hacia las células del músculo intestinal que son proximales al bolo alimenticio y (b) a neuronas motoras inhibidoras (IMN) que tienen proyecciones hacia las células musculares intestinales situadas distalmente al bolo alimenticio. El sistema nervioso intestinal controla este reflejo motor estereotípico, que ocurre sin inervación extraintestinal. Contribuye a la peristalsis. CUADRO 28-2 Péptidos reguladores representativos que se producen en el intestino delgado 28Brunicardi(0979-1012).indd 98728Brunicardi(0979-1012).indd 987 13/7/10 14:58:0113/7/10 14:58:01 988 C A PÍTU LO 28 Intestino delgado Adherencias Neoplasias Neoplasias primarias de intestino delgado Cáncer secundario de intestino delgado (p. ej., metástasis derivadas de melanomas) Invasión local por neoplasia maligna intraabdominal (p. ej., tumores desmoides) Carcinomatosis Hernias Externas (p. ej., inguinal y femoral) Internas (p. ej., después de cirugía de derivación gástrica en Y de Roux) Enfermedad de Crohn Vólvulo Intususcepción Estenosis inducida por radiación Estenosis posisquémica Cuerpo extraño Íleo por cálculo biliar Diverticulitis Divertículo de Meckel Hematoma Anormalidades congénitas (p. ej., membranas, duplicaciones y rotación anómala) intestinal son fibra, ácidos grasos, triglicéridos, glutamina, poliaminas y lectinas. Entre los factores peptídicos de crecimiento que según se sabe inducen crecimiento se encuentran factor de crecimiento epidérmico, fac- tor de transformación del crecimiento alfa, factores de crecimiento pareci- dos a insulina I y II, factor de crecimiento de queratinocitos, factor de crecimiento de hepatocitos, gastrina, péptido YY, neurotensina y bombe- sina. Entre las citocinas que estimulan el crecimiento están interleucina (IL)-11, IL-3 e IL-15. El estimulador de la proliferación de enterocitos que se describió más recientemente es GLP-2, que muestra tropismo potente específico para el epitelio intestinal.15 Después de una resección masiva de intestino delgado aumentan las concentraciones séricas de GLP-2, y la in- munoneutralización del mismo inhibe la adaptación intestinal después de una resección, por ello GLP-2 es un candidato prometedor para mediar esta respuesta. La adaptación después de una resección sirve para compensar la fun- ción del intestino que se resecó. Por lo general, la resección yeyunal es más tolerable, ya que el íleon tiene mejor capacidad para compensar. Sin embargo, la magnitud de esta respuesta es limitada. Cuando se reseca gran parte del intestino delgado, el resultado es un trastorno devastador que se conoce como síndrome de intestino corto. Esta condición se trata en la página 1009, en la sección Síndrome de intestino corto en este mismo capítulo. OBSTRUCCIÓN DEL INTESTINO DELGADO Epidemiología La obstrucción mecánica del intestino delgado es el trastorno quirúrgico que se encuentra con mayor frecuencia en esta parte del cuerpo. Aunque este trastorno tiene causas muy diversas, la lesión obstructiva puede con- ceptualizarse según su relación anatómica con lapared intestinal como: 1. Intraluminal (p. ej., cuerpos extraños, cálculos biliares o meconio). 2. Intramural (p. ej., tumores, estenosis inflamatorias relacionadas con la enfermedad de Crohn). 3. Extrínsecas (p. ej., adherencias, hernias o carcinomatosis). Las adherencias intraabdominales causadas por intervenciones qui- rúrgicas previas representan 75% de los casos de obstrucción del intestino delgado. Se calcula que en Estados Unidos más de 300 000 pacientes se someten a una operación cada año para corregir la obstrucción del intes- tino delgado causada por adherencias.16 Las causas menos frecuentes de obstrucción del intestino delgado son hernias, obstrucción neoplásica del intestino y enfermedad de Crohn. La frecuencia con que se encuentra obstrucción relacionada con estos pade- cimientos varía según la población de pacientes y la especialidad. Por lo regular, la compresión extrínseca o invasión por neoplasias malignas avanzadas que se originan en otros órganos diferentes al intestino delgado provoca la obstrucción del intestino delgado relacionada con cáncer. Las causas más frecuentes de obstrucción del intestino delgado se resumen en el cuadro 28-3. Las anormalidades congénitas que pueden obstruir el in- testino delgado se manifiestan casi siempre durante la infancia, pero en otras ocasiones no se detectan y se diagnostican por primera vez en pa- cientes adultos que presentan síntomas abdominales. Por ejemplo, no debe olvidarse la rotación anómala intestinal, ni el vólvulo del intestino medio cuando se considera el diagnóstico diferencial de pacientes adultos con síntomas agudos o crónicos de obstrucción del intestino delgado, en espe- cial en quienes no han sufrido una intervención quirúrgica previa del ab- domen. Una causa rara de obstrucción es el síndrome de la arteria mesen- térica superior, cuya característica es que esta arteria comprime la tercera porción del duodeno al cruzar sobre ella. Considérese este trastorno cuan- do se encuentra un paciente joven asténico que presenta síntomas cróni- cos que sugieren obstrucción proximal del intestino delgado. Fisiopatología Cuando inicia una obstrucción, se acumula tanto gas como líquido en la luz intestinal proximal al sitio de obstrucción. La actividad intestinal au- menta en un esfuerzo por vencer la obstrucción, lo que explica el dolor tipo cólico y la diarrea que algunos presentan incluso en presencia de obs- trucción intestinal completa. La mayor parte del gas que se acumula pro- viene del aire deglutido, aunque parte se produce en el intestino. El líquido está constituido por el ingerido y por secreciones gastrointestinales (la obstrucción estimula al epitelio intestinal a secretar agua). Con la acumu- lación constante de gas y líquido, se distiende el intestino y aumentan las presiones intraluminal e intramural. Al final, la motilidad intestinal se re- duce y hay menos contracciones. Con la obstrucción, la luz del intestino delgado, que casi siempre es estéril, cambia y es posible cultivar diversos microorganismos de su contenido. Ya se demostró la migración de estas bacterias a los ganglios linfáticos regionales, aunque no se comprende bien la importancia de este proceso. Si la presión intramural es bastante alta, se deteriora la irrigación microvascular del intestino, lo cual origina isque- mia intestinal y, en última instancia, necrosis. Este trastorno se denomina obstrucción intestinal estrangulante. En la obstrucción parcial del intestino delgado sólo hay una porción ocluida de la luz intestinal, lo cual permite el paso de un poco de gas y lí- quido. La progresión de los fenómenos fisiopatológicos es más lenta que en la obstrucción completa del intestino delgado y es menos probable que haya estrangulamiento. Una forma muy peligrosa de obstrucción intestinal es la obstrucción de asa cerrada, en la que un segmento del intestino se obstruye en sentido proximal y distal (p. ej., con vólvulo). En tales casos, la acumulación de gas y líquido no puede escapar en ninguno de los dos sentidos del segmento obstruido, lo que provoca un aumento rápido de la presión luminal y pronta progresión hasta el estrangulamiento. Presentación clínica Los síntomas de obstrucción del intestino delgado son dolor abdominal tipo cólico, náusea, vómito y estreñimiento. El vómito es un síntoma más prominente en las obstrucciones proximales que en las distales. El carácter del vómito es importante, ya que con crecimiento bacteriano excesivo, el vómito es más fecaloide, o que sugiere una obstrucción más establecida (fig. 28-12). La expulsión continua de flatos y/o heces más de 6 a 12 h después del inicio de los síntomas es característica de la obstrucción par- cial, más que completa. Los signos de obstrucción del intestino delgado incluyen distensión abdominal que es más pronunciada si el sitio de obs- trucción está en el íleon distal, y que puede estar ausente si la obstrucción está en la parte proximal del intestino delgado. Es probable que los ruidos intestinales sean hiperactivos al principio, pero en etapas avanzadas de la obstrucción se escuchan ruidos mínimos. Los hallazgos de laboratorio re- flejan deficiencia de volumen intravascular y consisten en hemoconcen- tración y anormalidades electrolíticas. Es frecuente la leucocitosis leve. CUADRO 28-3 Causas comunes de la obstrucción del intestino delgado 28Brunicardi(0979-1012).indd 98828Brunicardi(0979-1012).indd 988 13/7/10 14:58:0113/7/10 14:58:01 989 C A PÍTU LO 28 Intestino delgado Las manifestaciones de la obstrucción estrangulada incluyen dolor ab- dominal, a menudo desproporcionado con los hallazgos abdominales, lo cual sugiere isquemia intestinal. A menudo hay taquicardia, dolor locali- zado a la palpación abdominal, fiebre, leucocitosis marcada y acidosis. Cualquiera de estos hallazgos debe alertar al médico sobre la posibilidad de estrangulación y la necesidad de intervención quirúrgica. Diagnóstico La valoración diagnóstica debe dirigirse a los objetivos siguientes: a) dis- tinguir una obstrucción mecánica de íleo; b) determinar la causa de la obstrucción; c) diferenciar una obstrucción parcial de la total, y d) distin- guir una obstrucción simple de la que se acompaña de estrangulamiento. Los elementos importantes que deben obtenerse en el interrogatorio incluyen operaciones previas en el abdomen (que sugieren la presencia de adherencias) y la existencia de trastornos abdominales (p. ej., cáncer intra- abdominal o enfermedad intestinal inflamatoria) que suelen proporcionar información sobre la causa de la obstrucción. En el examen debe investi- garse meticulosamente si hay hernias (en particular en las regiones ingui- nal y femoral). Es necesario observar si las heces contienen sangre a simple vista u oculta, cuya presencia sugiere estrangulamiento intestinal. El diagnóstico de obstrucción del intestino delgado se confirma me- diante un examen radiológico. La serie abdominal consiste en a) una ra- diografía del abdomen con el paciente en posición supina, b) una radio- grafía abdominal con el enfermo de pie y c) una radiografía de tórax en la misma postura. El hallazgo más específico en el caso de una obstrucción del intestino delgado es la tríada compuesta por asas de intestino delgado dilatadas (>3 cm de diámetro), niveles hidroaéreos en las radiografías con el paciente de pie y escasez de aire en el colon. La sensibilidad de las radio- grafías del abdomen en la detección de una obstrucción del intestino del- gado varía de 70 a 80%.17 La especificidad es baja, porque el íleo y la obs- trucción del colon se acompañan de datos que simulan a los que se observan en la obstrucción del intestino delgado. Puede haber hallaz- gos falsos negativos en las radiografías cuando el sitio de obstrucción se localiza en el intestino delgado proximal y la luz intestinal está llena con líquido pero no con gas, con lo cual se impide la observación de niveles hidroaéreos o distensión. Esta última situación se relacionacon una obs- trucción en asa cerrada. A pesar de estas limitaciones, las radiografías del abdomen siguen siendo un estudio importante, por su disponibilidad amplia y costo bajo, en pacientes con posible obstrucción del intestino delgado. El estudio de tomografía por computadora (CT) tiene una sensibilidad de 80 a 90% y especificidad de 70 a 90% para detectar una obstrucción del intestino delgado.17 Los hallazgos comprenden una zona de transición dis- creta con dilatación proximal del intestino, descompresión distal del intes- tino, contraste intraluminal que no pasa más allá de la zona de transición y colon con poco gas o líquido (fig. 28-13). El estudio de CT también pro- porciona pruebas de la presencia de una obstrucción en asa cerrada y es- trangulamiento. La presencia de un asa intestinal dilatada en forma de U o de C acompañada de distribución radial de los vasos mesentéricos que convergen en un punto de torsión sugieren obstrucción en asa cerrada. El engrosamiento de la pared del intestino, neumatosis intestinal (aire en la pared del intestino), gas en la vena porta, opacidad mesentérica y capta- ción deficiente del contraste intravenoso en la pared del intestino afectado hacen pensar en estrangulamiento (fig. 28-14). El estudio de CT propor- ciona también una valoración total del abdomen y, por consiguiente, algu- nas veces revela la causa de la obstrucción. Esta característica también es Figura 28-12. Obstrucción parcial crónica del intestino delgado. Este paciente se presentó con dolor abdominal crónico de varios meses de evolución y vómito intermitente. La imagen de la tomografía computadorizada coronal muestra asas intestinales proximales muy dilatadas en el lado izquierdo (flecha gruesa) con asas intestinales descomprimidas del lado derecho (flecha delgada). El segmento dilatado tiene evidencia de fecalización del contenido intestinal, consistente con la naturaleza crónica de la obstrucción. El vómito del paciente tenía olor y calidad fecaloides. En la laparotomía exploradora se identificaron y dividieron bridas. Figura 28-13. Obstrucción del intestino delgado. Tomografía computadorizada de un paciente con signos y síntomas de obstrucción intestinal. La imagen muestra asas intestinales muy dilatadas, con íleon terminal (I) y colon ascendente (C) descomprimidos, lo que sugiere una obstrucción completa de la parte distal del intestino delgado. En la laparotomía se identificaron y dividieron bridas de una intervención quirúrgica previa. Figura 28-14. Neumatosis intestinal. Esta imagen de la tomografía computadorizada muestra neumatosis intestinal (flecha). La causa de este hallazgo radiográfico era isquemia intestinal. El paciente se trasladó urgentemente al quirófano y se sometió a resección de un segmento infartado del intestino delgado. 28Brunicardi(0979-1012).indd 98928Brunicardi(0979-1012).indd 989 13/7/10 14:58:0213/7/10 14:58:02 990 C A PÍTU LO 28 Intestino delgado importante en casos agudos cuando la obstrucción intestinal sólo repre- senta uno de muchos diagnósticos en pacientes que manifiestan padeci- mientos agudos del abdomen. Por lo general, la CT se realiza después de administrar un medio de contraste hidrosoluble por vía oral o bario diluido. El contraste hidrosolu- ble también tiene valor pronóstico y terapéutico. Varios estudios y un me- taanálisis subsiguiente mostraron que la aparición del contraste en el co- lon antes de 24 h predice la resolución no quirúrgica de la obstrucción intestinal.18 Aunque el uso de contraste oral no alteró el índice de inter- vención quirúrgica, disminuyó la duración de la estancia en el hospital de los pacientes con obstrucción del intestino delgado. Una limitación del estudio de CT es su baja sensibilidad (<50%) para detectar una obstrucción del intestino delgado de grado bajo o parcial. Puede ser difícil identificar una zona de transición sutil en las imágenes axiales que se obtienen durante el estudio de CT. En estos casos, suelen ser útiles los exámenes del intestino delgado con un medio de contraste, como una serie de intestino delgado (seguimiento del intestino delgado) o una enteroclisis. En las series estándar de intestino delgado, el paciente ingiere el contraste o se le instila en el estómago a través de una sonda nasogástri- ca (NG). A continuación se toman radiografías abdominales en serie a medida que el contraste desciende en sentido distal dentro del intestino. Aunque puede utilizarse bario, es necesario emplear agentes de contraste hidrosolubles, como amidotrizoato de sodio (Gastrografin), por si hay una perforación intestinal. Estos exámenes requieren una labor más inten- sa y se ejecutan con menos rapidez que el estudio de CT, pero a veces tie- nen mayor sensibilidad en la detección de causas luminales y murales de obstrucción, como en tumores primarios del intestino. En el caso de la enteroclisis, se instilan 200 a 250 ml de bario seguidos de 1 a 2 L de solu- ción de metilcelulosa en agua en la parte proximal del yeyuno por medio de una sonda nasoentérica larga. La técnica de doble contraste usada en la enteroclisis permite una mejor valoración de la superficie mucosa y detec- ción de lesiones relativamente pequeñas, incluso a través de asas super- puestas de intestino delgado. La enteroclisis rara vez se realiza en el cuadro agudo, pero ofrece mayor sensibilidad que la serie del intestino delgado para la detección de lesiones que pudieran causar obstrucción parcial del intestino delgado. En fecha reciente se ha usado la enteroclisis con CT y se informa que es mejor que los estudios radiográficos del intestino delgado con contraste. Tratamiento Por lo regular, la obstrucción del intestino delgado se acompaña de un agotamiento notable del volumen intravascular debido a la disminución del consumo oral, vómito y secuestro de líquidos en la luz y la pared del intestino. Por consiguiente, una parte del tratamiento es la reanimación con líquidos. Es necesario administrar por vía intravenosa líquidos isotó- nicos y colocar una sonda permanente en la vejiga a fin de vigilar la diure- sis. Quizá se requiera vigilancia venosa central o mediante un catéter en la arteria pulmonar a fin de ayudar a regular los líquidos, en particular en pacientes con una cardiopatía subyacente. Lo común es administrar anti- bióticos de amplio espectro debido a que podría ocurrir migración bacte- riana en casos de obstrucción del intestino delgado, pero no existen datos controlados que apoyen o refuten esta práctica. Es necesario extraer en forma constante aire y líquido del estómago mediante una NG. La descompresión gástrica eficaz disminuye las náu- seas, la distensión y el riesgo de vómitos y aspiración. Antes se favorecía el uso de sondas nasoentéricas más largas, con la punta situada en el yeyuno o íleon, pero ahora rara vez se usan, ya que se acompañan de mayores ín- dices de complicaciones que las sondas NG y en varios estudios no se ha probado que tengan una mayor eficacia. Por lo general, el tratamiento estándar para la obstrucción completa del intestino delgado es una intervención quirúrgica oportuna, aunque en fe- chas recientes algunos han sugerido estrategias no quirúrgicas para el tra- tamiento de estos pacientes, siempre que se descarte la obstrucción de asa cerrada y que no haya evidencia de isquemia intestinal. Tales pacientes deben mantenerse en observación estrecha y someterse a exploraciones repetidas. La justificación de esta conducta es reducir al mínimo el peligro de estrangulamiento del intestino, que se acompaña de un riesgo mayor de morbilidad y mortalidad. Los signos clínicos y las pruebas de laboratorio y los estudios de imagen disponibles en la actualidad no permiten diferen- ciar con seguridad entre los pacientes con una obstrucción simple y los que tienen una obstrucción con estrangulamiento antes del inicio de is- quemia irreversible. Por lo tanto, el objetivo es operar antes del inicio de la isquemia irreversible.Sin embargo, otros sugieren que es adecuado un pe- riodo de observación y descompresión NG, siempre que no haya taquicar- dia, dolor a la palpación, o aumento en el recuento de leucocitos (véase la figura 28-15 que presenta un algoritmo de propuesta terapéutica). El tratamiento conservador con descompresión NG y reanimación con líquidos es la recomendación inicial para: 1. Obstrucción parcial del intestino delgado 2. Obstrucción que ocurre en el periodo posoperatorio temprano 3. Obstrucción intestinal causada por enfermedad de Crohn 4. Carcinomatosis Es improbable que una obstrucción parcial de intestino delgado progre- se hasta estrangulamiento, por lo que se recomienda un intento de resolu- ción no quirúrgico. Está documentado que el tratamiento no quirúrgico tiene éxito en 65 a 81% de los pacientes con una obstrucción parcial del intestino delgado. De quienes se tratan satisfactoriamente sin intervención quirúrgica, sólo se ha dado a conocer que 5 a 15% tiene síntomas que no mejoraron de manera importante en el transcurso de 48 h después de ini- ciar el tratamiento.19 Por lo tanto, debe operarse a la mayoría de los enfer- mos con una obstrucción intestinal parcial cuyos síntomas no mejoran en el transcurso de 48 h después de iniciar la atención no quirúrgica. Los pacientes que se tratan sin operación deben ser vigilados muy de cerca con el objeto de detectar signos que sugieran peritonitis, cuya presencia reque- riría una operación urgente. Como se indicó antes en la sección Diagnós- tico, la administración de agentes de contraste hidrosolubles hipertónicos, como amidotrizoato de sodio (Gastrografin), usados en valoraciones del tubo digestivo superior y seguimiento del intestino delgado, produce un desplazamiento de líquido hacia la luz intestinal, lo que aumenta el gra- diente de presión a través del sitio de obstrucción. Este efecto podría ace- lerar la resolución de la obstrucción parcial del intestino delgado. Sin em- bargo, hay menos evidencia de que la administración de agentes de contraste hidrosolubles aumente la probabilidad de tener éxito con el tra- tamiento no quirúrgico para un episodio de obstrucción intestinal.18 Se ha dado a conocer que la obstrucción que se presenta en el periodo posoperatorio temprano ocurre en 0.7% de los pacientes en los que se prac- ticó laparotomía.20 Los enfermos con cirugía pélvica, en especial procedi- mientos colorrectales, tienen mayor riesgo de padecer una obstrucción posoperatoria temprana del intestino delgado. Si ocurren síntomas de obs- trucción intestinal después del restablecimiento inicial de la función del intestino o ésta no se recupera en el transcurso de los tres a cinco días es- perados después de una operación abdominal, entonces cabe la posibili- dad de una obstrucción. A veces es posible observar en las radiografías simples asas dilatadas del intestino delgado con niveles hidroaéreos, pero hasta en una tercera parte de los pacientes con obstrucción posoperatoria temprana se interpretan como normales o inespecíficas. Con frecuencia, se requiere un estudio de CT o una serie de intestino delgado para estable- cer el diagnóstico. La obstrucción que ocurre en el posoperatorio tempra- no suele ser parcial y muy pocas veces se acompaña de estrangulamiento. Por lo tanto, se justifica un periodo de tratamiento no quirúrgico amplia- do (dos a tres semanas) que consiste en reposo intestinal, hidratación y administración de nutrición parenteral total (TPN, total parenteral nutri- tion). Sin embargo, si hay pruebas de una obstrucción completa o se detec- tan signos que sugieren peritonitis, debe operarse de nuevo sin demora. La enfermedad de Crohn como causa de obstrucción del intestino del- gado se describe con más detalle adelante en la sección Enfermedad de Crohn. La causa de la obstrucción son las adherencias en 25 a 33% de pacien- tes que cuentan con antecedentes de cáncer y presentan obstrucción del intestino delgado; es necesario, por consiguiente, instituir el tratamiento apropiado.21 Incluso en los casos en que la obstrucción se relaciona con la recurrencia de una neoplasia maligna, puede resecarse o realizarse una derivación paliativa. Los pacientes con carcinomatosis obvia representan un problema difícil, si se toma en cuenta su pronóstico limitado. El trata- miento debe ajustarse al pronóstico y deseos del paciente en particular; la mejor forma de aliviar la obstrucción podría ser un procedimiento de derivación, con lo que se evita una resección intestinal potencialmente difícil. El procedimiento quirúrgico que se practica para la obstrucción intes- tinal varía según la causa. Por ejemplo, las adherencias se rompen, los tu- mores se extirpan, las hernias se reducen y reparan. Sin importar la causa, debe revisarse el intestino afectado y si hay un segmento no viable, se re- 28Brunicardi(0979-1012).indd 99028Brunicardi(0979-1012).indd 990 13/7/10 14:58:0213/7/10 14:58:02 991 C A PÍTU LO 28 Intestino delgado seca. Los criterios que sugieren la viabilidad son color normal, peristalsis y pulsaciones arteriales marginales. Por lo general, la inspección por sí sola es adecuada para juzgar la viabilidad. En casos limítrofes, puede usar- se una sonda Doppler para revisar el flujo pulsátil en el intestino y se veri- fica la perfusión arterial mediante la visualización de pigmento de fluo- resceína administrado por vía intravenosa en la pared intestinal con iluminación ultravioleta. Sin embargo, ninguna técnica ha resultado supe- rior al criterio clínico. En general, si el paciente conserva la estabilidad hemodinámica, deben extirparse segmentos cortos de intestino con viabi- lidad cuestionable y se practica anastomosis primaria del intestino restan- te. No obstante, si la viabilidad de un segmento largo de intestino es cues- tionable, debe hacerse un esfuerzo concertado para conservar el tejido intestinal. En tales situaciones, el intestino con viabilidad dudosa debe de- jarse intacto y el paciente se explora de nuevo 24 a 48 h después en una operación de “segunda vista”. En ese momento se completa la resección definitiva del intestino no viable. Cada vez son más frecuentes los reportes de cirugía laparoscópica exi- tosa para obstrucción intestinal.22 Los que se someten a un procedimiento laparoscópico exitoso se recuperan en menos tiempo y tienen menos mo- lestia posoperatoria. Como las asas intestinales distendidas pueden inter- ferir con la visualización adecuada, los casos tempranos de obstrucción proximal del intestino delgado que probablemente se deban a una sola adherencia son más adecuados para esta estrategia. La presencia de dis- tensión abdominal y múltiples adherencias dificulta estos procedimientos y pueden ser peligrosos. El índice de conversión a cirugía abierta puede llegar a ser de 33 por ciento.22 Resultados El pronóstico se relaciona con la causa de la obstrucción. La mayoría de los pacientes que se trata en forma conservadora por obstrucción del intesti- no delgado por bridas no requiere hospitalizaciones ulteriores; menos de 20% de tales pacientes ingresa de nuevo al hospital en los cinco años si- guientes con otro episodio de obstrucción intestinal.23 La mortalidad perioperatoria que se relaciona con el procedimiento en el caso de obstrucción del intestino delgado sin estrangulamiento es me- nor de 5%, y casi toda se observa en pacientes de edad avanzada con pade- cimientos concurrentes importantes. Las tasas de mortalidad relacionadas con la operación por una obstrucción con estrangulamiento varían de 8 a 25%. Prevención Como la obstrucción del intestino delgado por bridas representa una gran carga terapéutica, la prevención de las adherencias posoperatorias se ha convertido en un área de gran interés. La técnica quirúrgica adecuada, el manejo cuidadoso del tejido, y el uso y exposición mínima del peritoneo ante cuerpos extraños son la base para prevenir la formación de bridas. A menudo estas solas medidas son suficientes. En pacientes
Compartir